1- MARÍA, IMAGEN DE LA MISERICORDIA DEL PADRE
Jesuscristo es el Rostro de la Misericordia del Padre.
María es la Imagen de la Misericordia del Padre.
• REFERENCIA DE LA MISERICORDIA EN LA SANTÍSIMA
VIRGEN MARÍA.
• PRIMERA REFERENCIA: LC 1,50: Y SU MISERICORDIA
LLEGA A SUS FIELES DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN…
• SEGUNDA REFERENCIA: LC 1,54: AUXILIA A ISRAEL, SU
SIERVO, ACORDÁNDOSE DE SU MISERICORDIA…
Dos grandes temas expresan este
Cántico de la Santísima Virgen María: 1- los pobres y los humildes socorridos
en detrimento de los ricos y poderosos. 2- Israel objeto del favor de Dios
desde la promesa hecha a Abrahán.
MARÍA ESTABA EN EL
CALVARIO CON LA MAGDALENA (JN 19,25-27)
ELLA CONOCIÓ EL CRISTO
DÉBIL EN SU VIENTRE, EN LA CUNA DEL ESTABLO DE BELÉN, EN SUS BRAZOS SOBRE EL
BURRO, EN SU CASITA DE NAZARET, EN EL CANSANCIO DEL TRABAJO DE LA CARPINTERÍA
CON JOSÉ, EN EL SILENCIO Y EL CALOR DEL DESIERTO, EN EL RECHAZO POR LAS
AUTORIDADES Y EN SUS LÁRIMAS POR LA MUERTE DE UN AMIGO. MARÍA CONOCIÓ, AMÓ, Y
ACEPTÓ A CRISTO DÉBIL Y SUFRIENTE Y SE UNIÓ A SU DOLOR.
María fue una mujer que sufrió
desde el principio, la profecía de Simeón (Lc 2,34-35) la ubica como la
verdadera Hija de Sión, pues María llevará en su propia vida el destino
doloroso de su pueblo. Con su Hijo, se hallará en el centro de esa
contradicción donde los corazones deberán manifestarse en pro o en contra de
Jesús. ¡a ti misma una espada te atravesará el alma!
SAN
ALFONSO MARÍA DE LIGORIO (Libro Las
Glorias de María)
REINA
DE MISERICORDIA: María es Reina por ser
la Madre del Rey de reyes. Dice san Atanasio que: si el Hijo es Rey, con plena
razón debe considerarse y llamarse Reina a la Madre. María es Reina porque es
(Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, y Esposa de Dios Espíritu Santo).
MARÍA,
MISERICORDIA UNIVERSAL: María no sólo
regala, sino que ella misma nos ofrece a todos leche y lana: leche de
misericordia para animar nuestra confianza y lana de refugio para protegernos
de los rayos de la justicia divina. Todo el que acuda a María, implorando su
misericordia, no quedará defraudado. (San Bernardo) Acordaos, oh piadosísima
Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a
tu protección, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, haya sido
abandonado de ti. Animado con esta confianza, a ti también acudo, oh Madre,
Virgen de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me
atrevo a comparecer ante tu presencia soberana. No deseches mis humildes
súplicas, oh Madre del Verbo divino, antes bien, escúchalas y acógelas
benignamente. Amén
MARÍA
ES MISERICORDIA CON LOS MÁS MISERABLES: dice
san Alfonso María de Ligorio que ¿quiénes son los súbditos de la misericordia
sino los miserables? Y dirigiéndose a la Virgen ora de la siguiente manera: tú
eres la Reina de la misericordia, y yo el pecador más miserable de todos: así
pues, si soy el mayor de tus súbditos, debes cuidar más de mí que de todos los
demás. Ten, por tanto, piedad de nosotros, oh Reina de la misericordia, y acude
a salvarnos.
María, en el fiel seguimiento de su
Hijo Jesús, fue la que realmente sufrió la Pasión del Señor, fue la Madre la
que soportó ver como su Hijo era masacrado sin piedad alguna, pero desde
temprano María perdonó a los que asesinaron a su Hijo, por ello es la
Misericordia Universal y la mujer más misericordiosa con los más miserables.
LA ORACIÓN MÁS ANTIGUA
A LA VIRGEN MARÍA
Bajo
tu protección nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que
te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todo
peligro, ¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!
La oración Sub
tuum praesidium es un testimonio entrañable, probablemente es el más antiguo y
el más importante en torno a la devoción a Santa María. Se trata de un himno
bizantino que llega hasta nosotros lleno de juventud. Es quizás el texto más
antiguo en que se llamada Madre de Dios a la Virgen, e indiscutiblemente es la
primera vez que este término aparece en un contexto oracional e invocativo. Los
fieles que, con sencillez, rezan esta oración a la Santa Dei Genitrix, porque
la han recibido de manos de la Iglesia, son los que están más cerca de lo que
transmitieron los primeros cristianos y, por tanto, más cerca de nuestro Señor
Jesucristo.
EL
PAPA CONFIÓ EN LA VIRGEN EN ESTE AÑO DE
LA MISERICORDIA: «Confiando en la intercesión de la Madre de la
Misericordia, encomiendo a su protección la preparación de este Jubileo
extraordinario», ha declarado Francisco. No es extraño. Es costumbre en él
encomendarse y encomendar a los demás a la virgen Madre de Dios. Muchas veces
finaliza así sus cartas, siempre manuscritas: «Que Dios te bendiga y que la
Virgen Santa te cuide».
MADRE DE MISERICORDIA Y DE TERNURA:
Para Francisco, la virgen María es, ante todo, Madre. Es madre de misericordia
y de ternura. Ella es -nos ha dicho en la Evangelii gaudium— «la que sabe
transformar una cueva de animales en casa de Jesús, con unos pocos trapos y una
montaña de ternura» (EG 286). Ella es la mujer sensible y servicial a la que,
según dice, «habría que rezar con una nueva letanía: María, la que acude
siempre a prisa» [20 Papa Francisco, Homilía, (26 de marzo de 2013)], en
referencia al episodio evangélico de la Visitación.
¿LA IGLESIA SIN MARÍA?: Francisco
ha dicho en alguna ocasión que «una Iglesia sin María es un orfanato». Así de
sencillo y de claro. «El cristiano no es un huérfano. El cristiano tiene Madre.
Una madre que le acompaña, le ayuda, le mira, le cuida...». De María
aprendemos, pues, la ternura y la misericordia, porque es Madre. Ella es «punto
de referencia constante para la Iglesia» (EG 287) y «modelo eclesial para la
evangelización». En ella aprendemos sobre todo una actitud, un estilo. Es el
«estilo mariano» con el que hemos de conducirnos en esta hora de la Iglesia.
P.A
García
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