sábado, 30 de junio de 2018

Evangelios Sinópticos y Hechos de los Apóstoles. Capítulo VII Dimensión Teológica evangelio de Mateo


         EL RECHAZO DE ISRAEL Y LA IGLESIA CRISTIANA


La lucha de cristianos y judíos se hace manifiesta en los escritos del Nuevo Testamento y Mateo no escapa de ello, sin embargo, debe aclararse que es Mateo un evangelio judeocristiano y que se presenta abierto a los gentiles. Una de las principales controversias se da cuando Mateo presenta a Jesús como el Mesías enviado para el pueblo de Israel, pues su genealogía lo vincula directamente con el rey David y por ende el descendiente esperado para liberar a las doce tribus. Mateo es consciente de que el Mesías que presenta está siendo rechazado por Israel, por lo que Jesús también les ataca al expresar de ellos como una generación adultera y malvada. Así como Jerusalén y todas las ciudades de la región rechazaron a Juan el Bautista, así mismo lo hicieron con Jesús, es por esto que el Señor plantea la profecía de que aquel Reino rechazado se dará a otro pueblo que dé frutos, ya se está hablando de la futura Iglesia cristiana. El rechazo de Israel a Jesús hace que para el lenguaje evangélico de Mateo sea lo mismo Israel y Judíos, término que se va tomando de manera despectiva. Como consecuencia del rechazo, hay un nuevo pueblo, conformado por los que aceptan a Jesús, tienen fe en él y cumplen sus enseñanzas, este pueblo está abierto a un universalismo que de ninguna manera excluye a los mismos judíos. La polémica antijudía se lleva a cabo en todo el evangelio de Mateo, hay frases duras en contra de los escribas y fariseos, sin embargo, para Mateo hay una continuidad entre Israel como pueblo y la Iglesia, ya que el evangelista usa la palabra ekklesia, traducción directa del arameo qahal, que refería a la asamblea religiosa del pueblo de Israel.

JESUCRISTO: la primera designación que se hace sobre Jesús en el evangelio de Mateo es la de Mesías, pero ésta viene de la perspectiva judeocristiana, ya que es nombrado también como el Hijo de David, es decir, legitima la misión mesiánica de Jesús de Nazaret. Lo que cobra mayor importancia en este apartado es llamar a Jesús como Hijo de Dios, y a lo largo del relato de Mateo se hace con insistencia esta designación divina de Jesús, que manifiesta su filiación divina al aceptar la muerte en la cruz como fiel cumplidor de la voluntad de su Padre. Mateo presenta a Jesús y su relación con su Padre de manera insistente, ya que éste es el sinóptico que más veces presenta a Jesús dirigiéndose a Dios como su Padre. El título “Señor” es también una constante en los personajes del evangelio para referirse a Jesús, siempre es utilizado con el mayor de los respetos, y comparable con el ho Kyrios del Antiguo Testamento. Mateo no tiene dudas de que Jesús es el “Dios con nosotros”, es por eso que Jesús, a partir de su nacimiento humano, es realmente el Dios presente en medio de la gente. Por último, Jesús hace sobre sí una auto designación, y es que se presenta como el Hijo del Hombre, esto ha traído serías reflexiones, pero lo que aquí nos interesa presentar es que se trata simplemente de una auto designación de Jesús, que por supuesto revela su poder y divinidad.

LA IGLESIA: en Mateo se encuentra la palabra ekklesia aplicada a la comunidad local y también a todo el pueblo nuevo de Jesús Mesías. Es Mateo el que plantea en su relato la promesa de Jesús de construir una Iglesia, y donde él está siempre presente. Para Mateo la Iglesia será la continuadora fiel de Jesús, de sus palabras y obras. Para los discípulos cabe la afirmación antropológica de hombres escogidos para estar cerca de Jesús, la misión es hacer discípulos a todas las gentes, y esto no es otra cosa que cristianizar el mundo. Ser discípulo es ser creyente en Jesús, guardar fe a sus palabras, esta fe se ve constantemente amenazada. En todo este panorama eclesial la figura de Pedro es de importancia, ya que, Mateo lo presenta como el primero en ser llamado y en confesar a Jesús como Mesías y Dios esperado, de igual manera hace mención de manera resaltada, lo errores y pecados de Pedro, que, según Mateo, son los que afectan a todos los cristianos. Pedro se constituye en portavoz de los discípulos, y a fin de cuentas es el prototipo de discípulo. Pedro es la piedra sobre la cual Cristo formó su comunidad, es el fundamento de la unidad e interprete autorizado de la enseñanza de Jesús. En medio de esta comunidad en torno a Jesús está la figura de escribas y profetas, al encontrarnos con ellos nos damos cuenta la diversidad de funciones de la Iglesia primitiva, los escribas (cristianos) se han hecho discípulos del Maestro y le entienden sus parábolas.

LAS OBRAS Y LA LEY: Mateo hace de la predicación de Jesús un énfasis en la moral. Todo lleva una consecuencia moral, hacer buenas obras, dar buenos frutos, practicar la justicia. La misma Iglesia está conformada por buenos y malos, en el contexto evangélico por buenos y malos. La Iglesia judeocristiana de Mateo se centra en el tema de la ley y su cumplimiento, es por eso que Jesús manifiesta una crítica a los fariseos y escribas, pues éstos hacen mal uso de la ley para tapar sus injusticias, y es a esta realidad a donde se dirige toda la crítica de Jesús para los “fieles cumplidores de la ley”. La nueva ley de Jesús será la misericordia con los pobres y necesitados, el mismo Cristo expresó que venía al mundo a levantar a los caídos, a dar libertad a los prisioneros, a sacar de la pobreza a los marginados y rechazados por aquella sociedad.

ESCATOLOGÍA Y VIGILANCIA: como ya se ha visto anteriormente, Jesús es el Mesías que volverá como Juez Universal, es por esto que Mateo reconoce que cada quien tendrá según sus obras. Se habla entonces de la parusía como segunda venida de Cristo. Mateo resalta la existencia de un juicio final, que será decisivo para los hombres. Mateo manifiesta que su comunidad no vive realmente en la espera inminente de la segunda venida del Señor, y al presentar la parábola del “administrador infiel” hace una exhortación a estar vigilantes.

P.A
García

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