EL PADRE VILORIA
R. P. Rafael Viloria cjm. junto al R. P. Juan Rangel cjm. en el Seminario de Mérida |
El
ministerio sacerdotal es un don de Dios para con su pueblo. Los sacerdotes de
la Iglesia Católica, hoy en día, dedican sus vidas a un sinfín de actividades,
conocemos bien esos campos en los que se desenvuelve el día a día de un
sacerdote. Dentro de ese gran campo de acción pastoral, está también el de
formar a los futuros sacerdotes. La formación sacerdotal es tarea delicada, a
ella se dedican con especial atención los Padres Eudistas, a ejemplo de San
Juan Eudes, el Fundador de la Congregación de Jesús y María.
Durante
varios años nos acompañó generosamente en esta comunidad del Seminario
Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida, el R. P. Rafael Gregorio Viloria cjm.
Hombre polifacético, instructor de almas, padre de todos, amigo de todos. De él
aprendimos muchas cosas, pues dentro de su vocación sacerdotal, se encuentra
intrínsecamente unida la de “buen pedagogo” como lo es el Señor Jesús.
Oriundo
de tierras trujillanas, el Padre Viloria es un sacerdote perteneciente a la
Congregación de Jesús y María, el Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de
Mérida lo felicita cariñosamente, pues hoy está cumpliendo 18 años de haber
sido ordenado sacerdote para la eternidad. Tu
es Sacerdos in aeternum.
Para
nosotros en Mérida, fue una gran bendición el haber contado con la presencia
amiga del Padre Viloria, reconocemos que siempre estuvo disponible para ayudar
al que necesitara de un favor, nunca negó un concejo a aquellos que acudían a
él, sus homilías, nutridas de la Palabra de Dios, nos refrescaban la vocación.
Las Hermanas Dominicas de Santa Rosa de Lima, los domingos por la tarde se
jactaban de escucharlo, siempre alegre y con voz profética, capaz de anunciar y
denunciar, sin miedo, sin tomar en cuenta el qué dirán, para él lo importante ha
sido siempre hacer las cosas bien.
El
acompañamiento espiritual que mantuvo con varios seminaristas, sabemos que era
excelente, muchos lo buscaban como Director Espiritual, porque sabían que con
el Padre Viloria podían trabajar aquello que más les estaba afectando en su
relación con Dios y con los demás. El Padre Viloria fue un Director Espiritual
de todos, pues, siempre que podía en sus intervenciones, animaba a los
seminaristas a prestar más atención en la vida espiritual, haciendo el llamado
a esclarecer los motivos por los cuales se está en un Seminario.
También
dejó huella en la Parroquia de San Juan de Lagunillas, sus conocidos ganaron el
tesoro más valioso, la verdadera amistad.
Escuchar
al Padre Viloria, es escuchar a un alma entregada a Dios, sus palabras son
reflejo de la luz divina que ha cultivado en su alma. Hubo personas que
manifestaron reconocer en el Padre Viloria la presencia de Cristo Sacerdote, aun
cuando no es común en él, portar el traje clerical, esto es evidente, pues el
hábito no hace al monje.
Actualmente ejerce su ministerio sacerdotal en la Casa de Formación "La Misión" en Caracas Venezuela.
Padre
Viloria, de parte de esta gran familia del Seminario Arquidiocesano San
Buenaventura de Mérida deseamos que Dios lo siga iluminando, le siga dando la
fortaleza de ejercer su ministerio sacerdotal como lo hecho hasta ahora, desgastándose
verdaderamente por las almas. Que Dios y la Santísima Virgen de Coromoto lo
bendigan siempre. Esperamos volver a tenerlo entre nosotros.
¡Vivan
Jesús y María. Y reinen en nuestros corazones!
P.A
García
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