sábado, 1 de febrero de 2020

Cómo se entiende la homosexualidad en la Iglesia

 HOMO-SEXUAL

Para algunos es el tema del día a día, para otros un dolor de cabeza, pero para la Iglesia Católica la oportunidad de evangelizar a la humanidad acerca de la naturaleza del sexo, a través de las disquisiciones sobre la homosexualidad. Analizaremos a continuación los numerales del Catecismo de la Iglesia Católica referentes al tema de la Castidad y Homosexualidad (2357-2359), buscando concretar la visión de la Iglesia sobre este tema.

¿Qué entiende la Iglesia Católica por “homosexualidad”?

Para Gerard J. M. Van der Aardweg la homosexualidad es el deseo erótico o sexual hacia las personas del mismo sexo. Sin embargo, la conducta homosexual no siempre se encuentra arraigada en este interés emocional e interno. Según el consenso eclesial la homosexualidad es considerada como las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo, en este sentido, se puede hablar de hombres homosexuales y mujeres homosexuales.

La Iglesia es consciente de que no hay un único tipo de homosexualidad, pues es evidente que reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas, tales como la pedofilia, la transexualidad, la gerontofilia, los incestuosos, entre otros, además de esto, su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado.

¿La Biblia aprueba las prácticas homosexuales?

El parecer de la Iglesia Católica sobre la homosexualidad no es para nada un constructo particular, en este sentido, su teología sobre la sexualidad se apoya y fundamenta en la Sagrada Escritura, que presenta las prácticas homosexuales como depravaciones graves, basta con ojear relatos como la destrucción de Sodoma, en Génesis 19, 1-29; el culto al cuerpo en Romanos 1, 24-27; los que no tendrán parte en el Reino de Dios en 1 Corintios 6, 10; la ley está hecha para los malvados en 1 Timoteo 1, 10. La Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”. Desde temprana reflexión, la Biblia precisa su postura sobre las aberraciones sexuales, en este sentido, Levítico 20 aclara las sanciones que sobrevendrán para los que atenten contra la pureza del cuerpo; en el versículo 13 deja claro que la homosexualidad no agrada a Dios, y el que la comete es merecedor de la muerte.

¿Por qué es considerada mala la práctica homosexual?

La Iglesia ha vislumbrado que los comportamientos homosexuales son contrarios a la ley natural, ya que cierran el acto sexual al don de la vida y no proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual, por lo que no pueden recibir aprobación en ningún caso. Todo acto sexual está orientado a la propagación de la vida humana, por ende, una relación homosexual atenta contra este principio y contra la vida. La fe nos enseña que las relaciones sexuales simbolizan la meta de Dios Creador, como un acto de amor con la maravillosa capacidad de co-crear nuevos seres.

La condición u orientación homosexual no es mala, la actividad sexual entre homosexuales sí, pues atenta contra toda moralidad. La condición homosexual no es pecado, en cuanto a que esta no fuese libremente elegida.

¿Cómo actúa la Iglesia Católica con los homosexuales?

Para nadie es un secreto el número considerable de hombres y mujeres que presentan tendencias homosexuales instintivas, sin distingos de raza, nación o credo. Estas personas, evidentemente, no eligen su condición homosexual, por lo que ésta constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. La Iglesia sabe que no puede rechazar ni discriminar a las personas con estas condiciones, por el contrario, los recibe con respeto, compasión y delicadeza, a la par que evita toda injusticia en el trato e inconscientes segregaciones.

En la actualidad existen numerosas acciones pastorales que enfocan su trabajo en la atención de personas homosexuales, llevándolas a la heterosexualidad, herramienta que está siendo probada y que ha dado frutos. La homosexualidad ha de considerarse como una neurosis sexual (Prof. Dr. Gerard J. M. Van der Aardweg, Psiquiatra. Doctor en Filosofía, Holanda).

¿A qué están invitados los homosexuales según la Iglesia Católica?

Reconociendo las posibilidades de superar los traumas por esta condición, la Iglesia anima a estas personas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y en caso de que sean personas de fe, las invita a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición. Que cada quien cargue con su cruz y siga al Señor.

¿Qué pide Dios a los homosexuales?

Lo que para los hombres es imposible es posible para Dios, por eso, las personas homosexuales están llamadas a vivir la castidad. Propiciando esta vocación mediante virtudes de dominio de sí mismo, que eduquen la libertad interior, valiéndose también del apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, ya que así pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana. Como todos los hijos de Dios, los homosexuales también están llamados a la santidad.

P.A
García

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