SAGRADA HORA SANTA CON LA DIVINA PASTORA DE ALMAS 14 DE ENERO
Divina Pasotra de Almas |
Monición de entrada:
Queridos
hermanos, hoy la Iglesia Venezolana celebra a la Santísima Virgen María bajo la
advocación de la Divina Pastora. De la mano con María en esta mañana adoraremos
a Jesús su Hijo, nuestro Señor, hecho Eucaristía para nuestra salvación.
Pongámonos en la presencia del Señor para reconocerlo en la Hostia consagrada.
Canto de entrada. Se busca
procesionalmente el Santísimo Sacramento, para la adoración de toda la
asamblea.
El sacerdote, luego de
haber incensado el Santísimo Sacramento, de rodillas dice:
V.
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar (3 veces)
R.
Sea por siempre bendito y alabado
El sacerdote dirige la
Oración Introductoria:
Aquí
estamos Señor, para hacer tu voluntad. Aquí estamos Señor, para responder con
amor al llamado que nos has hecho. Gracias por llamarnos a tu presencia, por
querernos junto a ti, por enviarnos a ser testigos de tu Evangelio. Gracias
Señor, por todas las maravillas que haces en nosotros. Bendito seas Señor
porque te quedaste en la Eucaristía, para acompañarnos todos los días de
nuestra vida hasta el final de los tiempos. Alabado seas Señor Jesús, porque tú
has revelado la misericordia del Padre y así nos has enseñado a amar a nuestros
hermanos. Bendito y alabado seas Señor, por entregarnos a tu Santísima Madre, a
quien hoy el pueblo venezolano rinde veneración y reconoce como poderosa
intercesora.
Pidamos
al Señor, que nos envíe su Espíritu para que en esa hora de gracia podamos
experimentar una vez más su acción en medio de nuestra comunidad.
Breve silencio, luego el
sacerdote dirige la Invocación al Espíritu Santo:
Ven
Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en nosotros el
fuego de tu amor. Ven Espíritu de Dios, toca nuestra mente y nuestro corazón,
toma todo nuestro ser, e inúndanos con tus dones. Toma posesión de nosotros, oh
dulce huésped del alma, y has que este momento sea propicio para sanar nuestra
alma de todo lo que no nos deja ser felices. Ven Espíritu de Dios, transforma
todo nuestro ser, has de nosotros lo que quieras, estamos dispuestos a todo, lo
aceptamos todo, queremos ser testigos de tu amor y tu fidelidad. Oh Santo
Espíritu abrimos nuestra alma, para que mores en nosotros. Bienvenido seas
Señor.
Canto al Espíritu Santo
Un seminarista dirige la
Meditación María-Eucaristía:
María y la Presencia real
de la Eucaristía.
María
nos atrae a la Eucaristía, Sacrificio incruento del cuerpo y de la sangre de
Cristo, formados al calor de su corazón por obra del Espíritu Santo. Nos atrae
a la Eucaristía, comunión en Cristo, porque Cristo está privilegiadamente en
Ella y Ella en Cristo. Nos atrae a la Eucaristía-tabernáculo porque Ella es
custodia viviente excepcionalmente enriquecida por la gracia redentora, y la
mejor adoradora de la Presencia Real de Cristo.
María
es la Madre de Dios. Madre-Virgen por obra del Espíritu Santo. Es, por lo
tanto, portadora de la Presencia Real del Cuerpo, de la Sangre, del Alma y de
la Divinidad de N. S. Jesucristo. Es Sagrario viviente.
María
es Madre de los redimidos. ¡Madre nuestra!: no ceses de conducirnos al
encuentro de Cristo-Eucaristía, renovación incruenta del Sacrificio del
Calvarios. No ceses de ofrecernos el Cuerpo y la Sangre de Cristo porque somos
peregrinos hambrientos y sedientos del Pan verdadero y de la Bebida verdadera.
No ceses de atraernos como adoradores a los pies del Tabernáculo.
María
es la Madre al pie de la Cruz. Testigo excepcional del sacrificio de Cristo,
contenido del Sacrifico incruento de la Sta. Misa. Ella nos conduce a la
Eucaristía porque está asociada al sacrificio redentor con su corazón
traspasado por la espada de dolor, y testifica el cumplimiento del amor que
Cristo nos tiene "hasta el extremo". María -afirma el Siervo de Dios
Juan Pablo II- es "testigo particularmente sensible de ese amor que
encuentra su expresión sacramental precisamente en la Eucaristía"(Polonia,08,06,87)
Canto eucarístico.
Un seminarista dirige la Oración de Alabanza:…
(Inspirada)
Culminada la oración se
realiza un Canto de Alabanza.
Oración de los fieles:
Elevemos
nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle:
Que
la Divina Pastora Señor, interceda por nosotros.
Sol de justicia, a quien María Virgen
precedida cual aurora luciente, has que vivamos siempre iluminados por la
claridad de tu presencia. Oremos al Señor.
Palabra eterna del Padre, tú que
elegiste a María como arca de tu morada, líbranos de toda ocasión de pecado.
Oremos al Señor.
Señor Jesús, que colgado en la cruz
entregaste María a Juan como Madre, has que nosotros vivamos siempre como hijos
suyos.
Oremos al Señor.
Jesús Pastor de los hombres, imploramos
que por intercesión de la Divina Pastora, concedas la gracia al clero
venezolano, de seguir guiando a tu rebaño por el camino de la paz, el amor y la
esperanza. Oremos al Señor.
Se entona el Himno Tantum ergo, mientras el
Sacerdote vuelve a incensar el Santísimo Sacramento tres veces.
Tantum ergo
sacraméntum
venerémur
cernui,
et antíquum
documéntum
novo cedat
rítui;
praestet
fides supleméntum
sensuum
deféctui.
Genitóri
Genitóque
laus et
iubilátio,
salus,
honor, virtus quoque
sit et
benedictio;
procedénti
ab utróque
comparsit
laudátio. Amen.
Al finalizar el Himno
Tantum ergo, el sacerdote dice:
V. Les diste
pan del cielo.
R. Que contiene en sí todo deleite.
R. Que contiene en sí todo deleite.
Luego se pone de pie y dice: puede ser cantado.
Oremos.
Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tú Pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R. Amen.
Bendición con el Santísimo Sacramento. Toda la
Asamblea se pone de rodillas.
Después de la bendición, el sacerdote de
rodillas dice:
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos. Amén.
Señor danos sacerdotes.
Señor danos sacerdotes santos.
Señor danos muchos sacerdotes santos.
Señor danos religiosos y religiosas santos.
Señor danos familias santas.
Señor danos la paz.
Con un canto
eucarístico se reserva el Santísimo Sacramento y concluye la Hora Santa.
P.A
García
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