martes, 21 de febrero de 2017

Análisis de Filosofía Contemporánea.

¿Hacia dónde va la Filosofía en este siglo XXI?

Donald John Trump Presidente de los Estados Unidos

         Me gustaría iniciar este caminar desarrollando brevemente dos sistemas sociales nacidos hace ya varios años, el socialismo y el capitalismo, con ellos se inicia una serie de consideraciones de la realidad social, lo que exige respuestas ante estos dos sistemas, y en resumen un potencial aporte es la corriente filosófica llamada existencialismo.

         El socialismo, definido por la Real Academia Española, es un sistema de organización social y económica basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y distribución de los bienes. El socialismo ha sufrido decadencia por los errores que sus intelectuales no previnieron. Aunque en razón el socialismo presenta una forma justa de sociedad, tiene sus fallas en la praxis de los pueblos, por ejemplo en Venezuela se ha tratado de implantar un “socialismo del siglo XXI”, tal y como lo pensó el Presidente Hugo Chávez, quien en uno de tantos discursos expresó que:“Hemos asumido el compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana hacia el socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad”, esta idea inicial se ha visto desacreditada por la realidad que atraviesa el país, porque es notable la desigualdad y la falta de libertad de pensamiento y de expresión, de igual manera se evidencia la falta de amor y de fraternidad de quienes gobiernan este país, porque aun viendo la desgracia del pueblo venezolano, pretenden permanecer en el error.

        Por otro lado, el capitalismo es un sistema social y económico que proviene del interés de la propiedad privada sobre el capital como instrumento de producción, que se encuentra principalmente formado por relaciones empresariales afines a las actividades de inversión y obtención de beneficios, así como de relaciones laborales tanto autónomas como asalariadas subordinadas a fines económicos. En la actualidad, el capitalismo ha sufrido críticas, la mayoría de las cuales centran su queja en la moral del capitalismo basada en el negocio y la economía, es decir, la escala de valores del ser humano va a depender de lo que se adquiera, de lo que se produzca.
 

Un ejemplo de capitalista emprendedor lo encontramos en el Presidente de los Estados Unidos de América, el Sr. Donald John Trump, quien en los últimos días ha demostrado que su principal tarea es Make América great again, hacer América grande de nuevo”, y para esto el capitalismo es su principal herramienta, pero se corre el riesgo de abandonar la fraternal convivencia entre los países del mundo, puesto que los intereses de este sistema es simplemente fortalecer aún más la economía de los grandes países, dejando a un lado, casi en el olvido a los países pequeños.

         Estos dos sistemas sociales han tenido su profunda huella en el pensamiento del hombre actual, del hombre del siglo XXI, y sobre todo porque los gobiernos de las naciones se han repartido los años de administración entre un sistema y otro. Las consecuencias de esto son devastadoras, pues se llega a la aceptación de lo ilógico de las realidades humanas, ya no se apuesta por las utopías y por el progreso en conjunto, ahora todo centra su afán en el progreso individual. Además, el causante de la mayor desgracia en ambos sistemas sociales, es el descubrir el gran poder que tiene el lenguaje, es decir, el giro lingüístico, que mal usado arrastra tras sí a los errores despiadados de pensamientos individualistas.

         En conclusión, la filosofía del siglo XXI, va orientada hacia una ética convencional, donde lo bueno, lo bello y lo verdadero dependerá de la manera de pensar de cada individuo, y esto es peligroso, porque si el ser humano decide vivir sin ley, se corre el riesgo de perder lo que se ha logrado a través de los años, con el aporte de grandes pensadores. En nuestros días, hay una gran crisis, pero más que crisis económica, yo diría que lo que sufrimos es una seria crisis de moralidad, pues ya nadie quiere hacer el bien común, sino el propio. La misión de la Iglesia como institución y como sacramento de salvación, es aportar con su sabiduría de madre y maestra a la sociedad, sin callar, sin omitir juicios, porque de lo contrario estaría apoyando la desgracia.

         Debe evitarse, con los métodos que sean necesarios, esta ética convencional, porque ésta es permisiva, y le da la mayor importancia a la estética que a los valores realmente éticos y morales. Y es que realmente nuestro pensamiento no es coherente, por el contrario es caótico, sin embargo, hay que hacer frente a esta realidad y luchar incansablemente por la humanidad que se nos está escapando de las manos.

P.A
García

viernes, 10 de febrero de 2017

Elis Fernando hoy está de cumpleaños

EL FILÓSOFO CHIGUARERO
Seminarista Elis Fernando Gutiérrez Rojas 

         Dios llama a su servicio, y lo hace de distintas maneras y en diferentes momentos. A algunos los llama al amanecer, a otros al medio día y a otros al atardecer. Lo importante de todo esto es que, la vocación a la que Dios nos llama, es una misión especial, y él mismo se encarga de capacitarnos para cumplir con esta misión de la mejor manera.

         Fernando es un nombre de pila español de varón, derivado del germánico Firthunands (de Firthu, "paz" o "libertad" -en alemán actual Friede- y nands, "audaz", "valeroso" o "temerario"). No hay consenso en el significado, que podría ser "vida aventurera" o "el que se atreve a todo por la paz"

Elis Fernando Gutiérrez Rojas, es un joven seminarista de la Arquidiócesis de Mérida, es el quinto de los seis hijos del Sr. Elides Gutiérrez Márquez, natural de Los Limos, y de la Sra. Rosa María Rojas Salas, natural de Chiguará. Sus hermanos son, José Lisandro, María Alexandra, Renso Javier, Lino Germán y Gabriel Alejandro.

Elis Fernando nació a las 6:00pm del sábado 10 de febrero de 1990, en el Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes, de la ciudad de Mérida. El recién nacido fue llevado a la población de Chiguará, donde le esperaba el calor de un hogar feliz; allí creció junto a sus hermanos, compartiendo su niñez con vecinos y demás amistades, y bajo el cuidado de sus padres. A la edad de cuatro años, fue llevado ante el Pbro. Antonio Viedma Moreno, y éste le suministró el sacramento del bautismo el 05 de marzo de 1994, en el Templo Parroquial de Chiguará, Parroquia San Antonio de Padua, incluyéndolo así en el pueblo de Dios; y a los siete años, el 05 de agosto de 1997, fue confirmado por Monseñor Marco Tulio Ramírez, en la Parroquia del Espíritu Santo – Santuario del Santo Cristo, de la población de La Grita, estado Táchira. Por su parte, la Primera Comunión la recibió de manos del Pbro. Luis Enrique Bejarano, el 08 de diciembre de 2001.

Estudió su primaria en la Unidad Educativa Bolivariana Estado Nueva Esparta en Chiguará. Su bachillerato lo cursó en el Liceo Bolivariano Francisco Antonio Uzcátegui, obteniendo el Título de Bachiller en Ciencias en 2007. Posteriormente realizó estudios de Radiología en la Universidad de Los Andes; en dicha carrera completó cinco semestres, destacándose su intelecto en las pasantías en el Hospital Universitario; estos estudios le fueron muy útiles, pues todos sabemos que sus conocimientos los ha puesto en práctica por el bien de sus hermanos. Mientras llevaba una vida normal de joven universitario, Elis Fernando formó parte del Grupo de Teatro San Antonio de Padua, y allí, en dos oportunidades, (2012 y 2013), realizó el papel de Jesucristo en los Viacrucis vivientes.

En su vocación juvenil y misionera, ha participado activamente en dos Encuentros Nacional de Jóvenes, ENAJO, Valencia 2012 y Barquisimeto 2015, momentos en los que ha puesto sus dones al servicio de la Iglesia venezolana y ha acrecentado su vocación, pues se ha dado cuenta de la gran necesidad de sacerdotes que tiene nuestro país.

Elis Fernando, es un compañero de camino que posee el don de la amistad, esto lo hace una persona cercana. Como compañero de curso es excelente, responsable con sus tareas, puntual y aseado, el orden es virtud que manifiesta todo el tiempo, sabe compartir y comprender a los demás.

Como seminarista, le hemos conocido su gran celo pastoral; sabemos que en tiempos de misiones se esfuerza por hacer llegar el Evangelio a todos; su predicación es sencilla pero sustanciosa, y deja espacio en su vida para que el Espíritu Santo obre a través de su persona. Ha compartido experiencias de pastoral en la Guardia Nacional, como catequista de los sacramentos de iniciación cristiana; en la Catedral de Mérida, metiéndose de lleno en los barrios del centro de Mérida; y actualmente está trabajando pastoralmente los fines de semana en la Parroquia de San Rafael de Mucuchíes.

Elis Fernando, hoy está cumpliendo 27 años de edad, y cursa el III de Filosofía en el Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida; en este día especial, sus compañeros de curso queremos felicitarlo y asegurarle nuestras oraciones por su salud espiritual y corporal, y pedimos con fe al Señor que le siga derramando sus bendiciones, y que lleve a feliz término la buena obra que ha comenzado en él, y que por la intercesión de Santa Escolástica de Nursia, la santa que celebramos hoy, nuestro compañero sea santo. Señor, danos sacerdotes santos. ¡Viva Chiguará!

Seminarista Elis Fernando Gutiérrez Rojas

P.A
García

jueves, 9 de febrero de 2017

Lutero y Trento en la crisis sacramental del siglo XVI

MARTÍN LUTERO
La institución de los Sacramentos, según Martín Lutero

         Lo primero que se debe precisar, es la sentencia escolástica que Martín Lutero hace con respecto a la institución de los sacramentos, cuando expresa que la Iglesia no puede instituir sacramentos; aunque esta premisa guarda estrecha relación con lo que mencionó, en su época, santo Tomás de Aquino, alegando que sólo Dios puede instituir los sacramentos, porque solamente de Él depende el efecto salvífico causado por los mismos. Pues, en cuanto son instrumentos a través de los cuales se confiere la gracia, tan sólo pueden ser instituidos por Jesucristo, que es el único con capacidad para vincularles el efecto santificante que otorgan.

         Lutero manifiesta que un sacramento es instituido directamente por Cristo, y lo hace justamente cuando determina concretamente el signo sacramental, es decir, precisar de modo inmediato y particular lo que hoy día llamaríamos la materia y la forma del sacramento; entonces para Lutero, hay solo tres sacramentos instituidos por Jesucristo, y estos eran: el bautismo, la eucaristía y la penitencia.

         Con el sacramento del Orden Sacerdotal, Lutero tuvo algunas reflexiones para no considerarlo como instituido por Dios, ya que, como él afirmaba, en todo el Nuevo Testamento no se hace mención del mismo, de esta manera, Lutero está actuando con un pensamiento escolástico, sobre todo por la manera de pensar en cuanto a la determinación del signo sacramental no dista nada de la sostenida por la mayoría de los teólogos medievales.

         Santo Tomás de Aquino, también pensó que había una manera en la que se instituyó el sacramento del bautismo, por ejemplo, y otra manera en la que los apóstoles lo suministraban, sin embargo precisó unas razones para considerar lícito o no la administración de un sacramento, y Las razones en las que Santo Tomás apoya su determinación se pueden recoger en las siguientes proposiciones: 1) todo sacramento es eficaz a partir de la institución divina; 2) si en la administración de un sacramento no se observa todo cuanto fue determinado por Jesucristo en la institución del mismo, la acción realizada carece de eficacia y, por lo tanto, no confiere la gracia; 3) tan sólo por especial y extraordinario privilegio divino concedido por Jesucristo, que no ligó su poder infinito a sus criaturas, los sacramentos, puede la Iglesia alterar el signo sacramental; y 4) en la administración de un sacramento no es lícito emplear una forma distinta a la determinada por Jesucristo, aunque sus términos sinónimos expresen el mismo sentido conceptual de aquélla.

         Cuando Lutero sustenta que los signos sacramentales han de haber sido determinados por el mismo Jesucristo, vincula con la más fidedigna corriente del pensamiento medieval. Su diferencia con respecto a los escolásticos consiste en la radicalidad de sus consecuencias al aplicar el principio enunciado, ya que en aquellos casos en los que advierte desde la Sagrada Escritura que no se puede sostener el principio enunciado por la escolástica por no hallar en sus páginas la especificación del rito, niega que se trate de un auténtico sacramento. De ahí que para Lutero tan sólo es sacramento aquel signo que ha sido explícitamente determinado por la voluntad institucional de Jesucristo. A otras consecuencias muy distintas hubiese llegado Lutero en su teología sacramental de haber tenido presente la doctrina profesada y el comportamiento pastoral seguido por los Santos Padres.

(Fuente: tratado general de los sacramentos por Ramón Arnau-García)

P.A
García