lunes, 19 de octubre de 2020

2 cartas de legionarios desconocidos

COLOMBIANOS



        De las numerosas maneras que tenía la Legión de Cristo para animar a sus jóvenes internos, a fin de que fueran cada día mejores jóvenes, entregados a la respuesta de una vocación celestial, había una de particular característica, y era recibir cartas motivadoras, escritas por hermanos precandidatos de otros frentes o Apostólicas (seminarios menores) que la Legión tiene en diferentes lugares del mundo, sin embargo, las cartas llegadas a la Apostólica de Mérida, por razones de cercanía, venían de la vecina y hermana República de Colombia, donde también existe un “Centro Vocacional”.

         Era todo un espectáculo cuando, al ser reunidos todos en el aula de clases, el Prefecto de comunidad se paraba en frente de todos con un montón de cartas, que no venían en sobres, y, una a una, iba leyendo el nombre del destinatario, por lo que cada uno, al escuchar su nombre debía ponerse de pie e ir a retirar la carta de la mano del Prefecto; en otras oportunidades, el mismo Prefecto pasaba por el pupitre del destinatario, dejando la carta sobre la mesa, ocasionalmente las ordenaba conforme la distribución de los alumnos en el aula, que, al igual que en la capilla era de orden ascendente, los más bajos de estatura primero, los más altos al final.

         Yo recibí dos cartas de precandidatos colombianos, nunca los conocí personalmente, es de suponer. Ellos fueron Pablo Chararro Fonseca y Milton Santiago García Cuesta. Escribían desde el Centro Vocacional Santa María de Altamira, Rionegro, Antioquia, Colombia. La grafía de estos jóvenes era de dificultosa lectura, lo que me da a entender que eran nuevos en su Apostólica, de lo contrario ya habrían mejorado su manera de plasmar la letra sobre el papel. No había errores ortográficos ni de puntuación, seguramente fueron corregidos algunos borradores, antes de plasmar la final, que llegó a mis manos y las cuales conservo.

         La primera carta dice así:

Frente de Venezuela      Apostólica

18/junio/2012

Estimado en Cristo: H. Pedro Andrés García Barillas pcLC

         Es una inmensa gracia, el vernos invitados por Cristo a seguirle en este mundo, donde, la gente cada vez se preocupa menos por Dios y más de sí mismos. Es por ello, que nuestro sí a Dios, ahora, tiene más mérito que un sí en tiempos pasados. Y ahora, hermano Pedro, que inicia una nueva etapa en su vida con Dios, le animo para que a pesar de las dificultades y de las adversidades, pueda, al igual que María, decir siempre sí a Dios “fiat”.

         Le encomiendo es mis oraciones y espero contar con las suyas.

         H. Pablo Chararro Fonseca pcLC

         Bogotá. Colombia.

         De esta primera carta resalto la idea principal, es un auténtico privilegio entregar la vida a Dios, conciencia que tiene éste Pablo y todos los legionarios de Cristo de manera enfática, por su mismo carisma y apostolado. Luego me agrada ver, ya al final de la breve misiva, una referencia a María Santísima, con su tradicional latinismo “fiat”, que no significa Federatione Italiana di Automovile di Turismo, sino que manifiesta la disponibilidad de la doncella con un solemnísimo “hágase”, o “que se haga” en Ella tal como el Ángel le ha anunciado.

         La segunda carta, que por poco se lee como telegrama, por su brevedad, reza así:

¡Venga Tu Reino!

23-julio-2012

         H. Pedro Andrés García Barillas pcLC

         Después de saludarle y desearle éxitos en su vocación, quisiera invitarlo a que aproveche al máximo las oportunidades que le da la Legión para vivir cerca a Cristo y crezca cada vez más en su vocación. Le pido por último que rece mucho por los hermanos de 11° de acá de Colombia. Gracias.

         Afectísimo en Cristo

         H. Milton Santiago García Cuesta pcLC

         En ésta segunda carta, Milton comienza con el membrete propio de los documentos escritos de la Legión, ¡Venga tu Reino!, cuestión que curiosamente olvidó Pablo, el primer emisor. Aquí se manifiesta otras de las glorias de la Legión, cosa que todos debemos reconocer, y es que la vivencia de la rutina de la Apostólica es realmente un sinfín de oportunidades para estar cerca de Dios, conocerlo, tratarlo y experimentarlo. ¡Aplausos por eso! Pocas instituciones educativas de la actualidad, de índole eclesiástico, pueden proveer lo que la Legión de Cristo ha venido haciendo: un oasis de santidad.

         Finalmente quiero mencionar que dichas cartas recibidas tenían contestación, pero no recuerdo con precisión lo que en ellas pude escribir, no guardo copias de las contestaciones a Pablo y Milton, y sinceramente espero que estos dos jóvenes hayan perseverado en su entrega a Dios dentro de la Legión de Cristo.

P.A

García

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