“MI CASA
ES CASA DE ORACIÓN”
En
el presente artículo pretendo describir con la ayuda del lenguaje artístico y
arquitectónico lo que distinguimos a simple vista en la fachada del templo
parroquial de San Vicente Ferrer de La Playa, una modesta estructura religiosa
que por más de cien años ha acogido a todo un pueblo, convirtiéndose, sin duda
alguna, en el símbolo visible de la idiosincrasia y religiosidad playense.
Sobre
el autor-arquitecto-constructor de esta fachada y año de realización, la
revista de Alejandro Castillo (1999) indica que “fue acomodada y
estructurada, tal como está en la actualidad hacia 1930 por el maestro Encarnación
Roa.” Por los momentos nos vamos a quedar con estos datos, al no haber
otra fuente que consultar.
Ahora
veamos algunos de los detalles más resaltantes:
1. La puerta
principal: el templo de La Paya tiene una sola puerta principal, es de
madera, de dos alas que se abren hacia adentro. Tiene motivos decorativos
tallados. Se asegura por dentro y están divididas cada una en diez partes.
Actualmente hay otra puerta de acceso al templo, pero no está en la fachada,
sino en la parte lateral colindando con la casa cural, siendo el acceso
principal el estacionamiento de esta, intervención por años esperada y lograda
en el 2022 por el Pbro. Luis Enrique Rodríguez, párroco de La Playa, para
evitar el incómodo paso por la capilla del Santísimo Sacramento.
2. El
epígrafe: ya he dedicado un artículo completo a este tema. “Mi casa es
casa de oración” es una cita bíblica del evangelio de Lucas 19, 46.
3. Las
ventanas: la fachada tiene dos ventanas. De madera de dos alas como la
puerta, y protegidas por una hermosa obra de hierro forjado. Las primeras
ventanas de la iglesia eran totalmente cerradas, con cristales transparentes
para permitir el paso de la luz solar. También tuvo dos pequeñas ventanas en la
segunda planta de la torre, eran de tamaño menor que las actuales, y fueron
tapadas, tal vez, para evitar hurtos o la entrada de hojas secas de los árboles
de la Plaza Bolívar.
4. Las
pilastras: la fachada del templo de La Playa no tiene columnas
propiamente, sino pilastras, y es que las pilastras son un recurso decorativo y
estético de la arquitectura que se encuentran unidas al muro o pared. En la
fachada vemos siete pilastras, cuatro alternadas entre las dos ventanas y la
puerta, y tres debajo de la única torre del templo. Las pilastras de la fachada
son de orden jónico.
5. El orden
jónico: las características generales de este orden arquitectónico
son el fuste con acanaladuras profundas y aristas aplanadas y el capitel de
volutas, o curvas en espiral. Las siete pilastras del templo de La Playa tienen
cada una cuatro acanaladuras, y con un par de volutas cada una. Las bases de
las pilastras no llegan hasta el piso, sino que se soportan en rectangulares
cimientos.
6. El
frontón: está sobre el arquitrabe que soportan las siete pilastras, y
compartiendo espacio con la torre del templo. El frontón es ese característico
triángulo que determina el techo de la estructura con caída a dos aguas. En el
templo de La Playa el frontón está coronado con una pequeña cruz de Malta y en
el centro da cabida a un gran nicho con la imagen del patrono San Vicente
Ferrer, a cuyo lado derecho se dibuja en alto relieve una trompeta y al izquierdo
de igual manera una Biblia. Sobre la iconografía de san Vicente ya hemos
tratado en otro artículo.
7. La torre:
compuesta
por cuatro niveles, la torre supera la altura de toda la estructura de la
fachada del templo. Los dos primeros niveles se encuentran abrazados por las tres
pilastras de la fachada, y los otros restantes se alzan sobre el arquitrabe, con
cuatro grandes ventanas cada uno, sumando en total ocho ventanas, sin enrejado
ni cristales, con tres campanas en el último nivel y hasta donde se puede
llegar a través de escaleras internas. La torre está coronada por una cúpula piramidal
con una cruz de metal en la parte superior y cuatro pequeñas torrecillas en
cada extremo. Las pilastras de la torre son de orden dórico.
8. El orden
dórico: esta arquitectura es más sobria y maciza, la pilastra no tiene
base, el fuste tiene acanaladuras poco profundas y el capitel es sencillamente
geométrico, formado por ábaco y equino, que son los dos bordes de la parte
superior. La torre del templo de La Playa no cuenta con todas las pilastras que
deberían adornar las cuatro caras de los niveles tres y cuatro, es así como
observando desde la parte trasera del templo, se nota la falta de acabados
artísticos y se aprecia solo una pared limpia.
P.A
García
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