domingo, 31 de diciembre de 2023

El Niño Llorón, diez décimas*

NIÑO LLORÓN DE LA CATEDRAL DE AYACUCHO

I

En mil seiscientos setenta y cinco

un tal Perico Urbistondo

era zapatero sin fondos

aunque trabajador con ahínco

y, para calzar a buen brinco,

por Carmeneca tenía el tenducho

en la Huamanga, hoy Ayacucho,

casado con doña Casilda

de mente abierta como hoy se tilda

y en cierta forma se evita mucho.

 

II

Nuestro humilde zapatero

pecaba por muy celoso

y entre los buenos mozos

Antuco Quiñones era el primero.

Aquel amor tan sincero

Casilda no comprendía

Perico ya presentía

la cruel traición de su amada

por eso la vigilaba,

hasta que descuidó un día.

 

III

En dos cuartos se repartía

la habitación y el negocio

y para alejar el ocio

sus herramientas tenía,

pero a él lo que más le valía

era un Niñito Jesús

a quien encendía una luz

y le hacía su confidente

rogándole estar pendiente

cargando con esa cruz.

 

IV

Cierta tarde emprendió camino

para ganarse buen oro

y al Niñito, su tesoro,

le encomendó aquel destino

que era Huanta, pueblo vecino,

donde a vender se marchó

y antes al Niño advirtió

que cuidara a su mujer

no dejándola perder,

pero angustiado quedó.

 

V

"Chiquitín cachigordete

si me fallas te perniquiebro,

si me haces caso, celebro,

con mariposillas de aceite.

En tu resguardo mete

a Casilda, mi honra y casa

que así nada malo pasa

y la cuidas con ternura

evitando la premura

que a mi corazón abrasa."

 

VI

"Y tú, Casilda, en mi ausencia

no dejes pasar pantalones

ni afuera pongas talones

hasta volver mi presencia,

cúmplelo todo a conciencia,

pásame cigarros y coca,

que harta es la distancia, no poca,

más la hora me reprocha

para salir bestia en trocha

que es lo que a mí me toca."

 

VII

Urbistondo regresó del encargo

y encontró la puerta cerrada,

se cansó de llamar a su amada

pasando un rato amargo,

doña Pulqueria, sin embargo,

no logró guardar secreto

y le echó el cuento completo

que Casilda fue con Antuco

gastándole un mal truco

y faltándole los respetos.

 

VIII

Periquillo entrando en razón

sintióse muy traicionado

y conforme había planeado

buscó al Niño en el cajón

hiriéndole con un punzón

en la piernita sagrada

dejándola ensangrentada

prorrumpiendo el Niño en llanto

siendo mayor el encanto

que la fe que profesaba.

 

IX

Doña Pulqueria extrañada

ingresó siguiendo el llanto

al tenducho, con espanto,

corroborando angustiada

que don Perico y su amada

no habían tenido ocasión

de consumar su pasión

con la crianza de algún hijo

y desde entonces se dijo

que fuera el Niño Llorón.

 

X

Don Perico recuperado

del desmayo producido

quedó total convencido

del evento presenciado

y al Niño Llorón llamado

a la catedral obsequió

y a Ocopa se retiró

muriendo después de lego

pues no soportó aquel juego

que Casilda le jugó.

 

*Basado en la narración “El niño llorón” de las Tradiciones peruanas de Ricardo Palma.

 

Catedral de Ayacucho, en la fiesta del Niño llorón, domingo 31 de diciembre de 2023

 

P.A

García

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