Comentarios de Camino (248)
Camino 248:
¡Eres tan joven! – Me pareces un barco
que emprende la marcha. – Esa ligera desviación de ahora, si no la corriges,
hará que al final no llegues a puerto.
Queridos
hermanos, en este día, en el que la Iglesia Católica festeja a San Juan Bosco,
presbítero (1815-1888), es necesario reflexionar un poco sobre la juventud, ya
que este santo italiano “empleó todas sus energías en la educación de los
jóvenes e instituyó unas congregaciones destinadas a enseñarles diversos
oficios y formarlos en la vida cristiana” (L.H. Tomo III pág. 1351) por eso este
numeral de Camino, en el que san Josemaría trata de sintetizar la receta para
una vida feliz, es decir, la educación desde la niñez, la corrección y sobre
todo la rectificación de nuestras actitudes cuando nos damos cuenta de que
están mal.
Es
muy frecuente que, en medio de nuestras familias haya jóvenes, que muchas veces
no saben comportarse de la mejor manera en la sociedad, es decir, alteran con
sus comportamientos el equilibrio que exige una vida de comunidad, los
familiares culpan a las instituciones educativas y éstas a los familiares, pues
bien, aquí no se trata de buscar culpables (aunque si los haya) de los
desastres de los jóvenes, sino que todo esto tiene su origen en una mala
educación que se emplea en el hogar, porque como lo reza el refrán, la casa es
la primera escuela. Y cuando en casa los padres no educan a sus hijos no les
están demostrando ningún amor. Y donde no hay amor allí no está Dios. Ubi amor Deus ibi est, donde hay amor
allí está Dios.
Si
señores, los padres de familia son los principales responsables de la educación
de sus hijos, pues ellos los traen al mundo y son quienes están más cerca en su
desarrollo como personas y como cristianos, lo que los niños ven en sus casas
es lo que harán fuera de ella, por eso no hay mejor forma de enseñar que con el
buen ejemplo.
No
basta mandar a sus hijos al catecismo, si lo que allí se aprende no se practica
en la casa. No tiene sentido mandar a sus hijos a Misa si los padres son los
primeros en buscar mil escusas para faltar al precepto dominical. No es
suficiente decir a los jóvenes que se debe amar al prójimo si en realidad
vivimos peleados con vecinos y allegados. Padres y madres son, como lo hemos
dicho, los principales educadores de sus hijos, de esto depende una mejor
sociedad. Oremos para que sean conscientes de esta inmensa tarea.
Por
eso san Josemaría nos habla de la corrección desde la juventud, porque solo así
podemos rectificar a tiempo nuestro camino y por ende llegar al final a la meta
de todo cristiano, la felicidad en Dios y una vida santa.
Pero
que nunca se nos olvide que para rectificar el error es necesario primero
identificarlo, aceptarlo y enfrentarlo, y para esto es muy necesaria la
dirección espiritual, a la que no solo deben someterse los religiosos y
seminaristas o consagrados, sino todos los fieles cristianos, pues en el
Director Espiritual vemos la acción de Dios y a través de ellos habla es
Espíritu Santo.
Señor
Dios nuestro, que has dado a la Iglesia, en el presbítero san Juan Bosco, un
padre y un maestro de la juventud, concédenos que, movidos por un amor
semejante al suyo, nos entreguemos a tu servicio, trabajando por la salvación
de nuestros hermanos. Amén.
P.A
García
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