domingo, 31 de mayo de 2020

Historia de Nuestra Señora Aparecida de Los Guáimaros


“LA VIRGEN APARECIDA EN
 LOS GUÁIMAROS”

Nuestra Señora Aparecida de Los Guáimaros en 2019

1.    Historia de la aparición – Los Guáimaros.

Los Guáimaros, es una pequeña comunidad artesanal, ubicada a orillas de la antigua carretera trasandina, a escasos 5 kilómetros de la ciudad de Ejido en el estado Mérida; corresponde su toponimia a la abundancia de “guáimaros”, árboles frondosos a cuya sombra hubieron de criarse los indios “guaimaroes”, primitivos habitantes de la zona. Este pueblo fue el escenario de una maravillosa aparición de la Santísima Virgen María, quien en una minúscula imagen de material desconocido, perpetuó su maternal presencia en ese terruño del municipio Campo Elías.

Corrían los primeros años del siglo XX, y Los Guáimaros servía en su paso como estancia para los viandantes que concurrían las ciudades de Ejido y Mérida. Sus hogares se usaban como reposo y refrigerio para las monturas que transportaban mercancías y personas entre las capitales de los estados Mérida y Táchira. Es en este contexto, en medio de una humilde familia, de cuyos miembros la historia nos ha preservado solamente a madre e hija, donde se vivió un hallazgo, un tanto milagroso, que cambiaría para siempre el sentir religioso de todos.

En una mañana como cualquier otra, la familia Rodríguez iniciaba sus faenas diarias recolectando la leña para su fogón entre los matorrales del sector Las Mesitas, parte alta de Los Guáimaros. Madre e hija se dispusieron  a separar los troncos más grandes de los chamizos recogidos. Todo concurría con normalidad, cuando la pequeña Anantonia recoge del suelo una pequeña pieza, como de piedra, con la silueta de una mujer, a quien no duda en identificar con una “muñequita”, sin embargo, al mostrársela a su madre, ella pudo comprender que se trataba de una diminuta imagen de la Virgen María.

De inmediato, dada la rareza del hallazgo, madre e hija se trasladan hasta la población de Ejido, donde residía el Cura Párroco del templo de San Buenaventura, Monseñor Escolástico Duque, quien al observar con detención la pequeña imagen, se convenció de su piedad e inició su devoción, enviándola a ubicar en la capilla de Los Guáimaros. Pueblo y Cura no dudaron en llamarla “Virgen Aparecida”.

Las fiestas de esta advocación mariana inicialmente se realizaban en el mes de mayo, mes de la Virgen María, pero con el correr de los años, se acostumbró a celebrarla el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, pues se pensó que la misma Virgen había querido manifestarse a una inocente niñita de esa comunidad, de ahí que se celebre su fiesta patronal en esa particular fecha del calendario litúrgico.

Cuentan los lugareños que la misma Anantonia Rodríguez fue la fiel custodia de la devoción a la Virgen en su comunidad. Esta niña creció, y con ella la imagen de Nuestra Señora Aparecida de Los Guáimaros, pues según testigos curiosos, la imagen ha agrandado su tamaño muy silenciosamente, casi sin que se le pueda percibir. Es de acotar que la imagen nunca salía en procesión, solamente se le permitía llevarla hasta el atrio de la capilla, esto ha cambiado en la actualidad.

2.    Descripción de la imagen

La diminuta imagen de Nuestra Señora Aparecida de Los Guáimaros es una típica representación de la Virgen María de pie, sobre el globo terráqueo y con el niño Jesús en sus brazos.

En su representación material, a manera detallada, se le pueden identificar el velo largo, de cabeza a media espalda, un gran manto de pliegues notorios, una cinta a la altura del pecho, un corazón en el pecho sobre la cinta, y el niño Jesús, perfectamente detallado; la Virgen lo sostiene con su brazo izquierdo y con el derecho recoge los pies del Niño.

Para el momento de su hallazgo se dice que midió 1,8 centímetros de alta, actualmente alcanza los 2,5 centímetros. La Virgen tiene en su pecho un corazón, pudiéndose identificar con la popular advocación al Inmaculado Corazón de María.

El niño originalmente no se le podía identificar, según el parecer de los habitantes de Los Guáimaros no lo tenía y éste le ha ido creciendo paulatinamente. El material del que está hecha la efigie no se ha podido precisar, pues según, no es ni piedra, ni hueso, solamente puede decirse que es de tez blanca, con textura lisa, con marcas o rebajos como si fuese una talla, y mantiene una temperatura fría. Nunca ha sido pintada, ni recubierta con ningún esmalte protector.

Nuestra Señora Aparecida de Los Guáimaros tiene una coronita de oro, la misma ha sido donada por un feligrés que pensó en sujetarla en la cabeza de la Virgen con silicón líquido, alterando la originalidad de la pieza hallada.

La imagen está ubicada dentro de un rudimentario nicho o relicario, la estatuilla de la Madre de Dios fue pegada sobre una piedra para evitar su extravío, debido a su minúscula apariencia.

3.    Fiesta patronal – Asociación de Noveneros Pro Capilla

La festividad de Nuestra Señora Aparecida de Los Guáimaros es de notada trascendencia para el catolicismo ejidense. En honor a la Virgen se realiza una piadosa Novena, que es iniciada el 19 de diciembre para concluirla el 27 con la celebración de las primeras vísperas. El domingo anterior al 19 de diciembre se hace una caravana con la imagen original, pues de ella existe una réplica, elaborada por la familia Quintero Acosta, esta réplica visita durante todo el año los hogares de Los Guáimaros, hasta el 19 de diciembre.

La Novena es auspiciada por la Asociación de Noveneros Pro Capilla, que en su mayoría la integran personas de avanzada edad. Cada día de se le asigna a una familia de la comunidad, la cual debe preparar una temática establecida, de ahí que se conozcan los días de la Novena como: noche de globos, de danzas, de flores, de fuegos artificiales, noche eucarística (que corresponde al 24 de diciembre), noche de pastores, de oración y alabanza, de velas y finalmente de ángeles.

El día 28 de diciembre la alegría y el júbilo inunda el ambiente en Los Guáimaros, la comunidad piadosa se prepara para venerar a su hermosa Patrona. Arcos de frutas adornan las calles principales. La quema de pólvora hace sentir el estruendo de gozo, porque es el día de la Virgen Aparecida, orgullo de los lugareños. El toque de campanas recuerda a todos su cita con la Madre de Dios en una sentida y solemnísima celebración de la Eucaristía, presidida casi siempre por el Párroco Rector del Santuario San Buenaventura de Ejido, circunscripción eclesiástica a la cual pertenece la comunidad de Los Guáimaros.

El orden y el civismo en esta populosa celebración son de admirar, nunca se han tenido noticias de que se ingiera licor, por el contrario, todos comparten los alimentos, como una gran familia, una vez finalizada la celebración. El sacerdote y clero presentes en la celebración son atendidos tradicionalmente en casas de familias particulares, para lo cual participa y colabora toda la directiva de la Asociación de Noveneros Pro Capilla.

A Nuestra Señora Aparecida de Los Guáimaros sus feligreses y devotos le confían sus vidas, metas, salud y proyectos. Ante cualquier necesidad acuden presurosos a su templo, para dirigirle una piadosa suplica y dejar una vela encendida, en señal de oración permanente.

Pasados los días navideños, la venerada imagen de Nuestra Señora es reubicada en su sitio oficial, al lado izquierdo del altar de la Capilla de Los Guáimaros, recinto eclesiástico que inicialmente estuvo dedicado a san Antonio de Padua. La capilla de la comunidad es una hermosa estructura colonial, hogar de los católicos de ése pueblito andino, arquitectura  de una torre, levantada sobre paredes de tapias que fue reedificada en su momento por el impulso devocional que le impregnara Monseñor Escolástico Duque, y luego restaurada en la gestión parroquial del ilustre presbítero Gerardo Salas. Comunidad y feligreses en general velan constantemente por el decoro y manutención de la capilla que para ellos, en el sentir más piadoso, es todo un santuario mariano.

Nuestra Señora Aparecida de Los Guáimaros
Ruega por nosotros

Reseña elaborada por Pedro Andrés García Barillas, seminarista, con la colaboración de Adonys Alejandro Blanco Goyo, habitante de la comunidad de Los Guáimaros. Caño Blanco, estado Zulia.

P.A
García

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