LA PLAYA CUATRICENTENARIA
Hoy, 03 de febrero, día de San Blas, se cumplen 408
años del Terremoto de La Grita, que narrado por Fray Pedro Simón, especifica la
formación geográfica de nuestro pueblo playense, pues, con este fenómeno natural
se desplomó una gran montaña que cortó el cauce del río, formándose así una
represa de agua que vino a reventar valle abajo el 24 de junio del mismo año,
en el día de San Juan, dejando una explanada de tierra, arena y charcos que con
el correr del tiempo se secaron y es sobre lo que hoy en día está ubicado el
pueblo. En principio, para 1610, fecha del terremoto, los primero habitantes se
ubicaron en las partes altas, donde no llegase el nivel del agua y las
venideras crecidas del río y quebradas.
Dejemos que sea el mismo Fray Pedro Simón el que nos proporcione detalles de aquel suceso:
CAPÍTULO XXXV
III- VUELA UN
CERRO DE UNA PARTE A OTRA CON EL TERREMOTO EN EL VALLE DE LOS BAILADORES
3- En este mismo
y a la misma hora[1]
se acrecentó otra de las más notables que hemos oído hayan sucedido en el
mundo. Y fue que en el valle de los Bailadores, que corre, como dijimos, Norte
Sur, a la mitad de él, a seis leguas de la ciudad, de la cordillera que demora
a la mano izquierda voló la mitad de un valentísimo cerro[2], como si fuera de
pluma, y casi a la mano derecha quedó plantado a la mitad del valle, haciendo,
con el golpe que dio en la cordillera contraria, una notable abertura. Como
también lo era la que quedó en el asiento de donde se levantó el cerro, por
donde comenzó luego a salir un buen golpe de agua que permaneció en sus
corrientes algunos días[3]. Con que se acrecentó
el rebalso que hizo el río del valle con el asiento del cerro[4], quedando rebalsadas y
haciendo un tan valiente y fondable laguna, que podían nadar en ella muy
gruesos navíos[5],
pues estuvo rebalsado sin que saliera gota de la mucha que entraba (por ser el
río de más de dos bueyes de agua), desde este día hasta el de San Juan del
mismo año. Que rompiendo por un lado[6], salió tan
impetuosamente que, con dispendio de mucho ganado mayor que andaba seguro a la
parte de abajo y de algunos sembrados de maíz y tabaco, se extendió por todo el
valle. Que junta esta pérdida con la que sucedió de otras más de quinientas
cabezas del mismo ganado que cogió el cerro debajo, cuando asentó el valle, no
fue pequeña. Aunque muy mayor la de haber cogido debajo tres muchachos
españoles de hasta diez o doce años y un indio gandul que estaba con ellos, a
la sazón, a la mitad del sitio donde quedó plantado. Que con estos dos hijos y
un sobrino de Francisco de Escalante, que quedaron enterrados entre las ruinas
de una casa, que también cayó en el mismo valle, y los muchos que murieron,
españoles e indios, hombres y mujeres, en la ciudad y otras partes, pasaron de
sesenta personas, que para las pocas que tiene aquella tierra, fue muy gran
cantidad[7].
Con los relatos de Fray Pedro Simón es que se puede
tener una visión arcaica de lo que era antes el Valle del río Zarzales, y
terrenos donde hoy está el pueblo de La Playa. Es posible pensar que una vez
vaciada la represa haya quedado un lugar plano y cómodo para habitar. La Playa,
en el actual lugar donde está, pudo haberse fundado para mediados del año 1610,
o incluso unos años más tarde, al normalizarse el terreno que estuvo bajo agua.
P.A
García
[1] En los párrafos previos a este
numeral III del capítulo XXXV, Fray Pedro Simón deja claro que el terremoto de
La Grita ocurrió el tres de febrero, día de San Blas, en el año 1610, a las
tres de la tarde, cuando la tierra se movía como las aguas del mar cuando están
inquietas. Para esta época La Grita ya contaba con un Alcalde, que se llamaba
Benito Rosal, con un cura, dos Iglesias y un convento. Las mujeres de La Grita
en aquel día estaban unas reunidas con la madre del cura que venía de la ciudad
de Mérida y otras en casa de una mujer honrada que estaba recién parida.
[2] En la Revista de La Playa una
Visión al futuro (1999), del Profesor Alejandro Castillo, se ubica este cerro
valentísimo como parte de las montañas de la parte norte de La Playa, donde hoy
día se le conoce como Las Barrancas de Don Víctor Sánchez, lugar geográfico al
que se le aplicará toda explicación hecha por Fray Pedro Simón.
[3] Puede estar haciendo mención de
la quebrada La Arenosa, en la parte alta del sector Las Delicias. Quien observe
desde esta perspectiva hacia abajo, notará como en el sector El Volcán, hay un
pequeño cerro de piedras, el cual pudo haberse formado allí por las crecidas de
esta quebrada, o por el mismo deslizamiento del valentísimo cerro en 1610.
[4] Fray Pedro Simón especifica que
son dos corrientes de agua las que van llenando la represa que se forma al
deslizarse el cerro y quedar plantado a la mitad del valle, una es la recién
formada quebrada “La Arenosa”, y la otra es el mismo río que baja de
Bailadores, el río Zarzales o río Mocotíes.
[5] En este apartado, puede darse
razón al nombre que lleva el pueblo, pues, como lo refiere Fray Pedro Simón, en
la laguna que se formó en el valle, podían navegar gruesos navíos, lo que deja
a pensar que todo el territorio sobre el cual se asienta hoy en día la
población de La Playa, estuvo bajo agua, razón por la que la geografía del
lugar sea plana, semi-inclinada, arenosa y pantanosa.
[6] Este “lado” por donde salió toda
el agua, puede ubicarse hoy en día en la llamada curva “Sogamoso”, que está
frente a la antigua planta eléctrica de los Mora, en el sector El Volcán. Fray
Pedro Simón precisa que para el día de San Juan del mismo año, es decir, para
el 24 de junio de 1610, rompió la represa de agua, la cual duró un aproximado
de cuatro meses y más en formación, de allí que algunos piensen que los pocos
habitantes del lugar tuvieron que mudarse hacia zonas más altas, para no quedar
sumergidos bajo el agua.
[7] Como es de suponer, la zona del
valle, para el momento, ya era habitada por indios y españoles. Fray Pedro
Simón menciona la pérdida de siembras de maíz y tabaco, al igual que ganado y
un número superior a las sesenta personas fallecidas por la corriente de agua,
entre indios y españoles, jóvenes y adultos, incluso menciona la existencia de
una casa, lo que deja a pensar que por la zona al menos ya habían haciendas,
probablemente trabajadas por indios y administradas por españoles opresores.
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