La Toma Vocacional
Del
Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida Venezuela.
Con
frecuencia escuchamos y realizamos oraciones que suplican a Dios el envío de
obreros a su mies. En nuestras Parroquias, sobre todo al finalizar la Hora
Santa junto a Jesús Sacramentado siempre repetimos estas palabras: Señor danos Sacerdotes, Señor danos
Sacerdotes santos, Señor danos muchos Sacerdotes santos… y así continúan con
los religiosos y religiosas, pues bien, Dios hace su parte, pero, queridísimos
hermanos, no basta rezar, hacen falta muchas cosas para que la Iglesia de Dios siga
contando cada día con Pastores comprometidos con el Pueblo, con Religiosos y Religiosas
llenos de amor por las almas, y en este afán de ganar hombres y mujeres para el
servicio de Dios, la comunidad del Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de
Mérida se lanza en su “Toma Vocacional” para
despertar en los jóvenes la llama de la vocación, para iluminar a aquellos que
tengan dudas y para animar a los que estén dispuestos a dar un paso de amor.
La
Toma Vocacional consiste principalmente en visitar las instituciones
educativas, para entrar en contacto con los jóvenes estudiantes y hablarles de
la Vocación; existe un pequeño esquema bien estructurado, realizado por el
Departamento de Pastoral Vocacional de la Arquidiócesis de Mérida, que
generalmente se facilita a los promotores vocacionales (Seminaristas,
religiosos y religiosas) para que basándose en esto se pueda dar un mensaje en común
a todos los jóvenes.
¿Qué es Vocación?
Vocación
proviene del latín Vocare que
quiere decir “llamar”. Dios nos hace a cada uno una invitación, la de amarle y
de seguirle para poder dar a conocer a los demás su amor. El trabajo de cada
uno es saber discernir cuál es el llamado que Él nos hace. ¿Qué quiere Dios de mí?
La
Iglesia nos presenta cinco tipos de vocación:
1- La Vocación a la Vida: el
tiempo se nos pasa en tratar de responder interrogantes relativas a nuestra
existencia. ¿Por qué?, ¿para qué existo? Y nos damos cuenta, cuando vemos el
amanecer cada día, que el regalo más preciado desde que tenemos conciencia de
nuestra existencia es la Vida. En efecto, la vida es una vocación, una tarea
que nos apremia día tras día, y que nos invita a no solo tener vida, sino a
darla. La vocación a la vida significa que “vivimos para servir”, y “servimos
para vivir”. Damos vida cuando con nuestras actitudes, edificamos a los demás;
cuando en nuestro rostro deslumbra la alegría a pesar de las pruebas. Estamos llamados
a dar vida como Jesús, que muriendo en la cruz, dio la suya por el perdón de
nuestros pecados.
2- La Vocación Misionera-Laical: Dios
también llama a hombres y mujeres, bautizados que por medio del amor consagran
su vida para el bien de la Iglesia, son personas que hacen llegar la Palabra de
Dios a toda la sociedad (pobres, marginados, jóvenes y ancianos) y que por
medio de sus vidas son testigos fieles del amor de Cristo.
3- La Vocación al Matrimonio: es
el llamado a la unión entre un hombre y
una mujer; formando un hogar donde son llamados a vivir por medio de su fe
la educación de sus hijos en el conocimiento de Cristo a ejemplo de la familia
de Nazaret.
4- La Vocación Sacerdotal: el
Sacerdote es un: “hombre tomado de entre
los hombres para servir a los hombres en las cosas de Dios; para ofrecer
sacrificios y oraciones por su pueblo, y por los pecados propios y ajenos”
(Hebreos 5,1)
5- La Vocación a la Vida
Religiosa-Consagrada: son hombres y mujeres que sintiendo
el llamado a consagrar su vida totalmente a Cristo y con un carisma especial,
ayudan con la dedicación de su trabajo al bien de los demás.
Recibiendo la Sagrada Comunión durante Misiones |
En
estas “Tomas Vocacionales”, los seminaristas nos encontramos con una gran
diversidad de jóvenes y por ende con diferentes maneras de pensar, muchas veces
nos vemos envueltos en preguntas que son difíciles de responder, otras veces
hemos notado que la mayoría de los jóvenes se ven inmersos en el materialismo,
en el consumismo y en temas de obsesionada sexualidad, dándole más importancia
a esto, que a la misma Vocación Cristiana, es decir, a lo trascendental en
nuestras vidas que no puede separase de nuestra naturaleza humana.
Con la ayuda del Señor vamos
a enfrentarnos a una juventud sedienta de Dios y sobre todo vamos enviados por
Cristo a ser Pescadores de hombres.
Seminarista Eudes Ovidio Puentes Matheus y Seminarista Pedro Andrés Gracía Barillas |
P.A
García
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