miércoles, 16 de agosto de 2017

Palabras a los trabajadores del Seminario de Mérida

HONOR A QUIEN HONOR MERECE


Poco antes de las cinco de la mañana comienzan sus rutinas. Es un día de trabajo, y lo primero por hacer es dejar todo listo en casa, la comida de los hijos, tal vez asear un poco, en fin, lo común de los quehaceres de un hogar. Con el tiempo milimétricamente administrado y aún oscura la mañana, se encomiendan a Dios y salen a la calle combatiendo el frío merideño, esperando que ese día no haya paro de transporte, y rogando a Dios no ser víctimas de la delincuencia que acecha la ciudad. Si tienen suerte toman el autobús. Más de una vez les ha tocado caminar grandes distancias. ¿Pero, para qué? Para estar aquí, para llegar puntuales a la Portería del Seminario Arquidiocesano de Mérida, donde les espera un seminarista, que entre dormido y despierto les abre la puerta, y tal vez les da la bienvenida. Cuando el seminarista se queda dormido no dudan en tocar el timbre, pues la responsabilidad que tienen les exige puntualidad.

Entran con todas las ganas del mundo a trabajar, para ganarse el sueldo que de seguro no les alcanza para nada, no por lo poco, sino por la misma situación del país. Dejan sus bolsos en el locker correspondiente, registran sus huellas dactilares en el aparato que todas las mañanas les dice lo mismo: “identificación exitosa” y se disponen a trabajar. Las arepas ya están sobre las mesas de aluminio, una enciende las hornillas, una a una las gira y gradúa para que no caliente mucho la plancha y así evitar que se quemen las arepas, otra se dirige a la lavandería, donde termina de doblar las prendas del día anterior y de inmediato echa en la lavadora las de ese día. Otra toma el queso y lo raya, luego lo distribuye entre las bandejas, ya saben de memoria cómo hacerlo, ocho bandejas para el mayor, una para los padres, cuatro para el menor, y las del personal. Cada una tiene su oficio, y lo hacen a la perfección. A las 7:30 de la mañana llegan los seminaristas al comedor, y ahí tienen en sus mesas las arepas, el queso y el café, todo listo para desayunar.

 Muchas veces comen sin acordarse de los que han preparado esos alimentos, dan gracias a Dios por la comida, por los bienhechores, pero no se acuerdan de agradecer a los que tuvieron que madrugar, dejar sus casas y sus familias por venir a prepararla. Sin embargo, ellas nunca se cansan de trabajar, todos los días, de lunes a viernes, hacen su oficio con el amor que sólo las mujeres, en especial las madres pueden transmitir. Siempre tienen una sonrisa en sus rostros, siempre responden el saludo de los buenos días con amabilidad y mucho respeto, el respeto que muchas veces se les falta cuando dejamos el comedor y la cocina hecho un desastre. Cada una de ellas es especial, cada una pasa por una realidad diferente, un familiar enfermo, unos hijos que cuidar, ser cabeza de familia, etcétera, pero esas dificultades de la vida no son obstáculo para dejar de cumplir con el deber, no son impedimento para dejar de hacer las cosas con amor.

Por eso, llegado ya el final de este año académico, queremos agradecer, en un acto de justicia, el valiosísimo trabajo de estas bellas personas, el esfuerzo y dedicación de estas damas, que pueden ser nuestras madres, que con sus sagradas manos nos bendicen la vida con la preparación de los alimentos. Queremos bendecir a Dios por estos hombres y mujeres que no son empleados de esta institución, sino que son realmente parte fundamental de esta familia que se llama Seminario San Buenaventura. Honor a quien honor merece. Ahora, en nombre del Equipo Formador y de los Seminaristas del Seminario Mayor y Menor, con mucho cariño les entregamos este pequeño detalle y les brindamos un fuerte y merecido aplauso.

P.A
García

martes, 15 de agosto de 2017

Misiones de COSEFORVEN 2017

COSEFORVEN MISIONERO
Logo de COSEFORVEN para las misiones de 2017

El Comité de Seminaristas y Formandos Religiosos de Venezuela (COSEFORVEN) es una Asociación Civil perteneciente a la Iglesia Católica, fundada en la ciudad de Guanare del Estado Portuguesa en el año 1987. Adscrita a la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) se rige por la unión al Magisterio y Tradición de la Iglesia, con especial adhesión a la voz de los Obispos. La conforman todos los Seminaristas y Formandos Religiosos del país, quienes con la ayuda del Espíritu Santo de Dios se forman para una Nueva Evangelización, siguiendo así con los consejos del Santo Padre Francisco, quien nos ha invitado en repetidas ocasiones a ser una “Iglesia en salida”.

Esta organización plantea la realización de unas misiones donde participan los seminaristas y religiosos del país, cada dos años se escoge alguna Diócesis de Venezuela, donde se lleva a cabo un itinerario misionero, impulsado por la invitación a ser discípulos y  misioneros.

Eucaristía de inicio de la misión en la Parroquia Cristo Rey de Anaco

La Diócesis de Barcelona fue el escenario de las Misiones de COSEFORVEN 2017. Este fue el XIV Encuentro Nacional de Seminaristas y Formandos Religiosos de Venezuela. La Diócesis de Barcelona corresponde a lo que es el Estado Anzoátegui, ubicado en el oriente del país, su Obispo es el Excelentísimo Monseñor Jorge Aníbal Quintero Chacón (2014 -)

En la ciudad de Anaco, se encuentra la Parroquia Cristo Rey, la feligresía de este Iglesia fue la encargada de organizar la logística de bienvenida de la Misión, su Párroco, el Padre Gabriel de Jesús Flores, fue el principal organizador y motivador para que este evento se llevara a cabo, a pesar de la situación del país con la perseverancia y la oración de estas buenas personas se logró que todo saliera de la mejor manera.

Asistieron a la Misión más de 78 seminaristas de todo el país, quienes fueron distribuidos por toda la Diócesis de Barcelona, especialmente por aquellas zonas de mayor necesidad pastoral, algunos les tocó viajar largas horas hasta su lugar de misión, donde fueron recibidos con el mismo entusiasmo. De la Arquidiócesis de Mérida asistimos 5 y de la Diócesis de El Vigía - San Carlos del Zulia asistieron otros 5, todos estudiantes del Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida.

En mi caso fui destinado a un sector de la misma Parroquia Cristo Rey llamado El Chaparral, comunidad que cuenta con una bella capilla dedicada a la Sagrada Familia, allí compartí el trabajo misionero con otros cinco seminaristas, ellos fueron: José de la Cruz Romero Molina, oriundo de Pregonero Estado Táchira (ex presidente de COSEFORVEN), de la Diócesis de Barinas y estudiante del IV año de Teología; Nelson Molina, oriundo de Bailadores Estado Mérida, (Presidente de COSEFORVEN), de la Arquidiócesis de Caracas y estudiante del II año de Teología; José Arcángel José Casique Zambrano, oriundo de Colón Estado Táchira, de la Diócesis de San Cristóbal y estudiante del I año de Teología; Héctor Darío Certad Marval, oriundo de El Tigre Estado Anzoátegui, de la Diócesis de Barcelona y estudiante del II año de Filosofía; Amilkar Jesús Venales, oriundo de Maturín Estado Monagas, de la Diócesis de Maturín y estudiante del I año de Filosofía.

El Colegio de las Hermanas Carmelitas de la Caridad de Santa Joaquina de Vedruna fue el lugar donde nos hospedamos durante la semana de misión, que correspondió del 05 al 12 de agosto. Allí compartimos las comidas que eran preparadas diligentemente por personas de la comunidad.

Grupo de Seminaristas en la comunidad de El Chaparral

El compartir misionero se llevó a cabo en medio de la evangelización casa a casa, las actividades con niños, jóvenes y adultos, charlas formativas (idolatría, santería), juegos, dinámicas, cantos, Santo Rosario, Celebración de la Palabra, Adoración al Santísimo Sacramento, y compañía a los grupos de apostolado de la Parroquia Cristo Rey, donde tuvimos la oportunidad de compartir nuestro testimonio vocacional. Todos los días durante la mañana realizábamos la evangelización, a las 8:30am nos reuníamos en la capilla Sagrada Familia con los jóvenes y adultos para hacer la oración de la mañana, luego salíamos divididos en grupos a los diferentes sectores de la comunidad, al medio día regresábamos a la capilla donde concluíamos con una acción de gracias a Dios. Es de resaltar la alegría de todas las personas de Anaco para con esta iniciativa de COSEFORVEN, recibieron a los seminaristas misioneros con el mayor de los entusiasmos, realmente nos sentimos como en casa.


         En medio de la misión también hubo un momento para el recreo y descanso de los Seminaristas. Como uno de los objetivos de COSEFORVEN es crear fraternidad en el futuro clero venezolano se preparó para el día miércoles 09 un paseo a la playa, específicamente a Punta La Cruz, donde los más expertos nadaron hasta cansarse, y los menos acostumbrados conversamos largo. Todo se llevó a cabo en un perfecto ambiente familiar, con la compañía de los laicos de la Parroquia y miembros del grupo juvenil. El paseo en lancha fue también una experiencia agradable para mí.



         Gracias a todos lo que hicieron posible que esta Misión se realizara, especialmente a la Parroquia Cristo Rey, el Padre Gabriel Flores, Monseñor Jorge Aníbal y todos los demás organizadores, aquellas personas de las comunidades donde nos quedamos. Por su colaboración e interés Dios les pague y les multiplique abundantemente.

         Agradezco también a Dios por la oportunidad de compartir con otros hermanos seminaristas, en estos encuentros nacionales se renueva la llama vocacional al observar a tantos jóvenes que al igual que uno, comparten un mismo llamado a servir a Dios desde el ministerio sacerdotal. Muchas gracias hermanos seminaristas.



Amilkar Venales, Héctor Certad, José Romero, Arcángel Casique, Nelson Molina y Pedro García

Con el Padre Gabriel, Párroco de Cristo Rey en Anaco, Estado Anzoátegui

Señor, danos sacerdotes
Señor, danos sacerdotes santos
Señor, danos muchos sacerdotes santos
Amén

P.A
García