lunes, 30 de noviembre de 2020

Entrevista al Dr. Carlos Iván Hernández en La Playa

DR. HERNÁNDEZ DE LA PLAYA


El 5 de septiembre de 2020 visité al Dr. Iván Hernández en su casa de habitación en el sector El Volcán de La Playa. El motivo de mi visita era de carácter histórico, pues quería hacerle una entrevista sobre la historia de la Biblioteca de La Playa, a lo cual él accedió sin titubeos. Eran las 3:36 p.m. A continuación les dejo las palabras textuales de la entrevista de 18 minutos y 22 segundos, en cursiva:

Fíjese usted el asunto. Estaba yo muy muchacho cuando José Vicente Escalante bajaba para Tovar a estudiar, bajaba con Luis Emiro Hernández, que era primo de él, como me tocó a mí también cuando fui a estudiar al Liceo, bajar a pie y subir a pie. A mí me daban un Bolívar para que almorzara y yo lo guardaba para comprar un libro. Resulta que José Vicente Escalante era un muchacho sumamente preparado, porque a él le gustaba mucho leer. Yo creo que uno de los pocos que había en La Playa que tenía una pequeña biblioteca era José Vicente Escalante. Incluso yo recogí esos libros, me los dio Victoria Escalante, la mamá de él, para cuando se iba a fundar la Biblioteca de La Playa. Él nos hablaba de Filosofía, nos hablaba de Historia. Yo tengo aquí en mi biblioteca dos libros de él, Diderot, por ejemplo, filósofo francés y uno de los promotores de la Revolución Francesa, de Aristóteles también tengo uno, que pertenecieron a él, porque Victoria me dio los libros para la Biblioteca.

Yo estudiaba en el Liceo y comía donde Félida, que era hija de Ana Rosa Hernández, que era la mamá de Luis Emiro. Entonces José Vicente Escalante comía allá, y a mí en esa casa me regalaban el almuerzo, porque la pobreza era muy grande, y eso a mí no me da pena decirlo, porque me daban un real, mamá o Carlos Barillas, para que pagara el pasaje, y yo lo guardaba y me iba a pie. También me daban un Bolívar para almorzar y yo lo guardaba, porque Félida me regalaba el almuerzo, muy buena gente ella, Dios la tenga en el cielo, y lo mismo Ramón Márquez (Playa), el esposo. Yo era familia de Félida por los Mora, porque ella era hija de Ana Rosa, Ana Rosa era hija de Amelia, Amelia era hija de Vicente Mora, por lo que me tenía mucho aprecio, Félida y los muchachos, Itamar, Rubén, Crucita, Yolanda, todos ellos, eran muy buenas personas, eran muy gente.

Un día que yo fui a almorzar en esa casa, me conseguí a José Vicente, que se había dado un tiro en la cabeza. Yo fui el que lo conseguí, estaba estudiando yo el bachillerato, me imagino que yo tenía como 18 años. La casa esa estaba en El Llano de Tovar, frente al Colegio La Presentación, ya hoy en día no existe.

Pasó el tiempo y en La Playa fundamos, con Víctor Castillo, Carmen Márquez la hermana de Manuel Márquez y Angélica, lo que se llamó la Junta Pro Desarrollo de La Playa, nosotros éramos los promotores, yo tenía mucho entusiasmo en esa época. Víctor Castillo, el esposo de Doña Lola, era maestro, y con él creamos esta Junta, y yo era el encargado de convocar a todas las personas, tenía el ánimo de recogerlos a todos, y recuerdo que don Manuel Castillo, el papá de Eulogio Castillo nos cedió la sala que tenía ahí, donde se estableció la Junta Pro Desarrollo de La Playa, hoy en día es la casa del señor Eduardo Castillo, el papá de la Dra. Yndira. La secretaria era Carmen Márquez, muy colaboradora ella, muy diligente.

Al establecerse la Junta, una de las cosas que yo planteé, junto con Víctor Castillo, era crear una biblioteca, porque la necesitábamos aquí. Una aldea no tiene muchos intelectuales, no tiene muchos promotores, la gente vivía de la agricultura, generalmente vivían pegados al trabajo, las preocupaciones intelectuales y culturales son muy pocas, pero entonces yo fui el que asomé el nombre de José Vicente Escalante para la Biblioteca, porque yo recuerdo que él se reunía con nosotros los muchachos en la Plaza Bolívar, y nos hablaba de Filosofía y de Historia, pues era un hombre muy leído, y era joven, aunque para nosotros era ya un hombre.

Entonces yo hablé con Victoria Escalante, ella era familia mía, por cierto, ella fue la que me dio el retrato de Vicente Mora, el dueño de El Volcán, que se fue a parrandear a Estados Unidos, y regresando en el barco se murió y lo tiraron al mar, como era la costumbre en esa época, entonces llegó a aquí el maletín, y en el maletín venía la foto y yo tengo la foto de don Vicente Mora. Entonces yo le dije a Victoria que queríamos ponerle el nombre de José Vicente Escalante a la Biblioteca que se iba a crear, y le pregunté si quería darnos los libros que él tenía, para nosotros tener un comienzo, y ella aceptó. Lo sometimos a votación y se aprobó.

Yo comencé a hacer comunicaciones para todas las embajadas y comenzaron a llegar revistas y colecciones y libros y libros, era la época de Pérez Jiménez. Yo escribí una reseña de todo esto cuando se cumplieron los 50 años de la Biblioteca, incluso quería ponerla en un cuadrito para que la gente viera cómo se creó eso, porque nadie nombraba cómo se creó eso, y doña Lola era consciente de que los promotores de esa Biblioteca habíamos sido Víctor Castillo y yo.

Se fue elaborando un archivo de la correspondencia que venía, y de los telegramas que nosotros mandábamos quedaba una copia. Se tenía un archivo y un libro de actas. Cuando me gradué de bachiller y me tuve que ir, yo entregué eso a la Biblioteca. A los años, cuando yo regresé, habían botado el archivo. No le dieron importancia, y tampoco apareció el libro de actas, me contó Alejandro Castillo, que es el más preocupado por esas cosas, que en las mudanzas se extravió mucho material, entre eso el libro de actas y el archivo. Porque la habían mudado para donde Sandia, y en esa época yo estaba desvinculado porque fue cuando me gradué de medicina y me fui para el centro, tuve unas correrías por allá y cuando llegue pregunté por todo eso. Yo recuerdo, como si fuera ahorita, las personas que visitaban: Antonio “veneno”, el compadre David Vivas, Ramón Vivas, el otro Antonio, Pedro, la gente de por ahí, los campesinos, a ellos yo los reunía y les hablaba de la Biblioteca, del progreso de La Playa, tenía un entusiasmo en aquella época.

Después de los años me doy cuenta que la mayor parte de las colecciones se perdieron, colecciones de revistas y algunos libros interesantes. Cuando mandaban los copeyanos le hicieron a la Biblioteca el local donde está actualmente, y eso es muy bueno, así como la Prefectura. Pero se fue perdiendo en el tiempo quiénes trabajamos en eso. Uno no podría buscar méritos, porque lo que quedó, quedó, pero también era necesario que se le guardara la historia, entonces la Lic. Lucila me pidió que hiciera una relación y yo la escribí, y tengo por ahí una copia, esa relación es lo que le estoy narrando a usted, con hechos. Bueno, esa fue la historia de la Biblioteca, lo único que nosotros pudimos concretar de la Junta Pro Desarrollo de La Playa, porque en esa época de uno muchacho qué carro iba a tener, qué íbamos a ir para Mérida, lo del progreso era un idea, porque La Playa vivía de los trapiches y de los campos, y qué podía darse, todo era una idea.

Más adelante, otra generación animó “El paso de los Reyes”, que era algo muy bueno, pero por esa época ya no estaba yo aquí, yo nunca vi eso, lo único que si vi fue la carreta de San Isidro, que era de don Flavio Paredes, una carreta antigua, una cosa muy bonita, muy tradicional, pero eso desapareció.

Cuando pasó el tiempo, hicieron una buena labor, que hay que reconocerla, porque pidieron nuevos libros, ya la Biblioteca estaba institucionalizada, por lo que ya tenía un sueldo la bibliotecaria, le mandaron libros de manera ordenada, ya los libros tenían un cuidado diferente, porque la gente tenía ciertas normas, ciertas directrices que le mandaban de Mérida y que venían a hacer supervisiones y todas estas cuestiones. Ya las cosas caminaron en cincuenta años y se organizaron y está la actual Biblioteca, pero los inicios fueron esos.

Sobre la muerte de José Vicente Escalante lo único que puedo recordar, sin querer ofender a nadie, es que él se había enamorado de Siloé Rodríguez, que era una joven muy bonita, había sido Reina de las ferias de Tovar, y se casó con Fernando Mora y José Vicente sufrió esas decepción, es lo que yo oí, y se metió un tiro. Porque José Vicente trabajaba con el Dr. Ángel Villasmil, en la Oficina Múltiple de Tovar, era secretario, pero José Vicente no tenía la profesión de abogado, pero era muy inteligente. Esa es la historia de José Vicente, muy lamentable.

Al finalizar la entrevista, el Dr. Iván se levantó de la silla y se dirigió hacia su biblioteca personal, de donde sacó un libro llevado por los años, que había pertenecido a José Vicente Escalante, de donde pude fotografiar su autógrafo, plasmado en la primeras páginas, decía: Propiedad de Vicente. Tovar: 25 de abril de 1947.

El Dr. Carlos Iván Hernández es un ilustre playense por el significado que lo describe, al mismo tiempo por su labor activa y progresista en la medicina, por haber sido fundador, leader de la Cámara de Prevención del Cáncer, y ser el primero en salir graduado en su familia.

Asimismo, el Dr. Carlos Iván Hernández es padre de familia, hijo, hermano y amigo, el mejor en cada una de sus categorías. A pesar de las desventajas y adversidades, se hizo profesional, abriéndole paso a las generaciones en el área de cirugía del tórax y neumonología.

Salió al extranjero a formarse y obtener así una segunda especialidad y de esa manera regresar a su país Venezuela con más preparación y orgulloso de haber alcanzado un lugar respetable en su promoción, egresado de la Universidad de Miami.

El Dr. Carlos Iván Hernández fue adjunto al Programa de Educación de la NASA en Houston, Texas. Su aporte va más allá de su visión política u opinión acerca de un movimiento político.

Aprender de él abarca más de la política, significa conocer su familia, sus valores, sus pasiones y su sentido práctico de la vida y sensatez para reconocer sus errores y emendar. Así como también sus destrezas y conocimientos en agricultura y la el campo de la lectura[1].

El doctor Carlos Iván Hernández falleció en la ciudad de Maracay, estado Aragua, el sábado 30 de octubre de 2021.





[1] Palabras en Facebook de Siukey Payne el 23 de marzo de 2021.

P.A

García

domingo, 29 de noviembre de 2020

Unas palabras sobre One Direction

ONE DIRECTION

      El lunes 23 de noviembre de 2020, compré dos libros: El Diario de Ana Frank y One Direction. La Historia. Biografía no autorizada, escrito por Danny White. Se trata de la 5ta reimpresión de este libro, de enero de 2013, Barcelona, España, de 254 páginas, con excelentes representaciones pictóricas, traducido por Irene Saslavsky, del título original: The One Direction Story.

         One Direction  fue una banda pop de jóvenes compuesta por cuatro británicos y un irlandés, en 2010, ellos son Niall Horan (irlandés), Liam Payne, Harry Styles, Louis Tomlinson y Zayn Malik. Estos coincidieron en un famoso programa de talentos musicales londinense: The Factor X, donde fueron apadrinados como grupo por Simon Cowell.

         La historia de One Direction es la de un grupo de jóvenes con notables talentos, grandes ilusiones y con grandes oportunidades. Ellos, en los seis años que duró activa la banda, supieron trabajar en equipo, superando las dificultades propias de la convivencia en común, así como el precio tan alto de la fama. El primero que abandonó la banda fue Zayn Malik.

         Estos jóvenes no solamente atraen a las chicas por su presencia física, sino que también son motivo de admiración por todos los que valoran la música, la juventud y las oportunidades que Dios y la vida presenta, a veces, de manera impensable. Tienen unas voces poderosas, propias del pop y la balada. Su actuación en escena es también muy auténtica.

         Escuchar las canciones de One Direction, sobre todo las de contenido vivencial, de la vida cotidiana, puede ser un estímulo para seguir adelante, apostando todo de nosotros mismos, por un ideal, por una meta bien trazada, por supuesto, sin olvidar nunca de dónde hemos salido.

         Aunque estemos acostumbrados a estudiar inglés, puede parecernos, o dificultoso o más sencillo, el léxico utilizado por One Direction en sus canciones, pues evidentemente ellos cantan y hablan con un inglés británico, un tanto diferente al norteamericano, sin embargo, con la ayuda de los subtítulos, que están disponibles siempre en las redes sociales como YouTube, todo se hace más llevadero, siendo este el principal motivo por el cual me animé a escuchar estas canciones, con el propósito de mejorar mi inglés, que por los momentos no deja de estar en el más básico de los niveles.

         En la actualidad los integrantes de One Direction están llevando sus carreras artísticas y musicales por separado, pero no dejan de dar titulares en el mundo de la farándula y de la música a nivel mundial, sobre todo a los angloparlantes.

         El más popular de todos ellos es Harry Styles, quien ha demostrado ser un polifacético aventajado. Luego le siguen sus compañeros que, sería difícil escalonar en cuanto a su fama actual, sin embargo, yo me atrevería a posicionarlos de la siguiente manera: Niall Horan, Liam Payne, Louis Tomlinsom y Zayn Malik. Todos ellos no han dejado de ser personas normales, a pesar de llevar una vida súper agitada, que nadie quisiera tener. Han tenido tiempo para todo, hasta para la caridad, ya que ha sido frecuente encontrarles haciendo donaciones importantes de dinero en provecho de las actividades altruistas llevadas a cabo por organizaciones no gubernamentales.

         De One Direction se podrían sacar muchas cualidades, yo me atrevería a mencionar sólo una de ellas, la autenticidad, tan escasa en el mundo en que vivimos, pues pareciera que los patrones de cómo actuar, cómo vestir, cómo vivir ya estuvieran prefijados, y estos jóvenes demuestran que se puede ser diferente, pero sin colindar con lo ridículo o lo deshumanizante.

P.A

García

sábado, 28 de noviembre de 2020

Resumen de “Camonina” (Leonardo Mora Arias) referente a La Playa

CAMONINA PLAYENSE

         Leonardo Mora Arias es oriundo de La Playa, nacido en 1936 y fallecido recientemente, realizó estudios en Pamplona (Colombia) y en Mérida (Venezuela). Tras abandonar los estudios universitarios se dedicó a la actividad agropecuaria. A partir de 1958 contribuye con la transformación agrícola de Bailadores. Fue un autodidacta, participó en la lucha social durante toda su vida, en organización popular, cooperativismo y radiodifusión. Se destacó por más de cuarenta años en el periodismo de opinión en diarios San Cristóbal, Mérida, Barquisimeto y revistas de circulación nacional. Fundó un periódico gremialista llamado “Rescate”, el cual circuló por 14 años en la zona cafetalera de Venezuela. Decidido conservacionista propuso la lucha contra la explotación de las minas de cobre, plomo y zinc en las montañas de Bailadores. Propuso en beneficio de todos, la creación del Parque Nacional “Juan Pablo Peñaloza” y el Monumento Natural “La Galera”. Sus libros publicados fueron: Las Estatuas de la Infamia (1992), El Fantasma del Valle (1998), La Galera de Marmolejo (1998), Cómo ir a la Constituyente (1999), Legismundo (1999). Sus escritos inéditos fueron: Testimonio; Municipio, vida urbana y límites de crecimiento; Camonina (segunda parte); Golongías y Chao tierra (poemarios).

El presente resumen trata de su obra Camonina: un modelo de desarrollo endógeno. Vida y economía en el valle del Mocotíes, publicado en Caracas para el mes de noviembre de 2005, en los Talleres de Corpográfica. Según el mismo Leonardo Mora Arias, Camonina es en su esencia el relato de su madre Ana Isabel Arias Dugarte, de sus tíos Arias Dugarte, de su abuela Ana Cecilia Dugarte Carrero; y aporte de Alcira Mora Carrero, Sor Inés Molina Mora, Francisco Guerrero, y documentación aportada por Gustavo Adolfo Gari, recibida de su tío Adolfo Altuve Salas, amigo de Juan Francisco Franco Quijano, más las vivencias propias del autor.

A continuación el texto resumido en cursiva:

         La Playa debe haber comenzado a consolidarse como caserío en el último cuarto del siglo XIX. Para 1940 era un conglomerado de cuarenta y dos casas irregularmente acomodadas a lado y lado de la carretera Trasandina. En algunos tramos, continuadas; en otros, intercaladas por cultivos de caña de azúcar, tabaco, repollo o maíz. Frente a la capilla que sirve de templo, había un potrero, cubierto de grama, con un samán de frondosas ramas. Bajo su cobijo se reunía la muchachada, antes y después de la misa dominical, y jugaban algo que podía ser fútbol, porque todos corrían detrás de un balón que pateaban sin dirección, orden ni concierto, la regla imperante era, la del más fuerte, que mantenía el dominio sobre el balón y los demás trataban de quitárselo. Alrededor del potrero no había casas, sólo las que estaban al borde de la Trasandina. A la derecha, un cultivo de caña de azúcar separaba el potrero de la casa donde vivía el cura párroco, presbítero Azael Arellano y su robusta hermana, la señorita Pausalina. A la izquierda, dos casas (los Barillas y Napoleón), al fondo la capilla dedicada a San Vicente Ferrer y la callejuela a Mapuritos (Las Delicias) que tenía cinco casas y en la falda del cerro, un terreno circundado de paredes de tierra pisada, destinado a cementerio, que le doctor Gerónimo Maldonado no permitía su uso, porque según su opinión de médico, contaminaba los suelos, las aguas y el ambiente del caserío. Los muertos eran llevados en andas por el camino nacional en un recorrido de dieciséis kilómetros, hasta el cementerio de Bailadores. Muy temprano en la mañana, después de la larga y lúgubre noche de velorio, abonada de café, aguardiente y abundantes comidas, el cortejo fúnebre –según la situación económica del difunto o las circunstancias de su muerte- partía con muchos o escasos cargadores que ponían el hombro en sucesión interminable. La noche de velorio, más los 16 kilómetros, más los descansos para los brindis de aguardiente, más el sol del mediodía, más lo abrupto del camino real que hacían largo y difícil el ascenso hasta Bailadores. Por fin, el cortejo llegaba al cementerio y se cumplía el decir popular: Los muertos no los entierran, por ninguna cosa fina, es porque ni los parientes, aguantan la hedentina.

Aquella inveterada costumbre de llevar los muertos a Bailadores, duró hasta el día que vino de visita a El Volcán el doctor Servio Tulio Rojas Dávila, hijo de Rosa Dávila Arias, primo de Ana Isabel, médico que se desempeñaba como Director de Sanidad del estado Mérida. Ana Isabel le contó la odisea de trasladar en anda los muertos, dieciséis kilómetros, desde La Playa (1000 metros) a Bailadores (1.750 metros). Le hizo la solicitud de autorizar el uso del terreno destinado, en La Playa, para tal fin. El doctor Servio Tulio, acogió la solicitud. El primer entierro fue el de Eriberto Paredes, hijo de don Flavio Paredes: murió “vigiao” en la curva de El Charco, de un disparo de escopeta, por rencillas amorosas.

Hacia el sur del caserío, la callejuela llega hasta cerca del río. Tenía cinco casas, intercaladas con cultivos de café y tabaco. En la situada frente a la de Concepción “Concho” Vivas, funcionaba el alambique de don Liborio Ramírez, que fabricaba un licor de fama en la región; “aguardiente playero”, cuya distribución fiscalizaba en Bailadores el Jefe de Estanco, Eliodoro Belandria (1930). Don Liborio también era dueño de la casa de corredor ubicada en la esquina de la callejuela, junto a la carretera Trasandina y frente al potrero con vocación de plaza. Se la vendió a Pedro Gil, dueño de la finca Las Puertas (en Tacarica), que le vendió ésta a don Abel, dueño de la finca El Encierro (en San Francisco), que le vendió ésta al joven Desiderio, que años después la vendió a los Quintero. Estas operaciones de compra y venta se realizaban a un tiempo y en forma sucesiva. Mejor dicho, Desiderito le compró a Abel, éste le compró a Pedro Gil y éste le compró a don Liborio, el dinero como la propiedad pasaron de mano en mano. Posteriormente, al morir Pedro Gil, lo herederos le alquilaron la casa a Francisco Berbecí y finalmente la adquirió su hijo Tito.

La callejuela, para no llegar al río, dobla a la izquierda y se une a la que viene de la carretera Trasandina, en la esquina donde Luis Argimiro Hernández tenía almacén de telas, ropa, zapatos, víveres y utensilios varios. Este negocio, por ser La Playa encrucijada del camino a Guaraque, por la vía de El Rincón, el páramo Los Pinos y la Nariz del Judío, atrajo la actividad productiva de la zona comprendida más allá de Mesa de Quintero y Capurí. Por esta vía el cruce del macizo central de la cordillera, era breve, el cruce del páramo era corto, sin el frío de las ventiscas, ventaja topográfica que contribuyó al desenvolvimiento económico del almacén de Luis Argimiro, por la compra y exportación de café, fábrica de jabón y más tarde, cuando se abrió la carretera a Guaraque, importación y venta de vehículos, Jeep Willys.

Al lado de Luis Argimiro y con la callejuela de por medio, está la casa que habitaba Blas Márquez y su numerosa familia. Trajo la primera Rockola que llenó de rancheras, guarachas y bambucos la quietud de las noches y de “rumba”, los fines de semana. Por cada bolívar reproducía cinco melodías.

Al borde de la callejuela corría la acequia de piedra que iba al trapiche de los Burguera. Esta parte del caserío se conoce como El Verde. Y la entrada al caserío, desde El Volcán, lo denominaban El Chispero, por la famosa locuacidad, garizapa, trifulca cotidiana de las vecinas, que en ocasiones coincidían con el paso la loca Erminia, alias “chivamé”.

Al lado del Chispero y del lado del río hay un montículo, de piedras inmensas, acumuladas allí por el “cataclismo de El Volcán” y se le conoce como El Pedregal o Zamural, porque en las cuevas que las piedras forman, había nidos de zamuro y los muchachos realizaban excursiones en busca de la “piedra del zamuro”, en la creencia de recibir la suerte que trae su posesión. A la salida del pueblo, por el otro extremo, estaba El Charco, extensa área pantanosa poblada de enea, anguilas, voladores, sardinas y sauces de voluminosos y esbeltos troncos. Más al oeste, El Dique, cuyo nombre deriva de las barreras que las gentes interponían para defenderse de las crecidas del río cuando avanzaba incontenible hasta los aledaños del caserío. En El Dique está el cruce del camino hacia Guaraque, Capurí y Pregonero. Había dos casas a lado y lado del camino. Una servía de posada a los arrieros que hacían el recorrido con las recuas cargadas de mercancías a la ida y café u otros productos a la vuelta. En a otra casa vivía la numerosa familia de los Zambrano. Con los años, el tráfico por la carretera Trasandina, hizo que Pompilio Sánchez, casado con Ana Escalante, desarrollaran una estación de servicio. Ana, hermana de Amable Escalante, conversador dicharachero. En su mocedad, era insoportable por las travesuras y pendencias que ocasionaba en el pueblo. La autoridad, para sacarlo del caserío, lo reclutó, lo enviaron al cuartel, donde llegó a formar parte de la guardia personal del general Juan Vicente Gómez, “la Sagrada”. a la muerte del Benemérito, regresó a La Playa, se estableció en la casona de la familia, junto con Gabriel, Ana, Filomena y María, esposa de Julián Vivas, muerto en mala hora por la contienda político partidista. Amable administraba las tierras aledañas a la casa paterna, sembradas de caña de azúcar y cafetales. A doña María, viuda de Julián, le quedaron propiedades y medios económicos que dedicó a obras de interés social. Atendía las obras de mantenimiento de la capilla. Como el joven Desiderio viajaba periódicamente a Pamplona (Colombia), donde estudiaban sus hijos y allá había fábrica de imágenes (íconos), por encargo de doña María, compró la de varios santos y vírgenes, menos “La Dolorosa”, obsequio de Desiderito y Ana Isabel a la capilla de La Playa. Las otras imágenes (La Milagrosa, San Antonio, San José) las había enviado de Francia, Efigenia Vivas, hermana de Abelino Vivas, alias “Abelino buche”, que en medio de sus frecuentes borracheras recordaba sus años de recluta en el cuartel. Efigenia Vivas viaja a Francia como ama de llaves de Caracciolo Carrero –dueño de la Hacienda Cucuchica- y desde allá envía las imágenes como regalo a la capilla de La Playa. Otros regalos para la capilla los hizo Rita Jaimes, hermana de Lino Jaimes. Ama de llaves de Pérez Soto, edecán del general Gómez. Estuvo en Tovar como jefe civil, luego fue gobernador del estado Zulia y cuando se fue a París, llevó a Rita. De La Playa también era María del Carmen, por muchos años cocinera en la casa del Benemérito General Juan Vicente Gómez. Doña María Escalante, le donó al padre Humberto Paparoni, una suma de dinero para la construcción del edificio del Colegio “Padre Arias”. Y cuando surgió el proyecto de emisora para Tovar, doña María, le dio al Arzobispo Chacón, una donación para la adquisición de los equipos (Radio Occidente). Pompilio y Ana, su esposa, convirtieron la casona de El Dique en lugar obligado de parada para comer, tomar un refresco y aprovisionar de gasolina los vehículos, con un surtidor (bomba), que tenía un pedestal y sobre éste, un depósito de vidrio protegido por un estambre fuerte, de ojos apaisados, que protegia un envase de vidrio y permitía ver las marcas de una escala descendente de cinco en cinco (en la parte superior cinco y en la inferior treinta), marcas o niveles que indicaban la cantidad de litros. En el pedestal había una manivela, al girarla, bombeaba gasolina del depósito subterráneo y la hacía borbotar en el depósito de vidrio, el cual, a medida que llenaba, adquiría el color rojizo característico de la gasolina con tetraetilo de plomo –como de “frescolita”-. El proceso de trasvasar la gasolina del depósito de vidrio ocurría por gravedad a través de una manguera en cuyo extremo estaba la válvula o pistola que se introduce en el llenadero del vehículo. Con el paso de los años, este sistema fue mejorando por la incorporación de una motobomba eléctrica que cumple la función de estraer la gasolina del depósito subterráneo y la inyecta directo en el tanque del vehículo, mientras en un tablero de vidrio, un mecanismo de relojería con números indica la cantidad de litros atravesados y el valor total. Además del aprovisionamiento de gasolina, aceite, aire para los cauchos, agua para el radiador, los viajeros compraban avío para la travesía del páramo La Negra, rodeada de expectativas y temores por la falta de confort en los autobuses y automóviles, que no protegían del frío y por causa de la altura, se ocasionaba el “mal de páramo”.

El valle de La Playa está cerrado al oeste por la morrena terminal de Barrotes, donde, al final de la era glacial, los hielos se licuaban y la acción del agua por miles de años, creó la diferencia de nivel topográfico. Idéntica acción realizó el río entre Mesa de Adrián y Mesa de Los Uvitos, profundizó el cauce, formó el cajón del río, talló, por un lado, la barranca sobre la cual está la mesa La Laguna. El otro lado de la meseta, lo talló el glaciar del páramo Los Pinos, en cuya vertiente corre la quebrada El Rincón que surte el acueducto de La Playa y Tovar.

Los terrenos que sirven de asiento al caserío y los aledaños, pertenecían a Domingo Caro, Eliodoro Codina, Gerónimo Maldonado, Flavio Paredes, Pulido Méndez. Había cultivos de café, tabaco y caña de azúcar.

La caña de azúcar y el trapiche cambiaron en La Playa algunos patrones de vida. De una agricultura precaria por la escasez de tierras dedicadas al cultivo de tabaco, café y frutos menores, se pasó a la agricultura exclusiva e intensiva del cañamelar, con las mejores técnicas conocidas, entre ellas, nuevas variedades de caña, mantenimiento de la plantación, resiembra, limpia, regadío por gravedad. Desiderio trajo el primer tractor a la zona (1940), comprando a Eduardo Valecillos que tenía agencia de vehículos en Tovar, un Internacional Farmall A, de 25 caballos, que subía y bajaba en forma mecánica el arado de vertedera. En las vegas de La Playa, donde no había piedras, sino, arenillas y arcillas, el tractor funcionaba muy bien en la preparación de la tierra y trazado de los surcos, para colocar en hileras la semilla en estolones. Durante más de cuarenta años, aquel pequeño tractor, de color rojo, símbolo de la revolución y el vambio, roturó suelos en La Playa, en Santa Cruz, en El Volcán, en Bailadores. Y cuando vino el cambio hacia la nueva etapa agrícola de la papa y la horticultura, también fue pionero. Durante más de treinta años aquel tractor no tuvo tregua en los barbechos o como fuerza motriz cuando ocurría alguna falla del motor Diesel que movía el trapiche. Ya muy maltrecho por el tiempo y el trabajo, Desiderio lo vendió al primo Fernández, de Mesa Bolívar, para mover la sierra de una carpintería.

Desiderio como Presidente del Concejo Municipal de Bailadores tuvo como obra más importante la construcción de la plaza Bolívar de La Playa. Para ello se utilizó el terreno frente a la capilla. Fue necesario adquirir por compra el área sembrada de caña de azúcar ubicado junto a la casa del presbítero Ramón Arellano, que permitió abrir la calle y anexarle una parte al terreno de la plaza, para tratar de darle la cuadratura debida, lo cual no fue posible, y quedaría ligeramente más larga hacia el frente de la capilla y angosta entre las calles laterales. La construcción fue financiada con las rentas que se recaudaban en La Playa por concepto de sacrificio de reses, porcino y patente. En total doscientos bolívares mensuales. Con ese dinero se compró el cemento y se pagaba el jornal de Abelino “buche”, como albañil y a “Marracuco” Escalante como ayudante. El plano, con los caminaderos, jardineras y área central para el pedestal, lo hizo Desiderio y dirigió la construcción. También construyeron el altozano, arcos internos de columnas y algunas otras reformas en el altar mayor de la capilla, cuya torre y campanario había sido construido por Alejandro Montero, hijo de Vicente Mora Moreno.

Finalmente agradezco a don Mario Rosales por haberme facilitado el libro Camonina para la correspondiente (primera lectura), luego al Dr. Iván Hernández quien también me lo facilitó para una segunda lectura, de la cual pude tomar los apuntes que consideré oportunos publicar, porque hacían referencia a la historia de La Playa.

P.A

García

martes, 24 de noviembre de 2020

Datos sobre La Playa, según Lisandro Barillas

“VALLE DE LAS ANGUSTIAS”

Los siguientes DATOS SOBRE LA PLAYA DE BAILADORES, escritos por Lisandro Barillas, fueron publicados en la página 3 del periódico ESFUERZO, de la ciudad de Tovar, el 30 de agosto de 1975. En esta oportunidad es posible traerlos al mundo digital en mi Blog, gracias a la colaboración del Licenciado Néstor Abad Sánchez, quien tiene en su poder el original del documento, el cual fue fotografiado y publicado por él en las redes sociales (WhatsApp). A continuación el texto íntegro en cursiva, al final del mismo haré mis acostumbradas disquisiciones:

Remontándonos un poco con el pensamiento al pretérito de nuestra querida patria chica (La Playa) en ayuda de algunos pequeños datos que por tradición nos han llegado y algunos escritos dignos de crédito. Formulamos la siguiente historia (si así puede llamarse) para conocimiento de la posteridad. El sitio que hoy ocupa La Playa fue llamado primitivamente Valle de las Angustias, cuando esto fue suelta de ganado vacuno, junto con el Llano de Higuerones o sea lo que hoy se denomina Llano de Tovar. Esto fue antes del año de 1610. Los primeros habitantes fueron los indios Bailadores que estaban esparcidos por todo el Cantón Bailadores. Notable este Cantón por la grandeza de su territorio, hoy hay tres Distritos en él, y son: Distrito Rivas Dávila, Distrito Tovar y el Distrito Alberto Adriani. Cuyo territorio como ya se dijo correspondía a Bailadores. El nombre de Bailadores proviene de estos aborígenes que en sus luchas con los adversarios usaban un son de baile. El acontecimiento sismológico del 3 de febrero de 1610 hizo cambiar un poco la topografía de este Valle con mayor razón al Norte o sea el sitio llamado El Volcán, debiéndose este nombre al mismo acontecimiento. Este fenómeno telúrico hizo volar un cerro de la parte Noroeste que cayó al Norte y al Noreste o sea el sitio El Volcán. Esto dio motivo para represar el río Zarzales no dejando pasar ni una gota de agua por espacio de 141 días, o sea desde el tres de febrero hasta el 24 de junio, día de San Juan del referido año de 1610. Se hizo una gran laguna en todo el territorio plano de lo que es actualmente La Playa. Para la fecha de este notable acontecimiento tenía el pueblo de Bailadores nueve años de fundado por el Capitán Luis Martín. Ya normalizado el suelo, o mejor dicho seco por haber reventado el gran pozo, el río siguió su curso por donde lo tiene actualmente, o sea por el Este. Antes era su curso por el Oeste rumbo a Las Delicias, caserío de esta misma población pasan unos años y todo se normaliza en este Valle, es entonces cuando comienzan a llegar algunas familias de otros pueblos, como el vecino Estado Táchira y Nueva Granada y se radican para siempre dejando prole de quienes emanan casi todos sus actuales moradores. La base de la economía de estos primeros habitantes dependió de la cría de animales y la planta infernal (tabaco) y gran variedad de fruto menores. Luego es introducido otra base de economía, la caña de azúcar. Los ingenios eran de acuerdo a la época, de piedra y de madera movidos por bueyes. Estos ingenios fueron sustituidos por otros un poco mejores. Del culto al trabajo estos pocos habitantes van progresando, casi a paso de morrocoy, pero iban hacia adelante. Luego sienten el deseo de rendir culto a la Divinidad y fabrican el primer templo y escogen a San Vicente Ferrer como patrono de la Aldea, el primer templo lo fabricaron en el sitio denominado: San Vicente Viejo y también La Pedregosa al sur oeste de la Aldea, allí están las ruinas dando testimonio de lo que aquí estoy diciendo. Seguramente por temor, aquellos primeros moradores temían una nueva inundación, sus primeras viviendas fueron hechas lejos de lo que es hoy la mayor población. Hay todavía una ruina de una gran mansión en el sitio de denominado “Vueltas Viejas” fue llamada según tradición “La casa de las cien puertas”. Otra en el sitio: “El Molino” hablan por sí solas, de un pasado… Cuando la población llega a 90 habitantes establecen negocio mercantil a principios del siglo XVIII. A principio del siglo XIX su población casi llega a 250 almas. Actualmente son 1600 adultos. El mayor adelanto lo ha tenido en los últimos 25 años, actualmente cuentan sus habitantes con varios servicios de utilidad colectiva, entre los cuales podemos nombrar los siguientes: Escuela Graduada, Comedor Escolar, Oficina Telegráfica, Comisaría y Cementerio. Un templo católico y frente a este una plaza (como hay pocas) que adornan el pueblito. También se encuentra allí la estatua del que sacrificó vida y fortuna por darnos la libertad, Bolívar. Un mil trescientos cincuenta (1350) metros sobre el nivel del mar es su mayor altura, según han dicho los entendidos en esta materia. Ahora vamos a enumerar el material humano que nuestra patria chica ha producido. Para el año de 1884 tiene su primer bachiller que pasa a la Universidad de Mérida y quien más tarde obtiene el título de Doctor. Es Gerónimo Maldonado hijo, Médico aventajado, escritor de altos vuelos, autor de varias obras, político, poeta, importante hombre público, fue Presidente del Estado Carabobo y Presidente de la Asamblea Legislativa del Estado Mérida. Si la parca inexorable no le arrebata su preciosa existencia, la patria hubiera recibido mucho más de aquel cerebro prodigioso, honra y gloria no solo del terruño que lo vio nacer, sino del Estado y la República. Fue realmente uno de nuestros más legítimos valores en letras, mi pluma es incapaz de resucitar a cabalidad los méritos de este gran venezolano. Otros médicos: Iván Hernández, Alberto Mora, Omar Ceballos y Guillermo Castillo. Bionalistas: Jairo Castillo Castillo. Pedagogos: Miguel Vivas. Profesores: Víctor Castillo, Gregorio Escalante, Alejandro Castillo, Luis Gutiérrez, Almeda Roa, Débora Salas de Villanueva, Dania Mora, Mario Codina y otros. Geólogos: Francisco Herrera. Sacerdotes: Alfonso Márquez. Maestros: Gisela Mora de Ceballos, Olga de Labrador, Ana de Moret, Ana Castillo, Blanca de Paredes, Lola de Castillo, Miriam Vivas, Rita Elisa Moreno, Ofelia Gutiérrez, Edilia Escalante y otras. Ingenieros: José Márquez, Asdrúbal Zambrano Roa, Itamar Márquez. Enfermeras: Betti Roa, Priscila Salazar. Poetas: Gregoria Escalante. Odontólogos: Ramón Cecilio Sánchez, Miriam Salas. Peritos Agropecuarios: Eduardo Castillo, Eduardo Escalante, Fredy Vivas Méndez. Aviadores: Otoniel Vivas Roa. Articulistas: José María Codina, Verdadero Quijote del Periodismo, escribe en varios voceros del país. Generales: Dr. Maldonado y Virgilio Vivas. Monjas: Elda Márquez. Bachilleres: Un gran número. Esta es la descripción de la Aldea que quiere elevarse, pero no por espacios siderales, como las aves y los aviones, sino a la categoría de lo que realmente es posible por su contenido: a Municipio. Si la grandeza de una comunidad está en el material humano que la integra, La Playa, realmente está en condiciones propias y favorables para su atendida en este paso que quiere abrirse por la senda de la razón y la Justicia. “La verdad y la razón sólo se defienden con la razón y la verdad misma”.

         Lo primero que detalla Lisandro Barillas es que los datos que presenta, unos los ha recibido por tradición, y otros son citados de escritos dignos de crédito, de los cuales lamentablemente no hace referencia clara. Seguidamente asevera que La Playa antiguamente se llamaba “Valle de las Angustias”, sin especificar a qué se debe tan particular nombre. Luego hace una buena explicación del terremoto de 1610.

         Lisandro menciona que antes del terremoto el río Zarzales corría por lo que hoy día es el sector Las Delicias, y no es que desafiara a la gravedad, sino que el valle era notablemente diferente antes del movimiento telúrico.

         En cuanto al poblamiento de este “Valle de las Angustias”, Lisandro afirma que se efectuó años después de desecarse el terreno que estuvo inundado, el cual fue habitado por familias tachirenses y colombianas en su mayoría, dedicándose con ahínco a la cría de animales y a la siembra del tabaco. Es de suponer que estas primeras familias se ubicaron en la parte alta de lo que hoy es La Playa, en el sector San Vicente, zona alta y segura, libre de inundaciones; otro testimonio son las ruinas de una famosa casa en el sector llamado “Vueltas Viejas”, la “Casa de las Cien Puertas”, sobre la cual escribí un breve artículo bajo el título de “La Casa de las Treinta Ventanas”, pero lo que en definitiva se recuerda de ésta, era su imponente grandeza y fabricación audaz.

         Sobre la devoción a San Vicente Ferrer en La Playa, Lisandro opina que fue decisión de los habitantes elegir como Patrono de la aldea a este santo dominico español (1350-1419), para lo cual le construyeron una capilla de dimensiones considerables, en la aldea que era conocida a su vez como San Vicente (como lo es hasta hoy día), o La Pedregosa. Realmente no es acertado pensar que la elección del patrono haya sido por elección popular. Lo que sí pudo haberse llevado de esa manera –interés comunitario- fue la construcción del templo, que como hemos visto en artículos anteriores, se efectuó antes del año 1829, fecha en la cual los hermanos Escalante hacen donación a la Diócesis de Mérida del terreno donde ya estaba construida la capilla.

         Después de mencionar los logros materiales que para el año en causa (1975) se habían obtenido en La Playa, Lisandro determina que es en el año de 1884 cuando La Playa tiene su primer Bachiller, quien fuera después el Doctor Gerónimo Maldonado Morales, médico cirujano, político, escritor, poeta, historiador, lumbrera nacional nacido en el sector Los Rastrojos de La Playa. Luego sigue una larga lista de playenses de la contemporaneidad, profesionales en sus materias. Al final de la lista menciona a un cura y a una monja, según él nacidos en La Playa. El primero nació en Tovar, Mons. Luis Alfonso Márquez, y fue criado en La Playa. La religiosa sí nació en La Playa, Sor Marina del Cordero Inmaculado, fallecida en 2011.

          Ya en el último párrafo Lisandro deja entrever el motivo por el cual escribió esas líneas, apoyar la causa de los playenses en verse elevados a la dignidad de Municipio, y es que para el momento (1975), en La Playa se estaba fraguando dicha idea, cuestión que se logró, pero que después hubo de revertirse, por el cambio de leyes que rigen la distribución político territorial del Estado Mérida.

“La verdad y la razón sólo se defienden con la razón y la verdad misma”


P.A

García

martes, 17 de noviembre de 2020

Los límites de La Playa en 1929

“ALDEA LA PLAYA”


         La Playa es conocida como aldea desde época no precisa. Al menos, según el testimonio de Mons. Jáuregui ya se habla de “aldea La Playa” para 1887. Sin embargo, no es sino hasta 1929 (42 años después del mencionado testimonio) cuando se delimita oficialmente los espacios de la jurisdicción playense, mediante Decreto del Concejo Municipal de la época, integrado por cinco Concejales, dirigidos por el Presidente de la institución, el ciudadano Abelardo Oballos; como Vicepresidente, Víctor Belandria; como Síndico Procurador, Remigio Barillas y dos restantes Concejales; según lo expresa el Acta número 16, del 26 de junio del año aludido, se estableció mediante Decreto Municipal lo que a continuación se copia textualmente, sobre materia correspondiente a la división política y territorial del Municipio Bailadores.

De conformidad con lo acordado en la Sesión del veintiséis de junio del corriente, sobre lo que se refiere en su cuenta N° 5 que trata del proyecto de ley de División Territorial y habiéndosele dado los tres debates de ley, se hace el siguiente Decreto.

Artículo 1° El territorio del Municipio Bailadores, se compone de las siguientes aldeas que se denominarán: La Playa, Mariño, San Pablo, Bodoque, La Villa, Otra-Banda, Las Tapias, Las Playitas y por último, Mesa de la Laguna, ésta elevada a tal categoría por este Decreto.

Artículo 2° La aldea La Playa, queda con estos límites: por el norte, saliendo del río Mocotíes (llamado Zarzales en su nacimiento) síguese el viso de El Volcán, luego una línea inclinada hacia la derecha buscando el punto llamado El Mojón, separa el Municipio Tovar: por el Este el cauce del río mencionado aguas arriba hasta llegar a la peña de la Periquera y el río, se sigue una línea recta a la quebrada La Batalla, luego el cauce de ésta hasta su naciente, de este punto sigue por un callejón llamado El Filo, de aquí buscando la dirección a un pequeño manantial “Aguas de Juvenal”, de aquí por una línea de sur a norte, llegando a otro manantial, llamado “Nieto”, luego se traza una línea inclinada hasta llegar al camino que de Mariño conduce a Tovar, síguese por este camino hasta llegar al punto llamado “El Mojón”, límite del Norte, separa en su línea Sur Oeste y Noreste de la aldea Mariño.

El texto anterior es bastante diáfano en cuanto a la delimitación de La Playa (Artículo 2°), sin embargo, lo que me interesa dejar claro en este breve comentario es que en el citado Decreto se tiene como novedad la creación de la aldea Mesa de la Laguna (Artículo 1°), el 26 de junio de 1929.

P.A

García

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Otro testimonio sobre La Playa en 1885 por Isidoro Laverde

UNA VIAJE A VENEZUELA


         El bogotano Isidoro Laverde Amaya (1852-1903), fue un escritor colombiano que a su paso por La Playa, el 24 de diciembre de 1885, pernoctó y aprovechó para copiar un magnifico recuerdo de la situación general de este pueblo andino. El texto ordinario de su libro se tituló “Un viaje a Venezuela” y fue publicado en la ciudad de Santafé de Bogotá, por la Imprenta de “La Nación”, en el año 1889.

Isidoro parte desde la capital colombiana el 15 de diciembre de 1885, y pasó por La Playa el mencionado día decembrino. En su arqueo literario deja clara una descripción casi paradisiaca de esta población agrícola. A continuación les dejo el texto íntegro de Laverde, para, al final, solo hacer una aclaración de términos encontrados en la cita.

Capítulo V - La Playa de Bailadores. –Las diversiones que prefieren.

Siguiendo rumbo hacia Tovar, y a una legua nada más de buen camino, se levanta un caserío de variado aspecto, en la fértil planicie que llaman Playa de Bailadores, cultivada con esmero; abundante en plantaciones de caña, y con pequeñas dehesas de rico pasto. También se encuentran algunas sementeras bien cultivadas. Y si la naturaleza ha andado pródiga en dotar de belleza y fecundidad estos terrenos, en ellos no se ha hecho sentir todavía la despiadada codicia del hombre, porque la propiedad está muy dividida: todos tienen algo, de suerte que aquel grupo de población, exclusivamente agrícola, vive con absoluta independencia y relativa virilidad, en campos pintorescos y amenos.

Era el día de nochebuena cuando llegamos, y, en consecuencia, todos los dueños de predios y labriegos andaban por ahí sueltos o en partidas haciendo frecuentes libaciones en las bodegas y preparándose para echar al siguiente día peleas de gallos, diversión muy del agrado de los venezolanos, y para fomentar la cual gastan tiempo y dinero, porque casan apuestas de consideración y emprenden viajes distantes con el objeto de presenciarlas.

Aun cuando hubiéramos podido llegar sin fatigarnos a Tovar, quisimos pasar la noche en una casita de las de La Playa, teniendo en cuenta, principalmente, que había modo de procurar seguro descanso a las cabalgaduras. Por lo demás, nuestra resolución fue acertada, porque el dueño de la casa donde pedimos hospitalidad estuvo acucioso y atento, hasta el punto de cedernos su propio cuarto, en el que lucían, como objetos principales de su uso, una famosa silla con enchapados de bruñida plata, espuelas de idéntico metal, un gran puñal con mango de lo mismo, y un jarro grande de ídem, para tomar agua; lujo muy codiciado por estos lados.

Hasta muy tarde estuvimos oyendo el alboroto de las gentes y el rasgueo de los tiples, junto con el canto agudo y monótono de los trapicheros. Sus voces herían el aire con sentidas quejas; tal parecía que quisiesen desquitarse de las pesadas faenas de la semana, agotando el repertorio de su predilección, y que pretendiesen también comunicar a la muda naturaleza que los rodeaba el sentimiento melancólico de sus canciones.

En el pesebre del dueño de la venta inmediata oí a un muchacho estos versos:

Nació Jesús en Belén,

Se bautizó en el Jordán,

Padeció en Jerusalén,

Visitó el seno de Abraham.

Hoy pregunta la memoria,

Diga la sabiduría,

¿Qué cosas mi Dios haría

Antes de formar la gloria?

 

Y a uno que imitaba el canto de los llaneros, esta especie de galerón de varias rimas:

 

Escúcheme usté compare.

Tengo una moza tan beya

Que hasta el mismo Cristo pare

Diera la gloria por eya.

Me quere con toa el arma

Y con toa fieliá,

Es eya como la parma

Que nace en el arená.

Son tan negros sus cabeyos

Cuar la mesma escuriá;

Y barre er suelo con eyos,

Si los deja en libertá.

Son sus manos de argodón,

Por lo brancas y pulías,

Me queman er corazón

Cuando chocan con las mías.

Si sus ojos encantaos

Miran de noche los cielos,

Se esconden avergonzaos

Toiticos los luceros.

Yo la yamo durce prenda,

Y la yamo vida mía,

Porque quiero que comprenda,

Es el arma de mi via.

 

         Ahora solo quiero ayudar al lector a comprender el sentido y significado de algunas palabras que pueden ser desconocidas para el común, encontradas en este texto: dehesas, campos cercados; sementeras, siembras o sembrados; pródiga, generosa; virilidad, pujanza o potencia; amenos, placenteros o atractivos; predios, haciendas o fincas; labriegos, campesinos agricultores; partidas, grupos; libaciones, degustaciones, bebidas; bodegas, negocios o lugares de comercio de licor en este caso; casan, que ajustan o logran; resolución, decisión valiente; acucioso, diligente, amable; bruñida, brillante o reluciente; ídem, idéntico, en este caso hace referencia a la plata; tiples, instrumento musical de cuerda; trapicheros, trabajadores de los trapiches; faenas, trabajos diarios.

 

P.A

García

domingo, 1 de noviembre de 2020

Cinco coplas de la infancia

CON RIMA SIMPLE

         Siguen apareciendo hojas sueltas. En esta oportunidad les presento cinco coplas de mi autoría escritas en la infancia, entre los años 2008 y 2009.

La primera, Poesía a la Escuela Bolivariana “San Pablo”, narra el día a día de esta institución. La segunda, Coplas a la memoria de Jorge Alberto “Beto”, narra un homenaje de despedida a este profesor que falleció en un accidente de tránsito al salir de los túneles en la autopista Rafael Caldera de El Vigía en dirección hacia Tovar. La tercera, Poesía a castellano, parece ser una tarea para ser leída frente a los demás compañeros de clases, al final hay tres coplas sueltas, una al amor, otra a la madre y la última a la amistad. La cuarta, Cumpleaños de la nona Aurora, se ubica en un festejo familiar, parece ser la segunda parte del regalo literario a mi abuela paterna. La quinta, El Forastero, fue escrita en compañía de mi abuela materna, Eva Castillo, narra el coqueteo entre un hombre y una mujer.

 

Poesía a la Escuela Bolivariana “San Pablo”

 

San Pablo es una aldea

no muy alejada de Bailadores

en ella hay una Escuela

la cual merece honores

 

La educación es muy buena

la que dan los profesores

y la comida variada

porque son de mil sabores

 

La profesora del aula

nos orienta con valores

y los otros profesores

nos corrigen los errores

 

La coordinadora de la Escuela

nos habla con razones

y a cada rato nos dice

que debemos ser mejores

 

El receso es para descanso

no para los corredores

y debemos hacer caso

a lo que dicen los profesores

 

A las 8 es su entrada

a las 4 la salida

la profesora contenta

nos anima cada día

 

Es verdad que es pequeña

la queremos con amor

los niños de San Pablo

la cuidamos con razón

 

Pero un día se va a hacer grande

la escuela, con valor

y los niños van a San Pablo

porque sí hay educación

                                       

Los niños de 6to grado

están al lado de la dirección

subimos las escaleras

con mucha discreción

 

Coplas a la memoria de Jorge Alberto “Beto”

 

Escuela de San Pablo

hoy estamos heridos

por tan lamentable pérdida

“Beto” profesor querido

 

Todos tus alumnos

te vamos a recordar

del 1er al 6to grado

y también el preescolar

 

Sabemos que para la Prof. Dorila

eres alguien especial

dale mucha fortaleza

para poder continuar

 

Fuiste servidor del altar

el sacerdote te recordó

y en todo tu caminar

Diosito te iluminó

 

El equipo de fútbol y baloncesto

hoy te va a homenajear

familia, panas y amigos

Bailadores en general

 

De parte de tus amigos

hoy te quiero dedicar

esta linda copla

que seguro has de escuchar

 

Con tus chanzas y risas

a todos nos hacías reír

qué no íbamos a imaginar

tan pronto se fuese a ir

 

En muchos de los viajes

escondía los zapatos

para verlos buscar

y así disfrutaba un rato

 

En algunas de tus tremenduras

corrías para Nieto

a cobijarse con su abuela

para así quedarse quieto

 

Dicen que en las parrandas

se ganaba la atención

y durante la semana

se dedicaba a la educación

 

Que Dios te premie en el cielo

a tu primo y a ti, “Beto”

no será sino un hasta luego

recordándote con respeto

 

Poesía a Castellano

 

Es una materia fácil

está como para jugar

ahí tenemos a los verbos

que se pueden conjugar

 

Vienen los artículos

sujeto y predicado

para formar la oración

estos nunca han faltado

 

Los puntos suspensivos

son para decir

que la oración está incompleta

y falta algo por venir

 

La ortografía es la forma

de escribir bien las palabras

una oración mal escrita

es preferible borrarla

 

Para comenzar un párrafo

se escribe con mayúscula

y seguimos escribiendo

pero ahí sí con minúscula

 

La comunicación es algo

cotidiano de la sociedad

aprendamos a habar decente

no hay necesidad de gritar

 

Entre los signos de puntuación

tenemos el punto y coma

también encontramos el acento

que se utiliza como la goma

 

Estas coplas yo las hice

que al final siempre rima

y está como para leerlas

encima de una tarima

 

Gracias por su atención

por favor venga el siguiente

a leer lo que escribió

si no tiene inconveniente

 

Bailadores 28-01-2008

 

El amor es la ternura

que causa un bello olor

le obsequia la armadura

que a veces causa dolor

 

La madre es una mujer

que protege a sus hijos

que los sabe comprender

que les da todo el cariño

 

La amistad con los amigos

la debemos practicar

no tengamos enemigos

y debemos estudiar

 

Cumpleaños de la nona Aurora

 

Reinaldo es mi papá

que es su hijo tercero

hoy lo acompañan sus hijos

y sigue siendo aventurero

 

Entre novia y novia, tío Edilio

un hombre bien honrado

con el sudor de su frente

tiene su Auto lavado

 

Tía Luisa con su simpatía

excelente profesora

también es polifacética

sonríe a cada hora

 

Cariñosamente tía Ana Iris

acompaña a mi nonita Aurora

le ha dado tres alegrías

y es muy trabajadora

 

También tía Yanet

principal organizadora

de esta bella fiesta

aquí donde nona Aurora

 

Hoy también la felicitan

sus vecinos más cercanos

aquí estamos presentes

agarrados de las manos

 

Y por último nonita Aurora

un consejo le quiero dar

que no se acabe la noche

sin el zancudo loco bailar

 

31-01-2009

 

El Forastero

 

Buenos días señorita

¿cómo se llama esta calle?

como yo soy forastero

yo aquí no conozco a nadie

 

Si usted no conoce a nadie

dígame a qué has venido

deje de picar el ojo

pues yo tengo mi marido

 

Yo a ti te pido el ojo

pues me siento enamorado

de esta humilde señorita

 que me tiene aquí parado

 

Atrevido sinvergüenza

se lo digo a mi papá

que te lleve a la cárcel

y te mande a fusilar

 

No se eche de muy frágil

desde aquí la estoy mirando

ya te dejo tranquilita

y yo sigo caminando

 

No se vaya tan deprisa

espere vamos a hablar

quiero decirle una cosa

si lo puedo acompañar

 

Acompáñeme si quiere

vamos hasta allí mismito

y si se hace muy tarde

caminamos rapidito

 

Por Eva Castillo y Pedro García

 

P.A

García