domingo, 18 de agosto de 2024

Bicentenario de la Batalla de Junín – su monumento

“CHACAMARCA PAMPA”

Bolívar sí estuvo en la batalla de Junín, ocurrida el 6 de agosto de 1824, pero no participó en la de Ayacucho, el 9 de diciembre del mismo año. Ambas batallas se consideran las dos últimas del proceso emancipador.

Con la Batalla de Junín y su denominación oficial ocurre algo curioso; y es que no se corresponde el nombre dado a la batalla con el lugar en donde fue llevada a cabo, ya que Junín es el nombre de un pueblo ubicado a siete kilómetros al norte del campo de batalla, encontrándose este muy cercano a la Hacienda de San Francisco de Chichausiri, en la denominada Pampa de Chacamarca, de modo que, es de fácil deducción comprender que fue el pueblo más cercano (Junín) el que dio nombre a la batalla librada el 6 de agosto de 1824 en la pampa de Chacamarca, en las inmediaciones de la Hacienda San Francisco de Chichusiri.

Algo similar quiere ocurrir en Ayacucho, pero afortunadamente las cosas están bien claras, pues aquella batalla sí se efectuó en la pampa de Ayacucho, vecina al pueblo de Quinua, de ahí que algunos por ignorancia indiquen que el lugar de la batalla fue “la pampa de Quinua”, pero ya hemos visto que no es así. Si en Junín se dio nombre a la batalla por el pueblo más cercano, en Ayacucho el nombre se obtuvo directamente de la pampa que se convirtió en campo de batalla y es ahora “Santuario Histórico”.

El nombre oficial del lugar que nos ocupa es, según resoluciones del Estado peruano, “Santuario Histórico de Chacamarca”, dentro del cual se encuentra el “Monumento a los Vencedores de Junín”. Vemos entonces que sí se ha respetado la originalidad geográfica de Chacamarca y dentro de este espacio la columna monumento conmemorativo de la batalla del 6 de agosto.

Como en Ayacucho, en Junín se han elevado dos monumentos conmemorativos, en ambos casos el primero hubo de ser demolido para dar paso al segundo, más elaborado e imponente.

El primer monumento a la Batalla de Junín fue construido en 1846, por orden del presidente Ramón Castilla, siendo una pirámide sobre una base cuadrada de 4 metros y medio, y alcanzando un total de 13 metros de altura, denominado oficialmente como “Monumento Piramidal de la Batalla de Junín”. El segundo monumento, que es el actual, fue construido e inaugurado en 1925, después de celebrado el centenario de la batalla, siendo de proporciones muy superiores al primero.

Con 35 metros de altura y 21 metros de base cuadrada, la columna se corona con el sol de 17 puntas, representando los países participantes del conflicto, con la inscripción “JUNÍN”. El gobierno del presidente Augusto B. Leguía propició la construcción de este monumento, junto al notable impulso de los gobiernos locales y destacados personajes del departamento homónimo.

El alemán Edmund Moeller fue el arquitecto responsable de la columna, y la compañía ejecutora fue la Cerro de Pasco Copper Corporation, fundidores del sol radiante que corona el monumento. Este monumento fue declarado patrimonio cultural de la nación el 6 de agosto de 2014.

Ayacucho tuvo que esperar hasta 1974 para ver su obelisco inaugurado. Junín lo tuvo temprano, en 1925, pero, en honor a la verdad, el monumento ayacuchano es muy superior en belleza y notoriedad, pues corresponde a una época más actual, superando en altura al de Junín, ya que alcanza los 44 metros.

El pasado 6 de agosto de 2024 se conmemoraron los 200 años de aquella batalla, pero la fecha no tuvo la importancia que merecía. Sin la presencia de la presidenta de la República, se efectuó el acostumbrado desfile militar, caracterizado este año por un desorden y caos que, lejos de representar el civismo de los peruanos, evidenció la desorganización y el afán de protagonismos de unos en detrimento de otros.

Las redes sociales dejaron ver el vaivén sin sentido de las personas que acudieron al evento, con gritos y jalones de autoridades, con protestas de pobladores cercanos reclamando no sé qué, y un ambiente de bajeza institucional por la notable ausencia de la presidenta, aunque actuando como delegada del Gobierno la ministra de Cultura.

Esperemos que no suceda igual en Ayacucho.

P.A

García


Referencia bibliográfica: Revista "Monumento a los vencedores de Junín" del historiador y escritor pasqueño

Alex Tucto Villanueva

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