viernes, 15 de enero de 2021

En el día del maestro en Venezuela: Jesús Maestro

MAGISTER



El 15 de enero se conmemora en Venezuela el “día del maestro”, en razón de haberse fundado por esta fecha en 1932 la “Sociedad de Maestros de Instrucción Primaria”. Hoy me gustaría compartir con ustedes una breve reflexión dedicada a todos los maestros venezolanos, teniendo como fundamento el Evangelio de San Mateo y la ejemplar figura de Nuestro Señor Jesucristo que fue llamado “Maestro” por muchos de sus seguidores y adversarios.

     Según el evangelio de Mateo, fue un escriba quien llamó por primera vez a Jesús con el título de “Maestro”, y lo hizo mientras se le acercaba para decirle que le seguiría adondequiera que él fuera (Mt 8,19). Los escribas fueron hombres doctos dentro del pueblo de Israel, ellos eran tenidos por maestros, pero sus obras no guardaban coherencia con sus palabras, por eso es curioso que el primero en reconocer el magisterio de Jesús haya sido un escriba. Se podría deducir que si un escriba llama Maestro a Jesús, es porque reconoce en él a un auténtico “Rabí”, de esos que enseñaban con palabras y obras, siendo esta una de las características principales de la pedagogía de Cristo.

Más adelante, son los fariseos, otro grupo de personajes importantes de la religión judía, quienes llaman Maestro a Jesús, pero en esta ocasión lo hacen reprochando una acción que para ellos era escandalosa. Mateo 9, 11 relata cómo los fariseos se dan cuenta que Jesús compartía la mesa con publicanos y pecadores, y dirigiéndose a los discípulos del Señor los cuestionan sobre esta actitud. En esta cita los fariseos no llaman directamente Maestro a Jesús, sino que preguntan a sus seguidores: “¿Por qué come vuestro maestro con los publicanos y pecadores?”, de este modo afirman indirectamente que Jesús es maestro únicamente de sus discípulos, para no reconocer el magisterio universal de Cristo y desligarse así de la supuesta acción escandalosa. 

     Jesús comía con todos para demostrar que no hacía distinción de personas. Un verdadero maestro se preocupa por enseñar  privilegiadamente a aquellos que más le necesitan, así como un médico está puesto para sanar a los enfermos. El corazón misericordioso de Jesús le llevó a romper los paradigmas de su época y dar un paso hacia el cambio de mentalidades, pues los que eran desechados por la sociedad ahora se convirtieron en los principales del Reino de los Cielos. De igual manera la pedagogía de la actualidad está prestando una especial atención a aquellos que se les dificulta el aprendizaje dentro del proceso cognoscitivo, esto ha permitido que más personas puedan superar sus propias dificultades y hayan conseguido su lugar en la sociedad. Técnicas como las de la Programación Neurolingüística (P.N.L.) han favorecido el autoconocimiento y crecimiento de las personas en pro del desarrollo de sus habilidades.

En las siguientes palabras de Jesús encontramos una gran máxima pedagógica, tan cierta como vigente en la actualidad. Mateo 10, 24-25 expresa: “No está el discípulo por encima del maestro, ni el siervo por encima de su amo. Ya le basta al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su amo”. El sentido pedagógico de esta frase debe entenderse en perspectiva al inmenso compromiso que tienen los maestros por ser auténticos ejemplos para sus alumnos, es por eso que un docente, no sólo ejerce su profesión dentro de un aula, sino que está invitado a ser ejemplo en todos los momentos y circunstancias de la cotidianeidad. Ciertamente que hay discípulos que superan a sus maestros, sin embargo, el sentido evangélico de la frase nos deja claro que nuestro único Maestro es Cristo y reconociéndonos creaturas suyas estamos siempre necesitados de él.

Hay otra ocasión en el evangelio de Mateo en la que se reconoce la gloria del magisterio de Cristo, y se nos dan otras características de la pedagogía divina, esto sucede cuando van a Jesús unos hombres para decirle: “Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas” (Mt 22,16). Jesús es un Maestro que enseña con franqueza, es decir, no anda con rodeos, sino que habla con sinceridad, movido por el deseo de ver mejorar a los demás. Jesús no mira la condición de las personas, él enseña a todos por igual, se preocupa por todos. Ciertamente que hay ocasiones en las que habla en privado a sus apóstoles, pero esto lo hace porque ellos seguirán su legado. La educación de nuestros días no debe mirar particularmente a las personas, pues todos tenemos derecho a una buena educación, sin embargo, en la administración de los Estados está la garantía de este derecho.

Las siguientes palabras de Mateo se han prestado para malas interpretaciones en la historia de la exégesis bíblica, pero a continuación trataremos de explicarlas en su sentido más aproximado: “Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “Rabí”, porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos” (Mt 23, 8). Estas palabras pronunciadas por Jesús deben comprenderse en el contexto real donde fueron dichas, y es que Jesús está denunciando cómo los escribas y fariseos se hacen llamar maestros pero sus obras no son coherentes con sus palabras, estos personajes decían una cosa y hacían otra, demostrando así que llevaban una doble vida, la de las palabras y la de las obras. En el magisterio de Cristo no es así, nuestro Señor es totalmente uno en palabras y obras, él enseña con el ejemplo, por eso aconseja que ninguno de sus seguidores se deje llamar maestro, pues sólo él es el verdadero Maestro.

Los maestros venezolanos, ahora más que nunca, tienen el grave llamado de ser personas de una sola pieza, dando ejemplo a sus alumnos y a la sociedad en general, porque ser coherentes con lo que enseñan y con lo que hacen es su mejor pedagogía. Todos sabemos que los más pequeños imitan las actitudes de los mayores, por eso, el mismo compromiso de los docentes lo tienen los padres y madres de los alumnos pero en mayor gravedad, pues, ciertamente, en estos tiempos de Pandemia, los pequeños de la casa han permanecido más tiempo con sus padres por razones del confinamiento social, siendo esto una oportunidad privilegiada para verlos crecer y educarlos con miras a un futuro por construir.

Finalmente, deseo abandonar el evangelio de Mateo para citar solo una frase del evangelio de Marcos, que por cierto es donde más veces conseguimos a Jesús enseñando. Apenas al iniciar Marcos su relato de la vida de Jesús, manifiesta la maravilla de ese Maestro de maestros: “Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas” (Mc 1, 21-22). Ya hemos visto el descrédito del que gozaban los escribas en tiempos de Jesús, pero ahora debemos poner atención en las consecuencias de la enseñanza de Cristo, y es que sus oyentes quedaban asombrados de su doctrina, porque lo que enseñaba lo hacía con autoridad. La única autoridad de Jesús es la de ser un hombre de una sola pieza, un predicador auténtico, un profeta coherente, un maestro ejemplar.

Sin duda alguna que es Jesús de Nazaret el mejor modelo de la docencia. Dios quiera y los maestros venezolanos y los de todo el mundo vean en nuestro Señor el prototipo del educador por excelencia. Cuando docentes y profesionales de la enseñanza imiten las características pedagógicas de Jesucristo, veremos buenos resultados en los alumnos, cada vez serán más y mejores los que quieran continuar con esta vocación educativa, porque detrás de un exitoso profesional, detrás de un buen ciudadano no hay uno, sino varios buenos maestros. Lo que somos es gracias a que alguien nos ha enseñado algo bueno en algún remoto momento de nuestra vida, porque nadie en este mundo nació aprendido.

     A todos los maestros en su día: Felicitaciones y muchas gracias.

P.A

García


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