sábado, 12 de enero de 2019

Misiones en Mucutujote, Chachopo, Mérida.


MUCUTUJOTE
En la capilla de Mucutujote, Chachopo.

    El 25 de diciembre el catolicismo festeja la Natividad del Señor, Dios se hace hombre, por ello, en el tiempo de Adviento los seminaristas somos destinados a diferentes parroquias para acompañar y compartir con las comunidades la debida preparación para el nacimiento del Señor. En este sentido, la misión evangelizadora la llevé a cabo en la comunidad de Mucutujote, de la Parroquia Santa Bárbara de Chachopo, en el páramo merideño, cuya duración fue de 12 días, entre el 15 y el 26 de diciembre de 2018.
Mucutujote es una comunidad paramera de fuerte tradición católica, está ubicada unos minutos antes del pueblo de Chachopo, colindando con la comunidad de La Venta. Está conformada por diferentes sectores, ocho en total: La Cava, La Casita, Coromoto, El Alisicto, Santa Cruz, La Capilla, La Hoyada y El Picachito, para un aproximado de 70 casas. Es de clima muy frío, pues se ubica a más de 4.000 m.s.n.m., por lo que la temperatura es baja durante todo el día. A mediodía, cuando el sol está en su punto más fuerte, Mucutujote se jacta de unos 6°C.
En Mucutujote todo el mundo trabaja, a pesar de ser épocas de vacaciones para muchos en este país, en Mucutujote se trabaja la tierra constantemente, respetando, como es debido, la primacía de las actividades de la capilla. Las manos de aquellos hombres y mujeres son manos benditas, pues no en vano se desgastan labrando los campos para obtener los rubros que ellos mismos consumen y que también son llevados a todas partes de Venezuela, especialmente a Barquisimeto y Caracas.
Llegué a la comunidad el sábado 15 en horas de la tarde, mientras el Pbro. José Luis Nava celebraba junto a la comunidad la primera Misa de la Novena de Aguinaldos. Me ubiqué en la casa de la Sra. Yusgledys Andrade de Ramírez, Licenciada en Historia por la ULA. La casa de hospedaje no me quedaba tan lejos de la capilla, gracias a Dios, pues durante la Novena de Aguinaldos tuve que celebrar la Palabra a las 5:00am, soportando aquel inclemente frío paramero, que llegó al bajísimo punto de 2°C. Supe que el frío era realmente extremo cuando los comentarios de los locales admiraban tal situación, pues los sistemas de riego amanecían congelados.
Visité toda la comunidad tres veces, ya que cuando inicié el recorrido para la bendición de los Pesebres, la mayoría de las casas aún no lo tenían hecho, por lo que tuve la disposición de hacer un segundo recorrido y luego un tercero, para que todos tuvieran su Pesebre bendito, y de esa manera disponerse a la contemplación del recién nacido Dios con nosotros.
En la visita a las casas la conversación era jovial y duradera, pues para estas misiones conté con la valiosísima compañía de mi madre, ya que, con permiso del Párroco de Chachopo, el Pbro. Jesús Quintero, pude gozar de la presencia de ella, que como toda buena docente, tiene un postrado en relaciones sociales, (lo digo por la facilidad en entablar conversaciones con personas que nunca antes había visto). Hablando con la gente, era común escucharles el recuerdo del padre José Gregorio Méndez, el actual Canciller de la Arquidiócesis, que en su época de seminarista trabajó pastoralmente en Mucutujote durante las misiones de diciembre, a él se debe que la Novena de Aguinaldo sean en horas de la madrugada.
       En Mucutujote noté algo que nunca había percibido en las otras comunidades donde he estado, y es que allí los hombres son muy animados para las cosas de Dios, lo menciono en cuanto a que son ellos los primeros en llegar a la capilla, son los que reparten la acostumbrada merienda luego de las celebraciones, son ellos, también, los que hacen el pesebre en sus casas, mientras las mujeres se dedican a los quehaceres del hogar. En Mucutujote a los hombres no les da pena pasar con las ofrendas hasta el altar, no les avergüenza animar las celebraciones con el coro, y, lo mejor de todo, aplauden, aunque tal vez sea como herramienta para entrar en calor, pues las madrugadas son realmente frías.

Es común en el Páramo merideño la fascinante y devotísima veneración al santo negro Benito de Palermo, por ello, también en Mucutujote existe la “Casa de San Benito”, que es el lugar destinado para la preparación de las fiestas en honor al santo, es allí donde todos comen el día central de la festividad que suele ser para enero y donde reposan las pertenencias de la Sociedad de San Benito, que como ya lo he hecho ver en otro artículo, son ejemplo de trabajo, fe y organización.

       Junto a San Benito de Palermo, en las manifestaciones de la piedad popular, está nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela, pues existe en Mucutujote, como en otros lugares del páramo y en La Azulita, los indios coromotanos, que bailan gustosos a la madre de Dios aparecida en tierras guanareñas. El grupo de indios coromotanos de Mucutujote se ha trasladado en varias oportunidades hasta la Basílica de la Virgen en Guanare, para honrarla como ella se merece. En todo este panorama de festividades no puede faltar el patrono de los agricultores, san Isidro Labrador, quien también es venerado en esta comunidad y cuya capilla le está consagrada a él.

La capilla de Mucutujote es una joya, pues está muy bien conservada, posee la presencia constante del Santísimo Sacramento y está resguardada por toda la comunidad, especialmente por el Sr. José Cristino Ramírez, que es el sacristán desde hace más de 30 años. Esta capilla tiene una capacidad para aproximadamente 60 personas, por lo que se vio pequeña en todas las celebraciones de la Palabra.

       Es imposible hablar de Mucutujote sin hacer mención de su famoso y profesional coro “Juventud Gaitera”, ellos son quienes animan con sus cantos, tambores, cuatro, charrasca, furruco, maracas y mucha alegría las Celebraciones en la comunidad. Como director del coro está el Sr. Albenis Ramírez, quien es el que le inyecta todo el ánimo a las canciones, que entre villancicos y gaitas, el coro canta para alabar a Dios y animar a su gente. Con una trayectoria de más de 20 años, “Juventud Gaitera” está conformado por niños, jóvenes y adultos, todos mucutujoteros y familiares unos de otros.

Anteriormente mencioné que la Novena de Aguinaldo se realizaba a las 5:00am en Mucutujote, y, por las noches, ¿qué hacía?, pues bien, hubo una segunda comunidad que atendí por especial petición del padre Jesús Quintero. Durante las tardes me trasladaba hasta la comunidad de El Hatico, que es una localidad 100% agrícola, con menos de 20 casas y una hermosa capilla de piedras. Allí realizábamos la Celebración de la Palabra a las 6:00pm, todos los habitantes llegaban a la capilla con su ropa de trabajo, cansados de una jornada de esfuerzos físicos, que por la altura, más de 4.500 m.s.n.m. les es más dificultoso. En El Hatico los frailejones adornan el paisaje que todavía no ha sido moldeado por la mano del hombre.

       Volviendo a Mucutujote, tengo que mencionar a Doña Balbina, o mejor dicho la “tía Balbina”, que es como la llama el Sr. Cardenal Baltazar Porras, pues esta comunidad es mimada por el Arzobispo de Mérida desde hace varios años. Doña Balbina se goza en decir que en su casa pernocta el Cardenal Porras Cardozo, incluso esa habitación le pertenece exclusivamente a él, quien sin disimulo guarda especial aprecio por la “tía Balbina” y todos los habitantes de Mucutujote.

       Finalmente expreso mi agradecimiento al padre Jesús Quintero, por recibirme en su parroquia y por permitirme Celebrar la Palabra en el Templo Parroquial el día 23 de diciembre. Le agradezco el gesto de permitir que mi madre me acompañara, pues de lo contrario, ella hubiese pasado la nochebuena en la soledad de una casa vacía por el éxodo de venezolanos.

Gracias también a la comunidad de Mucutujote. Me llevo en el corazón su amor, amabilidad y receptividad, y sobre todo esas palabras de despedida que me dirigieron en la noche del 24 de diciembre, donde me hicieron saber que oraban por todos los seminaristas y de manera especial me esperaban para celebrar con ellos ya como sacerdote. Dios les bendiga, mucutujoteros.

P.A
García

jueves, 10 de enero de 2019

Una reflexión muy particular sobre el mundo actual

EL CAMINO DEL ENCUENTRO


En este mundo hay muchas personas que dicen ser católicos, cuando ni saber el significado de esta palabra. Otras personas no han tenido la oportunidad de tener un verdadero encuentro con Jesucristo, Hijo de Dios. Esto se debe a que nos estamos centrando más en el dinero, los placeres, en el pasarla bien, en el disfrutar la vida y nos llenamos la cabeza del ruido de un mundo separado de Dios, y no nos estamos acordando de Dios, nuestro Creador y Redentor.

La fe se ha ido perdiendo poco a poco, los valores cristianos son para muchos de nosotros como cosas anticuadas y que ya han pasado de moda, ya no nos gusta vivir bajo el mandamiento de Jesucristo: “amaos los unos a los otros como yo os he amado”. Podemos pensar que en nuestras dificultades y derrotas no está Dios, o que es un castigo de él, y preguntamos con un corazón lleno de rabia y dolor: ¿Dios mío, por qué a mí? Pero a pesar de nuestros pecados y desobediencias hacia Dios, él nos ama y siempre está a nuestro lado, siempre quiere que volvamos a estar con él, siempre nos llama y nos pide que le abramos las puertas de nuestro corazón, es la hora de preguntarme: ¿me he encontrado con Dios?

Ante tal cuestionamiento podríamos estar varios días pensando una sincera respuesta, pero Dios no sólo nos pide que le respondamos, él nos pide que vayamos a su encuentro. Para tener ese encuentro de amor, que llena el alma de paz, la verdadera paz que sólo viene de Dios, es necesario tomar conciencia de que estamos sin su presencia en nuestra vida, de que necesitamos de su amor. Una vez que sabemos el verdadero estado de alma, debemos emprender una búsqueda incansable, que se acabe solo en el encuentro, porque el que busca encuentra, el que pide se le dará.

Ahora viene lo más difícil de experimentar, que es el encuentro con Cristo, debemos pensar que me quiero encontrar con mi mejor amigo, que un día me salvó la vida y que tenía varios años sin verle y sin saber nada de él. Cuando yo me encuentro con Cristo, siento que estoy siendo realmente feliz, que la vida tiene sentido, que las cosas no son como yo pensaba, no son como imaginaba, no son como yo creía. Cuando tengo la experiencia de poner a Cristo en mi vida, tengo que dar el siguiente paso, que es la conversión. No podemos pensar en seguir a Jesucristo sin convertirnos antes.

La buena conversión se da cuando renuncio al pasado, cuando dejo a un lado aquello que me aleja de Dios; estoy convertido realmente cuando reconozco mis faltas ante Dios y las confieso a él, el único que me puede perdonar, y es ese perdón de Dios el que me cambia la vida por completo, el perdón que me toca el corazón y lo llena de fe, esperanza y caridad. Muy bien, ahora sé que estoy convertido pero ¿qué hace un profesional cuando se gradúa? ¿Acaso guarda el título y no hace más nada? Pues no, lo primero que hace es buscar trabajo. Nosotros como personas convertidas por Dios no debemos quedarnos de brazos cruzados, debemos salir al mundo y dar un buen testimonio del encuentro con Cristo, y qué mejor testimonio que el sentirse discípulo de Jesucristo. Sabemos que Cristo es exigente, pues tiene razón en pedirnos un poco a nosotros, ya que él no se deja ganar en generosidad, Dios lo da todo y nos exige todo.

Nuestro Señor Jesucristo vino al mundo a cumplir una misión, y dejó a sus apóstoles la tarea de evangelizar a todos los hombres. ¿Qué regalo más hermoso se le puede dar a Dios que convertirnos en uno de sus apóstoles? Esto no significa que voy a dejar mis estudios, mi trabajo, mi familia por irme a predicar de casa en casa la Palabra de Dios, porque lo primero que debemos hacer es profundizar y analizar la palabra de Dios en nuestro corazón, tampoco se trata de buscar un grupo donde den “cursos sobre las Sagradas Escrituras”, basta con saber que nos dice Dios cada día por medio de las lecturas que se hacen diariamente en la Misa y muy especialmente en Domingo.

Para dar fina a este breve comentario, le dejo con lo que dijo el Papa Benedicto XVI: “Para ser cristiano no basta una decisión ética ni una idea, sino el encuentro con un acontecimiento, con una persona, Jesucristo, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Deus Caritas est, 25 de enero de 2005).

Esta reflexión la realicé como tarea de la cátedra “Lectura y tono” en la Apostólica de los Legionarios de Cristo en 2012.

P.A
García

Examen de Estilo Diciembre 6 de 2012

DIVINO DIÁLOGO
       En lo más profundo de su divinidad sintió Dios un gran dolor, al ver tantas injusticias que a diario se cometen en este mundo rebelde. Después de un silencio eterno, exclamó Dios Padre: ¿pero qué pasa es ese lugar que yo he creado?; mira Jesús, aún hay hombres que no se han enterado de tu vida, muerte y resurrección.

       Le contesta Jesús: Padre, he hecho todo lo que tú me mandaste hacer en la tierra; les hablé mucho de nuestro reino, de las maravillas de tu poder; les dije a María, mi madre. Yo tampoco comprendo por qué tanta destrucción. ¿Será que debo elegir más hombres buenos al sacerdocio, para que de verdad prediquen como yo lo hice?

       Interviniendo el Espíritu Santo, aporta a la conversación celestial: Yo también he bajado a la tierra, le he dado dones y frutos; se han quedado llenos de mí, algo anda mal.

       Dios Padre con su sabiduría plena dice: ¡Claro!, sí, sí, es el Demonio, le he dado demasiada libertad, creo que ya se pasó de listo y está haciendo lo que le da la gana. También las personas, ya no quieren más hablarme, pedirme ni por ellos ni por sus familias, ya ellos viven como si Yo no existiera; hacen maldades y dejan entrar al Demonio en sus corazones, y Yo sigo aquí, esperando que alguien me hable, permitiendo que Jesús baje en cada Misa celebrada, escuchando sus llantos y lamentos, pero también viendo las malas intenciones de los que buscan la paz pero no la tienen ni en su propia alma.

       Le interrumpe Jesús diciendo: sí, Padre, tienes toda la razón, pero somos un Dios lleno de amor y misericordia, permíteme ahora bajar a la tierra para juzgar a vivos y muertos, y así se cumpla según lo he dicho.

       Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, se escucha en el cielo, mientras Dios Padre dice la respuesta a su Hijo amado…
P.A
García

Panegírico 1: Reina del Santísimo Rosario. Legionario de Cristo

REGINA SANCTISSIMI ROSARII
    
      La Virgen María es una madre que nos pide rezar el Rosario. Es ella y no algún fraile disgustado. Porque Dios mismo ha prometido gracias realmente excelentes. Si rezando el Rosario todos los días se obtiene el cielo, díganme si vale la pena rezarlo. Despreciar esta oración es precisamente despreciar a María y es despreciar a Dios.

       Una de las mejores cosas que un buen católico puede hacer es rezare el Santo Rosario y hacer que otros lo recen.

       San Juan Pablo II instituyó un año del Rosario. Nos consta que este santo Pontífice lo rezaba diariamente. Todos los grandes santos han sido devotos de la Madre de nuestro Señor Jesucristo, y han tenido gran aprecio por la oración que más le gusta a la Madre de Dios.

       Si el Rosario es algo inusual en tu vida, aún te falta comprender la necesidad de María en tu vida.

       El Rosario no puede ser recitado como una monótona repetición del Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria, sino como una plegaria confiada, buscando ser escuchado por el Dios misericordioso que nos cuida a todos.

       Entre todas las devociones marianas, ocupa el primer lugar el Santo Rosario, que Santo Domingo de Guzmán recibió de María Santísima. El Rosario fue el poderoso instrumento con que Santo Domingo trabajó en la conversión de los herejes albigenses del sur de Francia.

       Santo Domingo de Guzmán, afligido por no lograr la conversión de los albigenses, se retiró a un bosque próximo a Tolosa. En ese lugar pasó varios días con sus noches en oración, ayuno y penitencia. Este santo gemía, lloraba y azotaba su cuerpo allí mismo.

       Mientras oraba se le presentó la Virgen, con tres princesas del cielo. Ella le explicó que para salvar esos corazones endurecidos, debía rezarse el Rosario, es decir, hacer la salutación angélica la base del Nuevo Testamento.

       San Pedro de Verona fundó las archicofradías marianas, para promover la devoción a la Santísima Virgen por medio del rezo del Rosario.

       El rezo público y cotidiano del Rosario se debe al gran Pontífice León XIII. En abril de 1573, el Papa Gregorio XIII estableció el primer domingo de octubre para celebrar la fiesta del Rosario y recordar el triunfo en la batalla de Lepanto gracias a la intercesión de la Virgen.

       La Virgen misma, en sus diferentes manifestaciones, aparece rezando el Rosario y exhorta al mundo a su oración. Algunos ejemplos de ellos es Lourdes en 1858 y Fátima en 1917, donde pide que se rece el Rosario por la salvación del mundo.

       Hermanos, les invito a rezar el Rosario con mucho fervor, recordemos que esto le gusta a María, y es María la que intercede por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

P.A
García

miércoles, 9 de enero de 2019

Panegírico 2: Virgen Clemente. Legionarios de Cristo.

VIRGO CLEMENS
       En la Apostólica de la Inmaculada Concepción de los Legionarios de Cristo, donde estudie desde 2011 a 2013, se tiene por costumbre, en el mes de mayo, que cada joven realice un texto panegírico sobre una letanía de la Santísima Virgen María, el mismo debe ser aprendido de memoria y debe ser recitado en el comedor a la hora del almuerzo, a las 2:00pm.

Mi segundo panegírico lo realicé sobre la Virgen Clemente, y en aquel momento preparé un discurso breve y bastante sencillo, no es el modelo a profesar sobre la clemencia de María Santísima, sin embargo, no deja de ser cierto lo que allí relaté.

       Panegírico significa encomio, apología, ensalzamiento, loa, alabanza.

Con fecha 03 de mayo de 2013 les presento el texto íntegro, siendo fiel al original que guardo también con celo.

       Virgen Clemente:

       Para ninguno de nosotros es un secreto que después de nuestra muerte recibiremos una retribución eterna, en un juicio particular, realizado por Cristo, el que imparte justicia.

       Sabemos también que, es en ese momento, en el que finaliza nuestra peregrinación por este mundo, cuando se nos pedirán cuentas de todo lo que hemos realizado en cada minuto de la vida pasada, y de cómo aprovechamos esas cualidades y dones que Dios nos dio para hacer crecer su Reino entre los hombres y para nuestra propia salvación.

       Imaginémonos pues, ante Cristo Juez. ¿Qué le diremos?, ¿acaso quiero justificar mi conducta? En un parpadear, Cristo examina toda nuestra existencia, nos sentimos aplastados por el peso de nuestros pecados, parece que ya no hay oportunidad de gozar eternamente el cielo, ya siento que soy arrojado al lugar del castigo, escucho mis dientes rechinar de desesperación, cuando aparece majestuosamente la Bienaventurada Virgen María, Madre de Jesucristo nuestro Dios y Señor, Ella que es la Virgen Clemente, nos da la real esperanza con su poderosa presencia e intercesión.

       Según el Diccionario de la Lengua Española, la clemencia es la virtud que modera el rigor de la justicia, pero María va más allá de lo conceptual.

       Lo que caracteriza a la Virgen María es simplemente una mirada de amor, solo con esto Ella logra llegar y penetrar el Sacratísimo Corazón de su Hijo, lleno de Misericordia, e interceder por un alma que está a punto a ser condenada a una eternidad de sufrimientos indescriptibles, que sólo con pensarlo se angustia nuestra alma.

       María, la Virgen Clemente es la primera que festeja la llegada del hijo prodigo a la casa del padre, ella es la primera a la que se le ocurre preparar el gran banquete para celebrar que uno de sus hijos ha regresado, ella es la que busca en el closet celestial la mejor vestidura, las mejores sandalias y el anillo más lujoso y se encarga de arreglarnos para contemplar la luz del rostro de Dios.

       Después, sumisa en profunda humildad, comparte con nosotros y con todos los ángeles y santos la alegría de la cual ella fue promotora.

       Y, ¿por qué tenemos esa certeza de que María pueda lograr semejante petición? Porque en la anunciación, el Arcángel Gabriel le dijo que había hallado gracia delante de Dios, y efectivamente, ella siempre halla gracia y tiene el derecho y el amor de madre, porque su Hijo le obedece cuanto le pide, y en razón de esto ella es la omnipotente suplicante.

       Ahora hermanos, mi invitación es a hacer esta pequeña oración con gran confianza y humildad, sabiendo que será escuchada por Dios:

       Oh María, Virgen Clemente, acuérdate de mí y asiste como abogada defensora a la cita definitiva en la que se decide mi eternidad.

        Virgen Clemente, ruega por nosotros.

P.A
García

martes, 8 de enero de 2019

Admitido a las Sagradas Órdenes, Ricardo Quevedo, seminarista de El Vigía.

SÍ, ESTOY DISPUESTO
Ricardo Daniel Quevedo Contreras, seminarista de El Vigía
       El protagonista de esta breve entrevista es el joven seminarista Ricardo Daniel Quevedo Contreras, de la Diócesis de El Vigía – San Carlos del Zulia, quien cursa el primer año de Teología en el Seminario Nuestra Señora del Pilar en Barinitas.

       Con motivo de su Admisión a las Sagradas Órdenes del Diaconado y Presbiterado el pasado 6 de enero de 2019, en la Iglesia Catedral de El Vigía, de manos de Su Excelencia Reverendísima Juan de Dios Peña Rojas, Obispo Diocesano. Conozcamos a Ricardo, un alma decidida a servir a Dios.

Ricardo. Díganos algunos datos sobre su nacimiento e infancia.

Nací el 22 de abril de 1995 en El Vigía, estado Mérida. Soy el menor de tres hermanos, del matrimonio de Honorio Antonio Quevedo Godoy y María Esmeda Contreras Batista. De mi niñez mi hermana comenta que los domingos, cuando llegábamos de misa, yo empezaba a simular la celebración de la misa, haciendo las veces de obispo, pues en la Catedral de El Vigía es común que presida el Señor Obispo, y estas simulaciones, mientras que la familia se reunía para ver la televisión, Cheverísimo, Radio Rochela y otros tantos programas que unían a la familia venezolana, yo les hacía apagar el televisor para que participaran en mi celebración de la misa.

Cuando yo tenía 6 años mis padres deciden separarse, yo era el menor de mis hermanos y decidieron que debía irme con mi papá, porque era el que tenía las posibilidades económicas para mantenerme. Bendigo a Dios por el testimonio de mi mamá, que siempre ha estado presente, aún en medio de estar bajo techos distintos, siempre sé que como madre, ella siempre le pedía a Dios por mí en sus noches, y estaba unida a mí en la oración y en ese sentimiento de madre e hijo que nunca nada podrá superar, que nunca nadie podrá separar, ni la distancia, ni nada podrá acabar con la unión entre el corazón de una madre y su hijo.

Háblenos un poco sobre su vocación. Cómo fue su llamado. Cómo supo que Dios le llama al sacerdocio.

Siempre me he identificado con el primer capítulo del libro del profeta Jeremías, “antes que te formara dentro del vientre de tu madre ya te conocía y te consagré”, siempre he sentido este llamado desde muy pequeño, por los juegos a hacer misa por ejemplo, todo esto ha marcado mi proceso vocacional, pero fue en la Semana Santa del 2013, en la Misa Crismal de ese martes santo, cuando pude ver con claridad que el Señor me llamaba y que me esperaba, y que desde que estaba yo en el seno de mi madre él ya me conocía, ya esperaba por mí, ya había pronunciado mi nombre, y con un amor de Padre misericordioso me esperaba con los brazos abiertos para volver a casa, y para darme un puesto especial en ella. Siempre he visto la vocación como un regalo de Dios. La vocación es el regalo de Dios al hombre que lo llama a la vida, a la felicidad, al sacerdocio, y siempre lo he visto como un motivo de mucha alegría, de una bendición para mí, para mi familia y para todos los que me rodean.

Supe que Dios me llamaba al sacerdocio específicamente ese martes santo, porque mientras participaba en la Misa Crismal, una señora se me acercó y me preguntó que si yo era seminarista, porque ya estaban esperando a los seminaristas para que se revistieran. Yo ya había visto a esa señora en algunas oportunidades durante las misas dominicales, pero que se me acercara a decirme eso, junto con otras cosas que me pasaron ese día fue lo que despertó en mí el pensamiento de la llamada de Dios.

Luego el lunes primero de Pascua, pude conversar con el padre Germán Marín, párroco de la Catedral de El Vigía, quien ha sido mi guía, director espiritual y animador vocacional, y pudimos discernir durante un tiempo que realmente el Señor me estaba llamando al sacerdocio, y aquí estoy, tratando de seguir diciéndole sí, aquí estoy para entregarle al Señor mi vida, todo lo que soy.

Cómo fue su vivencia cristiana antes de ingresar al seminario.

Es curioso que, luego de los juegos de niño, cuando contaba con tan solo cinco o seis años, al llegar la adolescencia, la madurez y la juventud me fui apartando de todo aquello, me fui apartando un poquito de las cosas de Dios, sin embargo, mi papá, quien ha sido un pilar fundamental en mi animación vocacional, siempre insistía en la misa dominical, pendiente de que fuéramos en familia.

A los 12 años hice la primera comunión, y a los 13 la confirmación, y luego de esta me alejé más de la iglesia, iba muy esporádicamente a la misa del domingo. Luego de esto todo fue un descubrir que el Señor me miraba con misericordia y me decía que volviera a la casa, que me esperaba, que me presentaba sus manos, sus pies para caminar, que ahí estaba él para levantarme y darme ánimo, eso que dice tanto la Palabra de Dios: “ten ánimo, no temas, yo estaré contigo todos los días”.

Cómo ha sido su tiempo de formación.

Comencé mi proceso formativo en septiembre  de 2013, después de hacer el proceso del cursillo vocacional y haber sido admitido al Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida. Ingresé al Propedéutico en la iglesia La Tercera, Santuario Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Mérida. Luego bajé a la “Casa Grande” que es el Seminario San Buenaventura, donde cursé el primer y segundo año de filosofía, finalizando el segundo año, por disposición del equipo formador, en comunión con mi obispo diocesano, se me encomendó la tarea de desempeñar un año de trabajo pastoral en la Catedral de El Vigía, cosa que llevé a cabo satisfactoriamente, pues es mi parroquia y allí pude crecer espiritualmente y pastoralmente, que era el propósito de este tiempo.

Cuando faltaban escasos días para regresar nuevamente al Seminario de Mérida, me sorprendió la noticia de que había sido enviado al Seminario Diocesano Nuestra Señora del Pilar de Barinas, donde cursé el tercer año de filosofía y donde ahora mismo me encuentro estudiando el primer año de teología, de la etapa configurativa.

La formación ha sido para mí un tiempo especial de gracia, de bendición, un tiempo especial de crecimiento personal, humano y comunitario, pastoral, espiritual y también intelectual. Ha sido un tiempo privilegiado para formar en mí el espíritu de Cristo Buen Pastor, de un Cristo que apuesta por su pueblo, que camina con él.

En la formación, qué es lo que más agradece a Dios.

Quisiera decir con el salmista: “cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho”. Agradezco a Dios el don de la familia, el crecimiento y sanación familiar que hemos experimentado, superando las adversidades y momentos difíciles que ya hemos pasado, pero que poco a poco ya hemos ido sanando y creciendo en la oración, en el acompañamiento y en la animación de unos con otros.

También le agradezco a Dios el regalo de los buenos amigos, de los hermanos en el caminar, sobre todo por algunos de ellos que se han vuelto como hermanos de sangre, que me han acompañado y han caminado conmigo, siempre bendigo a Dios por sus testimonios de entrega y compromiso de apoyo mutuo. Y también por el regalo de la Iglesia que nos recibe como Madre y Maestra, por el regalo de cada persona que colabora con nosotros desde lo más sencillo, desde la oración y por supuesto desde la ayuda económica, pero todo esto desde la animación, de estar pendientes de uno, de animarlo con su vida, de darle testimonio, que es lo más importante.

Le agradezco a Dios estas tres cosas, la familia, los amigos y el hacernos miembros de la Iglesia.

Según su criterio, cuál debe ser el perfil de un seminarista.

Considero que el seminarista debe ser un hombre alegre, porque no concebimos a un hombre de Dios triste, no, la tristeza no es para los hombres de Dios, que estén tristes los que no se consideren hijos de Dios, como dirá un gran amigo. Siempre estar en esa sintonía de oración, debe estar siempre el seminarista en oración, pero una oración que nos lleve a contemplar a Dios en el otro, debe llevar al seminarista a reconocer que el otro es una bendición, que el otro es una oportunidad en todo momento, es un regalo de Dios.

Entonces, un seminarista debe ser un hombre de mucha oración y al mismo tiempo un hombre muy alegre, con la mirada en el cielo, en la contemplación de Dios, pero con los pies en la tierra, es decir, reconociendo que el otro necesita de mí, de mi testimonio alegre, de servicio y de entrega. Necesitamos seminaristas de oración y de alegría.

En el día de su Admisión, háblenos sobre esta experiencia.

Bueno, muchas personas me hicieron la misma pregunta, qué es la Admisión; ¿es ya la Ordenación? Veo que es el rito en el que la Iglesia me reconoce públicamente como su futuro sacerdote, en formación ya oficialmente, digámoslo así. Es el primer paso, es como la experiencia de los primeros votos, es un decir: “aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”, o un decir: “Señor, hágase en mí según tu palabra” como María Santísima.

Esta experiencia de la Admisión significó para mí una bendición muy grande, y sobre todo también para mi familia. Les comento que el 24 de diciembre de 2018 me fue manifestada la noticia de que iba a ser admitido el 6 de enero, fue para mí como el regalo del Niño Jesús, pues recordemos que desde muy pequeños hemos crecido con la esperanza del regalo del Niño Jesús, pero a medida que vamos creciendo nos vamos olvidando un poco de eso, y se lo dejamos a los niños, sin embargo, el cristiano nunca debe dejar de pedirle el regalo al Niño, y más que pedirle, darle un regalo a Jesús, que se hizo niño por nosotros. Pero bueno, el 24 en la noche, en la Catedral de El Vigía, antes de celebrar la eucaristía, el obispo me dijo que podía admitirme el 6 de enero a las 7:30am, porque más tarde viajaría a Caracas a la reunión de la Conferencia Episcopal, lo que fue para mí un gran motivo de alegría, que luego compartí con mi familia, y con los amigos que me han apoyado, económicamente, en lo material y por supuesto también en la oración, amigos de Venezuela y de todo el mundo que se han hecho presente con alguna palabra de ánimo.

El obispo en la homilía le decía a mi familia que ellos, como los magos, le daban el regalo a Jesús, el regalo de un hijo, se lo entregan al Señor para decirle: “Señor, aquí está nuestro hijo, es nuestra ofrenda para ti”.

Estoy profundamente agradecido con Dios y con todos los que me acompañaron en este día. Dios les pague y les bendiga.



P.A
García

jueves, 3 de enero de 2019

Unas coplas de liceísta en Bailadores

NEBLINA Y EDUCACIÓN
En el Liceo Dr. Gerónimo Maldonado en 2011
       Revisando algunos papeles que conservo con celo en mi habitación, encontré una hoja de tamaño oficio en el que está plasmado un examen de biología que realicé en pareja con el compañero Maikel Oballos, la puntuación fue de 17 puntos, qué tiempos aquellos.

En la parte trasera de la hoja escribí unas coplas dedicadas al Liceo Bolivariano Dr. Gerónimo Maldonado, no recuerdo con qué objetivo las hice, pero ahí están. Con fecha 29 de mayo de 2011, relatan brevemente mi vivencia como liceísta en ese tercer año de bachillerato, a continuación se las presento, respetando la originalidad de aquella hoja y mi creatividad en la adolescencia:

Les voy a hablar del liceo
Dr. Gerónimo Maldonado
en 1972
aquel lugar fue fundado

Lleva el nombre de un hijo
nacido en esta región
cuyo ‘destacamiento’
fue de ejemplo y educación

El Dr. Gerónimo Maldonado
fue periodista, político y escritor
por eso nuestro Liceo
lleva su nombre con honor

En esta casa de estudios
situada en Bailadores
se han graduado bachilleres
muchos son educadores

Del primero al quinto año
estudiamos esmerados
por las aulas del Liceo
en las que muchos han estado

Los lunes por la mañana
se para un profe en el banco
a darnos informaciones
y a regañarnos, ¡qué encanto!

Las clases comienzan
a las siete a.m.
y a las 8 y 30 en punto
todo el mundo come pasteles

Tenemos dos cantinas
los precios son moderados
y el que no compra allí
al frente a comer ´raspado´

Todos vamos al Liceo
correctamente uniformados
un día llegué con un suéter rojo
y la portera me lo ha quitado

Tenemos un comedor
que solo tiene platos y cucharillas
las neveras extrañan a la carne
y la carne a las vajillas

Cuando estamos estudiando
en las aulas del Liceo
la neblina nos acompaña
con su frío paramero

Tenemos un periódico
“Expresión Estudiantil”
animamos a estudiantes
que se pongan a escribir

Ya con esta me despido
saludando a mi Liceo
mi Liceo tan querido
estudiar es mi deseo

P.A
García