Arquidiócesis de
Mérida recuerda 15 años de la glorificación del Siervo de Dios Mons. Miguel
Antonio Salas Salas cjm.
En una emotiva
celebración eucarística en la Catedral Basílica Menor de Mérida se recordó la
memoria del Siervo de Dios Miguel Antonio Salas. La ceremonia fue antecedida
por una procesión desde la Iglesia de Milla hasta la Catedral de esta ciudad.
En dicha peregrinación participó el Seminario de Mérida y miembros de los
diversos grupos de apostolado de las parroquias más cercanas. Se contó con la
presencia de un báculo y mitra que pertenecieron al primer obispo Eudista venezolano
Mons. Salas. La presencia del Obispo Auxiliar de Mérida Mons. Luis Enrique
Rojas encabezó la procesión y se rezó el Santo Rosario.
En la Catedral la
eucaristía se inició a las 5:00pm, fue presidida por Su Eminencia el Cardenal
Porras Cardozo, quien recordó la gran obra cristiana de Mons. Salas su tutor y
padre espiritual. El Vice Postulador de la Causa Pbro. Lcdo. Javier Muñoz
agradeció la presencia de la feligresía y animó a los presentes a rezar la
oración por la pronta beatificación del Siervo de Dios.
Al final se cantó el
responso por su eterno descanso, acto de fe que se acompaña con la certeza de
tener en el cielo a un intercesor.
Siervo de Dios
Mons. Miguel Antonio
Salas Salas
Señor Jesucristo, Pastor de Pastores, que otorgaste a Monseñor Miguel Antonio Salas un corazón de sacerdote y obispo con olor a oveja, en el que florecieron virtudes de humildad, entrega, fortaleza, amor al prójimo y a los más necesitados, te pido me concedas por su intercesión el favor que ahora imploro (…), así como la gracia de verlo glorificado para celebrar su vida y fama de santidad en toda la Iglesia. Te lo pedimos a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, y lo encomendamos a la protección de María Santísima. Amén.
Señor Jesucristo, Pastor de Pastores, que otorgaste a Monseñor Miguel Antonio Salas un corazón de sacerdote y obispo con olor a oveja, en el que florecieron virtudes de humildad, entrega, fortaleza, amor al prójimo y a los más necesitados, te pido me concedas por su intercesión el favor que ahora imploro (…), así como la gracia de verlo glorificado para celebrar su vida y fama de santidad en toda la Iglesia. Te lo pedimos a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, y lo encomendamos a la protección de María Santísima. Amén.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
P.A
García
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