LA INDIA QUE MURIÓ DE AMOR
La hermosa historia de amor
que ahora conocerás tú
es la del inmenso dolor
que sufrió la india Carú
Se acercaba el esperado día
las nupcias de la joven princesa
el Cacique Toquisay percibía
el encanto de su hija, su
belleza
El dichoso novio no era extraño
era hijo del Cacique de los
Mocotíes
cumpliendo con promesas de
antaño
a Carú adornaría con rubíes
La tribu del Cacique Toquisay
se asentaba en las márgenes del
río
hermoso valle donde había y hay
agricultura resguardada por el
frío
Aquella gente ansiosa preparaba
con exuberancia las sonadas
bodas
los mejores labradores
colectaban
hortalizas en sus especies todas
Las mujeres laboriosas
acopiaron
cantidades de yuca, apio y
tierno maíz
los cazadores: los venados
aderezados para el cortejo
feliz
Los fieros guerreros empuñaron
en honor a tan buena fecha
las armas que desfilaron
por el cortejo, arco y flecha
De repente se oyó en la lejanía
el retumbar presuroso del
cuerno
que sopló con asombro aquel
vigía
no anunciaba esta vez el
invierno
Se trataba de un grupo de extranjeros
que en bestias desconocidas se
acercaban
no imaginaron los indios fieros
la gran matanza que se
avecinaba
Se tocó la alarma de guerra
y todos los varones corrieron
a defender su preciada tierra
danzando se defendieron
Con Toquisay, que abrió el tabú
marchó el guerrero más fuerte
era el novio de la india Carú
quien sufrió penosa muerte
Aquellos hombres invasores
iban con Juan Rodríguez Suárez
y bautizaron “los Bailadores”
a estos indios y sus hogares
Buscando la Sierra Nevada
toparon con estas gentes
que dejaron pisoteada
manchando con rojas muertes
En armas los superaban
con sus bastones de fuego
y en caballos cabalgaban
donde allí se criaron luego
Al acabar la batalla
recogieron del novio su cuerpo
y lo llevaron a la doncella
así supo que había muerto
Llena Carú de dolor
cargó con su novio a cuestas
buscando salvar su amor
de aquella muerte funesta
Se dirigió sin campaña
buscando al dios de la vida
que en lo alto de la montaña
le sanaría su herida
Llorando sin tener consuelo
derramó copiosas lágrimas
colocó a su amor en el suelo
y al dios imploró con dádivas
Estando en la propia cima
lo lloró por tres días
pensó superar su ruina
pero abrazándolo moriría
Y así el dios de la vida
las lágrimas recogió en sus
manos
pues comprendió que servía
por testimonio de amor humano
Así en la piedra de lo alto
con forma de cabeza humana
se formó con gran encanto
de este Valle su cascada
Y Carú sigue llorando
por su amor muerto en batalla
las colinas se van regando
con sus lágrimas derramadas
El amor de estos novios
no lo acabó la muerte
a pesar de sus oprobios
viven juntos eternamente
Y así lo cuenta la historia
de este relato contado
que no escapa de la memoria
de un villorro enamorado
Cuando llueve en la cabecera
y bajan las aguas brumosas
toda la Villa se entera
de sus lágrimas cuantiosas
Todos los enamorados
que visitan la Cascada
lanzan monedas confiados
al pozo de Carú, india amada
P.A
García
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