lunes, 28 de noviembre de 2016

El Reverendo Padre Rafael Gregorio Viloria cjm.

EL PADRE VILORIA
R. P. Rafael Viloria cjm. junto al R. P. Juan Rangel cjm. en el Seminario de Mérida

El ministerio sacerdotal es un don de Dios para con su pueblo. Los sacerdotes de la Iglesia Católica, hoy en día, dedican sus vidas a un sinfín de actividades, conocemos bien esos campos en los que se desenvuelve el día a día de un sacerdote. Dentro de ese gran campo de acción pastoral, está también el de formar a los futuros sacerdotes. La formación sacerdotal es tarea delicada, a ella se dedican con especial atención los Padres Eudistas, a ejemplo de San Juan Eudes, el Fundador de la Congregación de Jesús y María.

Durante varios años nos acompañó generosamente en esta comunidad del Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida, el R. P. Rafael Gregorio Viloria cjm. Hombre polifacético, instructor de almas, padre de todos, amigo de todos. De él aprendimos muchas cosas, pues dentro de su vocación sacerdotal, se encuentra intrínsecamente unida la de “buen pedagogo” como lo es el Señor Jesús.

Oriundo de tierras trujillanas, el Padre Viloria es un sacerdote perteneciente a la Congregación de Jesús y María, el Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida lo felicita cariñosamente, pues hoy está cumpliendo 18 años de haber sido ordenado sacerdote para la eternidad. Tu es Sacerdos in aeternum.

Para nosotros en Mérida, fue una gran bendición el haber contado con la presencia amiga del Padre Viloria, reconocemos que siempre estuvo disponible para ayudar al que necesitara de un favor, nunca negó un concejo a aquellos que acudían a él, sus homilías, nutridas de la Palabra de Dios, nos refrescaban la vocación. Las Hermanas Dominicas de Santa Rosa de Lima, los domingos por la tarde se jactaban de escucharlo, siempre alegre y con voz profética, capaz de anunciar y denunciar, sin miedo, sin tomar en cuenta el qué dirán, para él lo importante ha sido siempre hacer las cosas bien.


El acompañamiento espiritual que mantuvo con varios seminaristas, sabemos que era excelente, muchos lo buscaban como Director Espiritual, porque sabían que con el Padre Viloria podían trabajar aquello que más les estaba afectando en su relación con Dios y con los demás. El Padre Viloria fue un Director Espiritual de todos, pues, siempre que podía en sus intervenciones, animaba a los seminaristas a prestar más atención en la vida espiritual, haciendo el llamado a esclarecer los motivos por los cuales se está en un Seminario.

También dejó huella en la Parroquia de San Juan de Lagunillas, sus conocidos ganaron el tesoro más valioso, la verdadera amistad.

Escuchar al Padre Viloria, es escuchar a un alma entregada a Dios, sus palabras son reflejo de la luz divina que ha cultivado en su alma. Hubo personas que manifestaron reconocer en el Padre Viloria la presencia de Cristo Sacerdote, aun cuando no es común en él, portar el traje clerical, esto es evidente, pues el hábito no hace al monje.

Actualmente ejerce su ministerio sacerdotal en la Casa de Formación "La Misión" en Caracas Venezuela.

Padre Viloria, de parte de esta gran familia del Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida deseamos que Dios lo siga iluminando, le siga dando la fortaleza de ejercer su ministerio sacerdotal como lo hecho hasta ahora, desgastándose verdaderamente por las almas. Que Dios y la Santísima Virgen de Coromoto lo bendigan siempre. Esperamos volver a tenerlo entre nosotros.

¡Vivan Jesús y María. Y reinen en nuestros corazones!


P.A
García

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