MENSAJE
NAVIDEÑO 2015
Queridos hermanos en Cristo:
Reciban ustedes este mensaje de alegría y esperanza
como muestra de la fraternidad que nos mantiene unidos en familia, esperando a
Jesús que viene para salvarnos.
Que en este Adviento, tiempo de preparación para la
venida del Emmanuel, sepamos darnos a los más pequeños, sabiendo que en ellos
el Señor se manifiesta.
Reconociéndonos proclamadores de la Palabra, nos
dirigimos a ustedes, para anunciarles que el Redentor, fuente de alegría,
pronto renacerá en nuestros corazones para librarnos del odio, la envidia y la
división, haciendo de cada uno de nosotros sus discípulos propagadores de su
infinita Misericordia.
Vivamos de la mejor manera este tiempo, para que con
la Natividad del Señor, renovemos el compromiso cristiano, haciendo que en
nuestra sociedad florezcan sentimientos de hermandad, solidaridad y entrega
desinteresada a ejemplo de aquella mujer que con su sí nos permite contemplar
la inextinguible luz del Mesías.
Este año 2015 termina dándonos la oportunidad de
reflexionar sobre lo bueno que hemos hecho, y lo que hemos dejado de hacer. De
igual manera sabiendo que Dios nos presenta la oportunidad de reiniciar una
nueva vida a la luz del Evangelio, que debe comenzar en la relación social,
cultural y ecológica en vista del bien común manifestada desde una auténtica
política, la cual depende del amor que tengamos hacia el prójimo.
Dispuestos al cambio de nuestras vidas, demos paso a
la luz que desvanece las tinieblas, reconociendo la primacía de la autoridad
divina como fuente y origen de cualquier autoridad humana; siendo su esencia el
Amor.
Lucas: 2; 10-12
No teman. Miren, les doy una Buena Noticia, una gran
alegría para todo el pueblo: hoy les ha nacido en la Ciudad de David el
Salvador, el Mesías y Señor. Esto les servirá de señal: encontrarán un niño
envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
P.A
García
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