lunes, 17 de octubre de 2016

Comentarios de Camino: (573)

Comentarios de Camino (573)

Beato Pablo VI con San Josemaría Escrivá de Balaguer

Camino 573:

Gracias, Dios mío, por el amor al Papa que has puesto en mi corazón.

El autor de esta frase, San Josemaría, fue un sacerdote que siempre manifestó tener un gran amor por el Romano Pontífice, lo hacía público en sus tertulias, y en su vida ministerial se sabe que oraba siempre por las intenciones del Santo Padre, además tuvo una cercana amistad con algunos papas, no por conveniencia, sino porque reconocía que debía ayudarles en el servicio a la Iglesia. Muchas personas se acercan a otras que tienen poder para aprovecharse de ellas, otras lo hacen para ayudarles y serles útil en tantas cosas que les afanan, demostrándoles así un amor filial, este fue el caso de san Josemaría Escrivá de Balaguer.

 Pero qué pretende enseñarnos con esto. Preguntémonos brevemente ¿Qué es el Papa para los católicos? El Papa es (el que recibe la potestad de Pedro) el Papa es Pater et Pastor, Padre y Pastor, el Papa es el representante de Cristo en la tierra, es su Vicario. Por eso debemos amarlo y serle fiel en lo que el Espíritu Santo le ilumine para el bien de toda la cristiandad, o al menos del catolicismo, y esto es importante, la infalibilidad del Papa se fundamenta en que siempre actúa movido por el Espíritu Santo de Dios.

No podemos caer en el grave error de comparar a los Santos Padres, cosa que siempre sucede, pues “cuando hay santo nuevo, los viejos no hacen milagros”. Sucedió con mayor énfasis cuando Benedicto XVI dimitió del ministerio petrino, fue criticado por muchos católicos, personas que se dejaron llevar por la superficialidad y no llegaron al interior del pensamiento de un Papa santo.

De igual manera hay quienes critican al Santo Padre Francisco, y se comprende, porque nos encontramos ante un Papa que actúa según el Evangelio, es decir, haciendo nuevas todas las cosas, esto no quiere decir que el anterior Papa no lo hiciera, sino que cada quien pone al servicio de la Iglesia los dones que de Dios ha recibido.

No podemos hablar de Papas modernos o anticuados, o de Papas conservadores o progresistas, esto es un error, aunque muchos no lo vean así, pues la tarea de un Sumo Pontífice es precisamente conservar celosamente la fe cristiana, la tradición, el magisterio, todo iluminado por las Sagradas Escrituras y de igual manera progresar en la manera de llevar el mensaje, haciendo que éste llegue a todos y a todos convierta para el Señor.

Hay algo que si debemos tener bien claro, y es que, gracias a Dios, la Iglesia es universal, es decir, la conforman personas de diferentes pueblos, culturas, lenguas, es por eso que se evidencia una diferencia en la forma de gobernar el catolicismo de los papas, y esto es normal, porque de esta manera se explica la catolicidad del Cuerpo Místico de Cristo, que es la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana: santa porque su fundador es santo y nos llama a la santidad, católica, es decir, universal porque difunde el Evangelio a todos sin excluir a nadie, apostólica porque está fundada y cimentada sobre los doce apóstoles del Señor, en especial sobre Pedro, y romana porque tiene su sede en Roma, aunque en cualquier lugar del planeta se puede adorar a Dios y celebrar la liturgia católica.

Quien ama es porque ha conocido, y esto casi siempre lo repito, nadie ama lo que no conoce. Entonces nos queda una tarea, conocer al Papa para amarlo. Benedicto XVI y Francisco ha hecho todo lo que ha estado a su alcance por el bien de la Iglesia, debemos ser agradecidos con ellos antes que destruirlos con nuestros comentarios, incluso, me animo a decir que es pecado grave hablar mal de un Papa, o de un Obispo, o de un Sacerdote, porque la misión que ellos tienen no es cosa de hombres sino de Dios.

Ahora bien, permítanme escribir un humilde deseo que nace de mi amor al Papa. Cómo me gustaría que cuando fallezca el Santo Padre Benedicto XVI, en un corto plazo sea canonizado por la Iglesia y seguidamente sea declarado Doctor de la Iglesia. Cuando esto suceda, no me llamen profeta, más bien matemático, porque si analizamos el tema, se trata de una fórmula, en la que 2+2=4, es decir, Benedicto XVI reúne las características de un santo. Algunos dirán, ¡qué atrevido al decir esto! Pero yo no me preocupo, porque: vox populi, vox Dei, la voz del pueblo es la voz de Dios…

Que amemos al Papa, que recemos siempre por sus intenciones, que veamos en su persona a Dios que siempre nos acompaña. Papa San Juan Pablo II, ruega por nosotros. Amén.

P.A
García

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