viernes, 10 de mayo de 2019

Seminario de Mérida, celebra la “Noche Diocesana”


“NOCHE DIOCESANA”


La “Noche Diocesana” es una actividad propia de esta institución, en la que se tiene por objeto dar a conocer, a groso modo, la cultura, religiosidad y tradiciones de las diferentes Diócesis que están presentes en esta comunidad formativa, a saber: Diócesis de El Vigía-San Carlos del Zulia; Diócesis de Guanare; Diócesis de Machiques; y la anfitriona Arquidiócesis de Mérida.

Esta edición de la “Noche Diocesana” del 2019, se ha preparado con esmero y esfuerzo mancomunado, pues, en el marco de la festividad de la Beata Carmen Rendiles, tercera beata venezolana, contamos con la presencia de personas que aportan su grano de arena en pro de esta obra de la Providencia de Dios que es el Seminario. Acompañó, también, Mons. Luis Enrique Rojas Ruiz, quien agradeció la preparación y dedicación de los jóvenes seminaristas en hacer el esfuerzo de salir adelante en una actividad como esta, en la que no solo se pudo conocer, por medio de un Stan, los rasgos pictóricos de las cuatro regiones anteriormente mencionadas, sino que, aunado a ello, se pudo degustar la gastronomía típica de cada lugar.

La Diócesis de El Vigía-San Carlos del Zulia presentó orgulloso su religiosidad popular con la escenificación de San Benito de Palermo y San Carlos Borromeo, al igual que estuvo presente la maqueta de la Catedral de El Vigía, icono arquitectónico de esa zona sur del lago de Maracaibo.

La Diócesis de Guanare tuvo el agrado de presentar la devoción a la Santísima Madre de Dios aparecida en los llanos venezolanos al Cacique de los Coromoto, aquel 8 de septiembre de 1652, de igual manera, con la ayuda de las coplas y un cuatro marcando el compás, recitaron los versos que armonizaron su escena dentro del recorrido de la “Noche Diocesana”.

La Diócesis de Machiques, con menos representantes en este Seminario, ambiento su estación con un bohío típico de las etnias indígenas que habita la Sierra de Perijá, en la frontera colombo-venezolana, en este sentido representaron los bailes populares con el tambor y recalcaron la importancia de la evangelización llevada a cabo en esas tierras por los venerables misioneros capuchinos, a quienes se debe gran parte del trabajo catequizador de aquella zona.

Y finalmente la Arquidiócesis de Mérida captó los aplausos de los presentes al sacar al recorrido un pequeño vehículo que transportaba un chofer y en su tolva una carroza a San Isidro Labrador con frutas, hortalizas y legumbres, tal y como es la costumbre por la zona andina. Mérida animó su escena con el canto de los versos al Niño Dios, en representación de la Paradura, y finalmente se degustó la tradicional chicha con pasteles.

Al concluir la “Noche Diocesana” los jóvenes del Curso Propedéutico escenificaron una Poema titulado “Florinda en invierno” seguido de un baile de música venezolana protagonizado por un joven y una hermana del Colegio Sagrada Familia. El Seminario Menor también estuvo presente, y ellos presentaron a los presentes una obra de teatro titulada “El Buen Samaritano al estilo siglo XXI”, donde fue imposible detener las risas, pues sus protagonistas desempeñaron sus papeles de la manera más jocosa posible.

El Presbítero Reinaldo Muñoz, Rector de esta Casa de Formación, agradeció la asistencia de todos los presentes, e instó a seguir trabajando por cultivar los valores en los futuros sacerdotes de la Iglesia Católica venezolana.

El Seminario de Mérida siempre se ha caracterizado por ser una institución de hondas raíces culturales y civiles, y prueba de ello es esta tradicional “Noche Diocesana”, en la que los jóvenes seminaristas despejan un rato su mente de los estudios y el horario establecido y ponen al servicio de todos los dones y carismas que poseen, siempre apostando por el trabajo en equipo y por el fortalecimiento de la fraternidad interdiocesana que fomenta este tipo de actividades.

P.A
García

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