jueves, 28 de octubre de 2021

Sobre un interesante artículo que leí en la web

LA BIBLIOTECA QUE NO TE CUPO EN LA MALETA


Con este mismo título se puede leer un interesante artículo crónica publicado el pasado 26 de octubre de 2021 en la página web cinco8.com, por el escritor José Gregorio Bello “comunicador social y diseñador editorial; entusiasta de la cultura pop”. En este artículo el autor presenta mi testimonio como migrante venezolano que dejó en casa su “biblioteca personal”, de ahí el título. También se mencionan otros dos singulares testimonios.

Luego de leer el maravilloso texto, estas fueron mis palabras de contestación para el autor, enviadas vía correo electrónico:

“Buenas tardes, José Gregorio. Ya leí el artículo. Me gustó muchísimo. Gracias por tomar en cuenta mi testimonio. Leí también los testimonios de las otras personas, es interesante saber que somos muchos los venezolanos que hemos salido y hemos dejado una biblioteca personal en casa, esperándonos... Es cierto que los libros deben estar en las manos de quienes los puedan leer, totalmente de acuerdo con esa aseveración, sin embargo, las bibliotecas personales, como la mía, contienen más que libros, tesoros, que sólo los dueños saben valorar. El tema del desapego con los libros es muy interesante también, porque se juega entre el límite de ser un lector aficionado o un bibliófilo. De seguro existen personas que sólo les interesa los libros para leerlos, ilustrarse y ya, tal vez devolverlos, venderlos o donarlos, pero, otros como yo preferimos mil veces tener el libro para más que leerlo poder conservarlo y tenerlo a la vista, siempre disponible incluso para posteriores relecturas. La experiencia de tener un libro en las manos no se compara con cualquier ejercicio de lectura que en la actualidad podríamos hacer desde cualquier medio tecnológico. Muchas gracias”.

José Gregorio me contestó con las siguientes palabras:

“Uy, totalmente de acuerdo con lo que dices. Creo que si reducimos todo a egoístas y desprendidos dejamos fuera de la conversación muchas cosas que involucran la relación de un lector con su libro, porque es suyo. En la adquisición hubo una intención. Me desperté pensando en si un libro es para siempre, como posesión no se sabe, quizá uno espera que sí. Lo cierto es que nadie nos quita lo leído. Gracias a ti”.

Finalmente le dirigí estas palabras conclusivas:

“Nosotros seguramente moriremos, pero nuestros libros no, los libros no mueren. En una biblioteca personal podemos conocer a su dueño, aun cuando éste no esté vivo. En los libros que hemos leído está una parte de nosotros. Por eso es que de los grandes personajes de la historia se especifican los libros que leyeron. Así como nadie se puede bañar dos veces en el mismo río, de igual manera nadie es el mismo luego de leer un libro”.

Los que deseen leer el artículo de José Gregorio Bello pueden acceder por este link: https://www.cinco8.com/periodismo/la-biblioteca-que-no-te-cupo-en-la-maleta/

P.A

García

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