lunes, 19 de diciembre de 2016

La Parroquia San Jacinto de El Morro.

EL MORRO
Templo Parroquial y Casa Cural de San Jacinto de El Morro

Esta Parroquia Eclesiástica, que cuenta con varios años de creación, ha sido el escenario del silencioso trabajo de los diversos sacerdotes que por la administración de su curato han pasado, todos ellos dejando una huella imborrable en el corazón de aquella gente noble y campesina.

Llegué a esta hermosa Parroquia de Pueblo, que atiende 26 aldeas, para vivir las misiones de Adviento y Navidad del 2016, el día miércoles 14 de diciembre en horas de la tarde, procedía del Seminario de Mérida, mi destino en este pueblo era acompañar y ayudar en la Novena de Aguinaldos y las Posadas Decembrinas de la comunidad, al lado de su Cura Párroco, el Pbro. Jesús Enrique García Ramírez, oriundo de Canaguá, Municipio Arzobispo Chacón, de los Pueblos del Sur de Mérida. En el viaje de ida al pueblo compartí con el Diácono Permanente Hernán Villarreal, de la Parroquia Santa Lucía de Mucuchíes, quien también iba de misiones a la Parroquia de San Jacinto de El Morro, él fue destinado a una comunidad lejana.

El Diácono Hernán, compartió conmigo su interesante historia vocacional, y de verdad que es bello conocer cómo el Señor llama a cada uno según sus propias particularidades, en este caso, el Diácono Hernán ha sido un fiel católico perteneciente a varios grupos de apostolado y estrecho colaborador de varios sacerdotes, por la gracia de Dios ha tenido la oportunidad de tener una seria y comprometida formación en la fe y la doctrina católica, siempre buscando el servicio a los demás desde la humildad, como la Virgen María, así me lo manifestó. Puedo afirmar que es un hombre santo, un hombre de Dios.

Conversando con una persona del pueblo de El Morro, justo al lado del Templo Parroquial, me cuestionaba yo, y manifestándolo también, por qué tan pequeño aquel poblado, aquella persona, respondió en seguida, este es un pueblo que se ha negado a morir, luego haciendo señas hacia una calle rodeada de antiguas casas de tapias, hizo el siguiente comentario, “todos los de esas casas no están ahí, andan para el cementerio”, lo que significaba que en su mayoría ya habían fallecido.

Otro lugareño, una vez entablada la conversación me preguntó, “y cuál es su gracia”, en seguida le manifesté que no sabía responderle a aquella pregunta, en lo que él la formuló de otra manera, para que yo fuera capaz de responderle me dijo, “cuál es su nombre”.

Un hombre de edad avanzada, que transitaba por la solitaria plaza del pueblo acompañado de 4 caninos, al saludarme cordialmente me preguntó que de qué parte yo era, al final no era baquiano de mi lugar de procedencia, pasó de inmediato a aclararme que este pueblo de El Morro, era muy solitario, no tenían gran cantidad de personas que se paseasen por sus calles, refiriéndose con orgullo a la tranquilidad que esto trae a los vecinos, también me dijo que aquel lugar se quedaba pequeño en festividades como las Celebraciones Patronales, San Jacinto, y otros santos como La Candelaria y San Isidro Labrador, pues al pueblo se abocan la mayoría de personas que habitan las aldeas de la Parroquia, que son muchas, apartadas pero con una fe bien arraigada. 

Tuve la grandiosa oportunidad de compartir bastante con una de las señoras de la parroquia, que a lo largo de los años ha tenido protagonismo en la vida de la Iglesia, ella es la Sra. Matilde, quien conversó conmigo amablemente, es una señora llena de experiencias e historias que contar, ha colaborado de cerca con los diferentes sacerdotes que han pasado por El Morro, ella pertenece a la Legión de María desde 1993, fue fundadora de dicho apostolado, y para cada sacerdote tiene una gran lista de anécdotas que contar.

Varias personas me comentaron, animados por las interrogantes que yo les manifestaba, sobre la añeja Iglesia de El Morro, su aspecto inicial, todas ellas coincidían mencionando la existencia de un antiguo retablo de madera cubierto con oro, eran notables las rosas del mismo metal precioso que lo decoraban, imagen que no ha podido ser olvidada por los más ancianos. Comentan que hubo un tiempo en el que la Iglesia estuvo muy descuidada, las aguas pluviales lograron penetrar el interior del templo lo que ocasionó el deterioro del retablo, no saben qué pasó finalmente con él, solo recuerdan que se comparaba en ostentosidad y belleza al que actualmente está en la capilla de Estanques, de singular elaboración.

Recuerdan afligidos la triste historia del joven sacerdote Efraín Ferreira, quien a tan solo 6 meses de haber sido ordenado sacerdote y al mismo tiempo haber sido designado como Vicario del Párroco de El Morro perdió la vida a causa de un trágico accidente automovilístico en las cercanías del pueblo. Los lugareños recuerdan del Padre Efraín su humildad, era bajo de estatura pero grande de ánimo y celo pastoral, reposan los restos del querido sacerdote en la Iglesia de San Jacinto de El Morro, el pueblo se quedó con el honor de tener para siempre a su padrecito. En varias de las casas visitadas hay fotos del Padre Efraín, sin lugar a dudas él intercede por el alivio de las muchas necesidades de quienes le invocan con fe cristiana.

Pbro. Efraín Ferreira fallecido en 2005


P.A
García

1 comentario:

  1. GRACIAS PEDRO POR TAN INTERESANTE COMENTARIO. CONOCÍ AL PADRE EFRAÍN CUANDO ERA SEMINARISTA Y SIEMPRE LO RECUERDO Y NO ME OLVIDO DE REZAR POR ÉL

    ResponderEliminar