viernes, 15 de octubre de 2021

Breve historia del Señor de los Milagros del Perú

DEVOCIÓN CUATRICENTENARIA

A mediados del siglo XVII

en el barrio de Pachacamilla

los negros mandaron pintar

una venerable imagencilla

 

El motivo más conmovedor

fue ver a Jesús Crucificado

de aquella fiel devoción

que después todos propagaron

 

El sitio destinado a la imagen

fue un rústico y austero muro

del galpón donde se congregaban

los negros con deseo puro

 

Prepararon aquellos adobes

con sencilla capa de cal

donde después encontraron

la imagen a venerar

 

En el centro del motivo

el Señor Crucificado

a sus pies la Magdalena

y la Madre a su costado


 El autor de la pintura

fue el negro Pedro Dalcón

a quien también llaman Benito

en especial significación


Fueron pasando los años

y la pintura permaneció

soportando a la intemperie

la lluvia, el frío y calor

 

Aquella cofradía de negros

fue quedando en el olvido

el lugar de reuniones

y el Cristo allí bien asido

 

En un fuerte terremoto

que a Lima destruyó

el 13 de noviembre

el Cristo permaneció

 

Pero nadie puso cuidado

del prodigio allí ocurrido

el tiempo siguió pasando

y el Señor en el olvido

 

Más Dios sopló en la mente

de don Antonio de León

quien de nuevo se propuso

recuperar la devoción

 

Antonio un día caminaba

y se fijó en el Señor

quien parecía decirle

que le prestara atención

 

Lleno de fe y de piedad

aquel lugar vino a limpiar

procurando para flores y luces

de adobes un pequeño altar

 

Dios en agradecimiento

le salvó de un tumor maligno

segundo milagro efectuado

que corrió cual bello himno

 

Antonio muy convencido

divulgó el milagro obrado

y mucha gente le siguió

venerando al crucificado

 

Al Él acudían de noche

con el Salmo Miserere

acompañando con música

las plegarias de la plebe

 

Pero al Cura de San Marcelo

no le agradó aquella estampida

le molestaba la gente

que estaba allí reunida

 

Por eso decidió intervenir

apoyándose en autoridades

para la pintura destruir

y así acabar sus anales

 

Con el valor conseguido

fijaron fecha de ejecución

borrarían la bella imagen

sin ninguna discusión

 

Aquel cuatro de septiembre

fueron las autoridades

y al hallar gran gentío

tuvieron por malos a tales

 

Tal vez doscientas personas

agrupadas en torno a la imagen

cantaban con instrumentos

sin pretender les quitasen

 

La comisión demoledora

llegó en días posteriores

pretendiendo eliminar

la pintura y sus honores

 

Un grupo de curiosos

se acercó a presenciar

cómo un tal pintor fogoso

la pared quería picotear

 

Pero su mano inflexible

y su cuerpo sin motivo

se desprendió de lo alto

sin explicar lo ocurrido

 

Pensaron que era normal

un accidente cualquiera

pero después de recuperar

no pudo efectuar la quimera

 

Buscaron un segundo varón

que pudiera borrar la pintura

pero tampoco logró

ejecutar picadura

 

La gente al instante captó

que al no poder ellos dos

borrar la sagrada imagen

no era voluntad de Dios

 

Pero un tercer voluntario

animado por la paga

se ofreció a desmoronarlo

sin pensar lo que le esperaba

 

Ascendiendo a la escalera

vio al Cristo cómo cambiaba

sus colores se avivaron

su figura transfiguraba

 

No sufriente el testimonio

una lluvia muy densa caía

desistieron del propósito

prodigioso fue aquel día

 

El suceso bien se extendió

hasta el punto de solicitar

el traslado de la imagen

a la parroquia San Sebastián

 

En la fiesta de la cruz

se celebró la primera misa

frente a la imagen milagrosa

con piedad y sin prisa

 

La autoridad eclesiástica

procuró organización

nombrando un mayordomo

de la creciente devoción

 

Se aceleró la construcción

de la pequeña capilla

del Señor de los Milagros

en el barrio Pachacamilla

 

Fueron varios mayordomos

los que con fe actuaron

en pos de la iglesilla

que poco a poco lograron

 

El más notable de ellos

fue Sebastián de Antuñano

quien con presteza culminó

aquel templo deseado

 

Un segundo terremoto

animó a la feligresía

a sacar en procesión

al Señor con algarabía

 

Para ello bien se dispuso

una copia fiel en detalles

y el Señor de los Milagros

se trasladó por las calles

 

Desde aquel glorioso día

la fe se fue propagando

y Jesús Crucificado

milagros estuvo obrando

 

Esta es la historia limeña

de una imagen sin igual

que todo piadoso peruano

se dispone a venerar

 

Octubre es el mes morado

de singular piedad y honor

donde se exaltan agraciados

los Milagros del Señor

 

         La información básica utilizada para realizar ésta breve historia del Señor de los Milagros se ubica en las páginas 233 al 236 del libro Cronistas de Convento y Cronistas Misioneros, de Francisco Carrillo, quien a su vez cita como lectura complementaria un texto tomado del libro Historia de la Iglesia en el Perú, tomo III, de Rubén Vargas Ugarte.


P.A

García

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