DEVOCIÓN CUATRICENTENARIA
A mediados del siglo XVII
en el barrio de Pachacamilla
los negros mandaron pintar
una venerable imagencilla
El motivo más conmovedor
fue ver a Jesús Crucificado
de aquella fiel devoción
que después todos propagaron
El sitio destinado a la imagen
fue un rústico y austero muro
del galpón donde se congregaban
los negros con deseo puro
Prepararon aquellos adobes
con sencilla capa de cal
donde después encontraron
la imagen a venerar
En el centro del motivo
el Señor Crucificado
a sus pies la Magdalena
y la Madre a su costado
fue el negro Pedro Dalcón
a quien también llaman Benito
en especial significación
Fueron pasando los años
y la pintura permaneció
soportando a la intemperie
la lluvia, el frío y calor
Aquella cofradía de negros
fue quedando en el olvido
el lugar de reuniones
y el Cristo allí bien asido
En un fuerte terremoto
que a Lima destruyó
el 13 de noviembre
el Cristo permaneció
Pero nadie puso cuidado
del prodigio allí ocurrido
el tiempo siguió pasando
y el Señor en el olvido
Más Dios sopló en la mente
de don Antonio de León
quien de nuevo se propuso
recuperar la devoción
Antonio un día caminaba
y se fijó en el Señor
quien parecía decirle
que le prestara atención
Lleno de fe y de piedad
aquel lugar vino a limpiar
procurando para flores y luces
de adobes un pequeño altar
Dios en agradecimiento
le salvó de un tumor maligno
segundo milagro efectuado
que corrió cual bello himno
Antonio muy convencido
divulgó el milagro obrado
y mucha gente le siguió
venerando al crucificado
Al Él acudían de noche
con el Salmo Miserere
acompañando con música
las plegarias de la plebe
Pero al Cura de San Marcelo
no le agradó aquella estampida
le molestaba la gente
que estaba allí reunida
Por eso decidió intervenir
apoyándose en autoridades
para la pintura destruir
y así acabar sus anales
Con el valor conseguido
fijaron fecha de ejecución
borrarían la bella imagen
sin ninguna discusión
Aquel cuatro de septiembre
fueron las autoridades
y al hallar gran gentío
tuvieron por malos a tales
Tal vez doscientas personas
agrupadas en torno a la imagen
cantaban con instrumentos
sin pretender les quitasen
La comisión demoledora
llegó en días posteriores
pretendiendo eliminar
la pintura y sus honores
Un grupo de curiosos
se acercó a presenciar
cómo un tal pintor fogoso
la pared quería picotear
Pero su mano inflexible
y su cuerpo sin motivo
se desprendió de lo alto
sin explicar lo ocurrido
Pensaron que era normal
un accidente cualquiera
pero después de recuperar
no pudo efectuar la quimera
Buscaron un segundo varón
que pudiera borrar la pintura
pero tampoco logró
ejecutar picadura
La gente al instante captó
que al no poder ellos dos
borrar la sagrada imagen
no era voluntad de Dios
Pero un tercer voluntario
animado por la paga
se ofreció a desmoronarlo
sin pensar lo que le esperaba
Ascendiendo a la escalera
vio al Cristo cómo cambiaba
sus colores se avivaron
su figura transfiguraba
No sufriente el testimonio
una lluvia muy densa caía
desistieron del propósito
prodigioso fue aquel día
El suceso bien se extendió
hasta el punto de solicitar
el traslado de la imagen
a la parroquia San Sebastián
En la fiesta de la cruz
se celebró la primera misa
frente a la imagen milagrosa
con piedad y sin prisa
La autoridad eclesiástica
procuró organización
nombrando un mayordomo
de la creciente devoción
Se aceleró la construcción
de la pequeña capilla
del Señor de los Milagros
en el barrio Pachacamilla
Fueron varios mayordomos
los que con fe actuaron
en pos de la iglesilla
que poco a poco lograron
El más notable de ellos
fue Sebastián de Antuñano
quien con presteza culminó
aquel templo deseado
Un segundo terremoto
animó a la feligresía
a sacar en procesión
al Señor con algarabía
Para ello bien se dispuso
una copia fiel en detalles
y el Señor de los Milagros
se trasladó por las calles
Desde aquel glorioso día
la fe se fue propagando
y Jesús Crucificado
milagros estuvo obrando
Esta es la historia limeña
de una imagen sin igual
que todo piadoso peruano
se dispone a venerar
Octubre es el mes morado
de singular piedad y honor
donde se exaltan agraciados
los Milagros del Señor
La información básica utilizada para realizar ésta breve historia del Señor de los Milagros se ubica en las páginas 233 al 236 del libro Cronistas de Convento y Cronistas Misioneros, de Francisco Carrillo, quien a su vez cita como lectura complementaria un texto tomado del libro Historia de la Iglesia en el Perú, tomo III, de Rubén Vargas Ugarte.
P.A
García
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