DELINCUENCIA EN
VENEZUELA
Nuestro
país, Venezuela, rico en cultura, folklore y religiosidad se está viendo
azotado por el mayor de los enemigos de una sociedad, la delincuencia. Es
penoso ver cómo en las calles y avenidas de nuestras ciudades ya es imposible
transitar con tranquilidad, no se da un paso sin pensar en que al dar el
siguiente nos podrían estar robando sin piedad ni mucho menos disimulo.
Esta
actitud en Venezuela se hace presente en la mayoría de los casos en personas
jóvenes, y esto es lo más doloroso, pues la juventud de hoy ha de ser el pueblo
del mañana y si no se cuenta con jóvenes dedicados al estudio o a un trabajo
digno, no progresamos, no avanzamos y nos quedamos estancados en las promesas
de los que gobiernan y en el buen pensar de todos.
Es
necesario reconocer que los delitos que se cometen en Venezuela tienen sus
raíces en la notable corrupción en la que vive el sistema judicial y penal,
porque si se hace justicia con el que comete un delito, tal vez no habrá otro
que desee hacer lo mismo y pasar por un riguroso pero efectivo sistema
judicial, es decir, los miembros de los cuerpos de seguridad del Estado son
fácilmente manejables y de la falta de conciencia en estos funcionarios
públicos se aprueba el delinquir de un ciudadano que ha optado por eso tal vez
porque su entorno social no le es favorable para la justa adquisición de lo
necesario del día a día.
Sin
embargo, en consecuencia de la creciente modernización de la sociedad, se ha
despertado en las conciencias de las masas, el deseo y único propósito de
poseer artículos tecnológicos que no son muy fáciles de adquirir por el
venezolano promedio, se ha creado un común acuerdo, cual es obtener lo más
nuevo, lo más avanzado por la vía injusta, es decir, arrebatando de las manos
lo que los demás tienen y que yo también lo debo tener, porque la sociedad manipuladora
de almas me lo exige y sin ello no valgo nada, no soy nadie.
Concluyo
con las palabras que manifestaron los Obispos venezolanos en una Exhortación
Pastoral, en la que expresaban que en Venezuela hay crisis económica, crisis
social, pero también hay crisis de valores.
P.A
García
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