domingo, 31 de julio de 2022

Inicio mi investigación en el Archivo Histórico de Ayacucho


“ESTATUAS ECUESTRES”



Ayacucho 5 de agosto de 2022

Señor Roque Jacinto Vásquez Calderón

Director (E) de la Dirección Regional de Archivo de Ayacucho.

 

Reciba mis cordiales saludos, deseándole éxitos en su labor.

La presente misiva tiene como única finalidad hacer la formal petición de permiso o autorización para realizar investigaciones en la dependencia que usted dirige.

El tema que deseo investigar es: las estatuas ecuestres de Bolívar y Sucre que se encuentran en esta ciudad de Ayacucho, Perú.

La investigación se realiza con fines netamente divulgativos mediante mis cuentas personales en Blogger y canal de YouTube.

Una vez concluida la investigación, me comprometo a dejar copias de la misma a la institución, como muestra de gratitud por los servicios y facilidades prestadas.

La investigación la realizo a criterio personal, no representando ninguna institución pública o privada.

Sin más a qué hacer referencia, me despido de usted.

Firma: Pedro García

El documento presenta sello húmedo de color rojo: Gobierno Regional de Ayacucho. Gerencia Desarrollo Social. Archivo Regional. Secretaría. 05 AGO. 2022. Hora: 11:28 a.m.

P.A

García

lunes, 25 de julio de 2022

El Perú y Venezuela: hijas de un mismo padre

El Perú y Venezuela: hijas de un mismo padre

Cada 28 de julio, la República del Perú festeja con algarabía su independencia del imperio español, ocasión que aprovecha para conmemorar a los protagonistas de este acontecimiento histórico, en cuya lista figuran multitud de hombres y mujeres de diversas nacionalidades. Ciertamente, hablar de la independencia del Perú es hacer memoria y justicia a la verdad, y precisar que, peruanos, bolivianos, ecuatorianos, colombianos y venezolanos pelearon unidos por ver derrotadas las últimas cadenas ibéricas opresoras en territorio americano.

“El Perú es desde este momento libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de causa que Dios defiende…”, fueron las palabras pronunciadas por el argentino don José de San Martín, el 28 de julio de 1821, pero no fue sino hasta el 9 de diciembre de 1824, cuando se hicieron efectivas, gracias al desempeño militar del venezolano Antonio José de Sucre y todos los héroes anónimos que apoyaron y materializaron dicha victoria en la Pampa de Ayacucho. Sucre, quien secundaba a Bolívar en ingenio y gloria, lideró la batalla en la que moría el Virreinato y nacía la República libre e independiente del Perú.

Doscientos un año más tarde, nos encontramos aquí, disfrutando de la libertad y soberanía que ganaron para nosotros Bolívar y San Martín. Esta fiesta peruana es en realidad una fiesta americana, pues aunque seamos del norte o del sur, todos nos vemos involucrados en la misma, por la verdad histórica de colaboración e ímpetu de nuestros libertadores, y en este sentido, mirando desde el presente al pasado, pero con la mirada puesta en el futuro, podemos afirmar que la unión de aquellos hombres valientes nos sigue invitando a trabajar de la mano por nuestros países, para garantizar la vigencia valiosa de las palabras que entonamos con orgullo en el Himno Nacional: “Somos libres, seámoslo siempre.”

El Perú y Venezuela son repúblicas hermanas, hijas de un mismo padre, y desde siempre han coexistido en mutua colaboración. Los diversos gobiernos de uno y otro estado han mantenido estrechísimas relaciones, de las que se han beneficiado ambos países suramericanos. Específicamente, esta ciudad de Ayacucho y su victoria definitiva, sirvió de inspiración para que en 1924, primer centenario de aquel 9 de diciembre, el Gobierno venezolano presidido por el general Juan Vicente Gómez, fundara la ciudad capital del estado Amazonas con el nombre de Puerto Ayacucho. Más adelante, los sucesivos mandatarios venezolanos tuvieron la iniciativa de dejar para esta ciudad varias obras de infraestructura, las cuales se mantienen en pie, como por ejemplo: el majestuoso monumento del Obelisco en el Santuario Histórico de la Batalla de Ayacucho, el Coliseo Cerrado “Ciudad de Caracas”, el Estadio “Ciudad de Cumaná”, la pista Ayacucho – Quinua y la Institución Educativa “República Bolivariana de Venezuela”.

La convivencia de los habitantes del mundo ha sido tan movida como integradora, y el fenómeno migratorio ha estado presente en nuestros países desde el momento de la fundación de los mismos. Pero, en épocas más recientes, recordemos brevemente el éxodo de peruanos en las décadas de los 80 y 90, cuando la triste escena del terrorismo obligó a miles de peruanos a salir de este país; sabemos que muchos de ellos encontraron refugio seguro y una segunda oportunidad para emprender sus vidas en la Venezuela próspera, petrolera y acogedora. Quién podría imaginar que tan solo 20 años más tarde, fueron los venezolanos los que, por diversos motivos, salieron de su país llegando al Perú, en busca de nuevas oportunidades, algunos de ellos en situaciones muy marginales. En todo esto, la historia nos ha enseñado que, aquel popular adagio latino es casi una sentencia del destino: “Hodie mihi, cras tibi”, hoy por mí, mañana por ti.

La hospitalidad y mano amiga del Perú para con los venezolanos es tal, que  aproximadamente 1.300.000 migrantes habitan esta república, convirtiéndose el Perú en el segundo país, después de Colombia, con mayor presencia de migrantes de esta nacionalidad. Pero no ha sido fácil para ninguno, pues las dificultades han aforado en ambas partes, a nosotros, los foráneos, por la constante brega de sobrevivir lejos de casa, y a ustedes, los locales, por tolerar a quienes delinquen, los que siendo minoría, hacen ruido y dejan en mal estima a sus propios connacionales. Que no quede duda: los buenos somos más.

Finalmente, como venezolano puedo decir que me siento profundamente agradecido con el Perú y con los peruanos, por recibirme en esta hermosa nación, por darme la oportunidad de desempeñarme laboralmente, en la vocación docente, tan noble, tan delicada y tan provechosa para forjar las conciencias de las generaciones del hoy y del mañana. Venezolanos y peruanos somos hijos de Bolívar, de su ideal libertario y de su sueño de integración de la América toda, donde todos cabemos y podemos vivir de la mano, aportando lo mejor de nosotros mismos para el provecho común. Sigamos unidos, superando dificultades y apostando por el bienestar de todos los hermanos. Viva la independencia de los pueblos, viva la soberanía de las naciones, viva Bolívar, Sucre y San Martín, viva Venezuela y viva el Perú. Muchas gracias.

P.A

García


 

domingo, 10 de julio de 2022

El papa Francisco es bolivariano

SIMÓN BOLÍVAR Y EL PAPA FRANCISCO

Difícilmente podremos leer en cualquier otro lugar una afirmación como esta, -que Francisco sea bolivariano-, pues por lo general los Romanos Pontífices no se encajonan bajo ninguna perspectiva política o ideológica; sin embargo, el caso que tratamos es diferente, ya que al ser Francisco un papa de origen latinoamericano, sería casi imposible que ignorara el ideal bolivariano, presente en todo el continente americano y más allá de sus fronteras.

Bolívar es el héroe venezolano del que más se habla en todo el mundo, y lo que de él se diga, siempre será tema de profundo análisis y discusión, pues las perspectivas de su vida que tienen los historiadores son tan diversas como las facetas mismas del propio Libertador. En este sentido, Indalecio Liévano Aguirre, recogió en su biografía sobre Bolívar una importante opinión de Víctor Raúl Haya de la Torre sobre el “proyecto bolivariano”, donde el filósofo peruano manifestaba que: “Bolívar concibió la Revolución de la Independencia en dos grandes etapas que debían cumplirse sucesivamente: la de la liberación primero y la de la unificación después. Pero como la vida no le alcanzó y como él encarnaba la revolución en lo que ésta era designio abnegado y glorioso, tras de su muerte, o ya desde las vísperas, la apostasía alevosa —que empieza con Páez, con el espantoso asesinato de Sucre y con el atentado de Bogotá— oscurece el sueño bolivariano con una nube sangrienta.” Dejemos por sentado de una vez: el sueño bolivariano se comprende únicamente en la perspectiva de la liberación y unificación de América.

Entonces, ¿qué significa ser bolivariano? La visión integracionista de los pueblos latinoamericanos, su libertad, independencia, soberanía, patriotismo y mutua colaboración son el fundamento del proyecto de Bolívar para las naciones a las que dio nacimiento y de las cuales se constituyó, con razón, en Padre y Libertador: por eso, todo aquel que piense y luche por una América unida, como una sola fuerza y hermandad de naciones, es bolivariano, así de sencillo.

Ahora sí, vayamos al meollo del asunto: ¿por qué afirmo en el título de este breve artículo que el papa Francisco es bolivariano? La respuesta la tenemos al conocer las declaraciones del Santo Padre el pasado 1 de julio para el medio de comunicación argentino Télam, cuando recibió en el Vaticano a su presidente Bernarda Lorente, con quien compartió una amena entrevista de hora y media aproximadamente.

A mitad de entrevista, Lorente preguntó al papa cómo veía él a Latinoamérica como región, cuestión a la que Francisco respondió de la siguiente manera: Latinoamérica todavía está en ese camino lento, de lucha, del sueño de San Martín y Bolívar, que es el sueño de la unidad latinoamericana, con los valores latinoamericanos. Y por supuesto siempre fue víctima y será víctima hasta que no se termine de liberar, de imperialismos explotadores. Eso todos los países lo tienen. […] Y el sueño de San Martín y Bolívar es una profecía, ese encuentro de todo el pueblo latinoamericano, más allá de la ideología, con la soberanía de los pueblos. Y esto es lo que hay que trabajar para lograr la unidad latinoamericana en este sentir, donde cada pueblo se sienta sí mismo, con identidad y a la vez necesitado de la identidad del otro. Y no es fácil.

Como vemos, ante una pregunta tan general, el papa centra su respuesta mencionando voluntariamente el sueño de Bolívar y San Martín, que no es otra cosa que -como bien lo definió el mismo papa- la unidad latinoamericana, con los valores latinoamericanos, liberados de imperialismos explotadores, sueño que es una profecía, es decir, que ha de cumplirse y para lo cual el Vicario de Cristo anima a seguir trabajando.

Francisco tiene claro que la lucha de Simón Bolívar y José de San Martín no acabó hace doscientos años, como hemos festejado recientemente, sino que esta lucha emancipadora sigue en pie, pues es cierto que en muchas de nuestras naciones no se acaba la dominación de potencias extranjeras y también no extranjeras, que sí las hay y que efectivamente nos oprimen. Cada 22 de junio, cuando festejemos el Día de la Unidad Latinoamericana y Caribeña, debemos recordar el sueño de Miranda, Bolívar, Sucre, San Martín y tantos héroes y heroínas que apostaron por el bienestar de todos los americanos.

Bolivarianos seremos, como ya lo es Francisco, cuando comprendamos el ideal que Bolívar plasmó en su Discurso de Angostura, el 15 de febrero de 1819, donde con solemnidad vociferó: “Unidad, Unidad, Unidad, debe ser nuestra divisa. La sangre de nuestros Ciudadanos es diferente, mezclémosla para unirla…”, y como también manifestó el Libertador en el Congreso de Panamá en 1826: “La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino. Unámonos y seremos invencibles”. La frase “inexorable decreto del destino” justifica por qué el papa dice que el sueño bolivariano es una profecía.

Finalizo dejándoles a consideración la última estrofa del “Gloria al Bravo Pueblo”, que tiene mucho que ver con lo que he plasmado en este escrito, pues en esta estrofa de manera utópica y desde el sueño bolivariano todos cantamos convencidos: “Unida con lazos / que el cielo formó / la América toda / existe en nación…”. Preguntémonos: ¿nos sentimos realmente bolivarianos y trabajamos por este ideal?

¡Alerta! Que caminan los hijos de Bolívar por America Latina.

P.A

García