VUELTAS VIEJAS
En La Playa, pueblo andino del Valle
del Mocotíes, existió en épocas de otrora, una majestuosa edificación de la que
hoy día escasamente se mantienen unas cuantas paredes, se trata de la “Casa de
las Treinta Ventanas”, en la calle Vueltas Viejas del Sector El Dique, sitio
estratégico donde se puede llegar a pensar que haya sido habitado por los
primitivos moradores de lo que hoy es La Playa, una vez pasado el tormentoso
terremoto de 1610, cuando todo quedó bajo agua.
Se cuenta que en los tiempos en que La
Playa era parada opcional para viajeros, una enorme casa de tapias sirvió de
hospedería o posada para los transeúntes, la llamaban la “Casa de las Treinta
Ventanas”, pues la misma contaba con numerosos tragaluces que permitían la
vista al sector Rincón de la Laguna, desde donde se podía divisar perfectamente
el camino que unía las poblaciones de aquel momento. Esta casa era realmente
grande, con suficientes habitaciones, pasillos internos y externos, por allí
pasaron los revolucionarios en sus faenas, por allí pasaron los viandantes de
los Andes Venezolanos en la ruta Mérida-Táchira y viceversa, en épocas de la
colonia y la independencia.
Hoy en día, aún se pueden observar
desde la carretera trasandina (Troncal 7) las enormes paredes de tapia que el
tiempo ha mantenido, protegidas y a su vez deterioradas por árboles frutales
que allí han nacido naturalmente. Todo el perímetro donde una vez estuvo en pie
la “Casa de las Treinta Ventanas”, ahora está cultivado de hortalizas. Lo que
se conserva de la casa son apenas tres espaciosas habitaciones, cada una con
sus aberturas para una puerta y una ventana, interiormente las paredes están pintadas
de blanco, aunque gran parte del friso se ha perdido, todavía algo queda. Se
comenta que curiosos han cavado en el lugar, en busca de oro, plata o armas de
fuego. Nunca se ha conseguido nada. Solamente ha contribuido en destruir la
edificación, que parece estar destinada al olvido.
Las ruinas de esta casa están ubicadas
en una zona alta, precisamente porque por allí pasó alguna vez el camino, por
eso se le llama hoy día Vueltas Viejas, pues para poder llegar a esta casa era
necesario hacer un recorrido un tanto escondido pero seguro, libre de las
inundaciones que el rio y las quebradas cercanas hacían en zonas fluviales como
ésta. Al sector también se le conoce como “El Charco”, seguido de “La Marina”,
y antes de llegar a “El Dique”, toda esta nomenclatura o toponimia con
referencia las aguas.
Los más antiguos moradores de Vueltas
Viejas que aún viven, comentan que desde que tienen uso de razón, aquellas
tapias han sido eso, unas tapias de tierra abandonadas, pero lo que siempre se
ha mantenido como verdad infalible es el uso que se les dio, una concurrida y
cómoda hospedería. Igualmente los lugareños no descartan la posibilidad de que
la antigua “Casa de las Treinta Ventanas” haya sido visitada por el Libertador
Simón Bolívar.
Tal vez el mayor deterioro de esta
construcción pudo haber sido ocasionado por el gran terremoto de los andes, del
28 de abril de 1894, cuando nuestra zona andina fue azotada por el último gran
movimiento telúrico del que se tenga noticia hemos sufrido.
P.A
García