EL USO DEL FAJÍN
El fajín es una banda de tela de 10 centímetros de
ancho aproximadamente, que se pone a la altura de la cintura sobre la sotana,
usualmente entre las señoritas que son dos hilos que cuelgan sujetos de sus dos
puntas a los lados de la sotana también a la altura de la cintura; el fajín
varía de color, para los Seminaristas, Diáconos y Sacerdotes es de color negro,
para los Capellanes de Su Santidad, Obispos y Arzobispos es de color fucsia, para
los Cardenales es de color púrpura (rojo escarlata), y finalmente para el Sumo
Pontífice es de color blanco, solo el fajín del Papa lleva su Escudo Pontificio
bordado en la parte final.
En el Seminario de Mérida son pocos los seminaristas
que utilizan el fajín con la sotana, se pueden contar con los dedos de una mano
y sobran dedos. Pero hay una razón por la cual el seminarista y todo clérigo deben
utilizar el fajín, más que una razón es una invitación y un reto, según lo
presenta San Juan XXIII. A continuación expongo las palabras textuales del Papa
Bueno:
Advertencias (al
Director). Se recomendará a los
eclesiásticos, especialmente a los in
sacris, el uso del fajín, advirtiéndoles que este contribuye mucho a la perseverancia
y al buen ejemplo; y que es parte del hábito sinodal; antiguamente lo usaban
todos, y también hoy lo usan los más ejemplares y observantes, como deben ser
todos[1].
Pues así mismo es la invitación que nos hace San
Juan XXIII, en primer lugar hay que reconocer que es una recomendación a los eclesiásticos, el uso del fajín, y luego el
santo hace una advertencia, y es que este contribuye mucho a la
perseverancia y al buen ejemplo; además de estas virtudes aclara que es parte del hábito sinodal; luego
manifiesta que antiguamente lo usaban
todos, y también hoy lo usan los más ejemplares y observantes, como deben ser
todos, y es ahí donde está la invitación de mayor peso, a ser ejemplares y observantes, ejemplares en
la vida de piedad y observantes en la ley de la caridad.
P.A
García
[1]
Diario del Alma, San Juan XXIII, Primera parte.
En el Seminario de Bérgamo (1895-1900). 1895. Reglas de vida que deben observar
los jóvenes que desean hacer progresos en la vida de piedad y de estudio.
Página 27.
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