lunes, 29 de marzo de 2021

“Mi Doctorísimo”: una canción a José Gregorio Hernández

NUEVO BEATO VENEZOLANO


         A todos los devotos del venerable Dr. José Gregorio Hernández Cisneros, nos alegró la noticia de la aprobación de su beatificación por parte del Papa Francisco. A raíz de este acontecimiento se ha incrementado el interés por conocer la vida y obra de este venezolano ejemplar. A tal efecto, han sido muchos los que han compuesto poemas, canciones, cortometrajes, etc. sobre la vida de José Gregorio, desde su infancia en Isnotú, su educación y posterior labor universitaria en Caracas, mencionando su intención de consagrarse como religioso, hasta su trágica muerte ocasionada por uno de los setecientos vehículos que transitaban las calles capitalinas en 1919. En La Playa no nos hemos quedado atrás y también se ha puesto un granito de arena para honrar la vida del próximo cuarto beato venezolano, el primero en ser laico y varón.

         El joven playense Jorge David Morales Rodríguez es el principal promotor de la iniciativa de hacer una canción al nuevo beato, para esto pidió la opinión del Párroco de La Playa, quien le orientó al respecto y desde un principio asintió con su bendición a tal propósito. Luego tuvo a bien contactarme para compartir conmigo su deseo y así recibir mi colaboración en la realización del proyecto. Fue algo sencillo, pero grandioso, breve y gratificante.

Jorge y yo nos reunimos en mi casa, el martes 3 de noviembre de 2020, extendimos nuestros cuadernos en blanco sobre la mesa principal y empezamos a copiar ideas, precisando palabras claves que queríamos mencionar en la letra de la canción. La lista al principio fue muy larga, luego tuvimos que resumirla para concretar la letra. Al cabo de una hora ya teníamos la letra de la canción, compuesta por un coro y cuatro estrofas, pero nos faltaba la música. Busqué mi cuatro en la habitación y en menos de media hora ya teníamos la melodía compuesta por no más de ocho acordes, con un ritmo propio de la música campesina merideña, algo alegre, para festejar la noticia. El proyecto concluyó su primera etapa a las 7:00 p.m. y digo primera etapa, porque todo no quedó allí. Necesariamente había que darla a conocer, pero hasta aquí fue mi participación.

         Jorge David, en su afán típico de un apóstol millenial, ya había contactado con personas expertas en el campo musical, y al mostrarles la canción dieron su visto bueno, por lo que le ofrecieron estudios y facilidades para la grabación y lanzamiento al público de la canción, la cual lleva por título “Mi Doctorísimo”, por iniciativa de mi mamá Tahís Barillas, estando también de acuerdo Mariela Rodríguez, la madre de Jorge David. Ellas dos conversaban amenamente esa tarde, mientras nosotros escribíamos la canción. Al final de la noche, compartimos un delicioso café y cantamos el producto musical en compañía de ellas, fue un momento maravilloso.

         A continuación la letra original de la canción:

MI DOCTORÍSIMO

CORO (BIS)

Todo el pueblo cristiano

dedica este repertorio

al Beato venezolano

Doctorísimo José Gregorio.

 

I

En Isno vio la luz

de la familia Hernández

tomó su amor por Jesús

este santo de Los Andes. (BIS)

 

II

Y Caracas lo recibe

en la Universidad

ciencia y fe lo describen

con sus obras de caridad. (BIS)

 

CORO (BIS)

Todo el pueblo cristiano

dedica este repertorio

al Beato venezolano

Doctorísimo José Gregorio.

 

III

Laico con vocación

procuraba todos los días

insistir en la oración

y recibir la Eucaristía. (BIS)

 

IV

El milagro fue aprobado

por Francisco y Baltazar

y Yaxury ha confirmado

devoción hasta el final. (BIS)

 

CORO (BIS)

Todo el pueblo cristiano

dedica este repertorio

al Beato venezolano

Doctorísimo José Gregorio.

 

P.A

García

Hoja de Vida de un joven apóstol

DE LA PLAYA PARA EL MUNDO


Jorge David Morales Rodríguez es un joven playense de 20 años de edad, que en los últimos años se ha destacado notablemente dentro de la vida eclesiástica de la Arquidiócesis de Mérida en general, y del Valle del Mocotíes en particular. Su vida cristiana empezó, como la de todos los bautizados, al recibir este sacramento administrado por el conocido padre Antonio Viedma; años más tarde se desempeñó como servidor del altar en la Parroquia San Vicente Ferrer de La Playa, en el curato del padre Jaime Duque, desde entonces empezó a participar activamente en la vida sacramental de la Iglesia Católica.

Paralelo a su servicio en la liturgia, recibió adecuadamente la formación catequética, base fundamental de su actual apostolado como joven dedicado al servicio de la iglesia local. Jorge David, con sus notables cualidades, ha colaborado en la organización, preparación y ejecución de las diferentes solemnidades en La Playa, basta con mencionar las fiestas patronales en honor a San Vicente Ferrer, así como la reciente visita de la Divina Pastora de Barquisimeto a La Playa y a los diferentes centros poblados del Valle del Mocotíes. Su profundo amor y devoción por la Santísima Virgen María, le hace participar con igual entusiasmo de las Novenas y Fiestas Patronales de Nuestra Señora de la Candelaria en Bailadores y Nuestra Señora de Regla en Tovar, sin olvidar a Fátima en El Llano y a Perpetuo Socorro en Sabaneta.

En la Parroquia San Vicente Ferrer de La Playa es un natural colaborador, estando pendiente del ornato y limpieza del templo, prestando sus manos y su tiempo para trabajar en favor de toda la comunidad. En las fiestas y solemnidades presta un servicio muy importante, retratar a través de la imagen fotográfica los acontecimientos, disponiendo de sus redes sociales para dar a conocer dichas actividades, relatando al pie de las imágenes un breve y concreto comentario alusivo a la dinámica informativa y evangelizadora.

Jorge David es solicitado por numerosas familias católicas para dirigir el rezo adecuado de la Novena de Difuntos, donde acude con puntualidad, entonando las plegarias con determinada seguridad y temple, garantizando de esta manera que los presentes se aboquen a participar del acto sagrado. Las Paraduras de Niño también son de sus mejores apostolados, pues en el ambiente navideño, con su bufanda y gorro para cubrirse del frío, contagia de alegría y gozo los hogares que le invitan a dirigir la adoración del Niño Dios.

Se le ha visto cercano a los párrocos de La Playa, Tovar y Bailadores, colaborándoles sin reservas en todo lo que se le encomienda, destacando su capacidad e iniciativa para salir a flote ante cualquier circunstancia. Con el padre Argenis Zambrano de La Playa, ha tenido una especial cercanía, pues en su enfermedad, Jorge David ha estado siempre presente, brindando compañía, y ésa mano amiga que tanto se necesita en situaciones como las que ha vivido el mencionado presbítero.

Jorge David tiene un alma grande y deseos inmensos de servir a Dios y glorificarle con su vida, eso lo motivó a participar en convivencias vocacionales en la Arquidiócesis, de donde ha salido fortalecido y convencido de que Dios le llama a ser feliz, haciendo el bien a sus hermanos y sirviendo desinteresadamente desde la fe cristiana.

Ha cultivado numerosas amistades, con las cuales se ha comportado con respeto y seriedad, siendo para ellos un firme evangelizador al compartirles constantemente mensajes, imágenes y material de contenido religioso. Las evidentes características de conversador nato, sociable, amable y educado, hacen de él un oportuno amigo y un deseado visitante.

Jorge es la pieza clave que mueve al sector La Marina en La Playa en lo referente a las actividades parroquiales. Se le ve para arriba y para abajo organizando viacrucis, misas de aguinaldos y diferentes sacramentales en los que se requiera la participación de su sector. Es un testimonio para todos de responsabilidad y compromiso desinteresado en las cosas de Dios, sin olvidar su papel como hijo y estudiante que es, en todas estas áreas responde con el mismo amor y carisma que le identifica. Sus padres están orgullosos de él y, ahora con este proyecto que ha realizado, toda La Playa le reconoce como hijo destacado y referente para la juventud.

P.A

García

La historia de Alessandro: la realidad de nuestros días.

AVENTURAS EN PAÑALES...


El famoso filósofo español José Ortega y Gasset manifestó en su momento: “Yo soy yo y mis circunstancias”, haciendo alusión a la identidad especialísima que cada persona posee de acuerdo a su manera de ser, de vivir, de existir. Quise citar esta frase para introducir la narración de la historia de un joven como tantos en este mundo, al cual llamaremos Alessandro, seudónimo oportuno para cuidar su identidad original y su privacidad.

Aclaración: con la presente historia, basada en hechos reales, no es mi pretensión aprobar o desaprobar lo que aquí se narra, solamente me limito a compartirlo con ustedes, esperando que conozcan esta parte del mundo que tal vez es ignorada para la mayoría de mis lectores.

Nuestro protagonista es decididamente “gay”, él cree que tal vez haya sido inducido a esta condición gracias a los abusos de los que fue víctima en su infancia, por parte de un clérigo, en la parroquia a la cual asistía como monaguillo. Alessandro, al graduarse de Bachiller en su ciudad natal, decidió escaparse de su casa en compañía de la persona que era y es hasta los momentos su pareja sentimental. Con esa cruda pero firme decisión le esperarían innumerables aventuras “en pañales”, dada su temprana edad, pues salió de casa a recorrer el mundo a los 16 años.

Con tan sólo 50 dólares en el bolsillo, Alessandro y su pareja emprendieron juntos un episodio nuevo en sus vidas. Emigraron a otro país entre nervios y adrenalina. Llegaron a una ciudad fronteriza, cuna de inimaginables situaciones sociales, pero con oportunidades de trabajo por doquier. Alessandro, después de haber crecido con todas las comodidades en su hogar, tuvo que trabajar para poder alimentarse y pagar el arriendo de la habitación donde vivía.

Su primer desempeño fue en una zapatería, allí le correspondió llevar los calzados solicitados por el cliente, desde la bodega o depósito hasta las tiendas, corriendo en pleno centro de la metrópolis; aunado a ello, cargaba a hombros los enormes bultos de mercancía, situación que le agotaba en demasía dada su contextura de púber. De cualquier manera ese era su trabajo, aunque mal pagado.

Su pareja, quién fue contratado al mismo tiempo por la zapatería, duró un solo día en el trabajo, ya que no fue capaz de asimilar su nueva situación y sumido en la depresión, prefirió encerrarse en la habitación, donde lloraba desconsoladamente, pues no soportaba verse en tal escena, por su parte Alessandro, quien también compartía sus mismas penas, optó por no llorar y hacerse el fuerte para darle ánimos, pero realmente por dentro se sentía muy angustiado y lleno de preocupaciones, pues no tenía nada seguro, ya que vivía esos días de lo que hacía en su trabajo. Alessandro acudió puntualmente a la zapatería durante tres meses seguidos, hasta que fue despedido.

Por el mes de enero, las ventas bajaron notablemente, por lo que la zapatería se vio obligada a hacer reducción de personal. Alessandro y su pareja no hallaron ninguna alternativa más que la de regresar a su ciudad de origen. Se devolvieron pero no hallaron el mismo panorama. La madre de Alessandro, dolida por lo que había hecho su hijo, no aceptaba la situación, por eso no permitió que él regresara a su casa, donde también estaban sus pequeñas hermanas. Fueron días amargos y tristes para todos en la familia. Por su parte y afortunadamente, el padre de Alessandro sí le apoyó. Le llevó a vivir con él, le aceptó la pareja que tenía y le brindó el apoyo económico y afectivo que tanto necesitaba en esos momentos.

Alessandro, con un alma soñadora y un tanto ambiciosa no se sentía a gusto como estaba, por lo que empezó a buscar alternativas. Conoció a una joven quien después se hizo su fiel amiga y compañera de labores; ella le ofreció la oportunidad de trabajar como modelo al desnudo en una página web, en aquella ciudad fronteriza de la que Alessandro se había devuelto, él no conocía esa realidad. Recordó su infancia yendo a la iglesia a servir como monaguillo y el rechazo que había sufrido en el proceso vocacional que había iniciado anteriormente mientras estudiaba en su liceo. Alessandro se sentía llamado al sacerdocio.

El trabajo en el que Alessandro se estaba comprometiendo consistía en tener relaciones sexuales en vivo, para ser transmitido por una página web. Alessandro fue contratado, pero no quería dejar a su pareja, además sentía miedo por los peligros de esa situación. Su amiga le aseguró la estadía, le mostró fotos y vídeos donde vivirían, pero la pareja de Alessandro no sería aceptada y eso no le era conveniente.

 Llegó el día de partir nuevamente, con maletas en mano Alessandro sufría por dejar a su pareja, y la sorpresa fue que éste se apareció en el terminal, de pie afuera del autobús en el que estaba Alessandro montado, listo para salir. Alessandro empezó a llorar y decidió bajarse del bus, canceló su viaje y prefirió esperar el momento en que los dos fueran recibidos. Efectivamente lo que sentía por aquel era muy fuerte.

Llegada la cuarentena por la pandemia del coronavirus, la situación económica les golpeó con más agresividad. La pareja de Alessandro tenía un hermano gemelo quien también quería trabajar. Recibieron una oferta de la misma índole desde el país vecino y 100 dólares para los pasajes. Decidieron viajar los tres, pero por esos días había problemas de transporte, por lo que les tocó caminar kilómetros y kilómetros de carretera peligrosa, fueron unas diez o doce horas de camino, esquivando alcabalas y suplicando a los pocos vehículos que pasaban por la autopista para que les llevaran. Pernoctaron en un hotel. Les enviaron más dinero.  Y finalmente pudieron llegar hasta la frontera.

Llegaron al sitio indicado, todo parecía correcto, conforme les habían ofrecido, era una casa, con estudio de filmación, habitaciones, etc. El impacto para Alessandro fue muy grande, pues las personas que allí trabajaban parecían muy de ese mundo, algo a lo que él no estaba acostumbrado. El horario era de 6:00 pm a 12 de la noche. El mismo día que llegaron les ofrecieron amablemente que descansaran, pero ellos decidieron saber de qué se trataba el trabajo y estuvieron listos a las 6 en punto. En las primeras transmisiones recibieron buena paga, incursionaron en los “shows privados” que eran mejor pagados. Aquella primera noche se echaron al bolsillo 500 dólares americanos.

Cerca del estudio donde Alessandro, su pareja y el hermano gemelo de éste trabajaban, había un templo católico y todas las tardes Alessandro pasaba por allí para rezar, en su oración se confiaba a Jesús de la Divina Misericordia y pedía perdón a Dios por lo que estaba haciendo, a la vez que le pedía ayuda en su trabajo. Por razones de la cuarentena tal vez no tenía más opciones de las cuales valerse.

Cada día producían más dinero. En una oportunidad lograron la paga de 1.000 dólares, lo que despertó la envidia dentro del estudio que les había contratado. Se independizaron de este estudio por desacuerdos en la repartición del dinero. Pero siguieron en la misma faena, esta vez llegaron a recibir la impresionante cantidad de 5 millones de pesos quincenales. Adquirieron teléfonos de última generación, se dejaron llevar por el consumismo, derrochaban dinero en ropa, en lujos, etc. Alessandro reconoce que no ayudó a personas con necesidades, amistades, familiares, teniendo la oportunidad de hacerlo.

Por la envidia que despertaron en estudios vecinos, al ellos contar con más de 150.000 (ciento cincuenta mil) seguidores, y ya que sus transmisiones en vivo eran vistas por más de 18.000 (dieciocho mil) personas en línea, les jaquearon la cuenta. Seguidamente se separaron de una chica de trabajo, y Alessandro empezó a trabajar sólo con su pareja. Pero las cosas no empezaron a marchar bien. Les estaban pagando mal, o no lo justo según ellos. Les multaban por impuntualidad, les trataban mal. En todas estas seguían siendo menores de edad, y les tocó darse de baja en este sitio.

Fueron al estudio de un inversionista y reanudaron sus apariciones en vivo. El jefe anterior tenía fotos de los pasaportes de Alessandro y su pareja. Ellos habían trabajado con él al hacerse de identificaciones falsas. El exjefe reportó que Alessandro era menor de edad. Seguidamente les bloquearon de la plataforma, y por el reconocimiento facial no pudieron trabajar por cuatro meses. Alessandro y su pareja se quedaron sin dinero. Bloqueados no podían trabajar en lo mismo, que es lo que mejor sabían hacer. Alessandro empezó a moderar, no a modelar, en el chat de la transmisión en vivo; éste era un trabajo similar aunque la paga no era la misma. Hubo momentos en los que tenían solo para la comida. La ropa y el teléfono y más nada.

Con la ayuda de expertos en cibernética lograron resolver el problema del bloqueo, lo que les permitió moderar y modelar. Mejoró rápidamente su economía. Alessandro está convencido de que recibió ayuda de Dios en sus dificultades económicas y emocionales.

Después de haber recibido amenazas de muerte en su trabajo, por haber logrado que más de 50 personas se quedaran sin ingresos, debido a bloqueos similares a los que él había sufrido, les tocó que esconderse, hasta que las aguas se calmaran. Hoy en día Alessandro desea salir pronto de ese mundo, quiere ahorrar para ponerse a estudiar y dedicarse a un trabajo profesional diferente.

En sus andanzas iniciales en el mundo de la web se tiñó el cabello de colores extravagantes. En una oportunidad, buscando ayuda espiritual, logró confesarse con un sacerdote, y éste no sabía absolutamente nada de esas situaciones. Actualmente la relación con su madre ha mejorado.

Alessandro es un joven de buenos sentimientos, en lo profundo de su alma están los mejores deseos de hacer el bien, de cambiar su estilo de vida y de seguir decididamente al lado de su pareja sentimental, con quien ha compartido todas estas experiencias que les han hecho valorar a la familia, los amigos y sobre todo la paz espiritual que tal vez han perdido.

Como aclaré al principio, no pretendo aprobar o desaprobar esta historia basada en hechos reales. Estoy limitándome a publicar éste relato, el cual pude escuchar a viva voz del protagonista y de quien recibí la debida autorización. Mis mejores deseos para él y para tantos jóvenes que, desafortunadamente, son contratados para este tipo de actuaciones. De seguro si se proponen, pueden cambiar de rutina, dedicándose a labores más sanas, en las que no sea necesario exponer sus cuerpos al disfrute de un público pervertido y pervertidor.

P.A

García

martes, 23 de marzo de 2021

La muerte del beato José Gregorio Hernández

“EMINENTE Y MODESTO SABIO DOCTOR”


El accidente de automóvil que acabó con la vida del nuevo beato venezolano José Gregorio Hernández Cisneros, ocurrió el 29 de junio de 1919 a las 2:15 p.m. en la ciudad de Caracas. El joven Fernando Bustamante, de 28 años de edad, oriundo de Maiquetía pero residente en Caracas, manejaba aquella tarde su automóvil Modelo Hudson Essex, cuando arrolló sin intención alguna al reconocido médico.

José Gregorio Hernández había asistido esa mañana a la misa dominical, Solemnidad de San Pedro y San Pablo, y celebraba en su interior el 31 aniversario de su graduación como doctor en medicina. Por la tarde, se dispuso a visitar a una enferma, y dándose cuenta de su estado decidió él mismo ir a comprar las medicinas, de regreso fue arrollado por uno de los setecientos carros que transitaban por Caracas.

El abogado Pedro Manuel Arcaya, defensor de Fernando Bustamante, declaró en su informe de defensa que:

Está comprobado que el eminente y sabio modesto Dr. José Gregorio Hernández, recorría a pie las calles de la ciudad para atender su numerosísima clientela, lo cual lo obligaba necesariamente a caminar apresuradamente y por la modestia y religiosidad de su carácter acostumbraba a andar con la mirada hacia el suelo. Por tanto es explicable que sin fijarse en el automóvil que venía, bajase de la acera a la calle exponiéndose al grave riesgo en que tan infaustamente pereció”.

Para Pedro Manuel Arcaya, la imprudencia en el accidente no fue del conductor, sino de la víctima. En sus palabras resalta la modestia y religiosidad de José Gregorio, motivos por los cuales caminaba ensimismado, sin fijarse mucho por donde pasaba, además de sus andanzas ligeras para acudir con prontitud a la atención de sus enfermos.

De cualquier manera, el mismo conductor que arrolló al doctor Hernández, detuvo su automóvil y reconociendo al herido, lo condujo en su vehículo hasta el hospital Vargas, donde finalmente falleció en compañía de un sacerdote, ya que había sufrido una fractura en la base del cráneo, al caer de espaldas y golpear su cabeza con el filo de la acera. En palabras de Bustamante, el doctor Hernández intentó recobrar el equilibrio cuando fue impactado por su automóvil, pero no consiguiéndolo terminó tirado en el suelo.

El mismo Pedro Manuel Arcaya apunta en su expediente de defensa que:

“La muerte del Dr. José Gregorio Hernández fue una desgracia nacional, Sabio eminente, hombre probo y caritativo su existencia era un ejemplo y un estímulo, porque demostraba prácticamente cuán fecunda es en bienes la virtud para la vida interior de quien la cultiva y para la vida social de la comunidad a que pertenece el hombre justo”.

El lunes 30 de junio se celebraron entre multitudes los actos fúnebres. El Arzobispo de Caracas presidió la Misa Exequial en la Catedral Metropolitana, a las 7:00 a.m. antes el cuerpo del médico había visitado el Paraninfo de la Universidad Central de Venezuela, institución a la que había dedicado gran parte de su vida como estudiante y como profesor y científico adelantado. El cuerpo fue enterrado, finalmente, a las 9:00 p.m. en el Cementerio General del Sur, a donde llegó cargado en hombros por la sociedad caraqueña.

Venezuela entera y la Iglesia Católica se alegran por la beatificación de éste hombre de Dios, a realizarse en Caracas el 30 de abril de 2021, por el Cardenal Pietro Parolín, Secretario de Estado Vaticano. Son innumerables las muestras de amor y devoción al trujillano ejemplar, médico de los pobres y cristiano abnegado, quien pensó en consagrarse a Dios como sacerdote, comprendiendo después que su sacerdocio era servir a todos, pero de manera especial a los más necesitados.

Beato José Gregorio Hernández, ruega por nosotros.

P.A

García

lunes, 22 de marzo de 2021

Día del niño por nacer

CONCIPIES IN UTERO ET PARIES FILIUM

(Lucas 1, 31)

El 25 de marzo la Iglesia Católica festeja la Solemnidad de la “Anunciación” de María por parte del Arcángel Gabriel (Lc 1,28), cuando con palabras divinas este le anunció que sería la Madre del Mesías, tal como aconteció nueve meses después. Con la escena evangélica de la “Anunciación”, que también puede ser llamada la “Encarnación” del Hijo de Dios, la Iglesia y el orbe entero conmemoran el “Día del niño por nacer”, recordando que en este día se le dijo a María que sería madre de un niño, aceptando ella la voluntad celestial. El sí de María representa la Vida para la humanidad, es una imagen del sí de tantas madres que han aceptado el proyecto de Dios de traer un hijo al mundo, a pesar de las dificultades y riesgos que esto conlleva.

 

El espíritu del Cristianismo es por naturaleza amante de la vida y propagador de ella. La moral cristiana denuncia públicamente pecados como el aborto, donde se quita la vida a inocentes, de ahí que la Iglesia exprese con claridad la reprobación de la mentalidad eugenésica, la cual intenta aceptar el aborto selectivo, pretendiendo medir el valor de una vida humana siguiendo sólo parámetros de ‘normalidad’ y de bienestar físico (Evangelium vitae, 63); no es posible que nos adjudiquemos el derecho a decidir por la vida de los niños por nacer.

 

La concepción humana es un hecho natural en la que se ven involucrados los conceptos biológicos y la voluntad de Dios, por eso, técnicas como la fecundación ‘in vitro’ y todas sus conocidas posibilidades, son contrarias a la dignidad del embrión de la persona humana, pues se le puede manipular de tal manera que lesionen el derecho a nacer dentro del matrimonio (Donum vitae, 6); la intención de procrear debe orientarse siempre desde la natural unión conyugal, esto en relación a la importancia de respetar el natural desarrollo del feto. La dignidad de la vida da lugar a un principio inviolable: toda vida humana debe ser respetada, lo que exige que se proteja y defienda también la concebida y aún no nacida.

 

Para comprender la radicalidad de la negación del aborto es necesario conocer lo que etimológicamente significa esta palabra, en este sentido, ab-ortus expresa crudamente “privar de nacimiento”; y su sinónimo latino aborior: matar. Por lo tanto, abortar significa matar a un ser de la especie humana. Por rigor intelectual se ha de rechazar otra terminología falsa, como “interrupción voluntaria del embarazo”, pues en el aborto no hay posibilidad de reanudar la vida como lo implica la palabra “interrupción”.

 

Defender la vida a capa y espada no es solo una pretensión religiosa, por el contrario, la condena del aborto es ya una demanda científica, dado que los avances de la medicina muestran que, desde la concepción, el cigoto tiene su propio código genético, de forma que constituye un individuo distinto de su madre. Desde el inicio de la ética y de la ciencia médica, el aborto ha sido condenado. Ejemplo de esto es el primer Código ético de la medicina, el llamado Juramento Hipocrático, del siglo V a.C. que expresaba: “Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me lo soliciten; ni administraré abortivo a mujer alguna”.

 

La Iglesia en su defensa de la vida, en su respeto al niño por nacer, ha determinado la excomunión “latae sententiae si se produce el aborto (Código de Derecho Canónico, 1398), esto significa que las personas implicadas en el acto, no pueden recibir los sacramentos de la Iglesia, en razón de su pecado, animándoseles al arrepentimiento para volver a estar en comunión con la comunidad.

 

Este 25 de marzo, cuando se conmemora el “día del niño por nacer”, los cristianos y todas las personas de buena voluntad deben renovar su compromiso por defender la vida, sabiendo que siempre habrá posibilidades para sacar adelante una nueva criatura que se gesta en el seno de una mujer. El génesis de esta fecha es la promoción de la vida humana y su defensa desde la concepción en el vientre de la madre. Se busca principalmente concientizar sobre la oportuna necesidad de defender la vida en todas y cada una de sus etapas. Sí a la vida.

 

P.A

García

miércoles, 17 de marzo de 2021

La Semana Santa


“Sé que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado”

(Mateo 28, 5-6) 

Exactamente 40 días después del Miércoles de Ceniza –por eso se le denomina cuaresma-, con el Domingo de Ramos se da solemne comienzo a la “Semana Santa”, que es para la fe cristiana la “Semana Mayor”, pues conmemoramos la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, es decir, los grandes misterios de nuestra redención. Toda la preparación espiritual habida durante la cuaresma nos encamina a la vivencia de esta particular semana, en ella encuentra su sentido y su propósito. En algunas partes del mundo estos días son dedicados solamente para el esparcimiento de grandes y chicos que, haciendo una pausa en sus estudios y trabajos, pasan unos días diferentes alejados de la rutina, pero lamentablemente a veces no hay espacio para dedicar a Dios, pues todo transcurre entre superficialidades, sin contar el aspecto religioso, cultual y devocional.

Todas las festividades religiosas que la Iglesia Católica propone tienen como único fin acercarnos más a Dios. En la Semana Santa, con el Domingo de Ramos, se inicia recordando la entrada triunfal de Jesús en la ciudad santa de Jerusalén sobre un jumento, cuando fue recibido entre cantos de júbilo y alegría por aquellos que, cinco días más tarde, gritarían con el mismo entusiasmo: ¡Crucifícale!. Pensemos en tantos cristianos, tal vez en nosotros mismos, que decimos creer en Jesús, lo proclamamos como nuestro Rey, pero en realidad le crucificamos con nuestras malas acciones.

Luego de la entrada triunfal en Jerusalén, Jesús pasó predicando sus últimos días en este mundo. El lunes, martes y miércoles santo nos traen a la memoria el ministerio itinerante de Cristo, quien sabiendo que había subido a esa ciudad para entregar su vida, no se entumeció en el miedo, sino que preparó a sus propios seguidores para los acontecimientos que vendrían. Fueron muchos los que le dejaron en el momento más determinante. Jesús, el hombre que caminaba rodeado de multitudes que le apoyaban y le escuchaban atentamente, sintió la soledad al verse rodeado nada más que de guardias judíos y romanos, para padecer finalmente en las manos de éstos.

En el Jueves Santo recordamos la Última Cena del Señor con sus doce Apóstoles, uno de ellos le traicionó, Judas Iscariote, para diferenciarlo de Judas Tadeo. La cena fue atendida por algunas mujeres piadosas seguidoras de Jesús. Esa misma noche el Señor instituyó el Sacramento del Orden Sacerdotal, consagrando como primeros sacerdotes a sus Apóstoles, instituyó también el Sacramento de la Eucaristía, con el cual perpetuaba su presencia en medio de nosotros, y nos dio el mandamiento del amor, además de ejemplificar su servicio con el lavatorio de los pies a sus amigos. Finalmente en esta noche, con la oración de Jesús en el huerto de Getsemaní, conocemos cómo desde su humanidad Cristo pidió al Padre apartar de él esa prueba, pero su obediencia filial le llevó a aceptar la voluntad de Dios Padre antes que la suya.

El Viernes Santo es un día cruel, sangriento, despiadado, es el día de la pasión. Sabemos por la Tradición y las Sagradas Escrituras que hacia las 9 de la mañana Jesús es condenado a muerte frente al Procurador romano Poncio Pilato, a las 12 del mediodía fue clavado en la cruz, entregando su alma al Padre a las 3 de la tarde, cuando la tierra tembló y de su costado abierto por la lanza del centurión salió sangre y agua. Al pie de la cruz estaba María, la madre de Jesús, con Juan, uno de sus discípulos, entre otras mujeres conocidas del Señor.

El Sábado Santo se celebra la Vigilia Pascual, ya entrada la noche, cuando la comunidad cristiana espera deseosa junto al fuego, el momento más importante de la fe, la gloriosa resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Esta es la mayor alegría, superando incluso la alegría de la Navidad, pues vemos cumplida la promesa hecha por el Creador. Las puertas del cielo se abren de par en par para recibir a los fieles de Dios.

El Domingo de Resurrección, Domingo de Pascua es una auténtica resurrección para todos los cristianos, el ambiente penitencial anterior se torna festivo, todos los cristianos van alegres porque saben que tienen una esperanza hecha realidad, la vida eterna. Las mujeres fueron las primeras en ver al resucitado, luego fue Pedro y Juan y seguidamente todos los discípulos reunidos. Es conocida la historia de Tomás, que pidió ver para creer, pues en la primera aparición del Señor a los suyos él no estaba, de ahí que el mismo Jesús proclamara a santo Tomás Apóstol ya todos los cristianos: “Dichosos los que no han visto y han creído” (Juan 20, 29). La Semana Santa es un acto de fe.

P.A

García