LA
FORMACIÓN SACERDOTAL EN
VENEZUELA UN RETO
COMPROMETEDOR
Foto: Pbro. Pedro Moreno |
Seminarista
Jesús Rubio, Filosofía II
La
vida del hombre está enmarcada por una vocación, la cual varía según el lugar y
la persona, se nace para crecer, y ese crecer significa una superación, en
varios ámbitos. La persona va superando algunas entapas en su vida, y se va
encontrando con una gama de carreras, bienes, comodidades, etc, en fin, el
hombre nace y crece para poder superarse y ser alguien, poder vivir
cómodamente y lo más importante sentirse feliz con lo que hace y
realiza.
En
esta nota informativa, lo que se quiere dar a conocer es, qué es una vocación
sacerdotal y cómo nace la misma, cuales son los retos y desafíos con los
que se puede encontrar un seminarista y porque no, un miembro del equipo
formador, sabiendo que para ninguno de los dos es fácil, la tarea encomendada,
por ello se hace necesario que cada uno se deje conducir y guiar por la gracia del Santo
Espíritu de Dios.
Por
otro lado, tener la capacidad de analizar la verdadera situación, por la que
pasa nuestra Iglesia, sabiendo que nos rodea una crisis vista desde dos puntos
distintos; la primera una crisis vocacional, por una serie de factores
influyentes, y luego una crisis país; es así como nace la
gran pregunta, ¿Cómo responder en medio de esa crisis? Dejarse guiar por el amor del
Padre.
Seguir al Señor implica
dejarlo todo:
Por
ello, es necesario recordar las palabras de Evangelio de Mateo donde narra que,
“Muchos son los llamados y pocos los elegidos” (22:14), en el caso nuestro,
solo queremos hacer alusión al llamado sacerdotal, y es que el Señor toca
nuestra puerta, y nos llama a su encuentro, el encuentro con el Señor conlleva
dejarse moldear por su acción salvífica, luego dejarlo todo, y, ¿qué
es ese todo? Comodidades, familia, casa, dinero, vienes, amigos, etc,
una cantidad innumerable de factores que allí se hacen presentes.
Luego
de ser llamados, son destinados a trabajar en pos del Señor, anunciar la Buena
Nueva de su Reino, llevar esperanza al que sufre, dar su vida por aquellos
hermanos que se sienten explotados, solos y deprimidos, el sacerdote es un hombre tomado entre
los hombre y constituido a favor de los mismos, que siente padece y
sufre con el hermano que se encuentra a su lado.
La formación
Hemos
hablado de un llamado, ¡ojo!, pero
no olvidemos que cuando el Señor llama a sus discípulos los invita a la
montaña, primero a orar, y luego los enseña, los educa, y los envía,
Él los enseña para que, lo que hablen sea Palabra
de Dios, y no palabra propia. Formarse significa dejarse moldear por el
Espíritu Santo.
La
formación de los futuros candidatos al ministerio sacerdotal está enmarcada por
algunas normas, reglar y criterios, por las que lógicamente se debe de regir
cualquier institución, por ello, el sitio donde se forman estos, es el
seminario, allí se llega como piedra en bruto, y es aquí donde juegan
un papel importante los presbíteros, ya que son los encargados de formar a los
mismos, de trabajar con ellos, de moldearlos, de animarlos, de aconsejarlos, de
poner en práctica todas esas obras de piedad que en algún momentos adquirieron
en su formación.
Los
formadores juegan un papel esencial en la formación, son ellos los que ayudan
al candidato, a ver, con caridad esas cosas que no son buenas para el crecimiento
humano, van trabajando los dos en comunión con Cristo dueño de la vocación, cinco
dimensiones, que la Iglesia propone las cuales le ayudaran al mismo
hacerse muchas preguntas, y así poder deshacerse de aquello que en el camino no
es necesario para su enriquecimiento vocacional.
Crisis vocacional
En
algunos momentos se cree que la crisis es mala o es piedra de tropiezo en el
camino, pero no, todo lo contrario, la crisis ayuda a que el candidato, se
cuestione en torno a su vocación, le ayuda a pensar, indagar, profundizar, y
así poder comprender que en la vida, lo que se va realizando tiene que ir
orientado por la mente, para así madurar y discernir cada una de las decisiones
a tomar por parte del mismo candidato ya que él es el protagonista de su
formación, cada una de las decisiones a tomar deben de estar consultadas con el
Espíritu Santo.
Es
necesario recordar las palabras de Santa Teresa del Niño Jesús, la cual
aprendió a no tomar decisiones en tiempos de crisis, en tiempos fuertes, y
así como ella muchos más santos que se han desgastado por anunciar el Reino de
los cielos, ya que esto no es una tarea fácil, implica muchos sacrificios
y además mucha maduración por parte de la persona que se está configurando con
Cristo, pastor supremo.
Las
crisis vocacionales se solucionan con la ayuda del Señor el cual da el aliento
para poder continuar en el camino, y además es tan noble que coloca un director
espiritual, el cual ayuda a orientar nuestra vida hacia la presencia
del Señor. Cuando sientas que ya no puedes más, mira hacia atrás y observa todo
el recorrido que llevas. ¡Animo!
¿Formarse en Venezuela?
La
formación sacerdotal en Venezuela, los últimos años ha jugado un papel muy
importante, recordemos que los seminaristas son los sustitutos de los
sacerdotes mayores y esto es una cadena que no se rompe, unos salen
otros entran y así sucesivamente.
Venezuela
los últimos años ha pasado y sigue pasando por una situación precaria,
fuerte, desagradable, que acaba y frustra los sueños de muchas personas,
en especial de esos jóvenes que todos los días salen de sus casa con un bolso,
una maleta, etc, y cruzan la frontera de nuestra nación, en busca de nuevas
expectativas, nuevos horizontes, dejándolo todo como el mismo Jesús, en ellos
vemos a ese hermano que sufre con dolor, porque no puede superarse.
Son
muchos los jóvenes que en algún momentos han tenido que dejar el seminario, por
falta de dinero, por falta de medicamentos, o mejor dicho por alguna
enfermedad, ¿esto es justo?, ¡no lo es!, por ello cuando un
seminarista deja el aula de clases, estamos hablando de un sacerdote en
potencia que deja todo para poder ayudar en su hogar de distintas maneras.
La
formación en Venezuela va adjunta a muchos retos y desafíos que la misma
realidad presenta, y no solo es un reto para el seminarista
que decide aceptar el llamado del Señor diciendo ¡sí! Al mismo dueño de la mies, sino también para cada uno de los
miembros del equipo formador, teniendo en cuenta que el estar en un seminario a
ellos no les asegura nada, ya que los mismos realizan su trabajo sin ningún
interés. Pero como muchos de ellos lo expresan, que todo sea “Ad
gloriam Dei”, para la gloria de Dios.
Por
ello, a cada una de las personas que lean este apartado, no olviden orar
incesantemente por el aumento y perseverancia de las vocaciones hacia la vida
sacerdotal, religiosa y misionera, para que haya jóvenes dispuestos a donar su
vida desinteresadamente al servicio de los más necesitados.
Un reto que imprime
compromiso
Y
por qué un reto que imprime compromiso, esto ya tiene que ver un poco con los
que dirigen el seminario. Imprime un compromiso, porque no es cualquier cosa lo
que el obispo les encomienda, (equipo formador) es formar al futuro clero, es
formar a los futuros pastores, formar a los futuros obispos y porque no, al
futuro sucesos de Pedro.
Por
esta razón y muchas más, no es fácil estar en un seminario, los sacerdotes
tienen muchos compromisos, solventar el servicio de la casa, para que todo este
en su debido lugar y como es debidamente, buscar la comida, para que no falten
los alimentos necesarios, y los formandos puedan responder de la mejor manera. ¡Esto
no es fácil!
Y
el reto de formarse en Venezuela está en que, el joven termine todos sus
estudios y pueda recibir su debida ordenación, y no decida irse del país,
sino seguir luchando y viviendo con los hermanos que se encuentran solos y
desamparados, un reto que es un poco fuerte, porque, pareciese que no se
encuentra la salida necesaria de la crisis que se atraviesa como país, pero con
la compañía de María en la advocación de Coromoto, pronto brillara la luz para
Venezuela. ¡Animo!
“Señor danos Sacerdotes
según tu Corazón”
Seminarista
Jesús Rubio, Filosofía II.
todo reto... el seguimiento de Jesús en Venezuela...
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