UNDÉCIMO ANIVERSARIO
El domingo
28 de abril tenía agendado acompañar en la ceremonia de creación de la nueva
parroquia ayacuchana “Nuestra Señora de Covadonga”, pero fui solicitado por la
parroquia Santa Rosa de Lima para suplantar al párroco en una actividad a las
7:00 a.m. en el Parque de las Banderas. No me fue suministrada ninguna otra
información más que la de estar a las 6:45 a.m. en el templo porque me
buscarían a esa hora.
Fiel a
mi principio de puntualidad estuve en el lugar indicado a la hora acordada. Como
a las 7:00 a.m. es la primera eucaristía dominical en esa parroquia, fui saludando
a los feligreses que llegaban poco a poco para participar de la misa. Los minutos
avanzaron y nadie aparecía para buscarme. Yo seguí esperando, inamovible, en la
puerta de la iglesia, como una estatua. La misa adentro comenzó, escuché las
lecturas, y siendo ya las 7:30 a.m. es decir, luego de 45 minutos de paciente
espera, me dispuse regresar a mi casa, lamentando no haber asistido a mi compromiso
con la nueva parroquia “Nuestra Señora de Covadonga”.
Al despedirme
de una de las personas que acogen en la entrada a quienes llegan a la vez de
ofrecerles la hoja dominical, llegó un caballero y al identificarme me indicó
que el vehículo de la municipalidad distrital me esperaba para llevarme al
Parque de las Banderas. Con serenidad acepté ir al compromiso, no sin antes
comentarles que por poco no me encontraban, pues ya había decidido que esperar
45 minutos era más que suficiente.
Durante el
recorrido consulté el motivo de la reunión, y fue en ese momento cuando se me
informó que el distrito Andrés Avelino Cáceres Dorregaray arribaba a sus
primeros once años de feliz existencia, y en el parque principal se estaba
preparando el desfile protocolar con todas las instituciones que hacen vida en
esta porción de suelo huamanguino.
Una vez
llegados a la municipalidad, advertí al funcionario que, como me habían citado
para iniciar a las 7:00 a.m. y siendo ya más de las 7:30 a.m., mi intervención sería
especialmente breve, pues debía ir al penal sin demoras considerables. Asintió naturalmente
mientras me indicaba que en el auditorio me esperaban las autoridades para dar
inicio a la ceremonia. Allí estaban todos, la vicegobernadora de Ayacucho, el
alcalde de la municipalidad distrital en aniversario, sus regidores y un número
variado de jerarcas militares. Al dar los buenos días me acerqué a cada uno de ellos
para estrecharles la mano y, finalmente, cuando saludé al alcalde, de quien ya
soy conocido porque he estado en su casa celebrando a la Virgen de Carmen, este
me dijo: “el distrito Andrés Avelino Cáceres Dorregaray es un puberto”, y yo le
contesté de inmediato: “a juzgar por sus once años yo diría que está en pañales
todavía, pero creciendo muy rápido…”.
El jefe
de protocolo del ejército nos hizo saber que a las 8:05 a.m. se daría inicio a
la ceremonia, comenzando por la acción litúrgica que estaba a mi cargo. Mientras
esperábamos el tema de conversación en el auditorio fue el espectáculo
mediático y viral que había protagonizado un sacerdote al marchar con sotana en
la plaza Sucre por el 484 aniversario de la fundación española de la ciudad de
Huamanga, hoy Ayacucho, que se había efectuado el pasado 25 de abril. Mi comentario
fue desilusionador para ellos, pues les indiqué que no estaba en mis planes
imitar a aquel cura.
Llegada la
hora salimos del auditorio en dirección al estrado preparado en el parque. A metros
de la tarima el jefe de línea invitó a la vicegobernadora a tomar su lugar,
seguido de las autoridades, con paso marcial que seguí rigurosamente. Una vez
ubicados todos, el monitor me cedió el micrófono y estas fueron mis palabras improvisadas.
Palabras introductorias:
Queridos hermanos y hermanas, tengan todos muy buenos días.
El agradecimiento a Dios en primer lugar por permitirle a este distrito festejar
11 años de creación, por eso nuestra mente, nuestra alma, en este momento se
eleva a Dios para agradecerle, porque todo esto ha sido su voluntad. Tantas
personas que han emprendido trabajos, ideas, esfuerzos por ver surgir este distrito
y por eso hoy 11 años se agradecen al señor.
Participemos de esta acción litúrgica con el corazón
agradecido, porque es Dios el que nos permite estar aquí reunidos.
Breve reflexión después de la lectura:
Queridos hermanos, pueden tomar asiento brevemente
para compartir con ustedes un mensaje concreto de esta palabra que hemos escuchado.
El motivo de nuestra reunión es bien claro: el
agradecimiento a Dios por este distrito, 11 años de creación de Andrés Avelino
Cáceres Dorregaray y festejar estos 11 años es, en primer lugar, como hemos
dicho, dar gracias a Dios, pero también rememorar el epónimo de este distrito,
el Mariscal Cáceres.
Los que conocemos la historia sabemos que, ayacuchano
de origen, ocupó la primera magistratura de este país en varios períodos, y
desde ese puesto evidentemente la gestión social, la preocupación por el bien
de sus ciudadanos, de los ayacuchanos y de todos los peruanos. Es entonces el
epónimo de este distrito, el Mariscal Cáceres, en cierto sentido un ejemplo a
seguir para todos los funcionarios, para todos aquellos que según la voluntad
del pueblo ocupan momentáneamente un lugar para desarrollar todas las
iniciativas que permitan el desarrollo y el progreso de una comunidad de un pueblo.
Por eso hemos escuchado esta lectura y san Pablo nos
recuerda a todos que a Dios debemos obedecer en primer lugar, a nuestra
conciencia, pero también a esos hermanos que han puesto la confianza en nosotros.
Hoy de manera especial las autoridades presentes hacen eco de esta vocación cristiana,
obedecer a Dios, obedecer el mandato del pueblo, a los hermanos y también
nuestra conciencia que nos invita todos los días a obrar el bien, a apartar
nuestra comodidad y apostar por el bien de los demás. En eso sabremos que
creemos en Dios y allí demostraremos realmente que tenemos una vocación de servicio.
Es propicio entonces recordar a todos los que hace 11
años atrás tuvieron la iniciativa, el empeño, el esfuerzo de fundar, de dar
origen, de crear este distrito. Agradezcamos con la memoria a esas personas que
han forjado una comunidad unida y agradezcamos también ahora a las autoridades
que tenemos, porque este agradecimiento del pueblo, ciertamente, llama a sus
conciencias a rectificar cada día más y a que su desempeño sea únicamente por
el bien de todos, de esta manera, queridos hermanos y hermanas, el festejo por
este distrito Andrés Avelino Cáceres Dorregaray tendrá sentido.
Es un festejo y es la renovación del compromiso para
que todos, autoridades y pobladores, trabajemos en conjunto para hacer de este distrito,
parte de nuestra hermosa ciudad de Ayacucho, un lugar agradable, un lugar donde
podamos convivir en paz, donde seamos vecinos preocupados unos por otros, y de
esa manera el evangelio de Jesucristo pueda instaurarse en los hogares, en las
conciencias, en las instituciones, en todo el ámbito donde estemos nosotros los
hijos de Dios.
Que este sea un motivo entonces para elevar nuestra
mirada agradecida a Dios, para renovar los compromisos y para saber que si
tenemos la bendición de Dios todo lo podemos lograr. Cristo, que nos ha mandado
amarnos los unos a los otros, nos recuerda en este domingo, en este festejo
distrital, que él está de nuestra parte, que él nos acompaña, que él nos anima,
y junto con Dios, junto con Cristo todo es posible. Amén.
P.A
García
El vídeo del evento esta
en mi canal de YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=8tpOIbRY-YU&t=460s