sábado, 25 de febrero de 2023

Los cinco domingos de Cuaresma: breve retiro espiritual personal

RETIRO CUARESMAL

Cuaresma: tiempo de conversión.

        A continuación, meditarás con los cinco domingos de Cuaresma, a través de sus oraciones colecta y evangelios. Profundizarás en la espiritualidad propia de este tiempo de penitencia y preparación para la Pascua. Sirvan estas palabras como un pequeño retiro espiritual de Cuaresma, el cual puedes realizar desde la intimidad de tu hogar o en compañía de la comunidad. Al final de cada domingo te propongo algunas interrogantes para llevar a la meditación personal; puedes responderlas por escrito para involucrar todos tus sentidos en este acto de piedad.

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA: En la oración colecta de este domingo, pedimos al Señor que, al celebrar un año más la santa Cuaresma, nos conceda avanzar en la inteligencia del misterio de Cristo y vivirlo en su plenitud.

Meditación: La vida litúrgica de la Iglesia es cíclica, es decir, va repitiendo a lo largo del año los acontecimientos más importantes de la fe, en este sentido, la santa Cuaresma es para los creyentes una intensificación de la propia conversión: tanto como personas individuales como miembros de la Iglesia y de este mundo, que necesita de Dios. Todo camino espiritual es una puesta hacia adelante, es avanzar, no retroceder ni quedarnos estancados. Avanzar en la inteligencia del misterio de Cristo significa escuchar con atención la Palabra de Dios y dejarnos interpelar por su mensaje; solo así podremos vivir a plenitud la fe que profesamos.

La Palabra del Señor: “Domingo de la tentación”. En el evangelio de este domingo -puedes buscar en la Biblia- (Mateo 4, 1-11), se nos narra el episodio de Cristo ayunando durante cuarenta días en el desierto y, finalmente, estando tentado por el diablo. Así como nuestro Señor fue tentado, siendo él Dios y hombre verdadero, de igual modo nosotros, simples mortales, también lo somos. Dios permite, con la tentación, probar nuestra fidelidad. Para los cristianos existen tres principales tentaciones: creer que las cosas dan la vida, olvidándonos de Dios, fuente única de vida; buscar la comprobación de la fe con signos deslumbrantes, no confiando en Dios mismo; y, dejándonos llevar por el deseo de poder y de triunfo, sin comprender definitivamente que la vida consiste en el servicio a Dios y a los hermanos.

Para la reflexión: Fijémonos en las tentaciones que el Señor sufre en el desierto: el placer (pan), la manipulación de lo sagrado (saltar desde el templo) y el poder absoluto (los reinos de la tierra). En nuestra vida es común que surjan tentaciones. ¿Tú cómo las enfrentas? Encomiéndate al Espíritu Santo para que te ayude a afrontar con éxito las tentaciones de la vida. Ahora, ¿sabes cuál es la tentación que te causa más problemas? Identifícala y precisa los pasos necesarios para superarla.

Oración jaculatoria (para repetir en la intimidad con Dios): ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme.

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA: La oración colecta de este domingo suplica a Dios que, él que nos ha mandado escuchar a su Hijo, el predilecto, alimente nuestro espíritu con su palabra, para que nosotros, con mirada limpia, contemplemos gozosos la gloria de su rostro.

Meditación: El camino que debemos recorrer para amar cada día más a Dios, pasa por conocerle a través de su Palabra, la cual nos es proclamada solemnemente por la Iglesia en su Liturgia. Dios Padre nos ha mandado escuchar a Jesucristo, quien continúa hablando hasta nuestros días en la predicación de los sacerdotes y ministros del Evangelio. La cuaresma es tiempo de escucha atenta; el mensaje de la Palabra es alimento para el espíritu; tomar este alimento produce en nosotros la gracia de poder contemplar -en las próximas fiestas pascuales- la gloria del rostro de Dios. Toda fiesta ha de preparase de la mejor manera y la Cuaresma bien vivida prepara la fiesta de la Pascua.

La Palabra del Señor: “Domingo de la Transfiguración”. En este domingo, el evangelio de Mateo (17, 1-9) presenta a Jesús con su rostro resplandeciente como el sol. En la conversación del Señor con Moisés y Elías y siendo testigos de esto sus discípulos Pedro, Santiago y Juan, vemos el deseo de Dios por manifestarnos la gloria de su resurrección futura. Pedro dice lo que nosotros experimentamos hoy: “¡qué bien se está en tu presencia, Señor!”. Apartarnos del mundo por un instante y entrar en la presencia de Dios es una experiencia hermosa, fortalecedora y gratificante que podemos vivir en esta Cuaresma. No perdamos el tiempo, acudamos a Dios y dejémonos transfigurar por su gracia. Escuchemos la voz del Padre que nos indica estar atentos al mensaje de su Hijo. Abramos los oídos, la mente y el corazón.

Para la reflexión: La transfiguración es una experiencia que anima a los creyentes que tienen miedo de caminar con la cruz a cuestas. No temamos imitar a Cristo aún en su pasión, pues la gloria futura también nos espera. No esquivemos nunca una experiencia de encuentro con lo divino. Las experiencias religiosas ocurren con frecuencia en nuestras vidas: ¿recuerdas una que te haya sucedido?, ¿podrías describirla? Ora en la presencia de Dios, en lo secreto y escondido de tu corazón. Contempla a Dios en todo lo que te rodea, en los pobres y necesitados, pero especialmente encuéntrate con Jesús en el milagro de la Eucaristía.

Oración jaculatoria (para repetir en la intimidad con Dios): Oigo en mi corazón: “Buscad mi rostro”. Tu rostro busco, Señor; no me escondas tu rostro.

TERCER DOMINGO DE CUARESMA: La Iglesia implora en este tercer domingo al Padre celestial que, él que es Padre de misericordia y origen de todo bien, que acepta el ayuno, la oración y la limosna como remedio de nuestros pecados, nos mire con amor a nosotros penitentes, y restaure con su misericordia a los que están hundidos bajo el peso de sus culpas.

Meditación: Las tres palabras más repetidas durante la Cuaresma son: ayuno, oración y limosna. Existen innumerables maneras de ayunar y de dar limosna, que es en definitiva vivir la caridad con los necesitados, sin embargo, la oración es siempre el encuentro personal con Dios, nuestro Señor. La oración es oxígeno para el alma, si no oramos, nos veremos asfixiados por el mundo. Dios ve con agrado nuestros pequeños o grandes sacrificios cuaresmales, pero él va más allá, pues nos mira con amor y restaura nuestra vida pecaminosa, él carga con el peso de nuestros pecados, nos alivia, nos auxilia, nos hace llegar hasta el final.

La Palabra del Señor: “Domingo de la samaritana”. En este tercer domingo de Cuaresma, el Evangelio (Juan 4, 5-42) presenta a Jesús como el surtidor del agua que lleva hasta la vida eterna, en su diálogo con la mujer samaritana. Preguntémonos ¿cómo se llega a ser cristiano? A partir del evangelio podemos contestarnos: respondiendo a la llamada del amor de Dios y recibiendo el agua viva del bautismo, que contiene el Espíritu Santo. Jesús es el nuevo Moisés, que da agua viva a su pueblo. Recordemos el agua y la sangre que brotaron del costado abierto de Cristo en la cruz; esta agua y esta sangre son los sacramentos y la Iglesia misma, que es sacramento universal de salvación. Como bautizados hemos recibido el agua que da la vida y estamos capacitados para embebernos cada vez más con la recepción de los siete sacramentos.

Para la reflexión: Sabemos que judíos y samaritanos rivalizaban, de ahí que la mujer se sorprendiera de que Jesús le dirigiese la palabra. ¿Tú tienes rivales? ¿Le hablas a todos por igual? La acción salvadora de Jesús rompe paradigmas, Jesús se da a todos por igual. Todos tenemos prejuicios, ¿puedes reconocer los tuyos para superarlos? ¿En tu comunidad hay prejuicios? ¿Qué puedes hacer tú para erradicarlos? Promueve el reconocimiento de la labor femenina en la Iglesia. Como aquella mujer de Sicar, ¿crees que estás siguiendo el llamado del maestro?

Oración jaculatoria (para repetir en la intimidad con Dios): Señor, dame a beber el agua viva; así no tendré más sed.

CUARTO DOMINGO DE CUARESMA: En este cuarto domingo de Cuaresma, pedimos a Dios que, él que reconcilia consigo a los hombres por su Palabra hecha carne, haga que el pueblo cristiano se apresure, con fe viva y entrega generosa, a celebrar las próximas fiestas pascuales.

Meditación: Los cinco domingos de Cuaresma ven en el cuarto de ellos una proximidad gozosa del misterio pascual. El fruto del misterio de la encarnación es la reconciliación entre Dios y los hombres, pues “el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”. Apresurarnos con fe viva y entrega generosa significa apostar definitivamente por la luz de Dios, hacer un punto y aparte en nuestras vidas y recomenzar desde cero para agradar a Dios en todo lo que hagamos. El camino de penitencia que antes hemos iniciado ya va viendo su destino feliz. La Pascua de Cristo es la mayor festividad litúrgica que podemos celebrar. ¡Resurrección!

La Palabra de Dios: “Domingo del Ciego de nacimiento”. Ubicamos en el Evangelio (Juan 9, 1-41) al invidente que obedeciendo a Jesús fue, se lavó, y recobró la vista. Los hombres nacemos ciegos, en tinieblas, aturdidos por el pecado original, pero una vez aceptemos a Cristo, nuestra vida se ve iluminada; es como si se nos hubieran abierto los ojos. La fe ilumina el camino a seguir. No estamos solos, no vamos a tientas, caminamos seguros porque Jesús va de nuestro lado. El Señor puede curarnos de nuestras cegueras, de nuestras faltas de confianza en su providencia, hagámosle caso y acudamos a la piscina de Siloé, que es el sacramento de la confesión, para lavarnos con el agua de la gracia divina y purificarnos de nuestras culpas para ver con claridad. Jesús nos cura en el sábado de nuestras vidas, es decir, en aquellos momentos en los que menos esperamos su acción poderosa.

Para la reflexión: El amor de Dios es controversial para el mundo. Los poderosos no ven la liberación que ofrece Jesucristo, están ciegos y tercamente permanecen en su ceguera. Y tú, ¿estás interiormente ciego? ¿Reconoces que pudieras no estar viendo las cosas desde la perspectiva de Dios? Pide al Espíritu Santo luz para reconocer tu propia ceguera, es decir, tu imposibilidad de ver y experimentar la obra misericordiosa de Dios en tu vida. Vive la caridad con los discapacitados, o con los alejados de Dios. Antes de juzgar a los demás, examina con temor de Dios las situaciones tu vida personal, porque eres ciego también y necesitas de la luz de Dios.

Oración jaculatoria (para repetir en la intimidad con Dios): Señor, que vea; que tu Palabra sea lámpara para mis pasos y luz en mi camino.

QUINTO DOMINGO DE CUARESMA: Finalmente, en este quinto y último domingo de Cuaresma, pedimos a Dios que su gracia nos ayude, para que vivamos siempre de aquel mismo amor que movió a su Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo.

Meditación: El camino penitencial que se inicia con el Miércoles de Ceniza, va llegando a su final con la quinta semana del tiempo cuaresmal y los días de la Semana Santa, siendo en total cuarenta y cinco días de profunda introspección espiritual hasta el Viernes Santo de la Pasión del Señor. En este quinto domingo nos habla la oración colecta del “amor de Dios”, el mismo que llevó a Jesús a sufrir el cruento sacrificio de la cruz para redimirnos. Ciertamente el amor todo lo soporta, amar es sufrir, ya lo indica la piedad cristiana: “ama hasta que duela”. Somos capaces de amar a los demás porque antes hemos sido amados por Dios, y amor con amor se paga.

La Palabra de Dios: “Domingo de Lázaro”. El Evangelio (Juan 11, 1-45) nos presenta a nuestro Señor como la resurrección y la vida. Esta resurrección de Lázaro es realmente una “vuelta a la vida”, no es la resurrección definitiva, pues, ciertamente Lázaro volvió a morir. El texto sagrado demuestra cómo, gracias a Jesús, se da la victoria de la vida sobre la muerte, que es causa del pecado original. Nuestra nueva vida de resucitados empieza desde este mundo terrenal, cuando testimoniamos la gracia de Dios en nosotros. Como hombres debemos regenerarnos, es decir, adquirir una nueva sensibilidad. El pecado nos hace oler a podrido, pero Jesús nos manda a caminar, a seguir adelante, aún cuando apestemos por nuestra vida desgraciada y pecaminosa. Este domingo afianzamos la fe en la resurrección de los muertos y en la vida del mundo futuro, como lo expresa el Credo.

Para la reflexión: Jesús resucita a su amigo Lázaro, unos creyeron en el milagro, otros incrédulos se cerraron aún más en sus propias convicciones. Y tú, ¿crees realmente que resucitarás algún día? Los cristianos no creemos en la reencarnación, sino en la resurrección, que no es lo mismo. ¿Reconoces las actitudes de Jesús con las hermanas de Lázaro? ¿Eres tú consolador de aquellos que pierden a un ser querido? No te canses de pedir todas las noches a Dios la gracia de la buena muerte, la que se vive con la fe puesta en la resurrección. La muerte no es el final, sino el verdadero comienzo de la vida en la eternidad con Dios, nuestro Padre Creador.

Oración jaculatoria (para repetir en la intimidad con Dios): Cristo, tú fuiste torturado por nuestros pecados, ten piedad de nosotros.

Oración final: Señor, Dios de amor y de perdón, te doy gracias por este retiro espiritual personal de Cuaresma, en el que he meditado tu mensaje para cada domingo de este tiempo penitencial. Ayúdame a perseverar en las buenas obras. Quiero siempre mantenerme en tu presencia. Deseo llegar purificado a la fiesta de la Pascua. Dame la gracia de la conversión. Ilumíname siempre para no caer en el error. Te lo pido por la intercesión gloriosa de mi madre santa, la Virgen María. Por el mismo Jesucristo nuestro hermano y Señor. Amén.

P.A

García

jueves, 23 de febrero de 2023

Carnavales Ayacucho 2023: mi perspectiva

UN COLORIDO ACONTECIMIENTO


         Desde el domingo 19 hasta el miércoles 22 de febrero de 2023 se pudieron presenciar en el centro de la ciudad de Ayacucho las distintas comparsas que participan en los festejos del carnaval. Muchas organizaciones de diferente índole preparan su comparsa de la manera más esmerada para deleitar a la multitud de personas que se aglomeran en los alrededores de la Plaza Sucre y demás portales adyacentes para observar el paso de cada grupo folclórico.

         En estos carnavales de 2023 pude presenciar por primera vez esta tradición ayacuchana, ya que en 2021 y 2022 no se pudo realizar a causa de las restricciones de la pandemia generada por la COVID-19. El entusiasmo de la gente se hacía notar, pues extrañaban sus coloridos desfiles de comparsas. Observé de entre la gente a turistas, lo que significa que todo por fin está volviendo a la normalidad, ya la ciudad está recuperando su atrayente turístico, lo que le da más vida y movimiento económico. Sin embargo, los carnavales de 2023 también estuvieron en peligro de no realizarse, motivado a las recientes muertes en diciembre del año pasado, en la que murieron al menos 10 ayacuchanos, muchos de ellos jóvenes o menores de edad, a causa de las protestas en contra de la asunción a la presidencia de Dina Boluarte y el encarcelamiento del presidente Pedro Castillo luego de que este intentara cerrar el Congreso de la República, pero, esta intención de suspender los carnavales no venía de los entes gubernamentales, sino del sentir de la gente en general, que aunque son poquísimos, todavía sufren la pérdida de sus seres queridos en manos de la Policía y el Ejército. Son hechos lamentables por todos conocidos.

         Mi impresión a ver las comparsas fue de total gusto y asombro por tan impecable organización. Me agradó bastante las consignas que se cantaban al son de la música, las cuales narraban hechos históricos como la gloria de los ayacuchanos por la victoria del 9 de diciembre de 1824, haciendo mención de grupos armados como los “morochucos”, declarándose herederos de ellos. Algunas letras eran totalmente alusivas al acto sexual entre varones y mujeres. Los cantos, que por lo general los entonan las mujeres que van delante bailando, también hacían alusión a la actual situación política por la que está atravesando el Perú, cantos que se intercalaban en castellano y quechua.

         Noté que las comparsas tienen mayor presencia femenina, pues son las mujeres las que mejor pueden lucir sus hermosos y coloridos vestidos, todos muy parecidos y elegantes, así como también son ellas a las que mejor se les escucha lo que cantan, dada su ventaja en el tono de voz más agudo, más chillón, pero siempre con una sonrisa en el rostro. En el caso de los hombres, se ven dedicados más al acompañamiento musical, así como a algunos cantos; ellos van detrás de las mujeres y en pocas oportunidades se mezclan para interpretar algún encuentro entre parejas.

         Evidentemente, el ritmo de todas las comparsas es prácticamente el mismo, usándose instrumentos como la quena, que es la que da la melodía, la guitarra, que es la que lleva el ritmo junto con los tambores de cuero; algunas comparsas agregan trompetas, pero son muy pocas. He dicho que todas las comparsas son muy parecidas, pero también se puede decir que cada una es distinta, pues cada una le pone un ánimo particular a su participación, ya sea por el contenido de la letra de las canciones, ya por el colorido de los vestidos o por el mismo entusiasmo de sus integrantes al ir desfilando paulatinamente a los alrededores de la Plaza Sucre.

         Hubo algo que me llamó mucho la atención, y fue ver que el mayor goce lo daban a los presentes las comparsas de varones vestidos de mujer, cuyo baile es perfectamente comparable con el de las mismas féminas, o incluso mejores o más atractivos, al tratarse de varones con vestimenta femenina e incluso con maquillaje exageradamente de rasgos femeninos. Son estas comparsas las más desordenadas en el sentido de no guardar ningún respeto por el cuerpo o pudor, al llegar a mostrarse incluso en ropa interior. Muchos de estos hombres van con lentes oscuros grandes incluso caída la noche, tal vez para no dejarse identificar tan fácilmente; sin embargo, los que se atreven a tales espectáculos de seguro les daría igual ser reconocidos que pasar desapercibidos. Definitivamente no hay vergüenza ni para pecar.

         Una cuestión que se me olvidó mencionar anteriormente es que muchas de las mujeres llevan en su mano un recipiente de talco blanco, el cual van rociando paulatinamente a los presentes que les observan pasar sentados en sillas plásticas en las veredas o aceras de la plaza y sus jirones o calles circundantes, las mismas que están justo debajo de las arquerías típicas del centro de la ciudad de Ayacucho, antigua Huamanga hasta 1825, cuando el Libertador Simón Bolívar decide cambiarle el nombre por el que tiene actualmente, homónimo del mismo Departamento.

         Mientras las comparsas pasan con su festejo interminable, los observadores van capturando sus mejores instantáneas. Muchas comparsas contratan sus propios camarógrafos, los cuales van fotografiando o filmando todo el recorrido, con sencillos teléfonos móviles o con sofisticadas cámaras fotográficas y de video, haciendo también bastante presencia los drones u objetos voladores no tripulados, los que llevan una cámara que permite grabar el acontecimiento desde las alturas, siendo después de la debida edición un espectáculo aún mayor del que se vive estando presencialmente en el lugar.

         Algunos adolescentes, pocos en realidad, aprovechan la ocasión para mojarse con agua o manchar sus caras con talco o pinturas acuarelas. La presencia de vendedores ambulantes es de esperarse dada la aglomeración de personas y la necesidad de hidratarse y alimentarse durante las horas que dura el desfile. También la Policía y el Ejército están monitoreando constantemente, e incluso se les puede observar llevándose a los que se pasan de tragos y olvidan que todos merecen respeto, más aún cuando se está uniformado.

         Durante los cuatro días mencionados, de lunes a miércoles, pude observar el paso de todas las comparsas, siendo la hora de inicio a las 4:00p.m. aproximadamente, y su final ya bien entrada la noche; yo pude acompañar solo hasta las 9:30 p.m. de un día, pues estaba muy cansado de permanecer de pie unas cinco horas seguidas, además de que la lluvia nos obligaba a dar por terminada la jornada cultural.

         Algunas comparsas al pasar, intentaban involucrar en el baile a personas del público, a veces sin éxito. Varios policías terminaron totalmente rociados del blanco talco que las mujeres portaban, lo que para muchos les hacía gracia, sin sobrepasar los límites del respeto a la autoridad que se debe tener a un en ocasiones en las que la gente está totalmente eufórica y distraída de la vida y los valores.

         Finalmente he de decir que me desagradó mucho el hecho de ver a hombres disfrazados de obispos y sacerdotes, pues bailaban e ingerían alcohol con desenfreno, desacreditando con esto la presencia sagrada que suponen los ministros ordenados de la Iglesia. En varias comparsas la presencia de un hombre vestido con ornamentos sagrados hacía suponer el apoyo que podría estar brindando la Iglesia Católica al actual gobierno constitucional de la primera mujer presidenta del Perú, pues ésta ha recibido en varias ocasiones a distintos obispos en medio de los focos y las cámaras de los medios de comunicación, y estos obispos a su vez han opinado muy positivamente de la señora presidenta, aún cuando parte de la población la trata de asesina, pues desde que llegó al poder se han contabilizado más de 60 fallecidos a causa de las protestas.

         No sé si vuelva a presenciar estos carnavales el próximo año. Creo que por lo que he visto ya lo he conocido todo y no habrá mucha novedad en la próxima oportunidad, además de que se podría considerar dichos espectáculos como no apropiados para un alma consagrada al servicio de los demás en lo que se refiere a las cosas de Dios. No condeno como pecaminosos los festejos del carnaval ayacuchano, pero evidentemente hay en ellos inmoralidades que no puede permitirse, ni siquiera observar, un cristiano modestamente formado.

P.A

García

domingo, 12 de febrero de 2023

Conversé con un “loco” que estaba “cuerdo”

¡TIENE TODA LA RAZÓN!


         Hace unos días atrás me dispuse a visitar la Biblioteca Municipal de la ciudad de Ayacucho, iba en busca de un libro de José de la Riva-Agüero, “Paisajes peruanos”, pero no lo conseguí allí. La cuestión es que llegué quince minutos antes de que abrieran la biblioteca, por lo que tenía que esperar a que se hicieran las 3 de la tarde. Para pasar el rato revisando el teléfono fui al Parque Magdalena, allí busqué la sombra de un frondoso árbol, ya que el cielo azul despejado dejaba que los inclementes rayos del Inti golpearan directamente mi espalda.

Eran las 2:50 p.m. y a esa hora algunas personas también descasaban en el parque: vendedores ambulantes, viandantes, parejas de enamorados, etc. Los choferes de taxis recostados en el césped conversaban amenamente, algunos jugaban a las cartas, otros simplemente se soportaban la cabeza con una mano mientras con la otra revisaban sus teléfonos o cabeceaban quedándose dormidos. Yo me ubiqué de espaldas al mercado y mirando hacia la iglesia de la Magdalena, que es la que da seudónimo al parque, ya que este originalmente está dedicado al ilustre “brujo de los Andes” el Mariscal Cáceres.

Mientras revisaba mi teléfono se me acercó por detrás un joven de apariencia reprobable, rápidamente noté que se trataba de un dipsómano o tal vez un toxicómano, o ambas cosas a la vez, es decir, un hombre entregado al alcohol y a las drogas, de esos que prácticamente viven en la calle, llevan su ropa sucia, van por ahí hambrientos, pidiendo algunas monedas, o peor aún, rebuscando en los tachos de basura algo para comer; malolientes, despistados e incómodos para la sociedad. Pero este hombre no venía a pedirme nada, solo quería conversar conmigo, tenía algo importante que decirme.

Al iniciar nuestro informal encuentro hubo algo que me causó curiosidad, y fue cómo este sujeto me identificó -según él y sin razón aparente- como “padre”. Lo primero que dijo fue: “padre, cómo está”. Le respondí el saludo y por mi mente solo pasó un natural pensamiento: “me va a pedir dinero”, pero no fue así. Me preguntó mi nombre, y al escucharlo me dijo que no le gustaba, que era un nombre muy “común”, que tenía cara de llamarme “Elías”. Bromeé con él aclarándole que yo estaba muy a gusto con llamarme Pedro.

Le pregunté su nombre, pero no me lo dijo, prefirió quedar en el anonimato. Prosiguió preguntándome que, si yo era feliz, a lo que respondí en afirmativo, pero él me interrumpió opinando contrariamente. - ¿Por qué dice eso? - le proferí, y su respuesta me dejó más perplejo aún, pues me dijo en voz baja: “porque no sabes decir que no”, y se extendió aconsejándome que había que aprender a decir que no… recordé a san Josemaría y su texto en Camino, numeral cinco, que reza oficialmente “Acostúmbrate a decir que no”.

Yo le devolví la pregunta acerca de si él se consideraba una persona feliz, y la respuesta fue rápida: lamentablemente no lo era. Pero fui un poco más allá y le increpé sobre su concepto de felicidad. - ¿Qué es la felicidad para usted? – le interrogué, y su diáfana opinión personal fue: “la felicidad es hacer felices a todos los demás, a los que merecen ser felices y a los que no también”.

¡Qué gran verdad la de este hombre! Somos realmente felices cuando hacemos felices a los demás… recordé aquel pasaje del Nuevo Testamento en el que le adjudican a Jesús la aseveración que dicta: “hay más alegría en dar que en recibir” (Hch 20, 35), es decir, la alegría auténtica parte del servicio desinteresado a los demás, buscando ser útiles y generosos, porque siempre habrá alguien que requiera de nosotros, de nuestra palabra o nuestro tiempo, como este hombre que se acercó para hablarme, pero, pienso que en realidad no creo que él necesitara de mí, sino más bien era yo el que necesitaba escuchar exactamente eso que él me dijo.

Fueron los diez minutos mejor aprovechados de mis tiempos de espera, que han sido muchos y muy largos. La esperanza es una virtud teologal, pero saber esperar es un don que hay que pedir a Dios con constancia y humildad: saber esperar. ¿Realmente no sé decir que no? ¿Realmente no soy feliz? ¿Por qué escribo estas cosas? Porque simplemente no puedo no hacerlo, porque realmente no sé decir que no… y eso, paradójicamente, me hace feliz.

Este mismo día conocí la Biblioteca de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (UNSCH), que curiosamente comparte similar historia con la Universidad de Los Andes (ULA), de mi natal Mérida, pues ambas casas de estudios fueron fundadas por obispos como seminarios para la formación del clero local, y ambas casas han visto su camino exitoso separándose del ámbito estrictamente religioso para pasar a diversificarse y postularse prestigiosamente en la lista de las universidades de renombre de sus respectivos países. Al igual que Mérida, Ayacucho puede ser “una ciudad dentro de una universidad”. Por eso puedo decir que me siento como en casa.

P.A

García




lunes, 6 de febrero de 2023

Consejos sencillos para una joven madre

LA FE DE LOS HIJOS

Ya me es común que alguno de mis amigos comparta mi número de WhatsApp con personas desconocidas para mí para conversar con ellas acerca de la religión católica o la fe en Dios. Por lo general la conversa es corta, algunas veces por chat, otras son notas de voz y muy pocas son llamadas telefónicas que no puedo transcribir con fidelidad.

La de esta oportunidad es una madre joven que desea educar a su pequeño hijo en la fe, pero no lo tiene fácil, porque ella misma no está muy segura de seguir una religión en particular, aunque reconoce su pasado católico y su actual creencia anárquica en Dios.

Les comparto a continuación nuestra conversa. En redonda sus comentarios y en cursiva los míos.

Hola, buenas tardes, un amigo me lo ha recomendado para consultar algunas dudas que tienen que ver con la religión católica en particular.

Hola, qué tal, buenas tardes. Sí, ya me había comentado. En qué le puedo ayudar. Estoy a su disposición…

¿Cómo podría abordar el tema de la religión con mi hijo de 3 años? Me resulta un poco difícil porque mi crianza fue muy diversa, por así decirlo.

Bueno, tres años es una edad muy temprana para abordar el tema. Por lo general una familia podría influir en la religión de su hijo a esa edad si frecuenta prácticas piadosas, en el caso de la Iglesia católica el hecho de ir a misa o rezar en casa. Los niños van captando que eso que hacen los padres es algo normal, cotidiano y bueno. En esta etapa de la infancia lo que más queda en los pequeños es el ejemplo de las acciones que realizan los padres, si estos son practicantes le inculcarán poco a poco la fe, en este caso la fe católica.

Es que ese es el problema. Verá, sé que lo siguiente no es muy bien visto, pero mi madre es santera o como pueda llamarle... El niño directamente convive con ella, y yo pues... Soy muy extraña en mis creencias, entonces no es como que vaya a misa o siga algo religioso, pero creo que un niño necesita creer en algo sólido, no como yo. Entonces mirando cada religión, en la que se me educó, la católica, es la más conveniente y fácil de comprender, creo yo.

A lo que se dedica la abuela influenciará la religiosidad del niño, es algo inevitable y lamentable. El catolicismo es una fe maravillosa, bien entendida y bien vivida, hace felices a las personas.

Para mí no es lamentable, pero ese tipo de cosas lleva su tiempo. De niña yo fui monaguilla, tiempo más tarde viví con religiosas por una tía mía, y la creencia de mis padres nunca me influenció, pero al ser adulto he tomado la decisión de ser más diversa y conocer más creencias, ya que en el catolicismo hay muchos vacíos y las acciones de algunos sus seguidores van muy por el contrario de lo que fundamentan. Solo quiero que mi hijo tenga noción y fe en algo.

La creencia de sus padres no le influenció a usted, tal vez, porque fue monaguilla, y tuvo una experiencia personal de fe, con la cercanía a la iglesia y los sacramentos, esas cosas no se olvidan. Yo también fui monaguillo de niño y eso marcó mi vida positivamente...

La fe es un don que tiene sus dos dimensiones, la personal y la comunitaria. Ciertamente cuando el entorno no es favorable y la formación es débil nos podemos ir por otros caminos que, no siendo malos, se alejan de la verdad de la que es depositaria la fe católica.

Que usted quiera educar en la fe a su hijo es algo muy admirable. Conozco madres que quieren que sus hijos decidan su fe personalmente cuando sean adultos, pero es un error, porque si de pequeños no tuvieron ni la más mínima experiencia o noción de lo religioso, difícilmente de adultos podrán inclinarse a una fe como la católica o cristiana. Sin ocultar que el poder de Dios es innegable y en cierta manera estamos sujetos a su voluntad omnipotente y creadora.

De hecho, todas las religiones nos llevan al mismo punto que es Dios. Creo en él, pero no en prácticas generales de ciertas religiones; pero mi forma de expresión muchas veces no es apta para mi hijo, ya que soy muy cruda con todos los temas, por eso recurrí a preguntar cómo debería tratar este tema, porque si puede ser natural es muy complejo y grande. En realidad, no quiero que mi hijo solo repita la misma oración una y otra vez, quiero que él comprenda por lo que está orando.

Bueno, es una gran aseveración eso de que "todas las religiones nos llevan al mismo punto", pero no es del todo cierta. Comprenderá usted que hay pseudoreligiones cuyo fin no es Dios, sino otras "deidades". Aquí lo que nos atañe es que usted y yo creemos en el Dios de la Biblia. Creer en Dios y no en ninguna religión es una cierta contradicción de alguien que realmente busca a Dios en su plenitud y en esta búsqueda se encuentra con las prácticas religiosas más como un obstáculo que como una ayuda, puede pasar, aunque se espera que sea todo lo contrario.

Como buena madre, usted está pensado en el futuro de su hijo y por eso quiere que crezca con una mente sana y un espíritu fortalecido por la fe, y eso es un gran paso.

La cuestión es que, volvemos al principio, un infante de tres años no está todavía como para memorizar el padrenuestro o cualquier otra oración, ya le llegará su tiempo oportuno. En lo sucesivo, lo mejor que puede hacer usted es empezar a hablarle del cielo, de Dios como Padre y Creador, tal vez hacer pequeñas oraciones, tal cual imagen devocional como un crucifijo o la imagen de la santísima virgen María, o cualquier santo de devoción; estas prácticas van despertando el interés de los niños por conocer más y de seguro hará preguntas que apunten al deseo de saber quién es Dios y cuestiones alusivas a la fe.

Comprendo, gracias por tomar mis dudas.

Siempre a su orden. Si desea apunta por ahí mi número y cuando guste puede escribirme. Mucho ánimo y bendiciones para su pequeño. Que Dios les bendiga y los haga felices.

P.A

García

miércoles, 1 de febrero de 2023

La fachada del templo de La Playa: una sencilla descripción artístico-arquitectónica.

“MI CASA ES CASA DE ORACIÓN”



         En el presente artículo pretendo describir con la ayuda del lenguaje artístico y arquitectónico lo que distinguimos a simple vista en la fachada del templo parroquial de San Vicente Ferrer de La Playa, una modesta estructura religiosa que por más de cien años ha acogido a todo un pueblo, convirtiéndose, sin duda alguna, en el símbolo visible de la idiosincrasia y religiosidad playense.

         Sobre el autor-arquitecto-constructor de esta fachada y año de realización, la revista de Alejandro Castillo (1999) indica que “fue acomodada y estructurada, tal como está en la actualidad hacia 1930 por el maestro Encarnación Roa.” Por los momentos nos vamos a quedar con estos datos, al no haber otra fuente que consultar.

         Ahora veamos algunos de los detalles más resaltantes:

1.     La puerta principal: el templo de La Paya tiene una sola puerta principal, es de madera, de dos alas que se abren hacia adentro. Tiene motivos decorativos tallados. Se asegura por dentro y están divididas cada una en diez partes. Actualmente hay otra puerta de acceso al templo, pero no está en la fachada, sino en la parte lateral colindando con la casa cural, siendo el acceso principal el estacionamiento de esta, intervención por años esperada y lograda en el 2022 por el Pbro. Luis Enrique Rodríguez, párroco de La Playa, para evitar el incómodo paso por la capilla del Santísimo Sacramento.

2.     El epígrafe: ya he dedicado un artículo completo a este tema. “Mi casa es casa de oración” es una cita bíblica del evangelio de Lucas 19, 46.

3.     Las ventanas: la fachada tiene dos ventanas. De madera de dos alas como la puerta, y protegidas por una hermosa obra de hierro forjado. Las primeras ventanas de la iglesia eran totalmente cerradas, con cristales transparentes para permitir el paso de la luz solar. También tuvo dos pequeñas ventanas en la segunda planta de la torre, eran de tamaño menor que las actuales, y fueron tapadas, tal vez, para evitar hurtos o la entrada de hojas secas de los árboles de la Plaza Bolívar.

4.     Las pilastras: la fachada del templo de La Playa no tiene columnas propiamente, sino pilastras, y es que las pilastras son un recurso decorativo y estético de la arquitectura que se encuentran unidas al muro o pared. En la fachada vemos siete pilastras, cuatro alternadas entre las dos ventanas y la puerta, y tres debajo de la única torre del templo. Las pilastras de la fachada son de orden jónico.

5.     El orden jónico: las características generales de este orden arquitectónico son el fuste con acanaladuras profundas y aristas aplanadas y el capitel de volutas, o curvas en espiral. Las siete pilastras del templo de La Playa tienen cada una cuatro acanaladuras, y con un par de volutas cada una. Las bases de las pilastras no llegan hasta el piso, sino que se soportan en rectangulares cimientos.

6.    El frontón: está sobre el arquitrabe que soportan las siete pilastras, y compartiendo espacio con la torre del templo. El frontón es ese característico triángulo que determina el techo de la estructura con caída a dos aguas. En el templo de La Playa el frontón está coronado con una pequeña cruz de Malta y en el centro da cabida a un gran nicho con la imagen del patrono San Vicente Ferrer, a cuyo lado derecho se dibuja en alto relieve una trompeta y al izquierdo de igual manera una Biblia. Sobre la iconografía de san Vicente ya hemos tratado en otro artículo.

7.    La torre: compuesta por cuatro niveles, la torre supera la altura de toda la estructura de la fachada del templo. Los dos primeros niveles se encuentran abrazados por las tres pilastras de la fachada, y los otros restantes se alzan sobre el arquitrabe, con cuatro grandes ventanas cada uno, sumando en total ocho ventanas, sin enrejado ni cristales, con tres campanas en el último nivel y hasta donde se puede llegar a través de escaleras internas. La torre está coronada por una cúpula piramidal con una cruz de metal en la parte superior y cuatro pequeñas torrecillas en cada extremo. Las pilastras de la torre son de orden dórico.

8.    El orden dórico: esta arquitectura es más sobria y maciza, la pilastra no tiene base, el fuste tiene acanaladuras poco profundas y el capitel es sencillamente geométrico, formado por ábaco y equino, que son los dos bordes de la parte superior. La torre del templo de La Playa no cuenta con todas las pilastras que deberían adornar las cuatro caras de los niveles tres y cuatro, es así como observando desde la parte trasera del templo, se nota la falta de acabados artísticos y se aprecia solo una pared limpia.

P.A

García