viernes, 23 de junio de 2017

Discurso de la Defensa de la Tesis Filosófica

Filosofía de la educación orientada desde la Paideia Divina en la obra “El Pedagogo” de Clemente de Alejandría


El pasado lunes 19 de junio defendí mi trabajo filosófico en el Salón de Audiovisuales del Seminario Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida, con la presencia del jurado: Pbro. Dr. Horacio Carrero, quien además era mi Tutor; Pbro. Lcdo. William Vázquez, Director de Estudios del Seminario; y la Lcda. Katiuska Márquez, Profesora de Metodología. También me acompañó en este momento tan importante mi familia y amigos.

Buenas tardes. El filósofo estudiado, Tito Flavio Clemente era ateniense, nació probablemente hacia el 150 de la era cristiana, recibe una primera formación pagana. Se traslada a la ciudad de Alejandría donde tiene por maestro a Panteno. Se formó en la Escuela Catequética de Alejandría, de la cual fue director. Por su formación pagana y cristiana, es uno de los primeros en tratar de conciliar la Fe y la Razón. De igual manera, por la destreza de sus escritos, en especial El Pedagogo, es considerado el primer Educador cristiano. Las persecuciones de Septimio Severo obligan a Clemente a huir a Capadocia, donde se estima que murió antes del 215.

En el primer capítulo se presentan los antecedentes, en los que se concreta que Homero inicia la actividad educadora en Grecia, con sus Doctrinas tradicionales y sagradas, de las que era el principal transmisor. Más adelante, Sócrates se constituye en Primer educador espiritual, considerado de esta manera porque su mayéutica e ironía resaltaban el valor de la personalidad humana. Por su parte, Platón, es quien se dedica propiamente a una Filosofía de la educación, siendo el objetivo de esta la Semejanza con la divinidad. Aristóteles, dedica sus esfuerzos por educar hacia el bien moral, y se preocupa por la Educación pública. En el pensamiento estoico se ubican la mayoría de similitudes con las doctrinas cristianas, lo que termina apuntando a que la educación es necesaria para lograr la felicidad.

Ahora bien, en el capítulo segundo es necesario precisar conceptos. Por un lado, Pedagogía para Clemente de Alejandría es “Lo que es propio del educando y del discípulo; a lo que compete al educador y al maestro; a la educación misma; y a las enseñanzas, como son los mandamientos”. Pedagogía para el Alejandrino sería entonces, el camino hacia Dios. Según Luzuriaga, la pedagogía estudia la educación tal como se presenta en la vida individual y social, y contesta a la pregunta: ¿qué es la educación? En el estudio de la pedagogía, Clemente es el primer humanista del cristianismo, puesto que la base de su ‘pedagogía’ descansa en la fe, lo que conducirá al hombre a la realización del ideal de la paideia griega, pero desde la perspectiva de las enseñanzas del Logos de Dios.

Se ha hecho mención de la paideia, pues bien, esto es un concepto griego que debe ser entendido como la: “Estructuración sistemática y por principios de la vida individual, de acuerdo con normas absolutas”, esto para la paideia griega, ahora, para Clemente la paideia divina “Indica rectamente el camino de la verdad que lleva a la contemplación de Dios, y también es el modelo de la conducta santa en una eterna perseverancia”, teniendo claro esto, ya se puede hablar de paideia divina.

La paideia divina en principio quiere ser: “Un método de educación cristiana y así participar de la vida incorruptible de Dios”. Clemente se da cuenta que “el movimiento de la dialéctica platónica es acercamiento a una meta ideal absoluta”, esta guarda intrínseca relación con el “asemejarse a Dios”. La determinación del fin y de los objetivos de la paideia divina, también se encuentra en el “objetivo estoico de una vida conforme a la naturaleza y a la recta razón”, ya que, Tanto el Estoicismo como el Epicureísmo eran teorías sobre cómo se podía ser feliz.

Es necesario conocer la concepción de hombre para la paideia divina, Clemente expresa que: Parece evidente que la pedagogía es, como su mismo nombre indica, la educación de los niños. Esos niños somos nosotros. De esta manera, el Alejandrino deja claro que ante el Logos los hombres son niños. Al ubicarse más adelante, Immanuel Kant piensa que “el hombre es la única criatura que ha de ser educada. Según esto, el hombre es niño pequeño, educando y estudiante”, aunque se expone en principio, el pensamiento de un filósofo posterior a Clemente, este guarda estrecha relación con el Alejandrino, en una doble característica. La primera es el considerar que el hombre es el único ser que debe educarse, y la segunda en definir al hombre como niño. Además de esto, para el Alejandrino, “El término «hombre» es común al varón y a la mujer”.

Clemente define al Pedagogo declarando la divinidad de este: “Es el Dios sin mancha bajo el aspecto de un hombre, el servidor de la voluntad del Padre, el Logos-Dios”. Y para ser más claro especifica: “Debemos decir ahora quién es nuestro Pedagogo. Se llama Jesús”.

Ahora, se especificará la acción pedagógica de El Pedagogo, que detalla la constitución del hombre como ser sobre el cual se aplica la paideia divina, y lo hace aclarando que “tres cosas hay en el hombre: costumbres, acciones y pasiones”, la educación del Logos requiere de una lucha contra esas pasiones. Para el pensamiento de Clemente el pecado mata al alma, y aclara que el Pedagogo considera “al pecado, un acto sin razón”, esto viene a explicar la misión del Logos-Pedagogo de separar el alma humana del pecado, que son las pasiones. Clemente no pone límites al campo donde se desarrolla la acción pedagógica del Pedagogo, por el contrario, dice que “cuida solícito de la criatura entera: cuida tanto del alma como del cuerpo”. El Pedagogo  dedica su tiempo en la educación del hombre, puesto que, como lo apunta Clemente, “Como Dios, perdona nuestros pecados; como hombre, nos educa para no caer en el pecado. Es natural que Dios ame al hombre, porque es su criatura”, con este apartado, Clemente da a conocer que es el amor lo que mueve al Logos-Pedagogo a educar al hombre. Pero, “¿qué es, pues, lo que desea y lo que promete el Pedagogo? Con sus obras y con sus palabras manda lo que debemos hacer, y prohíbe lo que debemos evitar”, de esta manera se constituye un punto referencial para toda pedagogía: enseñar con el ejemplo. Clemente  reconoce que en las Sagradas Escrituras se encuentra el plan pedagógico de Dios, ya que, como él mismo lo manifiesta: “la Escritura presenta al Pedagogo y describe su pedagogía con entera claridad”.

El Logos-Pedagogo educa a sus niños sin dejarles pasar el error, puesto que “el Logos no pasa por alto sus pecados, sino que se los echa en cara para que se conviertan, y esto lo hace porque ama al hombre, y es que con el Logos-Pedagogo, hay un cambio de perspectiva, ya no será el temor lo que incentiva la educación de los hombres, sino el amor. Clemente se pregunta: ¿Cuál es, pues, el estilo de la pedagogía del Logos? Y se responde: El Pedagogo de la humanidad, se sirve, con todas las fuerzas, de los numerosos recursos de su sabiduría. Dicho brevemente, el Señor hace con nosotros como nosotros hacemos con nuestros hijos. La corrección o castigo, según la perspectiva del Logos-Pedagogo, que actúa con amor y por amor, no será efectuada con maldad, porque “así es nuestro Pedagogo: justamente bueno”, y de esa manera actúa siempre.

En total hay once herramientas de corrección que emplea el Logos-Pedagogo, a saber: La amonestación es una censura afectuosa que despierta la atención de la mente. La represión es una censura de los actos malos, que dispone para el bien. El reproche es una censura que se hace a los negligentes o despreocupados. La reprimenda es un reproche severo, una censura contundente. La reprobación consiste en la pública acusación de los pecados. La reprensión es una amonestación que hace a uno más reflexivo. El regaño es una severa reprimenda. El improperio es una reprensión muy severa. La recriminación es una reprensión a los pecadores. La queja es una reprensión simulada; es un hábil recurso con el que procura también la salvación de forma velada. El vituperio es una reprensión a dejar en ridículo. En todas estas se reconoce la importancia de la corrección en el proceso pedagógico del Logos-Pedagogo.

En el capítulo tercero se concreta cómo, la paideia divina es un método que ilumina las pedagogías actuales, ya que el Logos-Pedagogo de la humanidad, se reconoce como único guía de la educación del hombre. Sin la iniciativa del Logos-Pedagogo, en ayudar a sus niños, sin ese amor y ‘solicitud’, sería imposible que el hombre se formase en una vida virtuosa. Clemente de Alejandría piensa que, mientras que el hombre se siga rigiendo por el mal, no será libre del todo, puesto que, la libertad en el hombre es fundamental para efectuar en él una acción pedagógica. Si un maestro pretende educar a sus alumnos, la mejor manera de hacerlo es enseñándoles con el ejemplo, no hay duda de esto.

Es momento de hacer algunas consideraciones finales sobre la filosofía de la educación. Al respecto, cuando John Dewey definió a la filosofía como ‘la teoría general de la educación’, quiso destacar que es en la educación donde la filosofía debe poner el acento. La concepción de Clemente sobre la ‘filosofía’ declara que “a la misma filosofía se la define como práctica de la recta razón”, pero además de esto, Clemente también está claro en las diferencias entre las filosofías existentes, pues, con este cometido otorga a Platón el título de “discípulo de la filosofía extranjera”, es decir, de la filosofía pagana, y en otro apartado afirma que “Platón, filósofo que buscó apasionadamente la verdad, denuncie la vida placentera, reavivando así la llama de la filosofía hebrea”, entonces para Clemente hay una filosofía pagana o extranjera, y una filosofía hebrea.

No se puede dar conclusión a esta síntesis filosófica sin rozar, si quiera, el tema de la educación en Venezuela, al respecto es necesario precisar que “si la educación es una verdadera y estratégica prioridad, es decisivo lograr que los mejores hijos de Venezuela sean educadores”. Para lograr este objetivo, de acrecentar la calidad y cantidad de los educadores en Venezuela, se hace evidente que “la clave de una buena educación es el educador que está: ‘Vocacionalmente motivado’ en cuanto a que considera noble la causa por la cual trabajará. ‘Preparado’ en cuanto a una excelencia en la formación. ‘Con iniciativas y creatividad’ en cuanto al dinamismo y reajuste de las exigencias de la actualidad. ‘Bien remunerado’ en cuanto al justo salario que merecen y, por último, ‘consciente de su valía social’ pues de otra manera no se destacará en su labor. Definitivamente “si el Logos no odia a ninguno de los seres que por él han sido hechos, consecuentemente los ama”, y porque los ama los educa, siempre aplicando la pedagogía divina con la práctica del amor y la libertad. Por ello Venezuela necesita amor en la educación de sus ciudadanos.

En conclusión, la paideia divina, estudiada a profundidad se constituye en un método que ilumina la pedagogía actual. El alma humana por naturaleza buscará encontrarse con Dios, pues bien, el objetivo de la paideia divina es este, asemejarse a Dios para llevar una vida feliz. También se pretende dejar claro que, la acción pedagógica va de la mano con la filosofía como ciencia, es más, si la filosofía no aporta nada a la educación de los hombres es infecunda, es decir, no cumple con su sentido más genuino, que no es otro que formar al hombre en el uso de la razón. Para Clemente, el hombre, a imitación de su Pedagogo divino, tiene libertad de decidir y de aceptar en sí mismo la educación del Logos, que es una educación en la libertad, mediante decisiones libres, es por eso que el Logos-Pedagogo de la humanidad se encarga primero de mostrar la felicidad futura a la que puede llegar el hombre si cumple, con lo establecido por los mandamientos de Dios. Todo lo que en este trabajo se ha dicho y argumentado, ha fundamentado la atrevida intención de presentar al Logos-Pedagogo, como único y verdadero Pedagogo de la humanidad. A los pedagogos humanos les queda entonces conocer e imitar al Logos-Pedagogo de Dios, y ser de este un instrumento.

“La religión es pedagogía, porque es aprendizaje  del servicio de Dios  y conducción al conocimiento de la verdad y educación recta que conduce al cielo”

Clemente de Alejandría.
Gracias por su atención.

P.A
García

1 comentario:

  1. Dios me lo Bendiga.Excelente ponencia, continua así en el camino que te has trazado; que el Espíritu Santo me lo siga iluminando. Enhorabuena.

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