lunes, 18 de septiembre de 2023

8° Aniversario del Blog

“PEDRO GARCIA´S BLOG”

Festejo estos ocho años de la creación de mi blog con más de 57.200 visitas, con la imagen que encabeza este escrito y cuatro comentarios míos a la clase de antropología teológica que estoy llevando en la PUCP.

En primer lugar, la imagen es una foto que recibí hoy muy temprano de una buena amiga que, desde las playas peruanas en la ciudad de Ilo, al sur del Perú, dibujó con piedras lo que sería el nombre de mi blog en “inglés”, por eso aparece “PEDRO GARCIA´S BLOG” y no propiamente “BLOG DE PEDRO GARCÍA”, en las arenas bañadas por las gélidas aguas del Pacífico. Agradecido con esta amiga por su gesto.

En segundo lugar, los cuatro comentarios que hoy mismo publiqué en la plataforma Paideia de la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde curso la Diplomatura en Estudios Teológicos. Soy consciente de que estos comentarios son muy “pastoralistas” y “espirituales” y no tan “académicos”, como es de esperarse, sin embargo, aquí los dejo. El primero es de índole introductoria o presentación al docente y compañeros de curso.

Presentación

Mi nombre es Pedro Andrés García Barillas, de 27 años de edad. He cursado estudios en el seminario menor y seminario mayor (2011-2019) Filosofía y Teología. Hice pausa en los estudios (2019) para vivir una experiencia pastoral y luego de un año terminé viniendo al Perú, a la ciudad de Ayacucho, donde vivo actualmente desde noviembre de 2020, y donde he desempeñado la docencia, colaborando a la par con diversas pastorales de la Arquidiócesis (formación de acólitos, pastoral penitenciaria, formación de catequistas, acompañamiento a comunidades lejanas de la ciudad, etc.). Desde marzo de este año estoy en la Secretaría del Arzobispado de Ayacucho, trabajando de cerca con Mons. Salvador Piñeiro, quien me animó a participar de estos estudios de teología en la Diplomatura de la PUCP.

Antropología teológica: creación

Me agradó conocer la perspectiva planteada en los dos relatos de la creación del hombre en el libro del Génesis, pues, escuché y leí, algo que no había visto antes, eso de que "Dios creó a la mujer para que le ayudara al hombre a administrar la creación", y no solo como una "compañía para no estar solo". Me agrada bastante esta manera de relatar los orígenes del hombre (del ser humano: hombre y mujer) pues nos sitúa en el auténtico plan de Dios donde no existe ningún tipo de supremacía del varón con respecto a la mujer.

A Clemente de Alejandría, en su libro "El Pedagogo" le leí una vez que, "el hombre es bueno por naturaleza", porque Dios lo ha creado bueno, solo que el mismo hombre ha fracturado su bondad con la desobediencia al mandato divino, sin embargo, en aquel que habría de venir, y que efectivamente vino, Jesucristo nuestro Señor, la naturaleza corrompida del primer Adán se ve restaurada por las gracia otorgada a través del Hijo, el Verbo Encarnado, y esto es una gran esperanza para nosotros, pues queda abierta la posibilidad de volver a asemejarnos a Dios.

Vulnerabilidad -concupiscencia

No sé si me equivoco, pero a mi parecer podría equipararse el concepto de "vulnerabilidad" visto en estas clases, con el concepto de "concupiscencia" propuesto en el numeral 2515 del Catecismo de la Iglesia Católica, donde se deja claro que la “concupiscencia puede designar toda forma vehemente de deseo humano", pues, como lo enseña la teología cristiana, esta vulnerabilidad-concupiscencia vendría a ser "un movimiento del apetito sensible que contraría la obra de la razón humana".

San Pablo en su carta a los Gálatas 5, 16.17.24 nos deja claro que existe, evidentemente, una lucha entre los deseos de la carne y los del espíritu, porque, aunque estemos inclinados al mal, aunque seamos "vulnerables", no es menos cierto que somos templo del Espíritu de Dios que nos inspira la bondad y el amor en el que se nos ha mandado a vivir, y el cual podemos cumplir porque "Dios nos amó primero...".

Finalmente, esta "vulnerabilidad-concupiscencia", guiados por el mismo numeral del CEC, sabemos que tiene su origen en la "desobediencia del primer pecado (Génesis 3, 11)", y que "desordena las facultades morales del hombre y, sin ser una falta en sí misma, le inclina a cometer pecados (Concilio de Trento: DS 1515)."

El pecado es decir no a Dios

Satanás, el padre de la mentira y del pecado, comenzó su diálogo con la inocente Eva engañándola categóricamente, es decir, mintió en lo que Dios realmente había dicho a la primera pareja de humanos según el Génesis. Es a partir de este "primer engaño", "primera tentación", "primera seducción" que desobedecimos a Dios, le dijimos el primer "no", cuando Dios es un gran "SÍ". Es de esta manera como el "no" a Dios de Adán y Eva, pudo ser redimido "en la plenitud de los tiempos" por el gran "sí" de María en la anunciación y de Jesús en el Calvario.

Me consuela bastante saber que decirle sí a Dios tiene sus consecuencias positivas en mi vida, pues "su gracia me basta" y "todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo". La gracia santificante que nos otorgan los sacramentos es una constante invitación a rechazar el pecado y abrirnos al sí de Dios.

El mismo Jesús fue consciente de nuestra debilidad humana, de ahí que en la enseñanza a los apóstoles les precisara que debemos pedir a Dios que "no nos deje caer en la tentación", y mejor aún, que nos "libre del Maligno", del padre de la mentira y del pecado.

P.D. Estos ocho años de periódico ejercicio pseudoliterario me han dejado ya dos libros, los referentes a la historia de mi pueblo, pero, eso no es todo. Tengo planificado para finales del mes de noviembre de este 2023, publicar un breve compendio de artículos escritos en el Perú, con ocasión de mi tercer año de haber llegado a este país.

P.A

García

Visita a la I.E.P. Maravillas


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