domingo, 19 de abril de 2020

Las letanías de la humildad de un Cardenal


RAFAEL MERRY DEL VAL

“Moisés era un hombre muy humilde,
más que hombre alguno sobre la haz de la tierra”
(Números 12, 3)

En la Biblia la palabra “humildad” se menciona 11 veces, “humilde” 30, “humildes” 26 y “humildemente” 1. Esta virtud cristiana tiene su origen etimológico del latín Humilitas, atis, que puede significar: poca altura o estatura, pequeñez, humildad, modestia, baja condición, abatimiento, cobardía, abyección, carácter rastrero. Humildad en el castellano encuentra sus mejores sinónimos en: Sumisión, Obediencia, Acatamiento, Respeto, Fidelidad, Rendimiento, Dependencia, Disciplina, pero todo esto está un poco lejos de la concepción religiosa de la virtud en cuestión.

¿Qué debemos entender por humildad?

La virtud que más debe caracterizar al hombre es la humildad, pero debe ser comprendida como el procurar no ponerse por encima de los demás, no sentirse ni más grande ni mejor que los otros. La virtud de la humildad debe ser una de las preocupaciones del sabio; cuanto más sabio se es, más conciencia debe haber de lo lejos que se está de la máxima sabiduría. San Pablo recomienda: “Tened un mismo sentir los unos para con los otros; sin complaceros en la altivez; atraídos más bien por lo humilde; no os complazcáis en vuestra propia sabiduría” (Romanos 12, 16).

El primer modelo de humildad que nos presenta la Sagrada Escritura lo expuse anteriormente, en la cita de Números 12, 3, donde se concreta a Moisés como el “hombre más humilde del mundo”, y la última persona de la que la Biblia manifiesta su humildad es San Pablo, en 2 Corintios 10, 1. De modo que en toda la Biblia encontramos modelos de humildad, y en este sentido el más perfecto sería el de María, la Madre del Señor, Lucas 1, 48, pues el Señor tomó en cuenta la humildad de su sierva, de su esclava.

Vayamos ahora directamente a conocer al autor de las Letanías de la Humildad. Lo conocemos a él para luego comprender sus Letanías.

El Cardenal Merry del Val

El gran Pontífice San Pío X pidió a Rafael Merry del Val (1865-1930), arzobispo secretario del cónclave que lo eligió, que se quedase con él como pro-Secretario de Estado y poco después le confirmó definitivamente en el cargo. Merry del Val, santo también hacia los altares, de sólo 38 años, era hijo del Embajador de España. Igual que Sarto en el cónclave, Rafael rehusaba el cargo, pero recibió del Papa la respuesta imperiosa: “Juntos trabajaremos y sufriremos por la Iglesia. En el próximo consistorio le voy a crear cardenal”. Y entre los dos -el humilde campesino, y el noble, elegante y rico diplomático, que se entendieron del todo y se quisieron entrañablemente-, realizaron un pontificado glorioso[1].

Una vez retirado de los asuntos públicos de la Iglesia y después de una notable influencia en los asuntos de la Santa Sede, el cardenal Merry del Val, compuso una encantadora Letanía de la humildad que recitaba todos los días después de celebrar la santa misa:
¡Oh Jesús!, manso y humilde de corazón, escúchame:
 —del deseo de ser reconocido, líbrame, Señor
 —del deseo de ser estimado, líbrame, Señor
 —del deseo de ser amado, líbrame, Señor
 —del deseo de ser ensalzado, líbrame, Señor
 —del deseo de ser alabado, líbrame, Señor
 —del deseo de ser preferido, líbrame, Señor
 —del deseo de ser consultado, líbrame, Señor
 —del deseo de ser aprobado, líbrame, Señor
 —del deseo de quedar bien, líbrame, Señor
 —del deseo de recibir honores, líbrame, Señor
 —del temor de ser criticado, líbrame, Señor
 —del temor de ser juzgado, líbrame, Señor
 —del temor de ser atacado, líbrame, Señor
 —del temor de ser humillado, líbrame, Señor
 —del temor de ser despreciado, líbrame, Señor
 —del temor de ser señalado, líbrame, Señor
 —del temor de perder la fama, líbrame, Señor
 —del temor de ser reprendido, líbrame, Señor
 —del temor de ser calumniado, líbrame, Señor
 —del temor de ser olvidado, líbrame, Señor
 —del temor de ser ridiculizado, líbrame, Señor
 —del temor de la injusticia, líbrame, Señor
 —del temor de ser sospechado, líbrame, Señor.
Jesús, concédeme la gracia de desear:

 —que los demás sean más amados que yo
 —que los demás sean más estimados que yo
 —que en la opinión del mundo otros sean engrandecidos y yo humillado
 —que los demás sean preferidos y yo abandonado
 —que los demás sean alabados y yo menospreciado
 —que los demás sean elegidos en vez de mí en todo
 —que los demás sean más santos que yo, siendo que yo me santifique debidamente.
 De ser desconocido y pobre, Señor, me alegraré.
 De estar desprovisto de perfecciones naturales de cuerpo y de espíritu, Señor, me alegraré.
 De que no se piense en mí, Señor, me alegraré.
 De que se me ocupe en los empleos más bajos,
Señor, me alegraré.
 De que ni se dignen usarme, Señor, me alegraré.
 De que no se me pida mi opinión, Señor, me alegraré.
 De que se me deje en el último lugar, Señor, me alegraré.
 De que no me hagan cumplidos, Señor, me alegraré.
 De que me reprueben a tiempo y a destiempo, Señor, me alegraré.
Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia, porque suyo es el Reino de los Cielos.
+ Rafael Cardenal Merry del Val
    Después de una vida exitosa, como la del Cardenal Merry del Val, cuán difícil será pasar a un segundo plano. Es por eso que este famoso Cardenal español escribe sus Letanías justo en el momento en que más las necesitaba. Para un alma ambiciosa puede parecer escandaloso el contenido de las Letanías, sin embargo, pienso que nos ayudan a tener un recio equilibrio de nuestras aspiraciones en la vida.
“Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón;  y hallaréis descanso para vuestras almas”
(Mateo 11, 29)

P.A
García



[1] Cf. García, Pedro, El Salvador, p. 444

domingo, 12 de abril de 2020

La formación de La Playa según Pedro Simón, ¿realidad o ficción?

Lo crónico de la crónica
        Desde que inicié el estudio sobre la formación de La Playa, con profundidad, según los relatos de Fray Pedro Simón, he conocido diversidad de interpretaciones -orales y escritas-  de su texto, como si de un discurso místico se tratara su obra “Noticias Historiales de las conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales”, que es el libro en discusión.

         En mi búsqueda de argumentos para presentar estos relatos como lo más original y auténtico, y por consiguiente lo único cierto sobre la formación de la geografía playense, pude conseguir dos opiniones autorizadas que dan crédito a mi pretensión. Las expongo a continuación.

         Letizia Vaccari, en el Diccionario de las Letras Latinoamericanas editado por la Biblioteca Ayacucho, es la encargada de hacer un brevísimo comentario sobre Fray Pedro Simón y su obra “Noticias Historiales de las conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales”. Ella, después de proporcionar algunos datos biográficos de Pedro Simón, destaca, entre otras cosas, su gran importancia por la labor historiográfica sobre Las Indias.

Comenta Vaccari que “es Pedro Simón iniciador, junto con Aguado, del oficio de historiador en Venezuela”, pudiendo ser considerado el Padre de la Historia de nuestra nación. Continúa diciendo la autora que “el valor más significativo de sus Noticias historiales es que logra su mejor fundamentación en relatos de testigos presenciales aderezados por sus experiencias personales, lo que corresponde al estilo de las denominadas crónicas”. Vaccari, con su dictamen, da fuerza a mi personal opinión anteriormente precisada: “presentar estos relatos como lo más original y auténtico, y por consiguiente lo único cierto sobre la formación de la geografía playense”.

Consideremos ahora lo que es una crónica para Vaccari: “mejor fundamentación en relatos de testigos presenciales aderezados por sus experiencias personales”. Con esta opinión, sería ilógico pensar que Pedro Simón idealiza o miente en su obra, por el contrario, lo que escribió sobre lo que hoy es La Playa, lo hizo fundamentando su texto con los relatos de testigos presenciales y sus experiencias personales. Ciertamente Pedro Simón conoció los hechos del terremoto de 1610 dos años después de ocurridos, pero es de suponer que conoció los relatos y estuvo en el lugar de los hechos, y la autoridad con la que escribe Pedro Simón no la tiene ninguno de nosotros en la actualidad.

Más adelante, en la misma cita hecha a Vaccari, se constriñe que “la obra –de Pedro Simón- comprende como ámbito geográfico las actuales repúblicas de Venezuela y Colombia, siendo el repertorio más completo de los sucesos de los primeros años de la conquista española de tierra firme”. De aquí me gustaría resaltar la conclusión Vaccariana al concretar que la obra de Pedro Simón es “el repertorio más completo de los sucesos de los primeros años de la conquista española de tierra firme”. La formación geográfica de La Playa se encuentra en una obra que es considerada “el repertorio más completo” de la historia de la época.

Finalmente, es menester dar a conocer la opinión de otra autoridad en el tema, como lo es Guillermo Morón, quien hace un excelente estudio de la obra de Pedro Simón, en la edición que hace la Biblioteca Ayacucho.

Morón opina, entre otras cosas que Pedro Simón, sin querer hacer literatura, la hace, sin embargo, desde el posible barroco de su literatura, se inclina mucho a pensar que Pedro Simón escriba movido por las mismas motivaciones de los que si son barrocos: “si bien es cierto que por su condición de viajero y, en el plano de observador de la naturaleza de los hombres y del ambiente, pudiera decirse que corresponde a esa inquietud que alienta a todos ellos”. Para Morón, el barroco literario adquirió las maneras de lo “real maravilloso”, diría yo, de lo que es maravilloso, pero no deja de ser real.

En un último intento de Morón por dar a conocer la crónica de Pedro Simón, expresa que: “llegó tardíamente nuestro Fray Pedro Simón, pero también su obra está en las raíces del barroco americano, del realismo mágico americano, de lo real maravilloso, porque, después de todo, las tres designaciones configuran una gran literatura, propia del idioma castellano…”.  Y cierra Morón su estudio citando el Prólogo del mismo Fray Pedro, en el que describe él su carácter e intención al escribir sus Noticias Historiales: “Sólo he procurado estilo claro y casto, guardando el rostro al tiempo en que me hallo, y no al que está por venir, pues no sabemos cuál será, por ser verdad infalible que nadie conoció a mañana”.

Entonces, lo crónico de la crónica, es decir, lo habitual en la manera de escribir Pedro Simón, es contar lo real desde una perspectiva maravillosa. Aunque para Caracciolo Parra Pérez, Pedro Simón está muy distante en años de los sucesos acaecidos en la conquista desde su origen, no lo está tanto en relación al terremoto de La Grita del 03 de febrero de 1610, pues lo conoció en 1612.
P.A
García

sábado, 4 de abril de 2020

Efemérides del Seminario de Mérida, Venezuela.


“SAN BUENAVENTURA”
Escudo del Seminario de Mérida

        
A continuación, presento un resumen a modo de efemérides que refleja las fechas más importantes y curiosas de la historia del Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida, Venezuela. Al final expongo las obras consultadas para la realización de este trabajo, el cual dedico con todo respeto al Cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, tal como fuera mi intención primaria, cuando di inicio a esta investigación en 2018.

Ø 17 de febrero de 1778: se crea la Diócesis de Mérida de Maracaibo.
Ø 31 de agosto de 1780: Fray Juan Ramos de Lora es creado Obispo de Mérida por el Rey Carlos III.
Ø 24 de septiembre de 1782: el Papa Pío VI aprueba el nombramiento del Rey Carlos III.
Ø 4 de enero de 1785: Fray Juan Ramos de Lora escribe al Rey sobre la problemática situación de sus diocesanos que deben ir a Santa Fe o a Caracas para cursar estudios.
Ø 26 de Febrero de 1785: llegada de Fray Juan Ramos de Lora Mérida, después de permanecer casi un año en la ciudad de Maracaibo.
Ø 29 de marzo de 1785: Fray Juan Ramos de Lora da a conocer unas “Constituciones” sobre una “casa de educación” que funcionaría en el convento abandonado de los franciscanos.
Ø 6 de mayo de 1785: Fray Juan Ramos de Lora escribe al Rey la necesidad de fundar en Mérida un “Seminario Tridentino”. Pide al Rey la erección del “Colegio Seminario Tridentino”.
Ø 5 de agosto de 1785: Fray Juan Ramos de Lora compra a Miguel López una casa de tapias y teja, situada en la esquina de la plaza mayor, primera sede oficial del Seminario.
Ø 11 de septiembre de 1785: la carta de Fray Juan Ramos de Lora fue remitida al Consejo de Indias.
Ø 14 de septiembre de 1786: Real Orden de aprobación de erección del “Seminario conciliar”. el Rey Carlos III aprobó la erección con el título de “Real Seminario de San Buenaventura”, afiliado a la Universidad de Caracas.
Ø 6 de febrero de 1787: Fray Juan Ramos de Lora escribe un agradecimiento al Secretario de Estado por la noticia de la erección del Seminario.
Ø 21 de abril de 1787: el seminario cuenta con 42 alumnos y Fray Juan Ramos de Lora escribe al Rey para construir un nuevo edificio y que éste sea erigido con el título de San Buenaventura.
Ø 9 de junio de 1787: el Rey Carlos III, por  Real Cédula que aprueba la fundación del Seminario de Mérida en el antiguo convento de los franciscanos y le adjudica bienes de los jesuitas.
Ø 20 de marzo de 1789: el Rey Carlos IV por Real Cédula que aprueba la construcción de la casa para seminario conciliar. Aprueba el título de San Buenaventura. Aprueba la convalidación de estudios a la Universidad de Caracas.
Ø 13 de junio de 1790: Fray Juan Ramos de Lora escribe al Rey un informe de sobre los trabajos del nuevo seminario.
Ø 20 de junio de 1790: el mayordomo Juan Moreno describe la construcción del primer edificio del Colegio Seminario Tridentino de San Buenaventura.
Ø 21 de junio de 1790: Comunicación dirigida al Ayuntamiento para que evalúe los trabajos de la fábrica y la descripción del Mayordomo Juan Moreno.
Ø 21 de junio de 1790: una nueva carta a la Corte informando sobre los mismos asuntos.
Ø 5 de agosto de 1790: Fray Juan Ramos de Lora dona al Seminario su biblioteca conformada por 617 volúmenes.
Ø 1 de noviembre de 1790: el Pbro. Mateo José Mas y Rubí bendijo la capilla del colegio seminario. Esa misma tarde enviste las primeras becas a los primeros cinco colegiales: Buenaventura Arias, Domingo Antonio Pacheco, Emigdio Briceño, Ignacio Frías y José Hipólito Monsant. Instalación del “Colegio Seminario” y de su Archivo que sirve de base para la Universidad.
Ø 2 de noviembre de 1790: se verificó la instalación del seminario en su nuevo edificio.
Ø 9 de noviembre de 1790: a las 6:45 AM fallece Fray Juan Ramos de Lora, fundador del Seminario de Mérida.
Ø 1793: se inician los cursos de Teología, antes no se podía por la falta de alumnos.
Ø 22 de mayo de 1795: primera reestructuración organizativa del Seminario por el Licenciado Hipólito Elías González.
Ø 9 de enero de 1800: el Licenciado Francisco Xavier de Irastorza plantea la necesidad de solicitar al Rey la expedición de la Real Cédula de erección de la Universidad con las facultades de Pontificia y Real.
Ø 1 de mayo de 1800: se escribe a Carlos IV para hacer dicha petición.
Ø 14 de marzo de 1803: el Obispo Santiago Hernández Milanés escribe al Rey Carlos IV notificándole las condiciones del Seminario y solicitándose le concediese algunos bienes de los jesuitas.
Ø 18 de junio de 1806: el Rey Carlos IV por Real Cédula concedió al Seminario de San Buenaventura de Mérida la gracia de conferir grados menores y mayores, por gestiones del Obispo Santiago Hernández Milanés.
Ø 6 de octubre de 1807: ratificación de la real cédula del 18 de junio de 1806.
Ø 4 de diciembre de 1808: en la capilla, a las once de la mañana, el Colegio Seminario de San Buenaventura de Mérida otorgó los primeros grados mayores.
Ø 21 de septiembre de 1810: erección de la “Real Universidad de San Buenaventura de Mérida de los Caballeros” por la Junta Superior Patriótica de Mérida, con todos los privilegios de la de Caracas para otorgar títulos.  Su primer rector fue el Pbro. Buenaventura Arias.
Ø 26 de marzo de 1812: terremoto que derrumbó la Catedral de Mérida, el Seminario y el palacio episcopal entre otras estructuras de la ciudad. El Obispo Hernández Milanés murió a causa de este desastre natural.
Ø 1813: el seminario es trasladado a Maracaibo.
Ø 1816: regresa a Mérida bajo la rectoría del Presbítero Buenaventura Arias.
Ø 1821: con el Obispo Rafael Lasso de la Vega se restituye el funcionamiento en Mérida.
Ø 21 de septiembre de 1872: el General Antonio Guzmán Blanco decreta la extinción de los seminarios del país pasando todos sus bienes primero al colegio nacional y luego a la universidad.
Ø 23 de mayo de 1881: el Obispo Román Lovera en carta pastoral solicita a su feligresía ayuda para la formación del clero y crea el colegio episcopal de Mérida.
Ø 1897: se inicia la construcción del edificio del seminario en Scharpenheuvel en las afueras de Willemstad.
Ø 1898: Mons. Antonio Ramón Silva García instala el Seminario en la isla de Curazao que duró hasta 1901 en funcionamiento y del cual salieron 21 sacerdotes.
Ø 1900: se levanta la prohibición de abrir seminario en territorio nacional.
Ø 1912: desde enero de 1912 hasta julio de 1914 estuvo el seminario bajo la dirección de los padres dominicos holandeses.
Ø 1914: desde este año hasta 1925 volvió a estar en manos del clero secular.
Ø 1925: se encargan de la formación los Padres de la Congregación de Jesús y María, Eudistas.
Ø 1953: sólo desde 1953 hasta 1960 funcionó el seminario mayor, por la disposición de Caracas.
Ø 09 de octubre 1958: el actual local del seminario fue inaugurado, estuvo presente el Presidente de la Junta de Gobierno Wolfang Larrazábal junto a Mons. Acacio Chacón Guerra.
Ø 1971: los padres Eudistas abandonan la dirección del Seminario y pasa a manos del clero secular.
Ø 1979: vuelven los Eudistas a trabajar en conjunto con los diocesanos en el Seminario de Mérida.
Ø 1983: se restituye el seminario mayor con el ciclo completo de estudios filosóficos y teológicos.
Ø 29 de marzo de 1985: se develó la estatua de Fray Juan Ramos de Lora en el Seminario de Mérida, obra de los talleres de Fe y Alegría del Valle de Mérida.
Ø 1988: se ordenó el primer grupo de seminaristas que hicieron todos sus estudios en esta casa.

Las obras consultadas para este trabajo fueron:
Archivo de Historia y Variedades. Tomo II. Tulio Febres Cordero. Caracas. Parra León Editores. 1931. (p. 192).
El Ciclo Vital de Fray Juan Ramos de Lora. Baltazar Enrique Porras Cardozo. Ediciones del Rectorado. Universidad de Los Andes. Mérida. 1992. (p. 103)
Escritos de Auxiliar 1988-1991. Baltazar Enrique Porras Cardozo. Universidad de Los Andes. 2007. (p.p. 139-141)
Historia y simbolismo: el edificio central de la Universidad de Los Andes. Edda O. Samudio A. Ediciones del Rectorado. Mérida. 2007. (p.p. 20-…)
P.A
García

miércoles, 1 de abril de 2020

R. P. Juan Rangel cjm, habla sobre el Seminario


¿QUÉ ES EL SEMINARIO?

R. P. Juan Rangel cjm. en el Seminario de Mérida

        
Para los que hemos tenido la dicha de conocer al R. P. Juan Rangel, de la Congregación de Jesús y María, les presento estas palabras textuales del padre Rangel, cuando, durante la Semana del Seminario, se le preguntó, a manera de entrevista, qué era el Seminario para él y su realización en el mismo. El padre Rangel, para el momento de la entrevista, estaba aislado en su habitación por prescripción médica, ya que había sufrido un pequeño esguince en un pie, mientras bajaba las escaleras de la capilla ya entrada la noche.
         A continuación, palabras del padre Juan Rangel:
La pregunta está muy interesante: ¿qué es?, ¿qué significa el Seminario para cada uno de los que vivimos aquí?
Se podría enfocar primero ¿qué es el Seminario?, ¿qué soy en el Seminario?, lo que yo soy, si subo o bajo, mejoro o no lo hago, la respuesta la tiene cada uno, como parte del seminario.
Pero como el Seminario lo integramos todos, también debemos considerar si nosotros lo mejoramos o no, lo cual yo tengo responsabilidad también.
Cuando Yahvé dio el Paraíso a Adán y Eva, se lo dio con dos fines, primero cuidar, segundo cultivar, y eso será el Seminario si cuidamos y si mejoramos las cosas.
Ahora, personalmente, ¿cómo me he realizado yo en el Seminario? Bueno, yo he seguido una vocación para pertenecer desde los doce años hasta los ochenta que llevo, al Seminario, a la formación de Sacerdotes, de modo que para mí es lo que llena toda mi vida. Con cualidades y deficiencias, pero procurando cuidar y mejorar, personalmente y en el todo, los que me rodean, los que Dios ha puesto junto a mí, eso ha sido mi vida.
El vídeo de la entrevista al padre Rangel, de 3 minutos con 24 segundos de duración, fue filmado por el seminarista Juan Pablo Patiño Portillo, y presentado por su curso a toda la comunidad del Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida, en el Salón de Audiovisuales de dicha institución.

P.A.
García