BIBLIO-TECO-FILO-GÍA
En lo personal me gusta aseverar que un libro es una auténtica
obra de arte, ya que su técnica y presentación final ha ido evolucionando con
el correr del tiempo –como el arte mismo-, hasta el punto de precisar sus
partes dentro de un vasto universo que no es correctamente conocido por muchos;
por eso –en mi opinión- un libro ideal tendría la siguiente descripción:
“Formato a medio folio.
Su estructura externa conformada por cubierta acartonada y forrada de cuero a
la española pero con puntas a la holandesa, plano anterior con gofrado de lis,
lomo a media caña con 6 nervios engalanados con hierros dorados e intermedios
los florones, a un dedo de altura de la base el tejuelo con el título y siglas
del autor. Plano posterior sin gofrado. Cortes tintados al rubor, el delantero
a media caña. En su estructura interna las preliminares completas, guardas
decoradas y en la primera de ellas el ex libris centrado, un par de hojas de
cortesía de vitela, la segunda dedicada y refrendada por el autor, portadilla
simple, contraportada colorida con litografía clásica de la efigie del autor,
más que portada, un frontispicio de lo más elegante, con un centrado apoteósico
que exprese en mayúsculas: “Obras Completas”, seguido en el verso por la página
de derechos alineada hacia la izquierda, dedicatoria y agradecimiento de pocas
líneas, prefacio extenso enumerado con romanos, epígrafe breve preferentemente
de anónimo, prólogo de recto a verso, la tripa gruesa y sin pliegos intonsos,
conformada por varios apartados, ultimada por epílogo en sólo recto, anexos de
gráficas especiales para la edición, bibliografía minuciosa, índices temático,
de grabados y glosario de términos, fe de erratas por tradición y un colofón
triangular. Toda la obra protegida con camisa monocromática de solapas
informadas y faja ancha, para evitarles el deterioro”.
Si no has entendido casi nada de esta
sencilla descripción del “libro ideal”, es porque tal vez desconoces las minuciosas
partes de un libro, por eso, a continuación, trataré de explicarlas brevemente.
1. Formato: es la medida universalmente reconocida para considerar el
tamaño de un libro, por lo general, los libros están impresos y encuadernados
de manera que presenten una forma rectangular, en esto es clave el folio.
2. Folio: desde el medioevo, cuando se inició el arte de escribir
cartas o imprimir libros, se tomaba como medida estándar a los folios, que eran
los soportes más comunes para plasmar epístolas. De manera que medio folio hace
referencia a un folio doblado por mitad, consiguiéndose así la medida más común
de los libros. En la actualidad el tamaño de una hoja blanca A4 es un tanto
parecido al folio, tal vez un poco más pequeña.
3. Cubierta: el empastado o encuadernado de un libro está determinado por
su tipo de cubierta, que es la parte más externa del mismo. Las cubiertas son
también llamadas caras y cuando son duras o acartonadas se les llama tapas. A
los libros de tapas duras se les llama encuadernados a la española, los de tapas
blandas se les llama encuadernados a la romana o “rústica” y los libros de tapa
dura “a la española” que tienen bordes de metal en las puntas, para protegerlos
del deterioro, se les llama “puntas a la holandesa”.
4. Plano anterior: la cubierta de un libro también puede ser llamada plano, en
este caso se tendrían dos, el anterior y el posterior. Los libros de ediciones
elaboradas suelen tener gofrados, que son impresiones en alto relieve,
generalmente sin coloración, aunque también se hizo común el dorado y plateado
en estos grabados en cubierta. Grabado de lis hace referencia a la flor de lis,
símbolo universalmente conocido (una flor de tres pétalos, el central
totalmente erguido y los de los lados doblados hacia afuera).
5. Lomo: el lomo de un libro es la parte que agrupa las páginas y que
por lo general está a la vista en una biblioteca, cuando se organizan los
libros de manera que quepan en los estantes. Los lomos suelen contener alguna
información sobre el libro. Cuando se inició la encuadernación a la española de
los libros, al ser cocidas las hojas (a lo que se le llama códice), se formaban
unas notables venas o nervios, que finalmente fueron decorados por metales,
para darles fortaleza al libro y disimular los nervios.
6. Florones: son pequeños grabados dorados o en relieve que se plasman
sobre el lomo o las tapas de un libro. La diferencia entre un relieve o grabado
gofrado y los florones suele ser el tamaño, ya que los primeros ocupan lugares
centrales en las tapas por su tamaño, mientras que los segundos son usualmente
ubicados en el lomo, de tamaño menor, lógicamente.
7. Tejuelo: el tejuelo nació como principal etiqueta de identificación
de los libros. El tejuelo por lo general se ubica en la parte inferior del
lomo, y su objetivo es resumir la información del libro, pudiendo aparecer el
título de la obra, el nombre del autor, la editorial y hasta el año de
publicación. En la actualidad, algunas bibliotecas modernas cuyos textos están
debidamente catalogados, usan una etiqueta o tejuelo impreso al que se le llama
cota, cuya función es organizar los
libros por temas, autores o cualquier otra razón, esta organización sigue
patrones generalmente basados en el orden alfabético en el caso de las letras y
de menor a mayor en el caso de los números.
8. Cortes: los cortes son también llamados bordes, y es el margen de
todas las hojas del libro, que por lo general viene correctamente alineado por
las encuadernaciones con máquinas especializadas. Los libros antiguos tenían cortes en media caña, es decir, curvos o
semi curvos, guardando relación con el lomo. También fue común tintar, pintar,
sombrear o colorear los cortes para darle más valor a la edición e incluso
evitar el ensuciamiento de los mismos. El tintar con rojo (ruborizar) los cortes de los libros fue más de eclesiásticos que
de libros seculares, por ejemplo las biblias, misales, leccionarios,
breviarios, etc.
9. Preliminares: las preliminares son todas las hojas con contenido adicional
que forman parte del libro, pero que prescindiendo de ellas (a excepción de la
portada) el libro seguiría siendo útil y hasta más cómodo para la lectura. Las
preliminares se han ido añadiendo con el correr de los años, para darle más
protocolo y solemnidad a la impresión de obras literarias o científicas. Como
veremos, en la actualidad es imposible pensar un libro sin algunas de las
preliminares más importantes, tal como se explican más adelante.
10.
Guardas: en un
libro de empastado a la española, las primeras dos hojas –verso y recto- que se
encuentran son llamadas “guardas” así como las dos últimas, y tienen como
objeto sostener la cubierta del libro con el resto (la tripa). Las guardas
suelen ser de un tipo de hoja más duro, (cartulina) para evitar que la cubierta
y el cuerpo se separen con facilidad. Algunas guardas de libros son decoradas
con motivos religiosos (cruces), con flores, con logotipos de las imprentas o
cualquier otra figura agradable a la vista.
11.
Hojas de cortesía: las
hojas de cortesía son las hojas en blanco que se dejan libres (sin contenido)
precediendo a las guardas y antecediendo a la portadilla. En ediciones lujosas
se suele dejar mayor cantidad de hojas de cortesía, y es en ellas donde, por lo
general, los autores suelen dedicar y firmar sus libros a personas
particulares. De igual manera es recomendable que los sellos, firmas o marcas
de los propietarios de los libros, sean ubicadas en estas hojas de cortesía, ya
que de esta manera se evita alterar el libro con tintas que no le son
originales, evitando también que el valor del libro disminuya. En mi opinión,
ningún libro debería ser subrayado, resaltado o alterado con notas. Lo mejor
sería tomar apuntes en un cuaderno aparte, pero nunca subrayar, a no ser que el
libro sea personalísimo o de uso periódico. Las hojas de cortesía en vitela,
hace referencia a un tipo de pergamino de mayor valor por su finura y estética.
12.
Portadilla: luego
de las hojas de cortesía, se ubica una hoja llamada portadilla, siempre en el
recto de la hoja, en esta parte se pone el título de la obra y el nombre del
autor, a veces se copia el nombre completo del autor, cuando en la portada
aparece resumido o abreviado.
13.
Recto y verso: son
los nombres que se le dan a las dos caras de una hoja o página, el recto será
siempre la parte derecha, o de enumeración impar, y el verso será la parte
izquierda o de enumeración par, es así como la mayoría de páginas preliminares
o páginas de inicio de un capítulo, siempre aparecerán en el recto de la hoja,
no en el verso.
14.
Contraportada: siempre
en el verso de la portadilla se consigue la contraportada, la cual puede
albergar imágenes, por lo general una imagen referencial al tema en cuestión o
una foto del autor del libro.
15.
Portada: esta
es la hoja más importante de las preliminares. En la portada se ubica cuanta
información se pueda resumir del libro, es común conseguir: título de la obra,
subtítulos si los tiene, nombre del autor, nombre de la editorial, ciudad y año
en que es publicado el libro. Cuando la portada está decorada hermosamente, se
le puede llamar frontispicio o frontis, haciendo referencia a la majestuosa
entrada a un lugar especial.
16.
Página de derechos: de
uso más moderno, la página de derechos puede encontrarse en el verso de la
portada, ubicándose en esta parte todo lo referente a la legalidad de la
impresión, como el “número internacional normalizado del libro”, o ISBN por sus
siglas en inglés (International Standard
Book Number). Se ha hecho requisito de necesidad por la bibliotecología agregar
la llamada “ficha bibliográfica”, que facilita su catalogación en las diversas
bibliotecas que alberguen libros para consulta pública o privada.
17.
Dedicatoria: palabras
en las que se dedica la obra a una o varias personas o instituciones. Un libro
dedicado es prácticamente un homenaje del autor a quien ofrenda su producto
literario. De los agradecimientos que he leído, me gusta el de J.K. Rowling en
Harry Potter y la Piedra Filosofal: “Para
Jessica, a quien le gustan las historias, para Anne, a quien también le
gustaban, y para Di, que oyó ésta primero”. Otra dedicación interesante es
la que hace Antonine de Sanint-Exupéry en su libro El Principito, “a León Werth, cuando era niño”.
18.
Agradecimiento: por
lo general se agradece en un libro a las personas o instituciones que han hecho
posible la producción o publicación del texto. Mientras menos extenso el
agradecimiento como la dedicatoria, mucho mejor, más elegante.
19.
Prefacio: se
encarga la elaboración del prefacio a una persona fuera del grupo de autores o
autor del libro, esta persona debería ser experta en el tema del que trata la obra.
En los prefacios se encuentran panegíricos sobre el autor, su obra o sus obras,
los más extensos y valiosos abarcan varias páginas que suelen ser enumeradas
con números romanos, para diferenciarse así de la enumeración arábiga del resto
del libro.
20.
Epígrafe: brevísima
cita hecha de otro libro o autor, necesariamente que haga ilación natural con
el tema del libro. Epígrafes de autores anónimos da cierto mérito al libro.
21.
Prólogo: página
que resume o introduce a los lectores, realizado por el autor. El prólogo puede
llamarse también Resumen o Introducción, dependiendo de la función que
desempeñe.
22.
Tripa: la tripa es el cuerpo en
total del libro, el grueso de sus hojas, el libro sin su cubierta. Un libro de
tripa gruesa es un libro de muchas páginas, en formato de medio folio que
contenga más de 250 páginas como mínimo. En la tripa del libro se ubica todo el
desarrollo del texto, pudiendo ser fraccionado por capítulos o apartados, para
facilitar su lectura y comprensión., sobre todo si se trata de libros de
carácter científico.
23.
Epílogo: es el
resumen conclusivo del contenido del libro.
24.
Anexos: apartado final donde se
pueden agregar contenidos adicionales o de importancia para el tema general.
Los anexos más comunes son las imágenes cartográficas (mapas).
25.
Bibliografía: contiene
los datos de libros o autores citados para la elaboración del libro que se
publica, estos datos pueden ser: apellido y nombre del autor, año de la
publicación entre paréntesis, título de la obra en cursiva, número de tomo si
lo tiene, número de edición si la tiene, editorial, ciudad, país y número de la
página o páginas que han sido citadas en el texto.
26.
Índices: al
principio si es un libro de carácter científico, al final si es de tipo
literario. Los índices ayudan a ubicar a los lectores por temas o títulos.
Existen índices temáticos –los más genéricos-, índice de imágenes o gráficos,
glosario de términos, donde se aclaran palabras concretas que son de vital
importancia para la comprensión de la lectura.
27.
Fe de erratas: en
las primeras publicaciones de imprentas, por allá a finales del siglo XV, al ultimar
la impresión del texto se hacía una revisión o relectura del mismo, para
corroborar que todo estuviese en orden; cuando se encontraban errores, por lo
general de transcripción, se preparaba una hoja contenida de la “fe de
erratas”, es decir, una advertencia clara de los errores que se conseguirían en
el libro. Las erratas de un libro solían ser números de fechas, o letras de más
en palabras. La fe de erratas puede conseguirse cocida o agregada en la tripa
del libro, así como también de manera individual o suelta, simplemente entre
las hojas del libro, guardando un tamaño menor para no ser confundida.
28.
Colofón: es la
última página impresa de un libro, en el recto de esta hoja se consigue todo lo
referente a la impresión del texto, por lo general se narra el día y la fecha
donde se “terminó de imprimir” la obra, el taller o imprenta, ubicación exacta
entre otras cosas. Los libros de carácter eclesiásticos suelen mencionar el día
litúrgico en el que se terminó de imprimir la obra. Los colofones pueden ser
plasmados formando figuras geométricas, los más comunes son los círculos y los
triángulos.
29.
Camisa: la camisa de un libro,
también llamado sobrecubierta, es un protector principal de las cubiertas, lo
arropa en su totalidad, facilitándole la conservación de las cubiertas, sobre
todo cuando éstas contienen informaciones como la portada. Las camisas de
libros protegen la cubierta de ser ensuciada por las manos de los lectores, por
el sudor o por el contacto que tenga el libro con soportes sucios, también
garantiza que un gofrado dorado se mantenga más tiempo, pues estaría oculto a
la vista y tacto de los lectores.
30.
Faja: es una pieza de papel,
de menor proporción a la camisa. Las fajas pueden contener alguna información
sobre el libro, como el título y autor. Algunas fajas son comúnmente vistas en
libros nuevos, para garantizarle al comprador que dicho texto no ha sido
desempaquetado o abierto por otra persona antes que él.
31.
Solapa: las solapas son dos, la
principal y la final, son prolongaciones de la camisa o de la cubierta de un
libro, llegando casi hasta la mitad de las guardas, conteniendo a su vez algún
resumen del libro, en la principal, y algunos datos biográficos del autor, en
la final. En la encuadernación de libros actuales las solapas son tan anchas
que suelen ser usadas como marca páginas, sobre todo cuando la tripa del libro
no es muy gruesa.
Hasta aquí el tema de las partes del libro.
De seguro faltaron otras partes que yo desconozco. Si les sirvió la descripción,
me alegra; si estoy equivocado en algo, por favor me lo hacen saber.
Ah, con respecto al título del artículo: “BIBLIO-TECO-FILO-GÍA” es un término
inexistente en nuestra lengua castellana, pero que recoge dos que sí: el
primero bibliofilia, que es la pasión por los libros como piezas de arte
coleccionables, (un bibliófilo no es que no lea libros, sino que le interesa
más otros detalles del mismo), y el segundo es la bibliotecología, que es una
ciencia un poco más amplia en el estudio de las Bibliotecas en general.
P.A
García