domingo, 5 de julio de 2020

La Capilla del Dr. José Gregorio Hernández en La Playa

HABEMUS BEATUM



         La religiosidad popular canonizó hace ya varias décadas la figura venerable del médico de los pobres, el trujillano José Gregorio Hernández Cisneros (Isnotú*1864, Caracas+1919), destacado personaje de la venezolanidad, digno de admirar e imitar por sus virtudes humanas y cristianas, y por su presencia milagrosa en la vida de todos sus devotos, quienes reconocen que Dios obra milagros donde quiere y cuando quiere, y de la manera que quiere, usando por pura bondad medios o canales para hacer sensible su amor a los hombres; estos canales son los santos, amigos nuestros que ya están en Dios, viéndolo cara a cara, tal cual es.

         En la población de La Playa existe una Capilla dedicada desde hace 49 años a este próximo beato venezolano José Gregorio, quien además es el primero en ser laico y varón, enalteciendo el nombre de la Iglesia Católica venezolana después de las beatas Madres María de San José, Candelaria de San José y María Carmen Rendíles.

         La capilla del Dr. José Gregorio Hernández está ubicada un poco más arriba de la mitad de la montaña que se levanta en la parte sureste de La Playa, a cuyo pie corre veloz el humilde río Zarzales. Fue construida en 1971, e inaugurada y bendecida solemnemente el 14 de septiembre de ese año. El tiempo de construcción fue escasamente cuatro fines de semana, con la ayuda y colaboración de muchos playenses, entre los que se pueden destacar: Cecilio Márquez, Vicente Montero, Manuel Guerrero, Alberto Montero, José Guerrero, Darío Guerrero y Orlando Guerrero. Con el caballo de Vicente Montero se subió gran parte del material para la construcción.

         En el mismo lugar donde hoy día está esta capilla hubo una cruz, probablemente de madera, la gente recuerda que ese era el sitio de la Santa Cruz, que las llamas devoraron en uno de los innumerables incendios forestales que ha sufrido esta montaña. A raíz de estos hechos se sembraron los pinos que rodean la pequeña planicie, cuyas figuras pueden observarse desde el pueblo, como la Capilla misma. También se reconoce que en el callejón cercano a la capilla, además de una naciente de agua, existió un clandestino alambique, cuyo licor era consumido por los mismos constructores del camino y de la pequeña obra en honor al Dr. José Gregorio Hernández. Eran tiempos en los que la Guardia Nacional perseguía este tipo de producciones de licor.

         La comisión anteriormente nombrada montó un “boliche” en la casa de José Guerrero en El Verde, para recaudar fondos monetarios con los que se compró el cemento y los bloques donde Adolfo Vivas en El Volcán. Se ayudaron con la venta de pasteles y chicha los domingos, además de apoyarse con un pote en el que los optimistas devotos depositaban sus aportes en pro de la animosa construcción. La imagen de yeso del Doctor Hernández también fue comprada gracias a esta recolección, es una imagen de tamaño grande, con su característico porte de pie y manos atrás, y actualmente está acompañada por otras once estatuillas del mismo taumaturgo andino que los fieles han llevado en acción de gracias por favores recibidos.

         Para la inauguración de este sitio que se convirtió en destino religioso estuvo presente el Padre Ramón Darío Moreno Calles, oriundo de Piñango, antiguo pueblo de La Sal, quien había tomado posesión de la Iglesia de La Playa el 6 de diciembre de 1970 y estuvo hasta mayo de 1976, año en que dejó la parroquia y el ministerio sacerdotal. El albañil encargado de levantar las cuatro paredes fue Vicente Vivas, el popular “Vicente Querosén”. Ese día acompañó un buen número de playenses, que, una vez culminada la celebración de la Santa Misa, y después de servido el sancocho, alegraron la bajada hasta La Playa con unos cuantos “palitos de miche”. Más de uno, tambaleante al caminar, cayó en la quebrada que baja desde el Rincón de la Laguna.

         Además de las cuatro paredes, la Capilla está cubierta por un techo de platabanda, donde se alza una cresta ornamental que da el aspecto de altura a la construcción, sobre la cual reposa una cruz de metal, donde se ha acostumbrado ubicar una flameante bandera blanca, en un asta improvisada de bambú, cuya planta madre puede hallarse en el callejón izquierdo a la Capilla.

         Actualmente el recorrido desde la Plaza Bolívar de La Playa hasta la Capilla del Dr. José Gregorio Hernández es de aproximadamente hora y media, a buen paso. Dicho camino está ornamentado con diferentes plantas que han sido ubicadas en consecución de un proyecto de reforestación de la montaña, cuyo promedio de vida es de apenas 20 años, pues son muy comunes los incendios. Son varias las personas de la comunidad que dedican parte de su tiempo a esta honorable labor.

         Este recorrido de esparcimiento es transitado diariamente por numerosas personas, que en beneficio de la salud, aprovechan la hermosa vista de este punto para lograr la mejor panorámica de La Playa. La brisa corre con fuerza, y el firmamento luminoso recuerda que existe un ser Creador, que ha permitido que sus creaturas gozaran de las maravillas de la naturaleza.

P.A

García

No hay comentarios:

Publicar un comentario