sábado, 25 de diciembre de 2021

Navidad 2021

MENSAJE DE NAVIDAD

Un grito de júbilo resuena en nuestra tierra; un grito de alegría y de salvación en las riendas de los pecadores. Hemos oído una palabra buena, una palabra de consuelo, una frase rezumante de gozo, digna de todo nuestro aprecio: “hoy les ha nacido en la Ciudad de David el Salvador, el Mesías y Señor” (Lc 2,11).

Al llegar la Navidad queremos recordar el momento más importante de la historia: cuando Dios deja el cielo para hacerse hombre. Es algo maravilloso, pues nuestro Dios, que es tan grande y que hizo todo el universo, se hace un niño tan pequeño que sólo sabía llorar y dejar que su madre le cogiera en brazos para darle de comer. Como vemos, es algo tan increíble, que cada año tenemos que volver a celebrarlo, pues no podemos dejar que se olvide un momento tan importante para todos los hombres. A partir de ese día, los que deseamos amar a Dios lo tenemos muy fácil, porque Dios ha querido hacerse tan chico que a todos nos entran ganas de quererle.

Esta Navidad del año 2021 es la segunda que vivimos en medio de la pandemia mundial. Son muchas las personas que lamentablemente no compartirán con nosotros esta fecha religiosa y familiar, sin embargo, tenemos la firme esperanza de que ellos, al estar con Dios, pueden disfrutar de él, es decir, ellos viven su Navidad en el cielo. Es más, la auténtica Navidad es encontrarnos cara a cara con Dios, por lo que podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que los que han dejado este mundo para ir a Dios, han vivido una auténtica Navidad, pues Dios ha nacido en ellos y ellos en Dios.

Los cristianos sabemos que la Navidad es Jesús, y también reconocemos que vivimos inmersos en medio de una sociedad comercializadora, superficial y consumista, en la que veces nos involucramos demasiado, pero, al final de la jornada, cuando observamos piadosos las estatuillas del Belén de nuestros hogares, reconocemos indudablemente que el auténtico sentido de la Navidad es contemplar al recién nacido, el Niño Jesús, en brazos de María y con José como custodio. Así como la Sagrada Familia de Nazaret es el centro de la Navidad, de igual manera nuestras familias deben reunirse en torno a la fe para celebrar con fervor el nacimiento de nuestro Dios y Señor.

La ausencia de la fe en los corazones de los hombres hace de las fiestas navideñas un sinsentido, un simple propósito mundano para derrochar dinero en regalos, comidas, ropas y licores. Los cristianos sabemos que esto se aleja abismalmente de la festividad religiosa llamada la “Natividad del Señor”, que se festeja litúrgicamente con el rango de “Solemnidad”. Este día lo más importante es asistir devotamente a la Santa Misa y compartir en familia.

Los templos, como nuestros hogares, han sido previamente decorados y ornamentados, de igual modo hemos hecho espiritualmente con nuestros corazones, pues durante el tiempo del Adviento hemos preparado la venida del Señor.

Como José y María, esta noche muchos siguen buscando posada. Pensemos en tantas familias que buscan refugio, comida, bienestar y paz en el alma, pero lamentablemente no tienen nada. Nosotros agradezcamos a Dios en esta Navidad por el don de la familia, la salud, el trabajo que tenemos, los estudios que realizamos, las cosas que sabemos, porque hay muchos hermanos nuestros que no tienen lo que nosotros sí, y aun en sus carencias son capaces de dirigir la mirada al cielo y agradecer al Todopoderoso porque están vivos y quieren seguir luchando por estabilizar sus vidas.

El Niño Dios acoge todas nuestras oraciones, él sabe lo que nos alegra y lo que nos aflige. Adornemos el pesebre de Jesús con nuestras buenas obras e intenciones. No dejemos de pedir, pero tampoco dejemos de agradecer, y recordemos siempre que hay más alegría en dar que en recibir, por eso Dios mismo se nos ha dado en su nacimiento carnal, para demostrarnos que el donarse completamente es el mejor y más auténtico camino del amor que nos lleva a la felicidad.

A todos nuestros lectores les deseamos una feliz y familiar Navidad 2021 y un bendecido y provechoso año nuevo 2022. Con Dios todo sin Dios nada.

P.A

García

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