lunes, 28 de junio de 2021

Chat con un lector que ahora es un amigo


WHATSAPP


Las redes sociales son una auténtica bendición cuando se hace buen uso de ellas, pero de lo contrario, el mal uso las convierte en una evidente maldición. Desde cualquier punto de vista debe considerarse la valoración de las mismas, o nos hace mucho bien o nos hace mucho mal, pero nivel medio no existe, lamentablemente.

El domingo 27 de junio de 2021 recibí un mensaje en mi WhatsApp, el remitente era un número no registrado. La conversación se tornó tan interesante que ahora la transcribo aquí, no toda peros sí gran parte, para el disfrute de todos. En cursiva se presenta el texto escrito por el remitente desconocido, que ahora ya tiene nombre y apellido, y en negrita (menor presencia) mis respuestas en toda la conversación. El texto es totalmente confidencial, por lo que les aclaro desde un principio, que esto quede aquí entre nos…

¡Hola Pedro! Espero que estés bien. Soy Miguel Eduardo, aquel muchacho que orientaste una vez sobre el seminario. Siempre sigo y leo tus escritos en tu blog y me gustan mucho, te felicito. Siempre son lecturas interesantes, agradables y muchas veces le enseñan a uno muchas cosas. Gracias por escribir allí.

Desde hace mucho tiempo quise darte un obsequio, pero no sabía cómo comunicarme contigo, hasta que colocaste tu teléfono en el blog. Yo no tenía teléfono, ahorita es que vengo teniendo. Por lo que he leído en tu blog sé que ya no estás en Venezuela, y pensé... ¿y ahora cómo le doy el regalo?...

Y pensé que quizás podría dárselo a otra persona en tu nombre...

El obsequio es un libro sobre el sacerdocio, un rosario, una imagen de la Virgen María y otros detalles sobre la Fe.

¿Querrías que en tu nombre se lo diera a otro seminarista amigo tuyo? Yo no me quisiera quedar con tu regalo... Ahora, si hay una forma de hacértelo llegar pues perfecto, este es mi número de teléfono, si quieres guárdalo. Yo quedo a la orden, y te deseo lo mejor en aquellas tierras peruanas, que Dios y la Virgen siempre te Bendigan y Protejan.

Buenos días Miguel Eduardo. ¿De dónde me escribe? Quisiera primero recordarlo.

Yo fui el que una vez fue al seminario de Mérida pidiendo orientación sobre cómo se ingresaba, cómo era la experiencia y cómo funcionaba el seminario. Yo fui con mi mamá y fuiste tú el que nos recibiste y nos hablaste sobre todo eso. Al final nos diste tu número para avisarnos sobre encuentros y experiencias vocacionales para discernir si el sacerdocio era o no mi vocación, e ir conociendo cómo sería más o menos la experiencia. Chateamos unas cuantas veces por WhatsApp y yo conocí tu blog. Luego el contacto se perdió y como colocaste tu nuevo número en el blog pues puedo ahorita escribirte. ¿Sí te acordarás de mí o no?

Bueno, ahora mismo no lo recuerdo, discúlpeme usted, pero estoy seguro de que dicho encuentro haya sucedido. Eso fue hace varios años atrás, e imagino. Voy a guardar su contacto, por favor indíqueme su apellido.

No te preocupes... Sí, fue hace tiempo ya, exactamente qué año no recuerdo, pero fue antes del 2020. Eso fue una tarde y recuerdo que estuvimos hablando como en una sala que tiene el seminario cerca de la entrada. Agradezco mucho tu orientación porque también me diste tu recomendación personal y me pareció muy chévere de tu parte. Mi nombre es Miguel Eduardo Marval Sierra.

Qué bien. ¿Y a qué se dedica ahora mismo?

En aquellos tiempos yo estaba en bachillerato, hoy día gracias a Dios ya lo terminé. Actualmente no me encuentro haciendo algo formalmente, estoy estudiando inglés por una app y quiero tener un emprendimiento con mi mamá, pero no hemos comenzado por lo de la pandemia...

Lo que más deseo ahorita es que la pandemia termine pronto y poder emigrar a otro país, porque la situación de Venezuela está complicada y la vida aquí es difícil.

Ah, ya comprendo. Usted estudió el bachillerato en Mérida.

Sí en el Colegio Arzobispo Silva.

La vez que usted fue al seminario, ¿había otro joven en la puerta o estaba yo encargado? Ok, ya estoy haciendo memoria. ¿El libro sobre el sacerdocio lo leyó?

La cuestión es que un día estábamos en la Catedral mi mamá y yo, y ella vio a un seminarista y él le dio su teléfono, eso para orientarnos sobre el seminario y cómo funcionaba. Ella y yo fuimos un día al seminario y ella lo llamó, si mal no recuerdo él salió a encontrarnos y nos hizo pasar pero luego nos hizo sentar en esa sala que te conté y ahí llegaste tú y tu fuiste el que nos orientaste y todo eso. Así que creo que tú no estabas en la puerta...

Ah. Sí. De seguro fue así. En esa época yo estaba de pastoral vocacional. Creo que el seminarista que me llamó aquella vez era uno jovencito de primero de filosofía, él ahora está en la comunidad de los padres Carmelitas. Ya estoy recordando.

Sí (el libro sobre el sacerdocio) yo lo leí, lo compré en la librería San Pablo de aquí. El libro se llama El Sacerdocio es... Es de un formato juvenil.

¿Quién es el autor del libro?

Ahorita no recuerdo muy bien, yo lo tengo en mi casa, ahorita estoy donde mi abuelita porque se le presentó una dificultad... Voy a buscarlo por Google, si consigo información se la envío, sino cuando esté en mi casa le digo...

Perfecto. No hay problema. Pues muchas gracias por contactarme y hacerme recordar todo esto. La verdad que es gratificante saber que las palabras que pude haberle dicho de algo le ayudaron, aunque yo no recuerde tales palabras.

¿Qué le anima a hacerme ese obsequio?

A la orden... Y Gracias a usted por su amabilidad y sus palabras en aquella ocasión. Me imagino que es gratificante... Para mí fue muy chévere haberlo conocido y haber conocido su blog, soy lector asiduo de todos los escritos que coloca allí, frecuentemente estoy entrando al blog para ver si hay un escrito nuevo... Podría decir que soy fan del blog.

Me impactó muchísimo la historia de la taza de café y la señora misteriosa... Yo nunca he tenido una experiencia paranormal pero puedo imaginar como sería vivir una como esa... las cosas que le pasarían a uno por la mente.

Esa historia, la anciana de la última casa, ha sido muy leída… son cosas que pasan y uno no encuentra explicación, aunque al final del artículo yo hago una breve interpretación.

En el blog también está un artículo sobre cómo fue mi viaje hasta el Perú, también es divertido.

Sigo escribiendo y alimentando el blog con lo que puedo. Tengo todavía muchos artículos por escribir...

Me anima a hacerle ese obsequio primero por lo amable y chévere que fue aquella vez que me orientó en el seminario, segundo porque me caíste muy bien y por el blog conozco tu gusto por los libros y por los asuntos de la fe y tercero porque me parecía un bonito gesto obsequiarle a un seminarista como tú esos regalos ya que a mí mamá y a mí nos inspiraste cariño.

Sí así es... Y sí también lo leí, por ese artículo me enteré que ya no estás en Venezuela.

Me alegra leer que tienes muchos artículos por escribir, qué chévere, si Dios quiere los leeré...

Qué bueno es saber todo esto, porque me anima a seguir adelante en mi vocación, tal y como lo estoy haciendo ahora mismo aquí en el Perú.

Sé que a través del blog he llegado a muchas personas, por eso trato de no abandonarlo... en el blog está casi todo lo que he escrito desde pequeño. Solamente me falta transcribir una novela corta que no he concluido y que está en una agenda que dejé en mi casa en Venezuela.

Bueno. Ahora que tengo su contacto, me comprometo a enviarle el link de los nuevos artículos que vaya escribiendo y publicando. Mañana publicaré uno sobre la libertad religiosa en la democracia del Perú bicentenario, es una reflexión un poco política y religiosa.

Qué bueno que sea así, me contenta mucho. Ah que interesante... Ojalá la subas algún día.

Te felicito por tu blog, porque todos los artículos se nota que los escribes con empeño y dedicación, y buscas transmitir algo positivo a través de ellos. También he conocido tu pueblito a través de tus escritos.

Excelente, muchas gracias. Lo estaré leyendo entonces...

Gracias. La historia de mi pueblo me ha tomado mucho tiempo y muchos escritos, todo lo he subido al blog, aunque con ganas de editar esos artículos en un libro a parte. Ya veremos qué se da de eso.

También tengo pensado publicar la lista de todos los libros que hasta ahora poseo en mi biblioteca, pero la lista la tengo en un cuadro de Word y no sé si la Tecnología Blogger permita los cuadros de Word.

Me imagino... Serían muchos días de investigación, indagación con personajes de La Playa y lectura de varios escritos... Es buena idea la de un libro.

Son años de investigación, pero sí hay buen resultado. Me faltó tiempo para seguir investigando sobre el pueblo en el Archivo Arquidiocesano, en el Archivo Histórico de Mérida y en la Biblioteca Tulio Febres-Cordero.

Lo imaginaba... Sí, hay muy buenos resultados, por lo menos a mí me apasiona conocer la historia de mi tierra natal, yo amo Mérida y todo lo que tenga que ver con su existencia, su gente, sus anécdotas y sus pueblitos... Así que todo lo que has compartido de tu pueblito yo lo valoro mucho y lo leído con gusto. Yo pienso que todos debemos conocer la historia de lo que tenemos para valorar más.

Oye, por cierto, de mi parte un cordial saludo a su mamá, que sepan que aquí tienen a un amigo...

Ya se los di, dijo que muchas gracias y apreciados... También que te desea mucho éxito y te vaya muy bien por allá. Gracias, aquí en nosotros también tienes unos amigos.

¡Gracias! Espero la situación de nuestro país mejore... si no la opción es emigrar, en otro país la vida es diferente, hay más oportunidades de trabajo y el dinero alcanza.

Yo también espero eso, con el favor de Dios y de nuestra Virgen de Coromoto... Y sí esa es la opción que nos queda, como tú dices, hay oportunidades de trabajo y el dinero alcanza, aquí eso es una utopía... Yo honestamente deseo emigrar, ya aquí no veo opciones para tener calidad de vida ni esperanzas de un mejor futuro a corto plazo... Es triste pero es la realidad.

Conocer la historia nos da la ventaja de saber lo que otros han hecho y lo que nosotros podemos hacer. Mérida tiene mucha historia, tengo los principales libros al respecto. Le recomiendo el del Dr. Carlos Chalbaud Cardona.

Cómo nos duele nuestra querida Venezuela. Tristemente no podemos hacer mayor cosa. Los que estamos afuera pensamos algún día regresar, pero comprendemos que los que se quedaron no lo tienen nada fácil, la esperanza democrática es muy débil y debería ser lo más fuerte. En fin...

Tiene más de 1850 libros… De verdad que son muchos. Los tienes bien acomodados y arreglados, sigue así, y ojalá tengas muchos más y sigan siendo inspiración para tu blog. No hay nada mejor que la lectura, es maravilloso poder adentrarse a maravillas a través de un libro...

Sí duele mucho. Más que todo por los jóvenes y por los niños... Yo pienso mucho en los niños, les queda una Venezuela muy quebrada y convulsionada, sin muchas oportunidades de bien para su futuro... Duele mucho de verdad.

Y sí no se puede hacer mayor cosa. Te comprendo y tienes toda la razón, muy cierto lo que dices. Yo amo a Venezuela pero aquí mi mamá no tendría una buena vejez, aquí los medicamentos se volvieron un lujo y la salud es carísima. Y aquí mis sueños están limitados, la verdad me costaría bastante verlos realizados, porque acá solo alcanza si mucho para comer medio bien. Entonces lo que más yo anhelo ahora es tener la posibilidad de emigrar, para así empezar a estudiar y trabajar y ayudar a los familiares que me queden acá, como también anhelo que la situación mejore, aunque humanamente es bastante difícil.

Pero bueno... No debemos perder la Fe. Hay un Dios Todopoderoso que hace lo imposible posible.

Totalmente de acuerdo con usted, Miguel Eduardo, compartimos la misma visión y tenemos la misma esperanza: la fe en el Todopoderoso.

Impresionante tu biblioteca, un patrimonio muy valioso... Que de seguro servirá para las futuras generaciones.

Espero que así sea. Mi Biblioteca tiene nombre: se llama Biblioteca Privada Pbro. Ramón Emilio Pernía. La llamé así en honor a un anciano sacerdote merideño, fallecido ya, que era un asiduo lector y tenía una biblioteca muy buena, de la cual me donaron más de cien libros sus familiares. También pude posicionar la dirección de la biblioteca en el Google Maps.

Me alegro de que sea así, la Fe es lo que nos mantiene con optimismo y con una actitud de echar para adelante. Con Dios en nuestros corazones podremos aportar vida al mundo y hacer de Venezuela y todos los países mejores lugares para la vida.

¡Qué genial! Eso no lo sabía. Muy buen nombre y que chévere que sus familiares aportaron esos libros a tu Biblioteca, perdura entonces parte de la Biblioteca de ese sacerdote... Eso es muy bueno.

Y más genial que esté posicionada la ubicación en Google Maps, un éxito. Mucho me alegra que sea así.

Y ten en cuenta que en mí tienes un buen amigo, puedes contar conmigo para lo que quieras, en todo lo que pueda apoyarte te apoyaré. Desde que conozco tu blog pienso que eres un ejemplo a seguir para muchos jóvenes. Te aprecio mucho y deseo que sigas así, tu labor literaria tiene un impacto positivo muy bueno y necesario.

No sabe cuánto bien me hacen estas palabras.

Por cierto ayer fue el día de un santo que por lo que te he leído aprecias mucho: San Josemaría. Que el siga bendiciendo tus labores.

Eso es correcto. Ayer fue el día de San Josemaría Escrivá de Balaguer. Ya veo que me conoce bien. Bueno en el blog está todo sobre mí.

Sí... Es así. En el blog hay muchos artículos que directa o indirectamente hablan de ti. Te confieso que yo a San Josemaría Escrivá no lo conozco tan bien como a otros santos, tengo que estudiar más su vida y el Opus Dei. Conozco un poco por EWTN y un devocionario que creo que el Opus Dei ayudó a distribuir por Venezuela.

La conversación siguió… pero yo la dejo hasta aquí, tal vez haya una segunda parte… pero, definitivamente, de lo bueno, poco…

P.A

García

La libertad religiosa en la democracia del Perú Bicentenario

         El sábado 28 de julio de 1821, José de San Martín proclamó solemnemente la independencia del Perú con estas palabras: “El Perú es desde este momento libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de causa que Dios defiende…”. Dicho suceso había sido precedido por la firma del acta de la Declaración de Independencia del Perú, cuyo texto fue redactado por Manuel Pérez de Tudela el 15 de julio del mismo año y firmado por las personalidades más destacadas de la ciudad de Lima, capital del Virreinato del Perú, hasta ese momento dependencia del Imperio Español.

         En las palabras de San Martín se conjugan los principales ideales libertarios de la ocasión; en primer lugar la voluntad del pueblo y en segundo y no menos importante la justicia que Dios defiende, justicia de la cual Él es el mejor referente y garante, máxima de la fe cristiana que se profesaba en aquel tiempo, como en la actualidad. Si los patriotas del Perú como los de toda la América no se hubiesen sentido inspirados por Dios para luchar por su independencia, difícilmente hubiesen emprendido tan ambicioso proyecto sin el amparo y fortaleza que infunde la fe.

         El Perú Bicentenario festeja la libertad que ganó por voluntad divina y popular, libertad que se canta con honor en todo el territorio de la República, en las palabras del Himno Nacional: “[…] antes niegue sus luces el Sol, que faltemos al voto solemne que la Patria al Eterno elevó”. El Perú Bicentenario, ahora más que nunca, recuerda el voto que hizo al Eterno de luchar y mantenerse independiente de regímenes autoritarios, extranjeros o nacionales, que le opriman o le lleven por caminos donde se ponga en juego la libertad religiosa, de pensamiento y de opinión.

         En los primeros meses del 2021 se llevó a cabo en esta nación una de las elecciones más problemáticas de los últimos tiempos. Indiferentemente del candidato ganador, el país se enfrentará a una desestabilización política, propia de la crisis global que ha afectado al mundo entero, de manera particular por la Pandemia que aún se lucha por desterrar. En todo este panorama, Dios juega el protagonismo, el Dios que San Martín invocó al proclamar la independencia, el Dios que todos los peruanos mencionan al cantar el coro de su himno nacional.

         Los peruanos han confiado en la democracia para elegir a su futuro gobernante. Es de suponer que gran parte de los electores confió su voto a la luz del Espíritu Santo, sin embargo, en un país que se declara de mayoría cristiana, parece estar ganando terreno los partidos políticos de ideologías anticristianas, ateas y totalmente opuestas a la religión como expresión sana y derecho natural del hombre.

         Es menester recordar al Perú lo que consagra su Constitución Política, en el artículo 2, parágrafo 3: [Toda persona tiene derecho] “A la libertad de conciencia y de religión, en forma individual o asociada. No hay persecución por razón de ideas o creencias. No hay delito de opinión. El ejercicio público de todas las confesiones es libre, siempre que no ofenda la moral ni altere el orden público”. Partidos políticos que se autodefinen como marxistas-leninistas -per se-, estarían atentando contra este derecho de libertad religiosa, pues sus ideales al respecto consideran que la religión es el opio del pueblo, abogando de esta manera por la abolición de toda expresión religiosa y la aceptación descarada del ateísmo. ¿Ha elegido esto el pueblo peruano?

         No solo la Constitución Política del Perú resalta esta idea, recordemos también lo que reza el artículo 18 de la Declaración de los Derechos Humanos (a la cual la República del Perú está suscrita): “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión…”. Y aunado a esto, el Catecismo de la Iglesia Católica, en el numeral 2108 aclara que: “[…] la libertad religiosa es un derecho natural de la persona humana a la libertad civil, es decir, a la inmunidad de coacción exterior, en los justos límites, en materia religiosa por parte del poder político”. Ningún poder está por encima del derecho a la libertad religiosa.

Es bueno que en medio de los festejos bicentenarios el Perú reflexione en el valor de aquello que es parte constitutiva de su idiosincrasia: la fe, la cristiana principalmente. Un hombre sin fe, o un pueblo sin fe, es como un caminante sin camino, no sabe a dónde va, no puede saber hasta dónde llegará, sólo sabe decir que está perdido. Por ahora nos basta con rogar a Dios y estar atentos, para no faltar al “voto solemne que la Patria al Eterno elevó”.

P.A

García

jueves, 24 de junio de 2021

24 de junio de 1610 ¿posible fundación de La Playa?


DÍA DE SAN JUAN


         Fray Pedro Simón es el clérigo español que relata los sucesos del terremoto de La Grita, ocurrido el 3 de febrero de 1610. Dicho historiador, en su libro “Noticias Historiales de Venezuela”, en el Capítulo XXXV, (de la VI Noticia de la II Parte), describe con lujo de detalles lo que aconteció en aquel movimiento telúrico, a saber: “[…] que en el valle de los Bailadores, […] voló la mitad de un valentísimo cerro, […] por donde empezó a salir un buen golpe de agua […] con que se acrecentó el rebalso que hizo el río del valle con el asiento del cerro, quedando rebalsadas y haciendo una tan valiente y fondable laguna, que podían nadar en ella muy gruesos navíos, pues estuvo rebalsando sin que saliera gota de la mucha que entraba (por ser el río de más de dos bueyes de agua), desde este día hasta el de San Juan del mismo año”.

         Con los datos exactos que nos presenta Fray Pedro Simón, podemos deducir con facilidad que dicha laguna se formó, permaneció y ganó terreno por un tiempo aproximado de 110 días, desde el 3 de febrero hasta el 24 de junio de 1610. Es natural pensar, como lo refiere el historiador, que si no salía agua de la mucha que le entraba, en 110 días hubo de formarse una gran laguna, capaz de inundar terrenos, sobre todo los más bajos y planos, como lo son los que hoy en día conforman la geografía del pueblo de La Playa, en los sectores de Los Rastrojos, El Verde y El Dique.

         Pensemos ahora en el día 24 de junio de 1610, en la festividad de San Juan Bautista, cuando, según Fray Pedro, revienta la gran laguna que se había formado a partir del 3 de febrero. Imaginemos los terrenos que antes habían sido inundados, ahora simplemente húmedos y pantanosos, con las secuelas de un desplazamiento de lodo, piedras y materiales geológicos que el terremoto había movilizado con el cerro desprendido. Es fácil imaginar esta escena, basta solo con observar la panorámica de La Playa que se obtiene desde la Mesa de La Laguna, o desde la montaña de Los Chochos, donde se encuentra la Capilla del Beato José Gregorio Hernández. Aquel que haya tenido la oportunidad de observar el pueblo desde estas perspectivas, puede vislumbrar el horizonte y remontarse al día 24 de junio de 1610, cuando, todo lo que había estado bajo agua durante 110 días, ahora quedaba simplemente semi-seco y plano, aunque no tan seguro para ser habitado, por las constantes amenazas de inundación que han perseguido al pueblo de La Playa desde épocas inmemoriales.

         El común de las opiniones al respecto de la posible fundación, o mejor dicho conformación de La Playa como pueblo, apunta a considerar tal génesis demográfica en lo que es hoy en día el Sector San Vicente, donde efectivamente existen las ruinas de una antigua iglesia o templo dedicado a este santo dominico español, protector de peregrinos, San Vicente Ferrer. Del mencionado templo, hoy en ruinas, se sabe que fue construido en años anteriores a 1829, y que posiblemente sirvió como recinto sagrado hasta 1879, es decir, 50 años después, que es cuando se inicia la construcción del templo actual de La Playa, que está frente a la Plaza Bolívar.

         Si los terrenos de La Playa se secaron a partir del 24 de junio de 1610 y el antiguo templo no fue construido sino hasta principios del siglo XIX, es natural pensar que durante al menos doscientos años los terrenos de La Playa no fueron más que espacios dedicados a la agricultura y cría de animales, no al asentamiento de personas como tal, aunque no podemos descartar la conformación de una minúscula aldea a orillas del camino tradicional entre Bailadores y Mérida, aquel que recorrió Bolívar en la Gran Campaña Admirable en mayo de 1813. Este posible caserío es San Vicente.

         Antes he mencionado el vacío histórico que tenemos actualmente en la historia de La Playa desde el 24 de junio de 1610 hasta la segunda década de 1800, ahora es menester recordar que para 1790, cuando el Obispo fundador de la Diócesis de Mérida de Maracaibo, Fray Juan Ramos de Lora, precisaba los límites de la Parroquia de Bailadores (hoy Tovar), mencionaba el Sector El Volcán como punto límite de ésta nueva Parroquia dedicada a Nuestra Señora de Regla, y la Parroquia vecina de Nuestra Señora de la Candelaria de la Villa de los Bailadores, por lo que, se tienen noticias más antiguas del uso del topónimo “El Volcán” a estas tierras en estudio que el de “La Playa”.

         En conclusión, en estas líneas solo me empeñé en hacer un resumen a vuelo de pájaro de lo que ha sido la posible historia de nuestro terruño playense, aquel que espera de nosotros lo mejor que le podamos brindar. Lo que debemos tomar por cierto, como todo lo anterior, es que de La Playa nunca tendremos fecha de fundación exacta, porque tal evento no se llevó a cabo; como se ha dicho, es más preciso hablar de conformación de aldea que de una fundación de pueblo como tal. Es así como ni el 3 de febrero de 1610 ni el 24 de junio del mismo año pueden figurar como posibles fechas fundacionales de nuestro pueblo.

         La Playa fue tan necesaria para la geografía merideña y tan natural su origen, que simplemente sabemos que existe y existirá, pero no sabemos desde cuándo ni desde dónde, porque fundación no hay y no nos podemos empeñar en encontrarla, pues tal empresa sin fundamentos no puede ni sostenerse sobre las débiles bases de una hipótesis.

         Con cariño para todos mis coterráneos: Pedro Andrés García Barillas, un playense en Ayacucho, Perú.

P.A

García

viernes, 4 de junio de 2021

Sucedió en La Playa (04-06-2000)


CRIMEN EN LAS DELICIAS


Mató a las hijastras, estranguló a su mujer y la picó en pedacitos.

El dantesco asesinato de dos niñas y su madre, aún mantiene conmocionada a la gente de los estados Mérida y Táchira… La escalofriante historia narrada por (omito el nombre) (37), camionero de oficio, parece sacada de una novela de terror… En medio del mayor cinismo y con suma tranquilidad, confesó antes la Fiscal Noveno de La Fría que “había estrangulado y picado en pedacitos a su mujer”, luego que ésta le confesara que había asesinado a sus dos pequeñas hijas de 7 y 11 años de edad… Los restos los metió en unos sacos, los roció con cal viva y los colocó en el baño de la casa, a la espera de la oportunidad de deshacerse de ellos… Creen que inventó ese cuento para tratar de justificar el espantoso crimen…

La Fría (especial).-

La escalofriante historia de (omito el nombre) tiene visos de duda. Muchos aseguran que ni él mismo se la cree. Pero dentro de su desequilibrio sicológico, posiblemente esa sea la tabla de que se aferra para tratar de justificar un crimen por demás espantoso: el asesinato de su mujer Ana Ruth Castellanos García (32) y las hijas de ésta, Ana Ruth Rivas Castellanos (7) y Reyna Geranina Rivas Castellanos (11), hecho registrado en una humilde vivienda rural del sector Las Delicias, parroquia Gerónimo Maldonado (La Playa) del municipio merideño Rivas Dávila.

Tal como fuera reseñado, (omito el nombre), tal vez aturdido por los remordimientos, acudió a la Fiscal Noveno de La Fría –estado Táchira- y dijo que venía a entregarse porque había asesinado a su mujer, Ana Ruth Castellanos, con quien tenía algún tiempo de convivencia.

La historia fue de terror. Dijo que en momentos en que se desplazaba por Carretera Panamericana, por el sector Caño Azul del estado Táchira, su mujer le hizo una grave confesión que lo volvió loco. Le dijo que, debido a la discusión que ellos habían sostenido el domingo, había matado a sus dos hijas y enterrado en un terreno aledaño al estadio de la comunidad de La Playa, ubicado en las cercanías de su residencia.

Ante aquella grave confesión sobre el asesinato de las hijastras, dijo que enloqueció y agarró por el cuello a su mujer hasta causarle la muerte por estrangulamiento.

Posteriormente se dirigió hasta su casa en el sector Las Delicias, donde tenían viviendo nueve meses, y colocó el cadáver en el baño, procediendo a “picarla en pedacitos” con un cuchillo de cocina. Luego colocó las partes en dos costales y los cubrió con cal viva, a la espera de que llegara la noche para deshacerse de las mismas.

Pero las espantosas imágenes del asesinato bullían en su conciencia y optó por entregarse a la justicia, relatando todo lo acontecido. Así mismo, llevó a una comisión conjunta de la PTJ de La Fría y de Tovar hasta el lugar de los hechos, así como al sitio donde las niñas habían sido enterradas.

Los cadáveres de las menores en las adyacencias del campo deportivo, en el recodo de un pequeño muro de concreto, cubiertos con numerosas piedras.

Aunque (omito el nombre) todavía no lo había confesado, los detectives de la PTJ tienen la sospecha de que el camionero es el autor del triple crimen, estimando que el mismo fue cometido entre las 6:00 de la tarde y las 8:00 de la noche del domingo 4 de junio (del año 2000).

Es posible que el camionero, quien es nativo de La Playa, estuviera bajo los efectos del alcohol o de alguna sustancia sicotrópica cuando asesinó a as hijastras y la mujer. Pero al recuperar la razón y percatarse de lo que había hecho, inventó esa historia para justificar el dantesco crimen, que había actuado bajo un estado de intenso dolor.

Trascendió que Ana Ruth Castellanos García, así como sus hijas, eran nativas del oriente del país, donde en uno de sus tantos viajes como camionero la conoció (omito el nombre), quien posteriormente se la llevó a vivir a La Playa.


Transcrito del papel periódico original por Pedro Andrés García Barillas, 04 de junio de 2021, (21 años después de ocurridos los hechos).

P.A

García