martes, 26 de enero de 2016

Hora Santa Divina Pastora

 SAGRADA HORA SANTA CON LA DIVINA PASTORA DE ALMAS 14 DE ENERO

Divina Pasotra de Almas

Monición de entrada:

Queridos hermanos, hoy la Iglesia Venezolana celebra a la Santísima Virgen María bajo la advocación de la Divina Pastora. De la mano con María en esta mañana adoraremos a Jesús su Hijo, nuestro Señor, hecho Eucaristía para nuestra salvación. Pongámonos en la presencia del Señor para reconocerlo en la Hostia consagrada.

Canto de entrada. Se busca procesionalmente el Santísimo Sacramento, para la adoración de toda la asamblea.

El sacerdote, luego de haber incensado el Santísimo Sacramento, de rodillas dice:

V. Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar (3 veces)

R. Sea por siempre bendito y alabado

El sacerdote dirige la Oración Introductoria:

Aquí estamos Señor, para hacer tu voluntad. Aquí estamos Señor, para responder con amor al llamado que nos has hecho. Gracias por llamarnos a tu presencia, por querernos junto a ti, por enviarnos a ser testigos de tu Evangelio. Gracias Señor, por todas las maravillas que haces en nosotros. Bendito seas Señor porque te quedaste en la Eucaristía, para acompañarnos todos los días de nuestra vida hasta el final de los tiempos. Alabado seas Señor Jesús, porque tú has revelado la misericordia del Padre y así nos has enseñado a amar a nuestros hermanos. Bendito y alabado seas Señor, por entregarnos a tu Santísima Madre, a quien hoy el pueblo venezolano rinde veneración y reconoce como poderosa intercesora.

Pidamos al Señor, que nos envíe su Espíritu para que en esa hora de gracia podamos experimentar una vez más su acción en medio de nuestra comunidad.

Breve silencio, luego el sacerdote dirige la Invocación al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en nosotros el fuego de tu amor. Ven Espíritu de Dios, toca nuestra mente y nuestro corazón, toma todo nuestro ser, e inúndanos con tus dones. Toma posesión de nosotros, oh dulce huésped del alma, y has que este momento sea propicio para sanar nuestra alma de todo lo que no nos deja ser felices. Ven Espíritu de Dios, transforma todo nuestro ser, has de nosotros lo que quieras, estamos dispuestos a todo, lo aceptamos todo, queremos ser testigos de tu amor y tu fidelidad. Oh Santo Espíritu abrimos nuestra alma, para que mores en nosotros. Bienvenido seas Señor.

Canto al Espíritu Santo

Un seminarista dirige la Meditación María-Eucaristía:

María y la Presencia real de la Eucaristía.

María nos atrae a la Eucaristía, Sacrificio incruento del cuerpo y de la sangre de Cristo, formados al calor de su corazón por obra del Espíritu Santo. Nos atrae a la Eucaristía, comunión en Cristo, porque Cristo está privilegiadamente en Ella y Ella en Cristo. Nos atrae a la Eucaristía-tabernáculo porque Ella es custodia viviente excepcionalmente enriquecida por la gracia redentora, y la mejor adoradora de la Presencia Real de Cristo.

María es la Madre de Dios. Madre-Virgen por obra del Espíritu Santo. Es, por lo tanto, portadora de la Presencia Real del Cuerpo, de la Sangre, del Alma y de la Divinidad de N. S. Jesucristo. Es Sagrario viviente.

María es Madre de los redimidos. ¡Madre nuestra!: no ceses de conducirnos al encuentro de Cristo-Eucaristía, renovación incruenta del Sacrificio del Calvarios. No ceses de ofrecernos el Cuerpo y la Sangre de Cristo porque somos peregrinos hambrientos y sedientos del Pan verdadero y de la Bebida verdadera. No ceses de atraernos como adoradores a los pies del Tabernáculo.

María es la Madre al pie de la Cruz. Testigo excepcional del sacrificio de Cristo, contenido del Sacrifico incruento de la Sta. Misa. Ella nos conduce a la Eucaristía porque está asociada al sacrificio redentor con su corazón traspasado por la espada de dolor, y testifica el cumplimiento del amor que Cristo nos tiene "hasta el extremo". María -afirma el Siervo de Dios Juan Pablo II- es "testigo particularmente sensible de ese amor que encuentra su expresión sacramental precisamente en la Eucaristía"(Polonia,08,06,87)

Canto eucarístico.

 Un seminarista dirige la Oración de Alabanza:… (Inspirada)

Culminada la oración se realiza un Canto de Alabanza.

Oración de los fieles:

Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle:

Que la Divina Pastora Señor, interceda por nosotros.

        Sol de justicia, a quien María Virgen precedida cual aurora luciente, has que vivamos siempre iluminados por la claridad de tu presencia. Oremos al Señor.

        Palabra eterna del Padre, tú que elegiste a María como arca de tu morada, líbranos de toda ocasión de pecado. Oremos al Señor.

        Señor Jesús, que colgado en la cruz entregaste María a Juan como Madre, has que nosotros vivamos siempre como hijos suyos. 
Oremos al Señor.
        
Jesús Pastor de los hombres, imploramos que por intercesión de la Divina Pastora, concedas la gracia al clero venezolano, de seguir guiando a tu rebaño por el camino de la paz, el amor y la esperanza. Oremos al Señor.



Se entona el Himno Tantum ergo, mientras el Sacerdote vuelve a incensar el Santísimo Sacramento tres veces.

Tantum ergo sacraméntum
venerémur cernui,
et antíquum documéntum
novo cedat rítui;
praestet fides supleméntum
sensuum deféctui.
Genitóri Genitóque
laus et iubilátio,
salus, honor, virtus quoque
sit et benedictio;
procedénti ab utróque
comparsit laudátio. Amen.
        
Al finalizar el Himno Tantum ergo, el sacerdote dice:

V. Les diste pan del cielo.
R. Que contiene en sí todo deleite.

Luego se pone de pie y dice: puede ser cantado.

Oremos.

Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tú Pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

R. Amen.

Bendición con el Santísimo Sacramento. Toda la Asamblea se pone de rodillas.

Después de la bendición, el sacerdote de rodillas dice:

Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción. 
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre. 
Bendito sea San José, su castísimo esposo. 
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos. Amén.


Señor danos sacerdotes.
Señor danos sacerdotes santos.
Señor danos muchos sacerdotes santos.
Señor danos religiosos y religiosas santos.
Señor danos familias santas.
Señor danos la paz.

Con un canto eucarístico se reserva el Santísimo Sacramento y concluye la Hora Santa.




P.A
García


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