jueves, 9 de junio de 2016

Sacerdote ejemplar, vida santa.

EL CURA IDEAL
Don Pedro Legaria, sacerdote español, vida ejemplar de santidad sacerdotal
En lo personal afirmo que un buen sacerdote debe tener tres características  principales, en las cuales apoyarse para desempeñar su ministerio sacerdotal de manera santa y eficiente.

         Como primera característica planteo la espiritualidad, el sacerdote debe ser un hombre de Dios, de oración, que dedique tiempo al encuentro personal con Dios y que aprenda a conocerlo por medio de las Sagradas Escrituras. Un sacerdote debe consagrar toda su vida al servicio de Dios, pero cómo va a amar a alguien que no conoce, por eso el sacerdote debe cuidarse de hablar mucho de Dios, pero poco con Dios; la espiritualidad de un sacerdote ha de reflejarse en su manera de actuar, de hablar, de desenvolverse en medio de las realidades cotidianas.

         Como segunda característica expongo la disponibilidad, la que debe tenerse con prudencia, evitando ser manipulado por los demás; la disponibilidad sacerdotal se demuestra cuando es capaz de levantarse de la mesa para atender a quien se quiere reconciliar con Dios.

         La tercera característica sería el amor, que debe tener principalmente para con Dios, y de este modo pueda hacer las demás cosas con amor. De igual manera, los sacerdotes deben amar su vocación, su parroquia, su gente, sus colaboradores, sus opositores, sus obligaciones, el sacerdote debe hacer todo con amor, por amor y dando gloria al Amor verdadero. En resumen el sacerdote debe ser alter Christus, es decir, otro Cristo.

         El celibato es simplemente la opción que solo logran hacer los que son verdaderamente hombres, los que dominan su cuerpo y no se dejan llevar por los placeres pasajeros, el celibato es cerrar una ventana para abrir todas las puertas, en especial la puerta del corazón donde caben todos los hombres y mujeres, hijos de Dios.

         Un sacerdote ideal, es aquel que siempre porte su traje talar y sea piadoso, padre y pastor, es aquel que haga lo que tenga que hacer por el Reino y vea siempre la manera de ir más allá de los esquemas. Un sacerdote polémico, pero para bien, un sacerdote luchador social, amante de la Iglesia, del Papa, de María, de Cristo, de la Liturgia y de su gente a quien se debe.

         El sacerdote ideal es aquel que encuentra la plenitud del sacerdocio desde su condición de párroco, maestro, formador, aquel que se santifique santificando con el amor.

         Señor, eso quiero ser, un sacerdote sencillo, un cura de pueblo, un párroco entregado a la misión, un sacerdote amante de su vocación, un sacerdote santo.
P.A
García

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