lunes, 30 de enero de 2017

Un poco de teología no nos hace daño

PROCESO EN LA TERMINOLOGÍA SACRAMENTAL


Como lo manifiesta De Ghellinck, es a partir del siglo XII cuando se inicia la tarea de hacer una terminología sacramental, esto con la reflexión que se venía haciendo sobre el bautismo y la eucaristía, sin embargo, fueron los autores del siglo XIII quienes adquirieron una rigurosa tesis del sacramento y recalcaron los términos correspondientes a los diversos aspectos de la realidad sacramental, de entre ellos resalta la figura de Santo Tomás de Aquino. Por su parte, los teólogos del siglo XII pueden ser recordados por haber consagrado la noción de signo aplicada al sacramento, y la de causalidad para especificar la noción propia de signo sacramental.

En esta breve historia del nacimiento de la terminología sacramental se hace necesario resaltar la opinión de Hugo de San Víctor, quien, por ejemplo, aplicaba genéricamente el término sacramento a todo signo eclesial, y no tenía inconveniente en hablar de los sacramentos menores, equivalentes a los que actualmente llamamos sacramentales, en esto se puede reconocer que al principio no se tenía una clara concepción de lo que es realmente un sacramento, tal y como la conocemos hoy en día.

Con el bautismo, como se ha mencionado anteriormente, surgieron muchas discusiones teológicas, por ejemplo los teólogos se enfrentaron en la necesidad de precisar hasta qué punto quien era bautizado en una Iglesia cismática recibía el sacramento, y tratando de ofrecer una respuesta, la teología tuvo que distinguir entre el sacramento, que se recibe, y el efecto del sacramento, que no se recibe, a partir de entonces se precisaron los términos sacramentum y res sacramenti.

Para explicar sacramentum y res sacramenti es necesario ubicarnos en la escena evangélica del bautismo de san Juan y el de Cristo, reconociendo sus diferencias, y al respecto se tiene que en el primero, con la ablución del agua, se daba sólo el sacramento, y en el de Cristo, con la ablución del agua, es decir, con el sacramento, se otorga también el efecto, al que Hugo comenzó a llamar res sacramenti. Adentrándose en la explicación de sacramentum y res sacramenti, se puede añadir que en cuanto al signo o a la forma externa, el bautismo de Juan y el de Cristo fueron iguales, pero no en cuanto al efecto, porque en el de Juan sólo hubo sacramento, pero no remisión de los pecados, y en el de Cristo hubo sacramento y virtud del sacramento, que consiste en la remisión de los pecados. Con Hugo de San Víctor se tiene que lo exterior, lo material del signo, es el sacramentum, y que lo interior, lo invisible y espiritual, es la res sacramenti o la virtud del sacramento.

En este discurrir sobre la terminología sacramental, se encuentra también el espacio para hablar de los conceptos materia y forma, que vienen a formar parte de un lenguaje sacramental en formación, al respecto, después de varias opiniones expertas, es Santo Tomás de Aquino el que logra representar sintéticamente una concepción de estos conceptos respeto de los sacramentos; santo Tomás viene a resumir que las palabras se han tomar como la forma de los sacramentos y las cosas como la materia de los mismos.

La Iglesia Católica en su desarrollo institucional no siempre ha tenido una unicidad en la manera de ver y explicar las gracias que Dios derrama sobre su pueblo, sin embargo, con la ayuda de los santos y de los grandes teólogos  y pesadores, (tales como Hugo de San Víctor, Pedro Lombardo, Tomás de Aquino, Agustín de Hipona) se ha logrado unificar todas las opiniones que al respecto se han dado, es por eso que, el estudio de esta época escolástica juega un papel fundamental en la comprensión de una terminología sacramental, que, como se ha visto, no surgió momentáneamente, sino que fue creciendo y enriqueciéndose con el aporte de todos, y por supuesto, con la luz del Espíritu Santo que siempre ha guiado a la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo.

P.A
García

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