sábado, 9 de julio de 2016

Aberración inenarrable…


SE METIERON CON
LA IGLESIA CATÓLICA


Si nadie lee este artículo mejor para mí, así me evito cualquier inconveniente tal vez por ser tan expresivo. Para nadie es un secreto que el actual gobierno de Venezuela, de índole comunista y socialista, está en contra de la Iglesia Católica Venezolana, o al menos en contra de la Jerarquía Eclesiástica, y no es porque los Obispos se porten mal, o sean unos incoherentes, sino que ellos se han comportado de la mejor manera con el pueblo, al denunciar las anomalías que los del gobierno están acostumbrados a hacer.

Uno de estos Obispos que sin miedo ha denunciado el mal y ha sido profeta de Dios es Monseñor Baltazar Porras, Arzobispo Metropolitano de Mérida, a él especialmente le han tenido una gran campaña de desacreditación, acusándolo de cosas extrañas sin base y sin fundamentos, simplemente por hacerle daño, ya que él es enemigo de la corrupción y del mal, por ende estorba al Gobierno Nacional.

La guerra del Gobierno en contra de la Iglesia Católica es tal que, han sido capaces de faltarle el respeto a la Iglesia de una manera inesperada, sin contar los insultos y humillaciones.

Días pasados el mundo entero se enteró de la aberración ocurrida en esta ciudad de Mérida, un grupo de seminaristas del Seminario Menor San Buenaventura se dirigían a clases de inglés cuando fueron interrogados por un grupo de antisociales adeptos al chavismo y al gobierno, éstos les preguntaron que si eran “chavistas” o de la “oposición” a lo que los jóvenes, por ser todos menores de edad, respondieron: “somos seminaristas” haciendo alusión a que todavía no ejercían el derecho al voto, al escuchar esta respuesta, los antisociales, llenos de odio y de rencor infundido principalmente por el difunto Hugo Chávez, decidieron quitarles la ropa, absolutamente toda la ropa, para luego quemársela, pues se dijeron, si estos son seminaristas, de seguro son opositores, seguidamente los metieron dentro de una alcantarilla de la Avenida Don Tulio Febres Cordero y allí los golpearon, uno de ellos logró escapar, los otros fueron agredidos hasta que los dejaron salir corriendo. En medio de esta locura, pensaban rociarlos con gasolina para luego hacer no sé qué cosa pero, gracias a Dios, la locura no llegó hasta esos límites.

¿Qué podemos concluir de todo esto? Que ellos, el Gobierno Nacional, le han faltado el respeto a toda la Iglesia Católica, se han metido con los católicos y les han dado un mensaje de humillación y de odio, todo esto, como dije anteriormente, es consecuencia del odio infundido por Hugo Chávez, quien tenía por costumbre hablar mal de los Obispos y Arzobispos venezolanos, incluso llegó a ofender al mismísimo Papa Benedicto XVI, asegurando que este no era ningún Vicario de Cristo, sino el pueblo.

Se han escuchado comentarios de gente ignorante, quienes dicen que los seminaristas estaban protestando o haciéndose sentir, esto es absolutamente falso, simplemente iban a clases de inglés, no son partidarios de ninguna ideología política, no estaban protestando, y en caso de que sí lo estuvieran haciendo, no hay derecho en despojar a otra persona de su ropa para hacerles pasar la vergüenza de correr desnudos por la ciudad.

Como es sabido, el Seminario, en repudio de estos hechos, convocó a una gran Celebración Eucarística por la Paz de Venezuela, la cual se celebró en la afueras del Seminario y fue acompañada por un gran número de fieles y clero merideño.

Monseñor Porras también se pronunció en contra de todos estos hechos, resaltando que ya ha sucedido anteriormente, pero que no es posible que sigan ocurriendo, pues Mérida es una ciudad tranquila, en la que nunca se había visto barbarie alguna, o al menos de este tipo.

Los católicos estamos conscientes de que somos perseguidos por el Gobierno, pues somos gente inteligente y nuestros Pastores se han encargado de guiarnos por el camino del bien, por el camino de Dios. 

Todo aquel que aplauda estos hechos vandálicos no es un buen cristiano, todo aquel que afirme cosas que no son, no es un buen cristiano. Sin embargo, Cristo nos pide perdonar a los que nos ofenden, sin duda, ya los hemos perdonado, pero lo que no tiene perdón es que no quieran arreglar el país que está destruido y peor aún no quieren que los mismos venezolanos hagamos algo para mejorar la situación.

La Iglesia no está a favor o en contra de ningún Gobierno, la Iglesia está a favor de la vida, de la dignidad humana, de la paz, de la libertad...

Misa frente al Seminario de Mérida.
P.A
García

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