jueves, 14 de enero de 2021

La plaza Bolívar de La Playa

PLAZA BOLÍVAR


En el poblamiento urbanístico de gran parte de la América ejecutado por los españoles, se idealizó la costumbre de proponer en el centro de las ciudades, rodeado por una Iglesia y edificaciones gubernamentales, un espacio ancho y abierto al que comúnmente llamaron “Plaza Mayor”, para distinguirla así de cualquier otro lugar parecido. Estos sitios estaban destinados -en principio- para el mercado sabatino y dominical, la celebración de ferias y fiestas, y en una época más tardía, para la ejecución de los enemigos de la Colonia. Una vez independizados de España, estas plazas en Venezuela fueron dedicadas en honor a Simón Bolívar.

A pesar de las razones anteriores, y siendo frecuente en nuestro país conseguir una “plaza Bolívar” en cada pueblo o ciudad, no es así en todas partes, y tampoco existen normativas concretas al respecto, sin embargo, lo que si se ha tomado como tradición es ubicar en las plazas de Parroquias Civiles un busto de Bolívar, en las de Municipios una estatua pedestre –Bolívar de pie-, y en las de Estados una ecuestre –Bolívar a caballo-.

Las plazas Bolívar son importantes y representativos espacios de cultura, civismo y buena convivencia, de ahí que sea propicia la intuitiva prohibición de ingerir bebidas alcohólicas en sus inmediaciones, tampoco montar en bicicleta o jugar algún deporte y hasta la vestimenta indecorosa, pues es un área de honor al Padre de la Patria. En el pueblo de La Playa recuerdo cómo los habitantes evitábamos pasar con bolsas de mercados u otros objetos justo en frente del busto de Bolívar, y también presencié en repetidas oportunidades cómo los agentes policiales evitaban que personas se sentaran debajo de la efigie del Libertador, mucho menos fumar o escupir chimó en ese sitio. En una oportunidad le llamaron la atención a un hombre que pasaba caminando sin camisa.

Los playenses tenemos una hermosa plaza Bolívar, espaciosa y fresca como ninguna otra y proporcionalmente más grande que la de Tovar y Bailadores. Al situarnos desde la perspectiva del busto del Libertador, y mirando a través de sus petrificados óculos, podemos especificar las edificaciones que la rodean: a la izquierda de Bolívar se encuentra el templo de la Parroquia San Vicente Ferrer y la Casa Cural; al frente de Bolívar, bajo su perenne mirada está el Comando Policial y la Prefectura de la Parroquia Civil “Dr. Gerónimo Maldonado” edificación inicialmente llamada “Casa Municipal Dr. Gerónimo Maldonado”, al lado de ésta se consigue la “Escuela de Labores” y la casa de habitación del Sr. Luis Méndez, seguida por la casona del fallecido don Héctor Mora, antiguo recinto de la “Escuela Federal Graduada Estado Falcón”, hoy en día destinado al comercio y residencia de la familia Mora Sánchez; a la derecha de Bolívar está el novedoso Centro Comercial “Lula Plaza” de Liborio Ramírez, seguido por otros comercios menores en la casa de Tito Berbesí; y detrás de Bolívar está el famoso Abasto “Las Quince Letras” de Raúl Parra, seguido de las casas de la familia Barillas, la del finado don Félix y la de doña Josefa.

Más de uno recuerda cómo era bellamente adornada nuestra plaza en épocas navideñas, con arcos de luces y motivos decembrinos, con renos de cabillas forrados de luces, campanas, bambalinas entre otras cosas; y cómo olvidarnos de los magníficos pesebres realizados por los mismos pobladores, de los cuales se distinguió durante muchos años el sr. Miguel Escalante y toda su familia, quienes transportaban materiales para la realización de una casa bien detallada dónde ubicar las imágenes de la Sagrada Familia de Nazaret, Jesús, María y José. Recordemos cómo los viandantes del Valle del Mocotíes paraban un momento al pasar por La Playa y aprovechaban para retratarse frente a la obra de arte.

La reseña histórica de la plaza Bolívar de La Playa se remonta a los años en los que don Desiderio Mora fungió como Presidente del Concejo Municipal de Bailadores. En su período gestionó la construcción de la plaza Bolívar de La Playa, obra que coronó su semblante de luchador social. En el trazado de la plaza se utilizó el terreno frente a la Iglesia, que estaba abandonado y el cual era usado por la juventud para recrearse con actividades lúdicas. Este terreno no era suficiente y por eso fue necesario adquirir por compra el área sembrada de caña de azúcar ubicado junto a la casa del presbítero Ramón Arellano, que permitió abrir la calle y anexarle una parte al terreno de la plaza, para tratar de darle la cuadratura debida, lo cual no fue posible, ya que la misma quedó ligeramente más larga hacia el frente de la Iglesia y angosta entre las calles laterales, tal y como está hoy en día.

     La construcción de esta plaza fue financiada con las rentas que se recaudaban en La Playa por concepto de sacrificio de reses, porcino y patente. En total doscientos bolívares mensuales. Con ese dinero se compró el cemento y se pagaba el jornal de Abelino “buche”, como albañil y a “Marracuco” Escalante como ayudante. El plano original, con los caminaderos, jardineras y área central para el pedestal, lo hizo don Desiderio Mora y él personalmente dirigió la construcción. El busto de Bolívar era de bronce y fue ubicado en 1953, como lo refería la base del mismo.

     Como dato curioso, la plaza Bolívar de La Playa y el templo de San Vicente Ferrer están simétricamente organizados, tal es así que desde el Altar Mayor de la Iglesia se puede seguir con la vista casi directamente hasta el busto de Bolívar y a su vez hasta la calle Principal. El actual templo de La Playa inició su construcción en el año 1879, es decir, casi 70 años antes de la construcción de la plaza Bolívar, por lo que podemos deducir fácilmente que los constructores de la misma quisieron planificarla en simetría con el templo, noble gesto de filial observancia a la Santa Iglesia Católica y no mera casualidad.

     En la actualidad nuestra plaza no presenta la belleza y esplendor del que gozó en épocas de otrora. Todo se ha deteriorado notablemente. La riqueza y variedad de las plantas ornamentales ha desaparecido. Las aceras y caminaderos están greteados por las raíces de los árboles. El busto de Bolívar actual es de menor estética que el anterior, hurtado el 8 de septiembrede 2017. Por razones de aprovechamiento de la Zona WiFi libre, la grama ha ido menguando. Los bancos no están en buenas condiciones. El iluminado por las noches es deficiente. La basura orgánica e inorgánica se suele acumular en la misma plaza, en grandes montones que dan mal aspecto a los jardines. Y quién sabe qué cosas más se puedan mejorar.


     Esperemos que algún día pueda remodelarse y embellecerse este espacio nuestro, que en La Playa es el único, puesto que no tenemos otros parques o plazas. Estoy seguro de que, al organizarse un trabajo comunitario, una vez superada la Pandemia, más de uno se uniría a colaborar con esta intención, porque en La Playa somos gente generosa y laboriosa, ya hemos superado complejos partidistas y comprendemos que lo que se hace por el pueblo nos beneficia a todos, aunque no hay que negar que la apatía sigue presente en algunos. Hace pocos años atrás han sembrado un par de pinos canadienses y palmas, seguramente serán el relevo de los árboles que por los años también han ido muriendo y precisan de reemplazo.

P.A

García


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