Para
algunos es el tema del día a día, para otros un dolor de cabeza, pero para la
Iglesia Católica la oportunidad de evangelizar a la humanidad acerca de la
naturaleza del sexo, a través de las disquisiciones sobre la homosexualidad.
Analizaremos a continuación los numerales del Catecismo de la Iglesia Católica
referentes al tema de la Castidad y Homosexualidad (2357-2359), buscando
concretar la visión de la Iglesia sobre este tema.
¿Qué entiende
la Iglesia Católica por “homosexualidad”?
Para Gerard J. M. Van der Aardweg la
homosexualidad es el deseo erótico o
sexual hacia las personas del mismo sexo. Sin embargo, la conducta homosexual
no siempre se encuentra arraigada en este interés emocional e interno. Según
el consenso eclesial la homosexualidad es considerada como las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción
sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo, en este
sentido, se puede hablar de hombres homosexuales y mujeres homosexuales.
La Iglesia es consciente de que no hay un
único tipo de homosexualidad, pues es evidente que reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas,
tales como la pedofilia, la transexualidad, la gerontofilia, los incestuosos,
entre otros, además de esto, su origen
psíquico permanece en gran medida inexplicado.
¿La
Biblia aprueba las prácticas homosexuales?
El parecer de la Iglesia Católica sobre la
homosexualidad no es para nada un constructo particular, en este sentido, su
teología sobre la sexualidad se apoya y fundamenta en la Sagrada Escritura, que
presenta las prácticas homosexuales como depravaciones
graves, basta con ojear relatos como la destrucción de Sodoma, en Génesis
19, 1-29; el culto al cuerpo en Romanos 1, 24-27; los que no tendrán parte en
el Reino de Dios en 1 Corintios 6, 10; la ley está hecha para los malvados en 1
Timoteo 1, 10. La Tradición ha declarado
siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”. Desde
temprana reflexión, la Biblia precisa su postura sobre las aberraciones sexuales,
en este sentido, Levítico 20 aclara las sanciones que sobrevendrán para los que
atenten contra la pureza del cuerpo; en el versículo 13 deja claro que la homosexualidad
no agrada a Dios, y el que la comete es merecedor de la muerte.
¿Por
qué es considerada mala la práctica homosexual?
La Iglesia ha vislumbrado que los
comportamientos homosexuales son contrarios
a la ley natural, ya que cierran el
acto sexual al don de la vida y no
proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual, por lo que no pueden recibir aprobación en ningún caso.
Todo acto sexual está orientado a la propagación de la vida humana, por ende,
una relación homosexual atenta contra este principio y contra la vida. La fe
nos enseña que las relaciones sexuales simbolizan la meta de Dios Creador, como
un acto de amor con la maravillosa capacidad de co-crear nuevos seres.
La condición u orientación homosexual no es
mala, la actividad sexual entre homosexuales sí, pues atenta contra toda
moralidad. La condición homosexual no es pecado, en cuanto a que esta no fuese
libremente elegida.
¿Cómo
actúa la Iglesia Católica con los homosexuales?
Para nadie es un secreto el número considerable
de hombres y mujeres que presentan
tendencias homosexuales instintivas, sin distingos de raza, nación o credo.
Estas personas, evidentemente, no eligen
su condición homosexual, por lo que ésta
constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. La Iglesia sabe
que no puede rechazar ni discriminar a las personas con estas condiciones, por
el contrario, los recibe con respeto,
compasión y delicadeza, a la par que evita toda injusticia en el trato e
inconscientes segregaciones.
En la actualidad existen numerosas acciones
pastorales que enfocan su trabajo en la atención de personas homosexuales,
llevándolas a la heterosexualidad, herramienta que está siendo probada y que ha
dado frutos. La homosexualidad ha de considerarse como una neurosis sexual (Prof. Dr. Gerard J. M. Van der Aardweg, Psiquiatra.
Doctor en Filosofía, Holanda).
¿A qué
están invitados los homosexuales según la Iglesia Católica?
Reconociendo las posibilidades de superar los
traumas por esta condición, la Iglesia anima a estas personas a realizar la voluntad de Dios en su vida,
y en caso de que sean personas de fe, las invita a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden
encontrar a causa de su condición. Que cada quien cargue con su cruz y siga
al Señor.
¿Qué
pide Dios a los homosexuales?
Lo que para los hombres es imposible es
posible para Dios, por eso, las personas
homosexuales están llamadas a vivir
la castidad. Propiciando esta
vocación mediante virtudes de dominio de
sí mismo, que eduquen la libertad
interior, valiéndose también del apoyo
de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, ya que
así pueden y deben acercarse gradual y resueltamente
a la perfección cristiana. Como todos los hijos de Dios, los homosexuales
también están llamados a la santidad.
P.A
García
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