domingo, 20 de septiembre de 2020

La leyenda de la India Carú en versos: por Pedro García

LA INDIA QUE MURIÓ DE AMOR



La hermosa historia de amor

que ahora conocerás tú

es la del inmenso dolor

que sufrió la india Carú

 

Se acercaba el esperado día

 las nupcias de la joven princesa

el Cacique Toquisay percibía

el encanto de su hija, su belleza

 

El dichoso novio no era extraño

era hijo del Cacique de los Mocotíes

cumpliendo con promesas de antaño

a Carú adornaría con rubíes

 

La tribu del Cacique Toquisay

se asentaba en las márgenes del río

hermoso valle donde había y hay

agricultura resguardada por el frío

 

Aquella gente ansiosa preparaba

con exuberancia las sonadas bodas

los mejores labradores colectaban

hortalizas en sus especies todas

 

Las mujeres laboriosas acopiaron

cantidades de yuca, apio y tierno maíz

los cazadores: los venados

aderezados para el cortejo feliz

 

Los fieros guerreros empuñaron

en honor a tan buena fecha

las armas que desfilaron

por el cortejo, arco y flecha

 

De repente se oyó en la lejanía

el retumbar presuroso del cuerno

que sopló con asombro aquel vigía

no anunciaba esta vez el invierno

 

Se trataba de un grupo de extranjeros

que en bestias desconocidas se acercaban

no imaginaron los indios fieros

la gran matanza que se avecinaba

 

Se tocó la alarma de guerra

y todos los varones corrieron

a defender su preciada tierra

danzando se defendieron

 

Con Toquisay, que abrió el tabú

marchó el guerrero más fuerte

era el novio de la india Carú

quien sufrió penosa muerte

 

Aquellos hombres invasores

iban con Juan Rodríguez Suárez

y bautizaron “los Bailadores”

a estos indios y sus hogares

 

Buscando la Sierra Nevada

toparon con estas gentes

que dejaron pisoteada

manchando con rojas muertes

 

En armas los superaban

con sus bastones de fuego

y en caballos cabalgaban

donde allí se criaron luego

 

Al acabar la batalla

recogieron del novio su cuerpo

y lo llevaron a la doncella

así supo que había muerto

 

Llena Carú de dolor

cargó con su novio a cuestas

buscando salvar su amor

de aquella muerte funesta

 

Se dirigió sin campaña

buscando al dios de la vida

que en lo alto de la montaña

le sanaría su herida

 

Llorando sin tener consuelo

derramó copiosas lágrimas

colocó a su amor en el suelo

y al dios imploró con dádivas

 

Estando en la propia cima

lo lloró por tres días

pensó superar su ruina

pero abrazándolo moriría

 

Y así el dios de la vida

las lágrimas recogió en sus manos

pues comprendió que servía

por testimonio de amor humano

 

Así en la piedra de lo alto

con forma de cabeza humana

se formó con gran encanto

de este Valle su cascada

 

Y Carú sigue llorando

por su amor muerto en batalla

las colinas se van regando

con sus lágrimas derramadas

 

El amor de estos novios

no lo acabó la muerte

a pesar de sus oprobios

viven juntos eternamente

 

Y así lo cuenta la historia

de este relato contado

que no escapa de la memoria

de un villorro enamorado

 

Cuando llueve en la cabecera

y bajan las aguas brumosas

toda la Villa se entera

de sus lágrimas cuantiosas

 

Todos los enamorados

que visitan la Cascada

lanzan monedas confiados

al pozo de Carú, india amada

 

P.A

García

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