miércoles, 15 de junio de 2016

Constitución Apostólica Fidei Depositum


EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

         El gran Concilio Vaticano II, que fue inaugurado por san Juan XXIII, se realizó con la intención de hacer presente la misión apostólica y pastoral de la Iglesia, así como explicar y conservar de mejor manera la doctrina cristiana y hacerla más accesible a todos los fieles. Los padres conciliares, en un largo lapso de cuatro años, elaboraron exposiciones doctrinales y directrices pastorales para el bienestar y provecha de la Iglesia Universal.

         El principal objetivo de éste singular Concilio fue, renovar de pensamiento, de actividad, de costumbres, de fuerza moral, de alegría y de esperanza a la gran comunidad de fe, estos han sido temas resaltantes.

         Por su parte, san Juan Pablo II, en el año 1985, convocó a una asamblea extraordinaria del Sínodo de los Obispos, con resultados valiosos como el deseo de que se redactara un Catecismo o compendio de toda la doctrina de la Iglesia, tanto de fe como de moral.

         La doctrina que se expresase en ese texto, el Catecismo, debía ser verdaderamente bíblica y litúrgica, dando a conocer una doctrina confiable y adaptada a la manera de vivir de los cristianos de la actualidad. El Catecismo de la Iglesia Católica, es producto de genuina colaboración y es el resultado de seis largos años de intensa labor intelectual.

         Para la redacción de este Catecismo se introdujo las siguientes observaciones y propuestas que diferentes teólogos, exégetas, catequistas y obispos del mundo, formularon en orden al perfeccionamiento del texto. En la elaboración del Catecismo se tomó en cuenta la consulta realizada a los obispos católicos, así como también a Conferencias Episcopales, a institutos de teología y de catequesis, reflejando de esta manera, la catolicidad de la Iglesia.

         Teniendo en cuenta que un catecismo debe brindar la enseñanza de la Sagrada Escritura, de la tradición de la Iglesia y del Magisterio, así como la bella herencia de espíritu de los Padres, santos y santas, de todo esto que nos hará posible el conocimiento del misterio de la fe, también debe ayudar a iluminar con la luz de la fe las constantes situaciones y problemas que en el pasado no se habían plateado.

          Para dar respuesta a la exigencia, éste Catecismo recoge el antiguo orden dado por el Catecismo de san Pío V, partiendo el texto en cuatro secciones las cuales son: el Credo, la Sagrada Liturgia, el obrar cristiano y la oración cristiana, pero de una vez el nuevo texto va expresando de manera actualizada, con el propósito firme de dar respuesta a los acontecimientos de nuestra época.

         El Catecismo expresa de la siguiente manera estos cuatro puntos: el misterio cristiano en primer lugar es el objetivo de la fe que constituye la primera parte del texto; es presenciado en las acciones litúrgicas constituyendo la segunda parte, la tercera sección es, que está presente para iluminar a los hijos de Dios y sostenerlos en el actuar y la cuarta parte, el padrenuestro, que es el fundamento en la oración.

         A modo de resumen, el Catecismo de la Iglesia Católica pretende enseñar toda la doctrina vivida por nuestro Señor Jesucristo, la cual es resumida en la Sagrada Escritura, específicamente en los cuatro Evangelios; así de igual manera se recibe la unidad del misterio de Dios, de su designio de salvación y el centro que es Cristo, el Hijo de Dios, enviado por el Padre y encarnado en el seno de la bienaventurada Virgen María.

         El Catecismo hace constar que Cristo está realmente presente entre nosotros, a través de los sacramentos. El sucesor de san Pedro Apóstol, que en la época de la publicación del Catecismo era san Juan Pablo II, aprobó el texto doctrinal, aportando gran riqueza a la Santa Iglesia Católica y a las diferentes Iglesias particulares que están en comunión con Roma.

         En la parte final de la Constitución Apostólica Fidei Depositum, el depósito de la fe, se pide a la Santísima Virgen María que sostenga con su poderosa intercesión el trabajo de la catequesis en este momento de la historia, en la que se llama a la Iglesia a hacer un nuevo esfuerzo de reevangelización.


P.A
García

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