LOS PADRES DE LA IGLESIA
RESUMIDOS
Atenágoras de Atenas
Compuso
entre el 176-180 una apología, Suplicatio
pro christianis, se presenta como fiel cristiano de Atenas. El tratado
sobre la resurrección se le atribuye. Los cristianos son perseguidos solo por
llevar ese nombre, a pesar de que nada malo hacen. Se les juzgaba no por un
delito, sino por un nombre. Contra los dioses paganos sin invenciones de
hombres, ha sido fabricado por hombres. Nuestra religión no se cifra en el
cuidado de discursos, sino en la demostración de obras.
Meritón de Sardes
Lo
poco que se sabe se debe a Eusebio de Cesarea. Meritón habría sido un célibe,
llevó una vida totalmente espiritual y fue sepultado en Sardes. Eusebio cita
una carta de Policrates, al obispo de Roma sobre la cuestión pascual. Escribe
una apología al emperador Marco Aurelio. Durante el reinado de Antonio Pío
estuvo activo. También estuvo en Oriente, donde tuvo contacto con los libros
del Antiguo Testamento. Hacia el 190, Meritón ya había muerto. Meritón junto
con Ireneo proclamaba a Cristo Dios y Hombre, declarando a temprana edad la
doble divinidad, que fue establecida definitivamente para el siglo IV.
Sus
obras se perdieron: la Apología, dirigida a Marco Aurelio, Sobre la Pascua,
Sobre la conducta en los profetas, Sobre la Iglesia, Sobre el domingo, Sobre la
fe del hombre, Sobre el Bautismo, Sobre la Verdad, Sobre la Fe. Sobre la Pascua
es realmente una homilía, escribe con un acento anti judío. Nos dice que la
pascua antigua es un anticipo de Cristo; todo el Antiguo Testamento es un
anticipo de Cristo. La ley se convirtió en logos, lo antiguo en nuevo, el
cordero se convierte en hijo, la oveja en hombre y el hombre en Dios.
Aristón de Pella
De
los Padres nicenos se sabe muy poco, solo conocemos algo de sus obras. Fue un
escritor judeo-cristiano del siglo II, en Pella, ciudad de Palestina. Se le
atribuye Diálogo entre Nasón y Papisco sobre Cristo, solo se conservan algunos
fragmentos. El diálogo sería una discusión entre un judío y un cristiano, hacia
el 140, primer vestigio del ámbito cristiano con carácter antijudío. Adriano
les prohibió a los judíos entrar a Jerusalén. Nasón era judío convertido al
cristianismo, Papisco era un judío de Alejandría. El diálogo concluía con la
petición del judío de ser bautizado. Esta obra se escribió en Alejandría,
tratando en el cumplimiento del Antiguo Testamento en la persona de Jesús.
Apolinario de Hierápolis
Obispo
de Frigia, Asia Menor, durante el reinado de Marco Aurelio. Claudio Apolinar.
Escribió una Apología dirigida a Marco Aurelio. Cinco libros contra los
griegos, dos sobre la Verdad, dos contra los judíos, contra la herejía del
montanismo, el cual era un movimiento herético fundado en el siglo II por
Montano, en Frigia, actual Turquía. Montano hacia el 156 empezó a profetizar la
voz del Espíritu Santo. Predicó por toda el Asía Menor, sosteniendo que el
Paráclito sólo hablaba en ellos. Predicó la segunda venida de Cristo de manera
inminente. Un alejamiento a la gracia no podía redimirse. Los discípulos fueron
instruidos para buscar la muerte. Los montanistas evitaban lo secular,
concentrándose en la venida de Cristo. Para el 177, los jerarcas de la Iglesia,
excomulgaron a los montanistas, así se convirtieron una secta, para el siglo
III en Cartago, Tertuliano abrazó esta predicación. Hacia el siglo VI, llegó al
culmen de su existencia, para finalmente desaparecer.
Desde
la antigüedad Apolinario será reconocido por haber condenado al montanismo y
también a los encratistas que seguían a un tal Severo.
Taciano
Apologista
del siglo II. Profesó la filosofía bárbara, es decir, la tradición bíblica.
Nacido en Siria, formado en la cultura helénica, luego en el cristianismo, en
el Discurso a los Griegos hace su presentación. Fue discípulo de Justino, al
igual que éste pasó por varias escuelas filosóficas para finalmente llegar al
cristianismo. Es amplio el espacio que le concede a la demonología, considerado
como el más bello y útil de todos sus escritos. Solamente el Discurso contra
los Griegos está completo en la actualidad.
Teófilo de Antioquía
Es
un autor de finales del siglo II. Escribió Ad Autolycum, en la cual habla
detalles de su vida. Era de la región próxima del Tigris al Éufrates. Fue
compuesto su escrito después del 180. Fue el sexto sucesor de los apóstoles en
la Iglesia de Antioquía. Teófilo escribió algunos libros de catequesis. Según
Eusebio escribió varios libros. De los tres libros a Autólyco, pagano, que
posee buena formación y no comprende ni acepta la creencia cristiana. Pierden a
quienes se adhieren a ellas, porque no se guían según el Verbo de la Verdad, lo
dice sobre las herejías. Según el pecado del primer Adán, piensa que lo que lo
perdió fue la desobediencia, no comer del fruto del árbol de la ciencia. Teófilo
defiende que el hombre fue creado por Dios, y aquel que conversaba con el
hombre en el jardín era el Verbo.
Carta a Diogneto
Esta
obra es de autor anónimo. Perteneció tal vez a los medios alejandrinos, puede
ubicarse a finales del siglo III. No se sabe quién es Diogneto, puede ser una
ficción, para escribir esta apología del cristianismo. Posiblemente fue
Cuadrato el autor de este texto. Fue conseguida en 1436 en Constantinopla,
formando parte de un manuscrito con la letra F, erróneamente atribuido a
Ireneo. “Habitan en sus propias patrias pero como extranjeros, participan en
todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjero, toda tierra lejana
le es patria, y toda patria les es extraña, ponen mesa común, pero no lecho,
viven en la carne, pero no vive como en la carne, se someten a las leyes
establecidas, pero en sus propias vidas superan las leyes, son llevados a la
muerte y con ello reciben la vida, son desconocidos, pero así son condenados,
son pobres pero les sirven a muchos, son insultados y ellos bendicen, hacen el
bien y son castigados como malvados, ante la pena de muerte se alegran como si
les dieran vida, lo que es el alma en el cuerpo, eso son los cristianos en el
mundo”
Ireneo de Lyon
Ireneo
no era francés, era oriental. En Lyon habla el griego se expresan en latín y
céltico. Muchos de los inmigrantes orientales llegados a Francia ya eran
cristianos, se habían convertido en Esmirna o Pérgamo. Para el 177 se cree de
un millar de cristianos para la época de Ireneo. Ireneo formaba parte de
presbiterio de Lyon, preocupado por proteger la fe y predicar el evangelio. Era
inteligente, prudente y equilibrado, con una capacidad de diálogo para
convertir y no para combatir. Ireneo va a ser defensor de la fe. Fue formado
por Policarpo de Esmirna, amigo de Ignacio de Antioquia, quien fuera discípulo
de san Juan Apóstol. Ireneo venía de Frigia o Esmirna, donde trató con
Policarpo. Ireneo tuvo que haber nacido hacia el 140 d.C. no sabemos por qué
abandonó el Asia Menor. De joven se convierte al cristianismo, parece haberse
detenido en Roma. Potino le ordena sacerdote en Lyon.
Ireneo
en Roma. En el momento de la persecución de Marco Aurelio a Lyon. Fue portador
de una carta de Lyon a Eleuterio, obispo de Roma. Ireneo era conciliador, se
consagra a la evangelización de la gente campesina de Francia. Escribió para
defender la integridad de la fe. Hacia el 190 concilia el interno de la
Iglesia, ante el Papa Víctor, “la unidad no consistía en la uniformidad”. Ireneo
murió hacia principios del siglo III (202, a.C.). Según san Jerónimo tiene el
título de mártir, pero se desconoce qué clase de martirio sufrió. Se extraña
que no tenga el título de Doctor de la Iglesia.
Ireneo
escritor. Tenía una formación clásica, conocía autores paganos. Desconfía de
este pensamiento. Sus escritos conservan un cierto sabor primitivo. Solo dos
libros nos han llegado de Ireneo, Adversus
Heresses (revelación y refutación de la falsa gnosis), Demostratio Predicationis Apostolicae. La gnosis es un esfuerzo de
comprensión de la fe.
Ireneo
combate el gnosticismo. La literatura gnóstica ha sido la primera literatura
teológica cristiana. Esta invade los libros apócrifos y la poesía. En 1945 en
Nag-hammadi se descubrió una biblioteca con muchas obras gnósticas. Marcos fue
un gnóstico peligroso, llegó a Lyon y confundió a los lyoneses, muchos cayeron
en la herejía, algunos volvieron al cristianismo.
Ireneo
hombre de la tradición. El obispo de Lyon (Ireneo) es la conciencia de la
Iglesia, transmitía algo recibido, no que había inventado. Frente a la
proliferación de las sectas, Ireneo predica la unidad de la fe. Ireneo como
persona se conoce por sus obras literarias, donde se presenta con un espíritu
justo y equilibrado, es un hombre honrado, respeta a sus adversarios. Refuta al
gnosticismo sin pasión ni agresividad. Sabe distinguir el hombre de su error,
Ireneo era un Pastor, vigilaba con ternura a sus ovejas. “No hay Dios sin
bondad”
Actualidad
teológica de Ireneo. Su pensamiento y todo el trabajo a nivel de análisis están
en vigencia. Frente a los gnósticos, Ireneo crea una teología de la historia,
los dos testamentos a las dos etapas de la humanidad, la ley nos prepara para
el evangelio. El antiguo testamento nos prepara para el cumplimiento de las
promesas. Ireneo desarrolla el plan de salvación, lo que lleva al hombre a la
realización de las promesas en Cristo, esto es la economía de la salvación, o
historia de la salvación. Cristo realiza el esbozo frustrado del primer hombre,
él es el nuevo Adán. Ireneo desarrolla una antropología donde se vuelve a
encontrar el hombre. Los gnósticos negaban la resurrección de los muertos,
Ireneo demuestra que el hombre participara en la resurrección, la comunión de
la carne con el espíritu, no la destrucción de la materia sino su
transfiguración. Ireneo elabora el principio de la tradición en la Iglesia. Esta tradición se apoya en la sucesión
ininterrumpida de los obispos, de los apóstoles y de la primacía de Pedro. Ningún
obispo de aquel tiempo fue tan influyente como Ireneo, se le considera como el
profeta de la teología de la historia. Ireneo es el maestro del diálogo
ecuménico, en la Iglesia hay unidad más no uniformidad. Ireneo es el profeta del
pasado y del porvenir. Más aún, es él el profeta del presente.
Tertuliano
Es
muy diferente a Ireneo, esto no será pacificador. En el siglo III la Iglesia
intensifica sus actividades y se expande. Cartago de convierte en el centro,
junto a Alejandría. La Iglesia alcanza a los medios cultos. El imperio romano
está perdiendo fuerzas y debe buscar culpables: los cristianos.
Conversión
de Quinto Séptimo Florencio Tertuliano.
Antes de finalizar el siglo II escribe el Apologeticum.
“La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”. Desde el
Derecho romano va a versar su apología.
Tertuliano
era de Cartago, su padre era militar pagano, quien le dio una educación en
derecho y oratoria. Era bilingüe, escribía en griego y en latín. Se perfeccionó
en Roma. Prefería África que todos los demás lugares. Llevó una juventud
acelerada. Cometió adulterio.
Como
hombre. No era ni tierno ni hombre de corazón, era polémico. San Jerónimo
afirma que fue sacerdote. Su aporte a la teología va por el camino del derecho,
por ello se centraba más en la disciplina, llegando al extremo. Es un hombre de
ideas y de convicciones, no tenía amigos y no suscita simpatías. Tertuliano, al
estabilizarse, se pasó al montanismo, y la mira como el país de sus sueños. Termina
creando su propio movimiento ajeno a la Iglesia. La moderación es la humildad
de saber, el que sabe de verdad tiene que ser moderado, cuidadoso, prudente. El
montanismo puso a Tertuliano en problemas. Tertuliano siempre estuvo dispuesto
a luchar.
Su
obra literaria es considerable. Él habla por sus libros. La palabra “contra” se
repite en muchos de sus libros: Contra los judíos, Contra Marción, Contra
Hermógenes, Contra los valentinianos, Contra Praxeas, Contra los Sínicos, y en
todos esto casos será en contra personas. Tertuliano fue el martillo de los
herejes del tiempo y de los judíos.
Como
apologista. Tiene una obra titulada El Apologético, donde no solo refutara las
acusaciones, sino que las devolverá contra los adversarios. En este hombre hay
crueldad, a sus adversarios los pisotea, los humilla, los ofende. Tertuliano se
manifiesta en esta obra, allí está cercano al sofisma, con cierta soberbia por
defender el cristianismo. El libro fue traducido al griego. Como sacerdote,
escribe los tratados sobre el bautismo, la penitencia, la oración y el tocador
de las mujeres, que ciertamente va en la perspectiva de la catequesis.
Como
montanista. El inquisidor extrema el rigorismo hasta prohibir las profesiones
de escultor, por estar unido a la idolatría. Condena a los que huyen de la
persecución. “desgraciadamente estoy siempre dominado por la fiebre de la
impaciencia”. Tertuliano tuvo una ancianidad solitaria. Reunió a su alrededor
unos fieles llamados tertulianistas. Su vida acabó en el silencio y casi que en
el olvido. Su obra marca al cristianismo en plena fermentación. Era de Cartago
y no de Roma, era del África que de sus mercenarios hace héroes. A pesar de ser
un polémico, hizo sus aportes al cristianismo. Murió en la herejía, separado de
la Iglesia.
Orígenes
Es
uno de los genios más poderosos, no solo de la Iglesia, sino del mundo. En la
antigüedad cristiana sólo Agustín se le puede comparar. Eusebio era un
admirador de Orígenes, fue su principal defensor. Orígenes venía de una familia
cristiana de mártires, y de dinero, cosa que le marca para toda la vida.
Muere
en torno al 153. No es considerado un Padre de la Iglesia, sino un escritor
eclesiástico, el único que se le puede comparar es Agustín. Es difícil
abarcarle en su totalidad, sus aportes son muy valiosos. No hay autor antiguo
del que estemos mejor informados que Orígenes, esto se lo debemos a Eusebio,
que fue uno de sus más entusiastas admiradores.
La
familia de Orígenes era cristiana, acomodada, su padre Leonídas murió mártir,
fue educado Orígenes en la perspectiva del martirio. Fue bautizado en su
juventud, recibió una excelente educación, admirando a su padre. Cuando
arrestan a su padre él le quiere seguir. Escribió a su padre para exhortarle a
la constancia, a los 17 años, (Exhortación sobre el martirio). Una familia de 7
hijos, Orígenes era el mayor, fueron acogidos por una familia influenciada por
el gnosticismo, lo que fue rechazado por Orígenes.
Estaba
rodeado por personas que se preparaban para el bautismo. Orígenes hizo el
sacrificio de su virilidad, se hizo voluntariamente eunuco por el Reino de
Dios. Paganos y herejes se agolpaban en sus clases. Orígenes se dedicó a
estudiar la filosofía. Orígenes confió los principiantes a otro maestro. Viajó
dando conferencias bíblicas en diferentes lugares. Tenía el conocimiento y la
destreza para enseñar las Sagradas Escrituras.
Abrió
una escuela en Cesarea. Enseñando y predicando todos los días, durante sus días
Cesarea era el lugar más intelectual de la cristiandad. En varias ocasiones
marchó a Arabia para resolver temas de teología. En su vida consideró el
martirio como una opción a sufrir por el Reino de Dios. Sufrió muchísimo en su
cuerpo, todo lo soportó. Sobrevivió, pero agotado murió en Cesarea, poco tiempo
después.
Su
obra no se puede enumerar, hay partes perdidas, en Egipto se siguen
consiguiendo fragmentos de su obra literaria. Una obra suya permaneció en
Cesarea hasta el siglo IV. La primera obra de la síntesis de la teología, “Los
Principios” es de Orígenes. La mayor parte de su obra está consagrada a la
exégesis. De más de 500 sermones, sólo un poco más de 200 se han conservado. Se
esfuerza por llegar a sentidos espirituales en medio de sus obras y
epistolario. Sus obras deben ser entendidas teniendo en cuenta que la Palabra
de Dios es el centro de su pensamiento, de su inspiración, de su vida. Para él
la Escritura no es un documento, sino una presencia, la persona de Jesús.
Busca
la presencia que se oculta y que debe descubrir. Para él, la Escritura es el
sacramento de la presencia de Dios en el mundo. Nadie en su época tenía su
formación exegética. Con el método alegórico busca profundizar para conocer lo
que transmite la Palabra.
El
método alegórico debe trabajarse desde la encarnación del Hijo de Dios. La
lectura orante de la Palabra encuentra sus orígenes en Orígenes. Lo más
importante para poder entender e interpretar es la oración. Demuestra a Jesús
una devoción viril y discreta, noble y apasionado. Tocar la Iglesia es tocar la
carne de Cristo, pensó Orígenes. Compara el bautismo con el contacto con el
mismo Cristo: “quisiera ser un hijo de la Iglesia, quisiera llevar el nombre de
Cristo, que mi espíritu como mis obras me den derecho a ser llamado cristiano”.
Su
caminar hacia Dios en un caminar hacia el centro de su ser. “Cada justo que
imita, en cuanto puede al Creador, es una réplica del Creador… nosotros somos
imágenes de Dios”. La asimilación a Cristo se hace progresivamente en el fuego,
que purifica a la víctima.
P.A
García
García
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