“PEDRO
GARCIA´S BLOG”
Festejo
estos ocho años de la creación de mi blog con más de 57.200 visitas, con la
imagen que encabeza este escrito y cuatro comentarios míos a la clase de
antropología teológica que estoy llevando en la PUCP.
En primer
lugar, la imagen es una foto que recibí hoy muy temprano de una buena amiga
que, desde las playas peruanas en la ciudad de Ilo, al sur del Perú, dibujó con
piedras lo que sería el nombre de mi blog en “inglés”, por eso aparece “PEDRO
GARCIA´S BLOG” y no propiamente “BLOG DE PEDRO GARCÍA”, en las arenas bañadas
por las gélidas aguas del Pacífico. Agradecido con esta amiga por su gesto.
En segundo
lugar, los cuatro comentarios que hoy mismo publiqué en la plataforma Paideia
de la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde curso la Diplomatura en Estudios
Teológicos. Soy consciente de que estos comentarios son muy “pastoralistas” y “espirituales”
y no tan “académicos”, como es de esperarse, sin embargo, aquí los dejo. El primero
es de índole introductoria o presentación al docente y compañeros de curso.
Presentación
Mi nombre
es Pedro Andrés García Barillas, de 27 años de edad. He cursado estudios en el
seminario menor y seminario mayor (2011-2019) Filosofía y Teología. Hice pausa
en los estudios (2019) para vivir una experiencia pastoral y luego de un año
terminé viniendo al Perú, a la ciudad de Ayacucho, donde vivo actualmente desde
noviembre de 2020, y donde he desempeñado la docencia, colaborando a la par con
diversas pastorales de la Arquidiócesis (formación de acólitos, pastoral
penitenciaria, formación de catequistas, acompañamiento a comunidades lejanas
de la ciudad, etc.). Desde marzo de este año estoy en la Secretaría del
Arzobispado de Ayacucho, trabajando de cerca con Mons. Salvador Piñeiro, quien
me animó a participar de estos estudios de teología en la Diplomatura de la
PUCP.
Antropología
teológica: creación
Me agradó
conocer la perspectiva planteada en los dos relatos de la creación del hombre
en el libro del Génesis, pues, escuché y leí, algo que no había visto antes,
eso de que "Dios creó a la mujer para que le ayudara al hombre a
administrar la creación", y no solo como una "compañía para no estar
solo". Me agrada bastante esta manera de relatar los orígenes del hombre
(del ser humano: hombre y mujer) pues nos sitúa en el auténtico plan de Dios
donde no existe ningún tipo de supremacía del varón con respecto a la mujer.
A
Clemente de Alejandría, en su libro "El Pedagogo" le leí una vez que,
"el hombre es bueno por naturaleza", porque Dios lo ha creado bueno,
solo que el mismo hombre ha fracturado su bondad con la desobediencia al
mandato divino, sin embargo, en aquel que habría de venir, y que efectivamente
vino, Jesucristo nuestro Señor, la naturaleza corrompida del primer Adán se ve
restaurada por las gracia otorgada a través del Hijo, el Verbo Encarnado, y
esto es una gran esperanza para nosotros, pues queda abierta la posibilidad de
volver a asemejarnos a Dios.
Vulnerabilidad
-concupiscencia
No sé si
me equivoco, pero a mi parecer podría equipararse el concepto de
"vulnerabilidad" visto en estas clases, con el concepto de
"concupiscencia" propuesto en el numeral 2515 del Catecismo de la
Iglesia Católica, donde se deja claro que la “concupiscencia puede designar
toda forma vehemente de deseo humano", pues, como lo enseña la teología
cristiana, esta vulnerabilidad-concupiscencia vendría a ser "un movimiento
del apetito sensible que contraría la obra de la razón humana".
San Pablo
en su carta a los Gálatas 5, 16.17.24 nos deja claro que existe, evidentemente,
una lucha entre los deseos de la carne y los del espíritu, porque, aunque
estemos inclinados al mal, aunque seamos "vulnerables", no es menos
cierto que somos templo del Espíritu de Dios que nos inspira la bondad y el
amor en el que se nos ha mandado a vivir, y el cual podemos cumplir porque
"Dios nos amó primero...".
Finalmente,
esta "vulnerabilidad-concupiscencia", guiados por el mismo numeral
del CEC, sabemos que tiene su origen en la "desobediencia del primer
pecado (Génesis 3, 11)", y que "desordena las facultades morales del
hombre y, sin ser una falta en sí misma, le inclina a cometer pecados (Concilio
de Trento: DS 1515)."
El pecado
es decir no a Dios
Satanás,
el padre de la mentira y del pecado, comenzó su diálogo con la inocente Eva
engañándola categóricamente, es decir, mintió en lo que Dios realmente había
dicho a la primera pareja de humanos según el Génesis. Es a partir de este
"primer engaño", "primera tentación", "primera
seducción" que desobedecimos a Dios, le dijimos el primer "no",
cuando Dios es un gran "SÍ". Es de esta manera como el "no"
a Dios de Adán y Eva, pudo ser redimido "en la plenitud de los
tiempos" por el gran "sí" de María en la anunciación y de Jesús
en el Calvario.
Me
consuela bastante saber que decirle sí a Dios tiene sus consecuencias positivas
en mi vida, pues "su gracia me basta" y "todo lo considero
basura con tal de ganar a Cristo". La gracia santificante que nos otorgan
los sacramentos es una constante invitación a rechazar el pecado y abrirnos al
sí de Dios.
El mismo
Jesús fue consciente de nuestra debilidad humana, de ahí que en la enseñanza a
los apóstoles les precisara que debemos pedir a Dios que "no nos deje caer
en la tentación", y mejor aún, que nos "libre del Maligno", del
padre de la mentira y del pecado.
P.D. Estos
ocho años de periódico ejercicio pseudoliterario me han dejado ya dos
libros, los referentes a la historia de mi pueblo, pero, eso no es todo. Tengo planificado
para finales del mes de noviembre de este 2023, publicar un breve compendio de
artículos escritos en el Perú, con ocasión de mi tercer año de haber llegado a
este país.
P.A
García
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