HABEMUS BEATUM
La religiosidad popular canonizó hace
ya varias décadas la figura venerable del médico de los pobres, el trujillano
José Gregorio Hernández Cisneros (Isnotú*1864, Caracas+1919), destacado
personaje de la venezolanidad, digno de admirar e imitar por sus virtudes
humanas y cristianas, y por su presencia milagrosa en la vida de todos sus
devotos, quienes reconocen que Dios obra milagros donde quiere y cuando quiere,
y de la manera que quiere, usando por pura bondad medios o canales para hacer
sensible su amor a los hombres; estos canales son los santos, amigos nuestros
que ya están en Dios, viéndolo cara a cara, tal cual es.
En la población de La Playa existe una
Capilla dedicada desde hace 49 años a este próximo beato venezolano José
Gregorio, quien además es el primero en ser laico y varón, enalteciendo el
nombre de la Iglesia Católica venezolana después de las beatas Madres María de
San José, Candelaria de San José y María Carmen Rendíles.
La capilla del Dr. José Gregorio
Hernández está ubicada un poco más arriba de la mitad de la montaña que se
levanta en la parte sureste de La Playa, a cuyo pie corre veloz el humilde río
Zarzales. Fue construida en 1971, e inaugurada y bendecida solemnemente el 14
de septiembre de ese año. El tiempo de construcción fue escasamente cuatro
fines de semana, con la ayuda y colaboración de muchos playenses, entre los que
se pueden destacar: Cecilio Márquez, Vicente Montero, Manuel Guerrero, Alberto Montero,
José Guerrero, Darío Guerrero y Orlando Guerrero. Con el caballo de Vicente
Montero se subió gran parte del material para la construcción.
En el mismo lugar donde hoy día está
esta capilla hubo una cruz, probablemente de madera, la gente recuerda que ese
era el sitio de la Santa Cruz, que las llamas devoraron en uno de los
innumerables incendios forestales que ha sufrido esta montaña. A raíz de estos
hechos se sembraron los pinos que rodean la pequeña planicie, cuyas figuras
pueden observarse desde el pueblo, como la Capilla misma. También se reconoce
que en el callejón cercano a la capilla, además de una naciente de agua,
existió un clandestino alambique, cuyo licor era consumido por los mismos
constructores del camino y de la pequeña obra en honor al Dr. José Gregorio
Hernández. Eran tiempos en los que la Guardia Nacional perseguía este tipo de
producciones de licor.
La comisión anteriormente nombrada
montó un “boliche” en la casa de José Guerrero en El Verde, para recaudar
fondos monetarios con los que se compró el cemento y los bloques donde Adolfo
Vivas en El Volcán. Se ayudaron con la venta de pasteles y chicha los domingos,
además de apoyarse con un pote en el que los optimistas devotos depositaban sus
aportes en pro de la animosa construcción. La imagen de yeso del Doctor
Hernández también fue comprada gracias a esta recolección, es una imagen de
tamaño grande, con su característico porte de pie y manos atrás, y actualmente
está acompañada por otras once estatuillas del mismo taumaturgo andino que los
fieles han llevado en acción de gracias por favores recibidos.
Para la inauguración de este sitio que
se convirtió en destino religioso estuvo presente el Padre Ramón Darío Moreno Calles, oriundo
de Piñango, antiguo pueblo de La Sal, quien había tomado posesión de la Iglesia
de La Playa el 6 de diciembre de 1970 y estuvo hasta mayo de 1976, año en que
dejó la parroquia y el ministerio sacerdotal. El albañil encargado de levantar
las cuatro paredes fue Vicente Vivas, el popular “Vicente Querosén”. Ese día
acompañó un buen número de playenses, que, una vez culminada la celebración de
la Santa Misa, y después de servido el sancocho, alegraron la bajada hasta La
Playa con unos cuantos “palitos de miche”. Más de uno, tambaleante al caminar,
cayó en la quebrada que baja desde el Rincón de la Laguna.
Además de las cuatro paredes, la
Capilla está cubierta por un techo de platabanda, donde se alza una cresta
ornamental que da el aspecto de altura a la construcción, sobre la cual reposa
una cruz de metal, donde se ha acostumbrado ubicar una flameante bandera
blanca, en un asta improvisada de bambú, cuya planta madre puede hallarse en el
callejón izquierdo a la Capilla.
Actualmente el recorrido desde la Plaza
Bolívar de La Playa hasta la Capilla del Dr. José Gregorio Hernández es de
aproximadamente hora y media, a buen paso. Dicho camino está ornamentado con
diferentes plantas que han sido ubicadas en consecución de un proyecto de
reforestación de la montaña, cuyo promedio de vida es de apenas 20 años, pues
son muy comunes los incendios. Son varias las personas de la comunidad que
dedican parte de su tiempo a esta honorable labor.
Este recorrido de esparcimiento es
transitado diariamente por numerosas personas, que en beneficio de la salud,
aprovechan la hermosa vista de este punto para lograr la mejor panorámica de La
Playa. La brisa corre con fuerza, y el firmamento luminoso recuerda que existe
un ser Creador, que ha permitido que sus creaturas gozaran de las maravillas de
la naturaleza.
P.A
García
No hay comentarios:
Publicar un comentario