sábado, 29 de octubre de 2016

Reflexión del Domingo XXXI del Tiempo Ordinario

Reflexión del Domingo XXXI del Tiempo Ordinario


Muy queridos hermanos todos. Sean bienvenidos a esta Celebración Eucarística, donde estaremos participando del encuentro con Dios y con nuestros hermanos en la fe. Pidamos al Dios de la Misericordia que nos dé un corazón dócil a su palabra de amor y salvación, y que como a Zaqueo, nos mire y entre a nuestra casa.

Primera Lectura: (Sb 11,22-12,2) En la primera lectura, tomada del libro de la Sabiduría se nos recuerda que nuestro Dios ama la vida y no se complace en la muerte y la destrucción, sino que perdona nuestros pecados y nos da la oportunidad de ser mejores. Esto nos invita a no ser jueces unos de otros, porque Dios que nos ha creado quiere que vivamos para el bien, para amarle a él y a los demás. El Señor nos ha creado en medio de una realidad personal que no se puede negar, de esa manera, de esa forma Dios nos ama, él nunca nos rechaza por lo que somos, sino que, como lo dice esta lectura, aparenta no ver lo pecados de los hombres, para darles ocasión de arrepentirse. El Señor ama al hombre porque es su criatura. Y nos invita constantemente a cuidar de su obra, a amar tabién la creación de Dios. 

Segunda Lectura: (2Tes 1,11-2,2) La segunda lectura es clara en la fidelidad que debemos guardar a la fe en Cristo Jesús. Son muchos los mensajeros de hoy en día, pero el Señor nos habla a través de sus elegidos, para que no nos perturbemos fácilmente, sino que por el contrario vivamos de cara a Dios que nos invita todos los días a comenzar de nuevo, para obrar el bien y permanecer en paz. De igual manera, Pablo nos anima a orar unos por otros, para que Cristo reine en todos y por medio de todos se haga presente en esta sociedad. Que comprendamos de una vez por todas que el ser discípulos de Jesucristo nos debe lanzar a  la calle a anunciar su palabra, con hechos, con obras que demuestran lo que realmente llevamos por dentro. Estemos alertas porque Dios no deja pasar oportunidad para hablarnos, exhortarnos y llevarnos a la felicidad de los hijos de Dios.

Santo Evangelio: (Lc 19,1-10) En el Evangelio de este domingo, el Señor nos invita a bajarnos de nuestros propios orgullos para seguirle a él. Así como Zaqueo subió a un árbol para encontrarse con Jesús, que también nosotros venzamos todos los obstáculos para acercamos a Dios. El detalle está en que, antes de que nosotros busquemos al Señor, él nos encuentra y nos mira con misericordia. Cuantas veces somos nosotros mismos los que creemos estar buscando a Dios, y cuando menos lo percatamos somos encontrados por Dios. Jesús es el rostro de la misericordia del Padre, quien lo ve a él ve al Padre que lo ha enviado, por eso sus actitudes debemos imitar, recibir a todos y no despreciarlos, como el caso de Zaqueo, que era el jefe de los publicanos y por ende era considerado un corrupto y pecador, era excluido de la sociedad judía, pero Cristo no vive del qué dirán, sino que rompe los esquemas e incluye en su plan de salvación a los renegados por la sociedad. Que el Señor nos de la fortaleza para aceptar a todos dentro de nuestras comunidades de fe. Y que al recibir a Dios en nuestras casas, podamos decir: hoy a llegado el Reino de Dios en mi corazón.

Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia Señor (Sal 15,11).
P.A
García

miércoles, 26 de octubre de 2016

Novela “La Abuela” Libro de 1877

“LA ABUELA”
         
     En un ataque de mi bibliofilia crónica, compré en una tienda de antigüedades de la ciudad de Mérida, una novela española titulada “La Abuela” de la escritora María del Pilar Sinués, pude notarla en el rincón de una vitrina que contenía algunos objetos de porcelana de especial decoro, mis ojos no parpadearon por un largo tiempo, contemplado aquel hallazgo, hasta que el dueño de la tienda mencionó que se podían dejar apartados los objetos de interés, lo que más me llamó la atención de este texto es su antigüedad, pues está próximo a cumplir 139 años, es decir, tiene más de un siglo de existencia, lo que a mi parecer es bastante inusual.

         Esta narración escrita contiene el agradecimiento de una nieta hacia su abuela por tantas experiencias vividas y compartidas, lo escribe como he dicho anteriormente Doña María del Pilar Sinués, escritora española, a su abuela Doña Manuela Yoldi de Sinués, en el prólogo deja claro que va dedicado a su memoria y como público homenaje. Está fechado en Madrid a los ocho días del mes de noviembre de 1877. Fue publicado por la Biblioteca Selecta de Autores Contemporáneos, con un valor de cuatro pesetas. El libro contiene una dedicatoria, cuatro partes a especie de capítulos, y un epílogo. No es de asombro que le al texto impreso le falten algunas páginas, por el contrario, esto es evidencia de que tal vez fue adquirido inicialmente por una persona amante de la lectura de novelas.

         La lectura es el mejor medio del que podemos enamorarnos para obtener al menos un léxico que permita el fácil desenvolvimiento en conversaciones de cualquier índole. Esta novela, obviamente, nos traslada a la manera de leer, de escribir, e incluso a la manera de pensar de finales del siglo XIX. Ahora “La Abuela” se ha convertido en un libro especial de mi naciente biblioteca personal, la cual en la actualidad ya está por encima de los 225 títulos, entre filosofía, espiritualidad, historia y literatura.

         “Tonto quien preste un libro, pero más tonto quien lo devuelve”
                                                                                              Anónimo

María del Pilar Sinués

 


P.A
García

viernes, 21 de octubre de 2016

Sobre la devoción a San Vicente Ferrer en La Playa

“LA TABLITA”

La "Tablita" Pintura de San Vicente Ferrer en La Playa

Este tema me es muy fascinador, me interesa muchísimo saber cómo llegó originalmente la devoción a este santo español a La Playa, un pueblo andino venezolano. Sobre esto se sabe muy poco, lo que he escuchado por ahí, es que La Playa desde siempre ha contado con San Vicente Ferrer como santo Patrono, incluso, prueba de ello es la existencia de unas antiguas ruinas, paredes de tapia, que según comentan y afirman algunos, pertenecieron a lo que fue una primitiva Capilla a San Vicente Ferrer, ubicada en lo que hoy en día es el Sector San Vicente, posiblemente en ese lugar, se dio inicio a la fe de un pueblo que posteriormente se trasladó un poco más abajo.

Estas ruinas parecen ser la prueba más fiel de que en La Playa, desde épocas pasadas, se daba culto a Dios, dentro de la religión Católica, las mismas representan un espacio bastante considerable y propicio a la hora de imaginarnos a una feligresía reunida allí, para el Culto Divino. Me es imposible presentarles un croquis de cómo pudo haber sido esta antigua capilla, y esto se debe a que personalmente no conozco el lugar, las imágenes que más adelante les voy a dejar, son el fruto de un capricho mío, que me ayudaron a alcanzar la Sra. Yrma del Carmen Mora y Blanca Estela Paredes Castillo, en La Playa.

Pueden notarse paredes anchas, más o menos altas, yo diría que de unos 2 metros aproximadamente, algunos espacios cerrados que a mi parecer pudieron servir de sacristía o capillas particulares, al parecer la parte de la fachada ya no existe, solo puede notarse un escalón que posiblemente demarque el suelo de la capilla por dentro. De igual manera es imposible pensar de qué material estaba cubierto el techo de la capilla, pudo haber sido de paja o de tejas un poco más elaboradas.

Les voy a dejar unas imágenes que pueden ilustrarles ese lugar. Pero antes quiero copiarles lo que he conseguido en una amarillenta hoja trascrita a máquina, que reposaba en el Despacho Parroquial de La Playa, la cual trata de reseñar en brevísimas palabras la devoción a san Vicente Ferrer en La Playa, sin embargo no dice mucho:

SAN VICENTE FERRER EN LA PLAYA: No sabemos desde cuando tiene La Playa a San Vicente Ferrer como patrón. Probablemente algún misionero dominico que vino por estos lugares quiso que tuviésemos por patrón a un santo de su congregación. Dicen los más viejos que La Playa antigua estaba en lo que hoy es San Vicente y que de allí bajaron esta “Tablita” a la Iglesia. La antigüedad de esta “Tablita” prueba que ya nuestros antepasados le rezaron y le encomendaron todos sus trabajos, esfuerzos y afanes. Es justo pues que también nosotros hagamos lo mismo.

Este texto menciona la existencia de una “tablita” y no es otra que la que poseemos en la Iglesia en un dificultoso nicho de madera, es conocida por todos, es además la imagen del santo patrono que visita todos los sectores durante la novena previa a la Fiesta Patronal de todos los años.

 Me gustaría mucho que sea reubicada esta misteriosa pintura de san Vicente Ferrer, a un lugar donde sea más fácil su contemplación, de igual manera sería justo que se limpiara el lugar de la ruinas y ver la forma de conservarlas o incluso de restaurarlas, para así conservar un poco de patrimonio y de historia de un pueblo que sí tiene historia y tradiciones. Les prometo otro artículo con más detalles sobre la primitiva capilla en San Vicente, de igual manera les prometo un croquis con medias exactas de este bello lugar, por ahora solo les dejo las imágenes.

Por favor, si a alguien le interesa el tema, no dude en escribirme...

Nicho de madera donde está ubicada la pintura de san Vicente Ferrer

Ruinas de la primitiva capilla en el Sector San Vicente

Aquí se puede notar las tapias, paredes de barro.
Las ruinas de la primitiva capilla están siendo afectadas por plantas silvestres

Estas ruinas reclaman ser consideradas por todos

P.A
García

Reflexión del Domingo XXX del Tiempo Ordinario

DOMINGO XXX 


Apreciados hermanos en la fe, sean bienvenidos a la Acción de Gracias Dominical. Hoy la Iglesia celebra la “Jornada Mundial por las Misiones”. El Señor se complace con tenernos hoy en su presencia, pues venimos dispuestos a cambiar, en busca de un Dios que es Palabra, que nos habla y se deja encontrar. Hermanos, que este día sea un nuevo comienzo en nuestras vidas, para reafirmar nuestra fe en Jesús y seguir preparándonos espiritualmente para el encuentro con él. Dios nos ama, nos exhorta, nos muestra su camino y nos da la paz y la serenidad en el alma.

Primera Lectura: (Eclo 35,15-17.20-22) En esta parte del libro del Eclesiástico se nos presenta al Señor como un juez, que no juzga según las apariencias humanas, sino que toma en cuenta lo que hay dentro del corazón del hombre. De igual manera debemos hacer nosotros, es decir, valorar a los hermanos no por lo que tienen, sino por lo que son, por lo que representan para nosotros, pues bien sabemos que todos estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. Esta lectura también hace referencia a la actitud humana correcta a la hora de hacer oración, e indica con claridad que es menester nuestro orar con perseverancia, hasta que Dios nos escuche, él siempre nos escucha, solo que muchas veces pedimos y no sabemos si es lo que Dios quiere, por eso hay que dar paso a que la voluntad de Dios se cumpla en nuestras vidas, así como en el cielo y en la tierra, eso se llama: confiar en la Divina Providencia.

Segunda Lectura: (2Tim 4,6-8.16-18) Pablo, en la segunda carta a Timoteo expresa una experiencia propia en el seguimiento del Señor y la predicación del Evangelio, narra cómo fue abandonado por sus hermanos en la lucha por el Reino, pero de igual manera apunta su confianza en la presencia del Señor, el cual nunca lo abandonó, por el contrario le dio la fortaleza necesaria para seguir adelante. Ahora el bienaventurado Apóstol de los gentiles sabe que es merecedor una corona de gloria, la misma que tendrán también todos aquellos que perseveren hasta el final. Hermanos como Pablo debemos esforzarnos por decir: he luchado bien el combate, he corrido hasta la meta. No nos desanimemos cuando alguien no abandone, que en esos momentos sepamos que si Dios está con nosotros, nada nos podrá derrotar. No busquemos la soledad, recuerden que somos seres sociales. A solas solo con Dios, pero sin olvidarnos de que también lo podemos conseguir en el hermano, en el prójimo.

Santo Evangelio: (Lc 18,9-14) La parábola del Fariseo y el Publicano, pretende hacernos entender de una vez por todas que, no somos nada ante Dios, sí, somos sus hijos, pero el pecado nos lleva a alejarnos de él. Aquí lo importante es acercarse a Dios, que siempre nos espera con los brazos abiertos, como está en la cruz, nos espera para aceptarnos tal y como somos, pero hay una cosa que Dios no soporta, los corazones soberbios, como el del Fariseo, que creía ser justo ante Dios porque vivía sujeto a leyes y preceptos de hombres, por el contrario el Publicano, sumiso en una profunda humildad, lo único que hacía era: golpearse el pecho diciendo, Dios apiádate de mí, que soy un pecador, bien, pues esta actitud hemos de imitar, no el hecho de andar golpeándonos el pecho delante de todos, para que nos vean y tal vez crean en esa falsa piedad, sino lo que debemos imitar es la humildad a la hora de orar. Toda la vida puede ser oración, es decir, diálogo constante con Dios. Cuando somos humildes somos capaces de perdonar con mayor facilidad a los demás, somos capaces de comprenderlos, ya que antes nosotros mismos hemos descubierto nuestra propia miseria. Luchemos por salir de nuestros templos justificados ante Dios, y que no se nos olvide nunca que: todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido, por Dios.

Dios ha reconciliado consigo al mundo, por medio de Cristo, y nos ha encomendado a nosotros el mensaje de la reconciliación (2Co 5,19).

P.A
García

lunes, 17 de octubre de 2016

Comentarios de Camino: (74)

Comentarios de Camino: (74)

San Josemaría Escrivá entre sus hijos espirituales
Camino 74:

Amar a Dios y no venerar al Sacerdote... no es posible.

 Hay quienes ven en el sacerdote a otro Cristo, pues dichosos esos ojos, porque hacen muy bien, sacerdos alter Christus est, el sacerdote es otro Cristo, pero no veamos esta aseveración con demasiada piedad, pues se nos puede venir el mundo encima cuando nos demos cuenta de que el sacerdote es un hombre normal, capaz de pecar.

Dice san Josemaría que: el sacerdote tiene todo el poder de Dios, pero toda la debilidad del hombre, es decir, su condición humana no escapa en salir a flote, aun siendo hombre de piedad, administrador de la gracia de Dios puede pecar, mas no debe pecar.

El sacerdote en la actualidad es alabado por unos, pero es mal visto por otros, de todo hay en la viña del Señor, sin embargo analicemos estas situaciones. Un sacerdote es en primer lugar un hombre normal, llamado por Dios al servicio de su pueblo, tiene una realidad personal, una historia pasada, viene de una familia, y tiene unas cualidades que no siempre deben ser las mejores, lo importante es que ha decidido renunciar a sí mismo para seguir a Cristo.

Las personas que ven con malos ojos a los sacerdotes, pueden estar juzgando una realidad que les estorba en su vida, a lo mejor la presencia sacerdotal les hace caer en cuenta de la necesidad que tienen de volver a Dios, también hay quienes han tenido malas experiencias con los sacerdotes y por eso juzgan a todos por igual, pero esto es injusto.  

Las Sagradas Escrituras nos enseñan que los sacerdotes merecen un respeto especial, no se les debe criticar, antes de hablar del sacerdote, debemos hablar con el sacerdote, ellos nos escucharán con humildad y si no lo hacen con mayor razón debemos hacerles ver los errores, pero siempre poniendo en oración y en las manos de Dios esa corrección fraterna que pretendemos hacer.

San Josemaría nos explica que es imposible amar a Dios y no amar al sacerdote, una cosa nos debe llevar a la otra, el amor a Dios también debe manifestarse en un amor especial por los sacerdotes, estar al pendiente de ellos, de su salud, de su bienestar.

Pero ¿por qué venerar a un cura? Que no se nos olvide nunca que un cura nos bautizó, un cura nos dio la Primera Comunión, un cura nos absuelve de los pecados, un cura nos confirmó, un cura nos bendijo el amor con el matrimonio, un cura no da la unción de los enfermos, un cura nos celebra la Santa Misa, que es el centro y culmen de la vida del cristiano, en todo esto podemos notar que el amor y la veneración a los sacerdotes parte de que su misión es hacernos crecer en la gracia de Dios, y ¿cómo no venerar las manos que nos dan de comer el alimento espiritual, la voz que nos lleva la Palabra de Dios, el hombre que nos santifica?

Señor que amándote a ti pueda también venerar a los sacerdotes, has que vea en ellos la obra de tu amor, que no peque al criticarlos, por el contrario que yo les ayude con mi oración. Señor danos sacerdotes. Señor danos sacerdotes santos. Señor danos muchos sacerdotes santos. Amén.

P.A
García

Comentarios de Camino: (573)

Comentarios de Camino (573)

Beato Pablo VI con San Josemaría Escrivá de Balaguer

Camino 573:

Gracias, Dios mío, por el amor al Papa que has puesto en mi corazón.

El autor de esta frase, San Josemaría, fue un sacerdote que siempre manifestó tener un gran amor por el Romano Pontífice, lo hacía público en sus tertulias, y en su vida ministerial se sabe que oraba siempre por las intenciones del Santo Padre, además tuvo una cercana amistad con algunos papas, no por conveniencia, sino porque reconocía que debía ayudarles en el servicio a la Iglesia. Muchas personas se acercan a otras que tienen poder para aprovecharse de ellas, otras lo hacen para ayudarles y serles útil en tantas cosas que les afanan, demostrándoles así un amor filial, este fue el caso de san Josemaría Escrivá de Balaguer.

 Pero qué pretende enseñarnos con esto. Preguntémonos brevemente ¿Qué es el Papa para los católicos? El Papa es (el que recibe la potestad de Pedro) el Papa es Pater et Pastor, Padre y Pastor, el Papa es el representante de Cristo en la tierra, es su Vicario. Por eso debemos amarlo y serle fiel en lo que el Espíritu Santo le ilumine para el bien de toda la cristiandad, o al menos del catolicismo, y esto es importante, la infalibilidad del Papa se fundamenta en que siempre actúa movido por el Espíritu Santo de Dios.

No podemos caer en el grave error de comparar a los Santos Padres, cosa que siempre sucede, pues “cuando hay santo nuevo, los viejos no hacen milagros”. Sucedió con mayor énfasis cuando Benedicto XVI dimitió del ministerio petrino, fue criticado por muchos católicos, personas que se dejaron llevar por la superficialidad y no llegaron al interior del pensamiento de un Papa santo.

De igual manera hay quienes critican al Santo Padre Francisco, y se comprende, porque nos encontramos ante un Papa que actúa según el Evangelio, es decir, haciendo nuevas todas las cosas, esto no quiere decir que el anterior Papa no lo hiciera, sino que cada quien pone al servicio de la Iglesia los dones que de Dios ha recibido.

No podemos hablar de Papas modernos o anticuados, o de Papas conservadores o progresistas, esto es un error, aunque muchos no lo vean así, pues la tarea de un Sumo Pontífice es precisamente conservar celosamente la fe cristiana, la tradición, el magisterio, todo iluminado por las Sagradas Escrituras y de igual manera progresar en la manera de llevar el mensaje, haciendo que éste llegue a todos y a todos convierta para el Señor.

Hay algo que si debemos tener bien claro, y es que, gracias a Dios, la Iglesia es universal, es decir, la conforman personas de diferentes pueblos, culturas, lenguas, es por eso que se evidencia una diferencia en la forma de gobernar el catolicismo de los papas, y esto es normal, porque de esta manera se explica la catolicidad del Cuerpo Místico de Cristo, que es la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana: santa porque su fundador es santo y nos llama a la santidad, católica, es decir, universal porque difunde el Evangelio a todos sin excluir a nadie, apostólica porque está fundada y cimentada sobre los doce apóstoles del Señor, en especial sobre Pedro, y romana porque tiene su sede en Roma, aunque en cualquier lugar del planeta se puede adorar a Dios y celebrar la liturgia católica.

Quien ama es porque ha conocido, y esto casi siempre lo repito, nadie ama lo que no conoce. Entonces nos queda una tarea, conocer al Papa para amarlo. Benedicto XVI y Francisco ha hecho todo lo que ha estado a su alcance por el bien de la Iglesia, debemos ser agradecidos con ellos antes que destruirlos con nuestros comentarios, incluso, me animo a decir que es pecado grave hablar mal de un Papa, o de un Obispo, o de un Sacerdote, porque la misión que ellos tienen no es cosa de hombres sino de Dios.

Ahora bien, permítanme escribir un humilde deseo que nace de mi amor al Papa. Cómo me gustaría que cuando fallezca el Santo Padre Benedicto XVI, en un corto plazo sea canonizado por la Iglesia y seguidamente sea declarado Doctor de la Iglesia. Cuando esto suceda, no me llamen profeta, más bien matemático, porque si analizamos el tema, se trata de una fórmula, en la que 2+2=4, es decir, Benedicto XVI reúne las características de un santo. Algunos dirán, ¡qué atrevido al decir esto! Pero yo no me preocupo, porque: vox populi, vox Dei, la voz del pueblo es la voz de Dios…

Que amemos al Papa, que recemos siempre por sus intenciones, que veamos en su persona a Dios que siempre nos acompaña. Papa San Juan Pablo II, ruega por nosotros. Amén.

P.A
García

sábado, 15 de octubre de 2016

Reflexión del Domingo XXIX del Tiempo Ordinario

DOMINGO XXIX

Monición de Entrada: Queridos hermanos, sean bienvenidos al Templo del Señor en este día domingo, tiempo en el que nos reunimos como una sola familia para celebrar el misterio de la fe. Hoy la Palabra nos hace tres invitaciones, dejarnos ayudar por nuestros hermanos, dejarnos educar por las Sagradas Escrituras y orar con insistencia. Que el Dios de Misericordia nos permita vivir esta Santa Misa con toda la disposición del alma y del cuerpo, y que su Palabra que es vida nos anime a seguir luchando por ser mejores cada día.

Monición Primera Lectura: (Éx 17, 8-13) La primera lectura, tomada del libro del Éxodo, nos enseña que para tener éxito en el camino de la vida, debemos confiarnos primeramente de Dios y luego si de las personas que él pone a nuestro lado para que sean nuestro apoyo. Moisés se dejó ayudar por sus hermanos y la victoria fue del pueblo entero. El bien que hacemos a una persona puede tener efectos no solo personales, sino también comunitarios. Las dificultades siempre se pueden superar, basta tener fe.

Monición Segunda Lectura: (2Tim 3, 14-4,2) El Apóstol Pablo, incasable predicador del Evangelio de la alegría, en su epístola a Timoteo, nos recuerda que es necesario permanecer firmes en la fe, que por medio de las Sagradas Escrituras podemos formarnos en la virtud de los hijos de Dios, y que para ser verdaderos discípulos del Señor resucitado necesitamos vivir la fe con insistencia, a tiempo y a destiempo, porque solo siendo perseverantes alcanzaremos la salvación que viene de Dios para todos los hombres, dada por amor.

Monición Santo Evangelio: (Lc 18, 1-8) El evangelista Lucas, en su capítulo dieciocho presenta una parábola del Señor, que viene a explicar lo que alcanza la perseverancia de aquel que tiene miseria. La insistencia de la viuda hizo que incluso un juez sin fe le hiciera justicia. Jesús nos manifiesta con su discurso que Dios, nuestro Padre, con mayor razón atenderá la súplica de sus hijos, de aquellos que sufren, solo una cosa es necesaria, orar, es decir, pedir con fe y con la confianza puesta en Dios que todo lo puede y que a nadie desampara.

P.A
García

lunes, 10 de octubre de 2016

Su Eminencia Monseñor Doctor Baltazar Enrique Cardenal Porras Cardozo, Arzobispo Metropolitano de Mérida.

CARDENAL BALTAZAR PORRAS 
Su Eminencia Monseñor Doctor Baltazar Enrique Cardenal Porras Cardozo, Arzobispo Metropolitano de Mérida.
       El día de hoy, Su Eminencia Reverendísima Monseñor Doctor Baltazar Enrique Cardenal Porras Cardozo, celebró con júbilo la Eucaristía de apertura del Año Académico (2016-2017) en nuestro Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida, además de estar celebrando su cumpleaños número 72, así como también su nombramiento como Cardenal por parte de Su Santidad el Papa Francisco el día 09 de octubre en el Angelus dominical en la Plaza de San Pedro.

Mons. Baltazar Porras nació en Caracas el 10 de octubre de 1944, fue ordenado sacerdote por el Siervo de Dios Monseñor Miguel Antonio Salas Salas el 30 de julio de 1967, recibió su consagración episcopal de manos del Cardenal José Alí Lebrún Moratinos, el 17 de septiembre de 1983, es el sexto Cardenal Venezolano en la historia de esta Iglesia y es el segundo caraqueño junto con Su Eminencia Monseñor Jorge Liberato Urosa Savino, Arzobispo de Caracas. Ahora Venezuela contará con dos Cardenales activos, que sin duda representarán a la Nación en la Iglesia Universal, ambos podrán participar en futuros Cónclaves para elegir al Sumo Pontífice de la Iglesia Católica.

En palabras de Su Eminencia Mons. Porras, recibe este nombramiento con mucha humildad y espera que sea propicio para lograr la paz en Venezuela. Expresó que el Papa Francisco al nombrarlo Cardenal le está haciendo un gran regalo a la Iglesia de Venezuela y en especial a la Ciudad de Mérida. En la homilía resaltó su amistad personal con el Sumo Pontífice y también su disposición para el trabajo que el Papa le quiera encomendar para el bien de toda la Iglesia, sobre todo ahora como Cardenal, es decir, fiel colaborador del Vicario de Cristo en la tierra.

De igual manera, el día de hoy, por decreto leído por el Vicario General de la Arquidiócesis de Mérida, el Pbro. Cándido Contreras,  estamos iniciando un Año Jubilar Arzobispal, que tiene como motivo principal los 50 años de Ordenación Sacerdotal de Mons. Porras y sus 25 años de Consagración Episcopal como Arzobispo de Mérida.

Mons. Porras es un gran defensor de los derechos humanos, incansable en la lucha por el bien común, Pastor cercano y bondadoso, Padre de todos y servidor desinteresado. Por su franqueza y defensa de la verdad ha tenido inconvenientes con el Gobierno de Venezuela, sin embargo, siempre se ha mantenido en alto, defendiendo a todos y denunciando las injusticias de un sistema inepto. Gracias a él, el ex presidente venezolano Hugo Chávez conservó la vida en el Golpe de Estado que sufrió en abril del 2002, cuando Monseñor Porras presidia la Conferencia Episcopal Venezolana.


En la Lectio Inauguralis, el Rector de este Seminario, Pbro. Alexander Rivera resaltó con un discuro honorable la labor pastoral de Mons. Porras como Arzobispo de Mérida. A este evento histórico asistieron gran número de sacerdotes del Clero Merideño, acompañando a su Pastor. Al finalizar la intervención del Padre Rector fue aplaudido su discurso por varios segundos, realmente fue una obra literaria a estilo de panegírico sobre la persona de Mons. Porras.  Felicidades a Su Eminencia Mons. Porras, de parte de los seminaristas de la Arquidiócesis de Mérida y de las demás Diócesis que hacen presencia en esta Casa de Formación Sacerdotal.  
Escudo del Cardenal Baltazar Porras



Cardenal Baltazar Porras con Mons. Juan de Dios Peña, Obispo de El Vigía, y sacerdotes merideños

Cardenal Baltazar Porras antes de iniciar la Eucaristía


Cardenal Baltazar Porras con el Obispo de El Vigía Mons Juan de Dios Peña

Cardenal Baltazar Porras en rueda de prensa

Antes de iniciar la Eucaristía Cardenal Baltazar Porras

Cardenal Baltazar Porras en la Eucaristía

Cardenal Baltazar Porras con su torta de cumpleaños 72

Su Eminencia Reverendísima Monseñor Baltazar Porras

Cardenal Baltazar Porras Cardozo, Arzobispo Metropolitano de Mérida

P.A
García

sábado, 1 de octubre de 2016

¿Qué es una Parroquia? Responde el Padre Germán Marín.

¿QUÉ ES UNA PARROQUIA?
Catedral de la Ciudad de El Vigía, estado Mérida

         La comunidad parroquial está integrada por todos los fieles que la habitan, la forman diversos grupos de apostolado, los que hacen labores como tal en el marco de la parroquia, pero son todos los fieles que abarca el área determinada canónicamente para constituirse en parroquia, inclusive, no son solo los que creen, o los que son católicos, uno tiene que ver como acercarnos a las demás personas, aunque no participen de nuestra fe uno tiene que abrir las puertas y el corazón para cada uno de ellos y eso puede ayudarlos a acercarse más a Dios.

         Es el lugar de encuentro con Dios, yo pienso que la comunidad de los fieles son el lugar que Dios nos regala para encontrarnos con Él, allí  descubrimos su rostro y también nos permite ser otros Cristo para ellos. Uno aprende, es una escuela, la parroquia y los fieles se convierten en nuestros maestros, es nuestra escuela, donde vamos aprendiendo día a día, porque no termina de aprender, la formación no acaba con una ordenación ni con que uno asuma una parroquia, está uno aprendiendo constantemente con ellos, es un aprender de la vida, en la humildad, en la sencillez, en los golpes que se recibe, inclusive en los errores que se cometen, en los que uno reflexiona y está llamado a levantarse, y rectificar.

         Entrevista realizada al Padre Germán Marín.

P.A
García