martes, 31 de enero de 2017

Proyecto Ético Personal

ÉTICA EN FORMACIÓN
Cardenal Karol Wojtyla, san Juan Pablo II, eminente filósofo personalista

       No es fácil hacer un proyecto ético personal, sobre todo porque siempre está el peligro de fallar en lo que uno se propone y lo que luego realiza, sin embargo, es necesario definir al menos una línea de pensamiento personal, que permita el esclarecimiento de ideas y que facilite la orientación personal de la vida, el cómo uno desea actuar, o cuáles serán las máximas que regirán nuestra existencia.

Con el estudio de la filosofía, se tiene la oportunidad de conocer diferentes corrientes de pensamientos que, de una u otra manera, van haciendo nido en cada uno de nosotros, sea porque logren convencernos con sus propuestas, o sea porque en ellas encontramos armonía con nuestra propia manera de pensar y de concebir a Dios, al mundo y a los hombres; en mi caso, podría hablarles del Personalismo, que es una respuesta al notable individualismo que sufre nuestra sociedad. Como he podido analizar, hay algo que es indudable en la persona humana, y es su capacidad de relacionarse con los demás, cosa que es evidente, sin embargo, al afirmar que esto es una capacidad, correspondería ahora presentar este “relacionarse” como un deber, y es que precisamente la misma naturaleza de la persona humana obliga, como si fuese un deber, a relacionarse unos con otros, con aquel que me hace sentir vivo, con aquellos que con solo mirarlos las confirmo como tal y me distingo como individual, aunque soy parte de un todo donde la Persona es lo primordial.

Hay en nosotros, además de una capacidad y un deber de relacionarnos, una necesidad, pues de lo contrario no sería posible dicha relación, pues con la capacidad me hago potencialmente persona, con el deber me incluyo en el pensamiento personalista, pero con la necesidad me hago parte de la acción de encuentro de la misma naturaleza de la persona humana. Creo entonces que, capacidad, deber y necesidad son los tres motores principales para la relación de persona a persona, y en esto puedo precisar un posible proyecto ético personal, pues a mi juicio, en el estilo de vida tan particular en el que me encuentro, es evidente que sin un encuentro del yo con el tú, no se podría llevar a cabo el bien que se pretende hacer.

Un ética personal vendría a exigirme, una total disposición de salir de mí mismo para optar por el encuentro con los demás, donde el respeto y la tolerancia vayan de la mano, donde el equilibrio sea tal, que mi persona sea, se manifieste, se desarrolle al igual que la persona que tengo en frente. Por mi parte, reconocer al otro, es clave fundamental para las relaciones de unos con otros, pues de esta manera, al reconocer al otro, le doy existencia y me hago sentir yo mismo, pues, en el otro puedo encontrar tanto diferencias como similitudes.

Ética sería entonces, lo que en mi vida marcará la pauta para existir, pero para existir de verdad, una existencia donde sea capaz de ser feliz sin coartar la felicidad de los demás. Hay que precisar, antes de finalizar este proyecto, que en concordancia a la fe que como persona tengo en Dios, debo encaminar mi visión y misión en virtudes muy particulares, personalmente opto por las teologales fe, esperanza y caridad, por las cardinales, prudencia, justicia, fortaleza y templanza, y por los consejos evangélicos, pobreza, castidad y obediencia, que en resumen, vienen a constituir la identidad presbiteral a la que estoy llamado a adoptar por la misma naturaleza vocacional.

P.A
García

lunes, 30 de enero de 2017

Un poco de teología no nos hace daño

PROCESO EN LA TERMINOLOGÍA SACRAMENTAL


Como lo manifiesta De Ghellinck, es a partir del siglo XII cuando se inicia la tarea de hacer una terminología sacramental, esto con la reflexión que se venía haciendo sobre el bautismo y la eucaristía, sin embargo, fueron los autores del siglo XIII quienes adquirieron una rigurosa tesis del sacramento y recalcaron los términos correspondientes a los diversos aspectos de la realidad sacramental, de entre ellos resalta la figura de Santo Tomás de Aquino. Por su parte, los teólogos del siglo XII pueden ser recordados por haber consagrado la noción de signo aplicada al sacramento, y la de causalidad para especificar la noción propia de signo sacramental.

En esta breve historia del nacimiento de la terminología sacramental se hace necesario resaltar la opinión de Hugo de San Víctor, quien, por ejemplo, aplicaba genéricamente el término sacramento a todo signo eclesial, y no tenía inconveniente en hablar de los sacramentos menores, equivalentes a los que actualmente llamamos sacramentales, en esto se puede reconocer que al principio no se tenía una clara concepción de lo que es realmente un sacramento, tal y como la conocemos hoy en día.

Con el bautismo, como se ha mencionado anteriormente, surgieron muchas discusiones teológicas, por ejemplo los teólogos se enfrentaron en la necesidad de precisar hasta qué punto quien era bautizado en una Iglesia cismática recibía el sacramento, y tratando de ofrecer una respuesta, la teología tuvo que distinguir entre el sacramento, que se recibe, y el efecto del sacramento, que no se recibe, a partir de entonces se precisaron los términos sacramentum y res sacramenti.

Para explicar sacramentum y res sacramenti es necesario ubicarnos en la escena evangélica del bautismo de san Juan y el de Cristo, reconociendo sus diferencias, y al respecto se tiene que en el primero, con la ablución del agua, se daba sólo el sacramento, y en el de Cristo, con la ablución del agua, es decir, con el sacramento, se otorga también el efecto, al que Hugo comenzó a llamar res sacramenti. Adentrándose en la explicación de sacramentum y res sacramenti, se puede añadir que en cuanto al signo o a la forma externa, el bautismo de Juan y el de Cristo fueron iguales, pero no en cuanto al efecto, porque en el de Juan sólo hubo sacramento, pero no remisión de los pecados, y en el de Cristo hubo sacramento y virtud del sacramento, que consiste en la remisión de los pecados. Con Hugo de San Víctor se tiene que lo exterior, lo material del signo, es el sacramentum, y que lo interior, lo invisible y espiritual, es la res sacramenti o la virtud del sacramento.

En este discurrir sobre la terminología sacramental, se encuentra también el espacio para hablar de los conceptos materia y forma, que vienen a formar parte de un lenguaje sacramental en formación, al respecto, después de varias opiniones expertas, es Santo Tomás de Aquino el que logra representar sintéticamente una concepción de estos conceptos respeto de los sacramentos; santo Tomás viene a resumir que las palabras se han tomar como la forma de los sacramentos y las cosas como la materia de los mismos.

La Iglesia Católica en su desarrollo institucional no siempre ha tenido una unicidad en la manera de ver y explicar las gracias que Dios derrama sobre su pueblo, sin embargo, con la ayuda de los santos y de los grandes teólogos  y pesadores, (tales como Hugo de San Víctor, Pedro Lombardo, Tomás de Aquino, Agustín de Hipona) se ha logrado unificar todas las opiniones que al respecto se han dado, es por eso que, el estudio de esta época escolástica juega un papel fundamental en la comprensión de una terminología sacramental, que, como se ha visto, no surgió momentáneamente, sino que fue creciendo y enriqueciéndose con el aporte de todos, y por supuesto, con la luz del Espíritu Santo que siempre ha guiado a la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo.

P.A
García

martes, 24 de enero de 2017

La Semana de los Equipos de Vida

EQUIPOS DE VIDA
Grupo de seminaristas antes de salir de paseo
       
       “Equipos de Vida”, es una determinación utilizada en nuestro Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida para designar a una cantidad de jóvenes seminaristas que comparten en primer lugar el curso académico, y en segundo lugar diferentes motivaciones, sobre todo vocacionales, que son el punto de encuentro más común y obvio en una Casa de Formación Sacerdotal.

         En esta oportunidad, se ha iniciado la “Semana por los Equipos de Vida” el pasado domingo 22 de enero, haciendo una especial presentación de videos y reflexiones que giraban en torno a lo que es el compartir fraterno característico de los cristianos, porque el hecho de vivir en un Seminario exige del Seminarista una capacidad de relacionarse con el otro, viéndolo como un hermano más, y no como cualquier otra persona. Es más, la misma vocación cristiana nos invita a amar a todos sin excluir a nadie y por la gracia de Dios, a llamarnos y sentirnos todos hermanos, porque tenemos un Padre en común.

         Esta Semana especial dentro de la vida del Seminario exige de cada equipo un logo, donde se represente a los integrantes, cada uno de ellos debe identificarse con dicho logo, además puede poseer simbología que exprese el sentir espiritual de los integrantes del Equipo de Vida.

La realidad de un Seminario es dura, es difícil, pero no imposible de llevar. Con el paso de los años los grupos van disminuyendo en cantidad, pero crecen en calidad, a pesar de que, los que ya no están guardaban también gran talento y dones que de Dios han recibido, sin embrago, los que, por misericordia de Dios, aún perseveran, aún permanecen en la formación y por eso la exigencia debe ser mayor, siempre en miras hacia una mejor formación ya que se trata de unos futuros pastores.

Ya sabemos que son distintas las personalidades que se fusionan en los equipos de vida y en todo el Seminario, pero se debe estar claros que el propósito de nuestra presencia en el Seminario es uno solo, y no es otro que formarnos para ser sacerdotes, servir a Dios con los dones y carismas propios, cada uno desde su realidad y personalidad.

 El Seminario hace hincapié en la vida de comunidad que se debe fomentar, cuando el curso está conformado por pocos seminaristas será más fácil, de todas maneras cuando vengan las dificultades es necesario enfrentarlas de una vez, no dejar para luego, porque se ha visto que hace daño y además si nadie expresa lo que siente o piensa se llenan las personas de suposiciones, es decir, como alguna vez leímos en un libro, nos envenenamos a nosotros mismos.

En una vida de comunidad hay que aprender de los errores pasados. Se debe aprovechar cada instante para la comunicación, hablar, decir las cosas, esos momentos libres, dentro del salón, en los recesos, en las comidas, en el deporte, en los paseos y actividades comunitarias se debe fomentar la comunicación lo máximo posible, solo de esta manera se podrá mantener una sintonía de comunidad y así nadie se sentirá desplazado o ignorado. Tampoco se trata de invadir la privacidad de los demás, pero como en el Seminario nadie es monje de clausura, por lo tanto es natural expresar ideas, manifestar sentimientos, poner en común deseos y anhelos. Claro está que a veces es mejor hacer un pequeño sacrificio si sabemos que con nuestras palabras vamos a herir al otro.

         Cada instante en el Seminario debe vivirse a plenitud, dar lo mejor que se tiene, donarse con generosidad, como lo hizo Cristo por sus amigos.

En una vida de comunidad no se puede confundir la tolerancia con la alcahuetería, ni la fraternidad con la necedad, ni la disposición con el abuso, mucho menos confundir personalidad con genio o manera de ser. La autenticidad debe caracterizar a los seminaristas, mostrarse tal cual se es, libres, sin miedo al qué dirán. Nadie es juez de nadie, solo Dios es Juez Justo y Misericordioso.

Para esta Semana, el Pbro. Cándido Contreras Ochoa ha preparado una oración que los seminaristas hacemos todos los días en una o varias oportunidades al día.

Señor nuestro Jesucristo
Hijo enviado del Padre,
que por la gracia del Espíritu
nos has llamado,
como a tus primeros discípulos,
para que estemos contigo
y para luego
enviarnos  a predicar.

Te agradecemos el llamado
y la confianza que cada día
depositas en nosotros;
te agradecemos tu fe
en nuestra capacidad
para responderte
con verdadera generosidad.

Bien sabes, Señor y Maestro,
que hay roces y enfrentamientos,
envidias y murmuraciones,
flojeras e irresponsabilidades,
entre los que vivimos
en este seminario;
como tus primeros discípulos,
muchos queremos
ocupar el primer lugar,
buscando que los demás
estén a nuestro servicio.

Por eso te pedimos
que renueves tu llamado;
ayúdanos a ser bondadosos,
serviciales, alegres y leales;
danos tu Santo Espíritu
para construir fraternidad
en respeto, tolerancia y libertad;
que cada día estemos convencidos
que hay mayor alegría
en dar que en recibir.

Que la Virgen Inmaculada
interceda por nosotros ante ti
y nos conceda la gracia
de hacer siempre
lo que tú nos digas.
Amén.

P.A
García

lunes, 23 de enero de 2017

La Pastoral, lugar de encuentro con Cristo.

COMUNIDAD DE BELLA VISTA
PARROQUIA LA MILAGROSA

Capilla de Bella Vista

Por disposición del Pbro. Javier Muñoz, Párroco de La Milagrosa, me ha sido encomendado el trabajo pastoral de los fines de semana en la Comunidad de Bella Vista, perteneciente a esta Parroquia eclesiástica, anteriormente se realizaba en la comunidad de San Pedro, donde el trabajo se inició sin ningún inconveniente.

El motivo por el cual se realiza el cambio de destino, se debe a que, por parte del Pbro. Javier Muñoz, se notó decaimiento en la asistencia de las personas de esta comunidad de Bella Vista a las celebraciones de aguinaldos del pasado mes de diciembre de 2016, esto causa gran angustia en el Párroco, ya que, Bella Vista se ha caracterizado por ser una comunidad profundamente católica practicante, esto gracias al constante trabajo realizado por los diferentes seminaristas que por este sector han pasado. Por este motivo, el Pbro. Javier Muñoz me ha pedido que realice mi pastoral en esta comunidad, teniendo como principal objetivo reanimar a las personas en la asistencia a la vida parroquial y en la adquisición de un verdadero compromiso cristiano en la vivencia de la fe católica.

En este año 2017, los trabajos pastorales en la comunidad de Bella Vista guardarán un esquema determinado, lo que hará más fácil la organización del trabajo del seminarista y el acompañamiento de las personas de la comunidad. Este esquema se guiará en el siguiente orden:

-         Día Sábado:

Mañana: los sábados la llegada al lugar de pastoral será a las 9:00am, a partir de esa hora se realizará la visita casa a casa, hasta horas del mediodía. En estas visitas el principal objetivo será realizar una corta evangelización, así como también hacer un censo parroquial, que nos permita saber la necesidad actual de sacramentos para las personas de esta comunidad, de igual manera se aprovechará las visitas para hacer la invitación a participar del Praesidium de la Legión de María de esta comunidad y del Curso Bíblico que se dará inicio a finales del mes de enero. Las visitas serán realizadas por el seminarista en compañía de una persona de la comunidad.

Nota: en la capilla de la comunidad de Bella Vista, se dará inicio a la catequesis de primeras comuniones y confirmaciones, lo que exige del seminarista la disponibilidad de colaborar en esta tarea cuando sea necesario, en actividades como, charlas, convivencias, animación musical, entre otras cosas.

Tarde: las personas de la comunidad manifestaron la disposición de ofrecer el almuerzo del seminarista, lo que evitará el traslado al Seminario. En horas de la tarde, a las 3:00pm se dará inicio a la Junta Semanal del Praesidium de la Legión de María, donde el Seminarista hará las funciones de Director Espiritual de dicho grupo de apostolado, la reunión durará un máximo de una hora, es decir, a las 4:00pm, una vez culminada la Junta, se dará inicio al Curso Bíblico, que tendrá una duración aproximada de una hora, de manera que a las 5:00pm sea el retorno al Seminario.

Nota: la Junta del Presídium y el Curso Bíblico tendrán como lugar de concentración la Capilla de la comunidad, la cual está dedicada a Nuestra Señora del Carmen. El Curso Bíblico será basado en un material suministrado por el Pbro. Javier Muñoz, en la Cátedra de Introducción a la Biblia, vista por el seminarista en el curso Propedéutico.

-         Día Domingo:

Mañana: la salida del Seminario será como de costumbre, a las 7:00pm, el seminarista participará de la Eucaristía dominical en la Parroquia La Milagrosa a las 8:00pm, una vez culminada la eucaristía se trasladará hasta la comunidad de Bella Vista, para iniciar la invitación y preparación de la Eucaristía que se realiza en la comunidad a las 12:00m, cuando el Pbro. Javier Muñoz disponga, el seminarista realizará la Celebración de la Palabra en sustitución del Párroco.

Nota: es necesario que el seminarista asista a la Eucaristía dominical en la Parroquia, ya que, en caso de que el sacerdote no pueda asistir al mediodía a la comunidad, el seminarista llevará la Sagrada Comunión para la Celebración de la Palabra. De igual manera, los domingos en horas de la mañana se realizará la visita a los enfermos de la comunidad, previamente confesados.

Tarde: una vez culminada la Eucaristía o Celebración de la Palabra, será el retorno al Seminario, de igual manera la comunidad está dispuesta a ofrecer el almuerzo al seminarista. Cuando sea necesario la estadía del seminarista por la tarde, se hará sin ningún inconveniente, respetando el horario predispuesto por el Seminario.

Nota: la comunidad de Bella Vista cuenta con personas comprometidas en la vida de la Iglesia, lo que garantiza un acompañamiento al seminarista en las actividades que se realice, acompañamiento que hoy en día se hace necesario, por los diferentes motivos de inseguridad y delincuencia que en todas partes se vive.

Pongo en las manos de Dios este nuevo proyecto y confío en la maternal protección de María Santísima, bajo la advocación de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela.

P.A
García

Informe de las Misiones de Adviento y Navidad 2016.

Arquidiócesis de Mérida
Seminario San Buenaventura
Mérida, Estado Mérida

INFORME DE LAS MISIONES DE ADVIENTO Y NAVIDAD 2016

         En cumplimiento con lo acordado por el Equipo Formador de este Seminario Arquidiocesano, llevé a cabo mis trabajos pastorales de la Misión de Adviento y Navidad en la Parroquia San Jacinto de la Población de El Morro, Municipio Libertador del Estado Bolivariano de Mérida. En principio, había sido destinado a la comunidad de San Pedro, perteneciente a dicha Parroquia, pero por disposición del Cura Párroco del lugar, el Pbro. Jesús Enrrique García Ramírez, hube de permanecer en el pueblo de El Morro, motivado también a que para la comunidad de San Pedro fue enviado uno de los diáconos que posee la Parroquia San Jacinto de El Morro.

         El Morro es una comunidad parroquial a tan solo hora y media de la ciudad de Mérida, es un pueblo de tradiciones y costumbres bien arraigadas en la fe de sus fervientes católicos, que son la mayoría de los habitantes. Para épocas navideñas es nutrida la presencia de personas procedentes de la ciudad, que vienen a compartir con sus familiares, se de destaca la asistencia de niños a las actividades parroquiales, lo que facilita la realización de un trabajo pastoral eficaz. Permanecí en esta Parroquia desde el miércoles 14 de diciembre, hasta el lunes 26 de diciembre de 2016.

         Mi trabajo como seminarista consistió, a rasgos generales, en el acompañamiento de las Misas de Aguinaldos, donde tenía como principal tarea la preparación de la liturgia con los diferentes encargados de cada una de las comunidades, lo que me permitió compartir con esas personas, conocer su manera de pensar y su manera de preparar las celebraciones eucarísticas, pude notar el fervor y el esmero para llevar a cabo las mismas. Las Misas de Aguinaldos se realizaron a las 5:00am, lo que me exigía despertar a las 3:30am, para la oración personal y la preparación de todo lo referente al acto litúrgico.

         Por otro lado, en las tardes, a partir de las 6:00pm, la comunidad de fieles se reunía en el Templo Parroquial, para iniciar desde allí, las Posadas Navideñas, con la presencia de niños vestidos de san José y la Virgen María, en esta oportunidad acompañé con la animación musical, gracias a la colaboración de un joven que me facilitó un cuatro, durante el trayecto se cantaban aguinaldos, y se rezaba el Santo Rosario, en cada hogar hacía la bendición del Pesebre y se daba un pequeño mensaje de Navidad. En estas posadas percibí el fervor y respeto que tienen las personas por el rezo del Santo Rosario, de igual manera las personas visitadas abrían de par en par las puertas de sus hogares, noté el esmero por la realización del Pesebre; con los materiales que el campo les proporciona realizan en el centro de sus casas el Belén.

         Aparte de la visita a los hogares del pueblo, compartí también con el Coro Parroquial, que en su mayoría está conformado por niños, de igual manera el Colegio de Monaguillos fue cercano y con ellos se entabló una amistad, gracias a la disposición y las ganas de compartir que había de mi parte para con ellos, y de ellos para conmigo, el seminarista. En medio de este compartir, se hizo la limpieza total del Templo Parroquial en dos oportunidades, donde conocí el gran amor que tienen estos niños por su Parroquia y por las cosas que hay en ella, el ingenio se hizo presente para superar algunas dificultades que se tenían al limpiar la Iglesia, debido a que la misma está siendo restaurada, sobre todo el retablo del altar mayor.

Tuve el agrado de acompañar a la Legión de María, en su reunión semanal, donde dirigí algunas meditaciones con respecto a la devoción a la Madre de Dios, este Presídium tiene gran trayectoria y perseverancia desde que fue fundado en 1990. Compartí experiencias con una de las señoras de la Legión de María, la que me manifestó el terrible dolor que el pueblo sintió por el trágico fallecimiento del Pbro. Efraín Ferreira, en 2005, esas personas todavía lo recuerdan con mucho cariño y para ellos es un orgullo que sus restos estén enterrados en el Templo Parroquial, de esta situación pude captar el buen trabajo que han realizado los sacerdotes que han sido formados en esta Casa de Formación Sacerdotal.

         El compartir con el Pbro. Jesús García, fue una de las cosas que más me llenó de entusiasmo para perseverar en la formación, ya que de él aprendí a trabajar en conjunto con una comunidad parroquial, de él puedo destacar su capacidad de convocatoria, su esfuerzo por llegar a todos, hasta las más lejanas comunidades, su gran don de predicación y sobre todo su sencillez por hacerse pastor en medio de pueblo.

         Quisiera manifestar la presencia de futuras vocaciones sacerdotales que hay en esta Parroquia, sobre todo, del Colegio de Monaguillos, donde hay tres niños que están manifestando su deseo de ingresar al Seminario para discernir su vocación.

         Agradecido con Dios por esta nueva oportunidad de configurarme con Cristo, Buen Pastor, culmino estas líneas apoyando la presencia de los seminaristas en estos campos merideños, porque es de esa manera como vamos conociendo lo que nos espera en el futuro, si es la voluntad de Dios.

P.A
García

miércoles, 4 de enero de 2017

Festividad de San Benito de Palermo en Mucuchíes

SAN BENITO

         Por la gracia de Dios, y la cordial invitación de un buen amigo, pude participar por vez primera de las Fiestas de Santa Lucía y de San Benito de Palermo en la población de Mucuchíes, Municipio Rangel del Estado Mérida. He aquí una pequeña narración del evento y al final del artículo mi apreciación personal.

         En primer lugar, participé de la celebración de Santa Lucía, la Patrona de esta Parroquia Eclesiástica, que se realizó fervorosamente el 28 de diciembre de 2016, presidió la Eucaristía Mons. Baltazar Enrique Cardenal Porras Cardozo. De esta fiesta puedo resaltar la buena organización por parte de los encargados, fue realmente una “fiesta patronal”, el Cardenal Porras se comportó de manera extraordinaria, la cercanía con la gente fue notable, a mi parecer se está convirtiendo en un santo ambulante, pues la paciencia y la caridad, como siempre pero más ahora, reinan en su cotidianidad.

         De Santa Lucía, su fiesta, devoción y popularidad en esta Parroquia se puede decir que se le debe en parte o en todo al eterno cura párroco de Mucuchíes, Mons. Dr. Jesús Manuel Jáuregui Moreno, sus restos reposan en el Templo Parroquial.

         El día 29 de diciembre es la festividad de San Benito de Palermo, el co-patrón de la Parroquia Santa Lucía de Mucuchíes. La historia de esta piedad tan marcada en el santo negro, cuenta que para el año 1813, en plena guerra de la independencia, algún mucuchicero hizo una promesa a san Benito de Palermo, pidiendo prudencialmente la victoria en las batallas a combatir, según se cuenta, esta petición fue escuchada y la fe y devoción en san Benito se encarnó en el corazón de los habitantes del páramo merideño, poco a poco fueron recordando esta milagrosa intercesión y año tras año se organizaron las fiestas en honor de san Benito.

          Estas fiestas están caracterizadas por la quema de pólvora, la procesión con la imagen de san Benito de Palermo particularmente vestida, el baile de los “giros” o vasallos, y la Santa Eucaristía frente al Templo Parroquial.

         La quema de la pólvora, haciendo uso de un arma de fuego llamada, ¨trabuco¨, es lo más llamativo y emocionante de las fiestas, pues el estruendo que esto ocasiona realmente es interesante, no obstante se pone en peligro la integridad física de los “artilleros” y observadores, pero según la opinión de los lugareños, los accidentes por el estallido de estas armas han disminuido en los últimos años, gracias a la formación y educación que se le ha venido dando a los artilleros, la responsabilidad es clave para marchar en las filas, además, lo más glorioso del evento, es que ha desaparecido en un 100% el consumo de bebidas embriagantes. A partir de los 16 años de edad, los hombres pueden participar como artilleros de la Sociedad.

         También están dentro de la procesión previa a la Eucaristía, la Banda de Guerra de la Sociedad de San Benito de Palermo, ellos son los que se encargan de marcar el paso en la marcha de los artilleros, y de dar el ambiente festivo al pueblo, son más de 100 personas los que con sus instrumentos de viento y percusión armonizan el día. Están correctamente entrenados en esta labor, obedecen las ordenes de sus encargados y no se cansan en todo un día de festejo, es necesario resaltar que esta Banda de Guerra, al igual que el resto de los artilleros y giros se levantan a las 2:00am aproximadamente y desde esa hora empiezan a celebrar a san Benito en la comunidad de Misintá, en las afueras de Mucuchíes. Además de los custodios de la reliquia del santo, también hay un grupo femenino que bailan a san Benito, y un grupo de artilleros conformado por niños, son denominados la “mini marcha”, ellos son el futuro de la Fiesta de San Benito en Mucuchíes.

         Después de la celebración de la Santa Misa, se hace un recorrido por las principales calles del pueblo, luego se regresa a la Plaza Bolívar, allí se lleva a cabo las despedidas de cada una de las representaciones de los diferentes sectores o comunidades de la Parroquia, con un descargue de pólvora final y una especial actuación en honor al santo. Durante todo el día el “pago de promesas” es inevitable, las personas delante de la imagen agradecen a Dios por el favor recibido. Estas despedidas se prolongan hasta horas de la noche.

         Los artilleros, que conforman el mayor número de socios, van vestidos de color negro, camisa manga larga y pantalón, algunos marchan descalzos, se pintan el rostro de negro y sobre los hombros visten una pequeña capa roja, a manera de esclavina, el sombrero sobre sus cabezas está decorado con flores y cintas de colores.

         Creo que esta manifestación cultural, que puede ser entendida también por piedad popular, está encaminada hacia una correcta manera de festejar y de expresar la fe, pues las personas reconocen la centralidad de Dios, la Virgen y luego si su santo negro, además el hecho de que las autoridades eclesiásticas participen de ellas, acreditan la correcta manera de efectuar dichas festividades, por supuesto, hay quienes no toleran el estruendo de los trabucos, sin embargo, como lo mencioné anteriormente, esto es lo más atrayente a propios y extraños.

         Glorioso San Benito de Palermo. Ruega por nosotros.

P.A
García

lunes, 2 de enero de 2017

Al Prelado del Opus Dei. Mons. Javier Echevarría


Esta carta se la escribí al Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría, antes de que falleciera, obviamente no le dio tiempo de responder, pero sé que desde el cielo intercede por mí.

Mons. Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei fallecido el 12 de diciembre de 2016

Arquidiócesis de Mérida
Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida
Mérida – Venezuela
        
S.E. Mons. Javier Echevarría Rodríguez.
Prelado del Opus Dei.

         Beatísimo Padre, reciba un filial saludo en Cristo el Señor.

         Me dirijo a usted con especial afecto, porque me siento hijo suyo, quiero aprovechar esta bella oportunidad, el Consistorio de los nuevos Cardenales, entre los que se encuentra mi querido Arzobispo, Monseñor Baltazar Porras, de Mérida, Venezuela, para dirigirle estas breves palabras.

         Soy un joven seminarista de 20 años de edad, actualmente curso el tercer año de filosofía en este Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida, me preparo para ser sacerdote del Señor y desgastar mi vida por las almas. He querido dirigir estas líneas a su persona, movido por una gran confianza, pues, como ya lo expresé al principio, me siento hijo suyo, e hijo de san Josemaría Escrivá de Balaguer. Oro por usted en el Santo Rosario de todos los días y de igual manera sigo con detenimiento sus Cartas Pastorales.

         Quisiera escribirle muchas cosas, experiencias de vida, mi historia vocacional, pero sé que debo ser breve, pues a la persona que me dirijo, seguramente como es de suponer, le atañen varias ocupaciones pastorales, en especial la de llevar adelante la llamada universal a la santidad, predicada de manera destacada por san Josemaría. Por eso paso ahora a expresarle mi intención en cuatro breves puntos.

1-   En primer lugar deseo manifestarle que tengo una profunda devoción a san Josemaría Escrivá de Balaguer, Fundador del Opus Dei, devoción que se inició gracias a los programas televisivos que trasmite el Canal Católico EWTN sobre las tertulias del santo realizadas en diversos países latinoamericanos. Esta devoción a san Josemaría, me hace muchísimo bien en mi vida espiritual, pues, es como una fuente de renovación que cada día actualiza mi vocación y mis ganas de seguir adelante en el camino de la fe. Leer sobre san Josemaría, leer sus escritos, ver sus videos, investigar sobre su vida y obra me hace mucho bien, pues reconozco que realmente el Señor lo escogió como instrumento suyo para darnos el mensaje de la salvación, para enseñarnos a ser santos. Esta devoción, me ha motivado a ser mejor cristiano, mejor seminarista, a dedicarme con conciencia a la formación que estoy recibiendo. Durante el corto tiempo en que he podido conocer a san Josemaría, he notado de parte de algunos cristianos una apatía hacia su persona, cosa que a mi parecer nace de un sinfín de prejuicios sobre su vida y su obra, la Obra de Dios. Pero esto no me limita en  nada, gracias a Dios.

2-   En consecuencia de mi profunda devoción a san Josemaría, se ha cultivado en mí un gran amor, que abarca grandes amores. Primeramente un amor por nuestro Señor que me ha llamado a ser pescador de hombres y por su Madre la Santísima Virgen María quien me acompaña con su maternal protección, luego un amor especial por el Santo Padre, la Iglesia y también el Opus Dei, viéndolo como un certero camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano, como lo expresa la oración a san Josemaría. En fin, esta devoción me ha convertido en un cristiano con grandes amores y en un futuro sacerdote con ganas de llevar el mundo a Dios. Son muchas las cosas positivas que he sabido acoger de esta espiritualidad, así mismo mis flaquezas las combato con todos los instrumentos que existen en este camino. Todo ha sido una gran bendición.

3-   He leído bastante sobre san Josemaría, sé que tuvo en cuenta al sacerdocio para cumplir su misión, y he encontrado una obra suya en donde yo encajaría perfectamente en un futuro no muy lejano, la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, aunque soy muy joven para decidirme o para ser admitido, me gustaría muchísimo pertenecer algún día a esta hermandad de sacerdotes, pues considero oportuno seguir con una preparación espiritual como la que hasta ahora estoy recibiendo con los Padres de la Obra. Padre, le comento que desde que ingresé al Seminario Mayor, he recibido formación espiritual con los Padres: Max Thompson, Julio Cuan López y actualmente con el Padre Jaime Molina. Sé que el Señor me tiene preparado un rincón dentro de esta gran familia, que desde ahora la considero como mía propia.

4-   Ahora, ya para finalizar deseo pedirle dos cosas, que en nada me afectarían en caso de no conseguirse. Sabiendo que todo lo que es objeto de oración lo es también de esperanza, me animo a invitarlo para Venezuela, este país, que sufre una gran crisis en diversas índoles, se complacería grandemente en recibirlo, porque sabemos que usted es un Mensajero de Paz, hay muchas personas que estarían dispuestas a escucharlo, laicos, jóvenes, adultos, sacerdotes y por supuesto seminaristas, como yo. Y en segundo lugar me gustaría muchísimo que usted pudiera dirigir un breve mensaje a mis hermanos seminaristas, para que nos anime y nos ayude a comprender que la devoción a los santos, en especial a san Josemaría, es un medio eficaz para acercarnos al Señor. Muchas gracias Padre, por el ejemplo de perseverancia que nos trasmite con su vida de piedad, muchas gracias por llevar adelante esta bella Obra, que es la Obra de Dios.

Orgulloso de ser cristiano y de sentirme llamado por el Señor para construir su Obra, me despido de usted deseándole éxitos en su labor de Padre y Pastor, asegurándole mis pobres oraciones por usted, por la Obra y por toda la Iglesia Universal. Suyo en Cristo:

PEDRO ANDRÉS GARCÍA BARILLAS 

Mons. Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei, fallecido el 12 de diciembre de 2016

P.A
García